Ficha técnica.
Título: Fantasías Vascas.
Autor: Pío Baroja.
Editorial: Espasa Calpe.
Quinta Edición.
Año: 1969.
Colección Austral Nº230.
Páginas: 146.
Reseña.
Literatura española. Cuento literario. Conjunto de relatos.
Autor.
Pio Baroja. (1872-1956). Novelista español, considerado por la crítica el novelista español más importante del siglo XX. Sus novelas están llenas de incidentes y personajes muy bien trazados, y destacan por la fluidez de sus diálogos y las descripciones impresionistas. Maestro del retrato realista, en especial cuando se centra en su País Vasco natal, tiene un estilo abrupto, vívido e impersonal, aunque se ha señalado que la aparente limitación de registros es una consecuencia de su deseo de exactitud y sobriedad. Ha influido mucho en los escritores españoles posteriores a él.
Primer libro que leo de este autor, Pio Baroja (1) que lo conocía de nombre. Y me sorprendió para bien. La edición es vieja, tiene más de 50 años, se han despegado las tapas y quebrado el lomo, hojas amarillentas, y letra chiquita. No trae introducción como para ponernos en tema, ni análisis de la obra, ni nada referido al autor, se trata directamente del texto publicado.
Me resulta complicado comenzar a realizar un comentario sobre este libro en particular. Porque no encuentro en la web, siquiera una reseña del mismo. Así que tomando información diseminada por distintos lugares fue armando algo, pero todo en potencial por no hay mucho en claro con respecto al presente ejemplar.
La edición que leí de Fantasías Vascas data de 1969, en tanto que la primera edición de esta colección data de 1941, que aún vivía le autor. Pero en su biografía, al menos la que leí en la entrada de Wikipedia, este libro como tal, no figura. También realicé búsquedas por Proyecto Gutemberg y Cervantes Virtual con el mismo resultado. Esto me lleva a pensar que se trata de una recopilación de textos (una antología), publicados por el autor en otro tiempo y otro lugar. Ojo, puedo estar equivocado. También encontré un lector-blogger que ha elaborado una idea similar cuando escribe “yo creo que el libro está constituido por relatos y escritos dispersos que Baroja fue elaborando a lo largo de los años –seguramente, entre 1.900 y 1.910- y que alguien reunió en un volumen”. (2)
Lo que sí encontré, es otro libro, titulado “Cuentos vascos”, y en cuya sinopsis dice lo siguiente “Por primera vez, se agrupan en un solo volumen y en su totalidad los cuentos vascos de Pío Baroja: desde los primeros, que se gestaron entre los años 1889 y 1892 y dieron lugar a la publicación Vidas sombrías (1900) e Idilios vascos (1903), hasta los publicados en 1918, en Idilios y Fantasías.” (3) Voy a tomar esto como referencia, para utilizarlo como marco temporal, y hacer una analogía con los relatos incorporados en el ejemplar que leí, ubicando los mismos como compuestos entre los años 1889 y 1918. Necesitaba hacer esta introducción y delimitación, porque quería abstraer al escritor de la persona. Como es sabido, en España, muchos escritores han tomado parte en las ideas políticas, más que nada, me refiero a la Guerra Civil Española y los 40 años de dictadura que le siguieron, pero prefiero dejar de lado, lo más que pueda, este aspecto, sim embargo no puedo escaparme del todo, baste ver que esta edición del libro fue editada la primera en 1941 y la que leí en 1969, entre esos dos años hubo tres ediciones más, es por eso que necesitaba conocer cuando fueron publicados los originales. Reitero que puedo estar equivocado.
Lo primero que me hizo “ruido” fue el título Fantasías Vascas. La segunda palabra delimita un lugar o región, por lo cual no genera problema. La primera es Fantasía, que inmediatamente asocié con algo irreal y fantasioso. Una definición posible, para Fantasía, es Facultad humana para representar mentalmente sucesos, historias o imágenes de cosas que no existen en la realidad o que son o fueron reales pero no están presentes. Si aplico esta definición, es correcto. Lo que me hizo ruido, que de ese mundo de “fantasía” todo parecía muy real. Asociaba un dominio de la imaginación por sobre la narrativa, pero me equivoqué, aquí la fantasía va por otro lado. Me intriga conocer si el autor, para escribir, se basó en historias que provenían de la transmisión oral, y las resignificó plasmándolas en la escritura, o si fueron exclusivamente creación literaria nacida de la creatividad y el ingenio. A lo que voy, pinta sociedades, inexistentes, pero muy reales. Al leerlo, uno retrocede en el tiempo, se introduce y todo resulta muy verosímil.
El libro se compone de 17 relatos, bastante cortitos, salvo un par que se llevan una buena cantidad de páginas, casi la mitad del libro.
Hay quienes creen ver en algunos escritos de este libro, poemas en prosa. La poesía en prosa es una forma de texto híbrido que no es ni relato ni poema en el sentido tradicional, lo que complica su definición.
Dando un paso más, este último (se refiere a Pío Baroja) se aproxima al poema en prosa con Fantasías Vascas, especialmente en la primera parte y en la última cuando se aligera el contenido narrativo, con textos como “Elogio sentimental del acordeón” o “Elogio de los viejos caballos del tiovivo”.Teoría del poema en prosa. María Victoria Utrera Torremocha.
Universidad de Sevilla. 1999. Página 258.
Sería, sin embargo, Pío Baroja el narrador que realmente se aproximase a la elaboración de un libro de poemas en prosa con su Fantasías Vascas, conjunto de textos breves que hacia su mitad da cabida a dos narraciones de cierta extensión. Es decir, el volumen entrega en su primera mitad y en su última parte (diez y cinco textos respectivamente) estimabilísimos poemas en prosa.
(...)
Ahora bien, por qué introdujo Baroja dos narraciones extensas entre quienes composiciones breves sólo encuentra respuesta en que no estuvo en el ánimo del novelista la ambición de crear completamente un libro de género. Tal vez don Pío entendió que el carácter fronterizo entre el cuento y el poema de varios de los textos aconsejaba una organización intermedia, en la cual quedasen alojados materiales distintos sin mayor determinación. Y desde luego, Fantasías Vascas manifiesta la unidad temática de gran parte de sus páginas.Idea de la literatura y teoría de los géneros literarios. Pedro Aullón de Haro.
Ediciones Universidad de Salamanca. 2016. Página 156.
Como yo no entiendo de poesía en prosa, y leí el libro pensando que estaba ante relatos/cuentos, mis comentarios van en ese sentido. No obstante, puede que muchos de ellos sean poemas y no cuentos.
El primero de los relatos se llama País Vasco. Una breve introducción que nos enmarca el ambiente donde se desarrollaran las otras historias. Aquí vale resaltar un fragmento que dice “Yo recuerdo, cuando era médico de pueblo, las mañanas en que salía a caballo a hacer mis visitas. La aldea estaba dormida, las casas iban brotando de la noche, negra por la humedad.” (Pág. 9) Solo decir que el autor, estudió y se recibió de médico pero dejó la profesión para dedicarse a su actividad como escritor.
El segundo de los relatos se llama La venta. Con venta no refiere a nada relacionado con verbo vender. Sino a la 4ta acepción de la palabra según la RAE, venta: 4. f. Casa establecida en los caminos o despoblados para hospedaje de los pasajeros. Describe el momento, que un pasajero llega a este lugar, viajando en diligencia, por los pueblos rurales, “tras de muchos aburrimientos” (pág. 13), y es recibido y atendido. Aparece la palabra argentina cuando dice “y ella se ríe con una risa alegre y argentina” (pág. 15) adjetivo utilizado en el sentido que suena como la plata o de manera semejante (RAE).
El tercero de los relatos se llama Aire de balada. En este relato un sujeto entabla una conversación con una mujer, donde uno siente cierta incomodidad cuando la lee por el carácter meloso, algo sobrador, en parte pregunta y se contesta por la otra parte, ninguneador, y así este personaje le cuenta una historia a la mujer. Al final, tiene un giro inesperado que brinda cierta tranquilidad.
El cuarto de los relatos se llama Mari-Belcha. Fue publicado originalmente en un libro llamado Vidas Sombrías (1900). “Mari Belcha”: un médico ya maduro se recrea mirando a la bella muchacha a la que hace años ayudo a nacer. Sobre este relato en particular hay bastante publicado en la web. Se ve “que pegó”. Está disponible para su lectura en la web Ciudad Seva (4) El título de este cuento ha servido de título para otras compilaciones de obras del autor. El comienzo y el final son igual, y parece que todos decantan por esa pregunta –Dime Marí-Belcha ¿en qué piensas al mirar los montes lejanos y el cielo pálido? (pág. 22) Para leer análisis que se desprenden de este cuento hay muchos dispersos por la web, como por ejemplo Maribelcha, un cuento de amor por Alberto Vázquez (5); o Las características literarias de Pío Baroja en Mari Belcha por María Luz Alvarado Cárdenas (6) y otros varios. (7)(8)
El quinto de los relatos se llama Angelus. Este cuento, fue publicado originalmente en el libro llamado Vidas Sombrías (1900). Se trata de un cuento breve, costumbrista. Al toque del Angelus, sobre todo del mediodía, la gente se descubría y rezaba las Ave Marías de rigor, permaneciendo los hombres, durante la oración, con la cabeza descubierta. El autor le da un toque de tensión, ya que estos hombres no estaban en tierra. El cuento, es muy corto y está publicado por muchas web, sobre él hay comentarios explicativos interesantes. (9)(10)
El sexto de los relatos se llama Grito en el mar. Otro cuento breve cargado de lirismo, que se encuentra fácilmente por la web. Apareció originalmente en el periódico La Justicia de Madrid, bajo el título “Día de niebla” (1894) y luego como “Grito en el mar” en el libro Vidas Sombrías (1900). Destaca la tripe adjetivación, ejemplos “esas olas que avanzan cautelosas, oscuras, pérfidas” y “un grito largo, desesperado, estridente” (11) Apenas son 2 páginas, pero es bastante lúgubre. La palabra tristeza aparece 8 veces. Esa tristeza parece reflejarse en la vida del narrador, a pesar del “me pareció” y del grito, se desentiende ¿podría haber ido “allá abajo, muy abajo”? ¿podría haber ayudado de alguna manera? “Me interné en el monte, pensando con espanto en las terribles aventuras de un cadáver, juguete del mar” (pág. 27) al final deja notar la pasar algo de culpa en el narrador “vibra en mis oídos como el llamamiento desesperado de un moribundo” (pág. 27). También hay como una unión entre el cadáver en el mar y el átomo de tristeza. Para indagar más se puede leer el Análisis de "Grito en el mar" de Pío Baroja por Berta-Isabel Cuadrado Álvarez. (12)
El séptimo de los relatos se llama Playa de otoño. Fue publicado originalmente en el libro llamado Vidas Sombrías (1900). Se trata de una aldeana que contempla el paso del tiempo frente al mar. “Ante aquellas vidas humildes y resignadas” (pág. 29) que reflejan una vida rutinaria de pueblo costero. “Diez años pasados. ¡Diez años! Quizás era esto lo que más sentía ella. Miraba en el porvenir la indiferencia, el cielo ceniciento de la vejez” (pág. 31) Para alguno lectores son simple impresiones que representan la vida del vasco inmersa en sus caseríos y soledades, descriptos de forma sencilla y compresible. Otros encuentran interesante el análisis de este cuento, porque el mismo se presenta en tres variantes, es decir, fue publicado en tres oportunidades y en cada una de ellas el autor intervino con modificaciones, y algunas de ellas le han cambiado el sentido. Para un análisis pormenorizado de estas variantes, leer “Playa de otoño” tres versiones para un cuento de Baroja por Ascensión Rivas Hernández. (13)
El octavo de los relatos se llama Noche de médico. Apareció originalmente en el periódico La Justicia de Madrid, bajo el título “La operación” (1895) y luego como “Noche de médico” en el libro Vidas Sombrías (1900). Se e trata de la atención domiciliaria a un parto difícil, junto a su veterano compañero del pueblo que le ha pedido ayuda. En el relato quedan reflejadas las dificultades del medio, la inexperiencia y la incertidumbre en medicina. (14) Este cuento es muy leído y trabajado, sobre todo, por aquellos en el ámbito de la salud. Existen unos cuantos artículos que dan cuenta de ello (de este cuento y de otras obras del mismo autor relacionadas con la medicina).
D. Pío nos cuenta en su volumen de Memorias titulado “Final del siglo XIX y principios del XX”, algunos de esos cuentos y artículos “los había comenzado en el libro de las igualas, cuando era médico de pueblo en Cestona”. El libro aparecería, posteriormente, con el título de “Vidas sombrías” que llamó la atención de Azorín con el que Baroja mantendría una fortísima amistad hasta la vejez. De ese libro es de destacar el relato “Noche de médico”. (15)
El autor vuelve al paisaje otoñal, cargado de melancolía, con claro interés en la descripción del paisaje para vincularlo con el estado anímico del personaje. (16) Algunos encuentran un cuento de carácter autobiográfico. El relato muestras condiciones sociales de época, en zonas rurales, y duras condiciones de trabajo.
El noveno de los relatos se llama Elogio sentimental del acordeón. Este texto fue incluido en la novela “Paradox, Rey” (1906). Muchos le encuentran un carácter lírico, lo ven como un poema en prosa. Está compuesto en una sola hoja, son solo dos páginas, y sin embargo ha sido muy analizado. Remito a tres textos en la web, donde ahondan más en profundidad: Elogio del acordeón por Alfonso García; (17) “Elogio sentimental del acordeón” por Sofía Alonso; (18) y El “Elogio sentimental del acordeón” de Pío Baroja y la novela pastoril por Jorge León Gustá. (19)
El décimo de los relatos se llama Elogio de los viejos caballos del tiovivo. Tiovivo es como le llaman en España lo que nosotros conocemos como calesita y en otros países como carrusel. Aunque los que vemos hoy día, no son los mismos que aquellos de hace 100 años atrás (varios asientos colocados en un círculo giratorio). Otro relato considerado como poema en prosa.
Pío Baroja escribió este elogio a comienzo del siglo XX en Paradox, Rey, una de sus fábulas más originales, teñida con un tono exótico y pedagógico.A caballo entre milenios. Fernando Savater.
Penguin Random House Grupo Editorial España. 2012.
En su publicación original, el relato estaba incrustado en una novela, el sentido de la novela era el siguiente:
En Paradox, Rey, están esos dos poéticos capítulos que son de antología y que se titulan: «Elogio sentimental del acordeón» y «Elogio de los viejos caballos del tiovivo». Esta novela de Baroja acaba con una sátira de los estragos que causa lo malo del progreso cuando se establece para la especulación de un pueblo inocente. Paradox, Rey es una fantasía vital que impresiona por su originalidad, su humor y su moraleja.
“A mí dadme los viejos, los viejos caballos del tiovivo. No, no me entusiasman esas ferias elegantes, con sus cinematógrafos y sus barracas espléndidas y lujosas. No me encantan esos orquestiones, grandes como retablos de iglesia, pintados, dorados, charolados. Son exageradamente científicos.” (pág. 38) así comienza el texto, pero me lleva pensar, el autor era alguien inmerso en la ciencia, había estudiado medicina, que es ciencia, ¿por qué iba a añorar un pasado acientífico o pobremente científico? Cuestiona toda modernidad utilizando la figura de los tiovivos. El agregado de este texto en el libro parece ir contra el sentido de los demás, donde habla de la tristeza, de los pueblos, de los caseríos, de la soledad, de las dificultades, etc… toda vez que prefiere el divertimento “antiguo” al divertimento que va llegando desde la modernidad, que no lo dice, pero confrontando el mencionado “pueblo” supongo que aquella modernidad proviene de las grandes urbes.
El undécimo de los relatos se llama La infancia de Silvestre Paradox. Este es el primero de los dos relatos largos que contiene el ejemplar que leí. Es una selección parte de una novela que escribió el autor. Cuenta la historia de un joven que vive ciertas aventuras luego de escapar de su casa para finalmente unirse a un grupo “nómade” que viaja de pueblo en pueblo. Al final presenta una moraleja desde la mirada del niño, los que deberían ser buenos con él, eran malos (lo maltrataban) y los que eran malos en “vida misma” (buscados y atrapados por las autoridades) fueron buenos con él, lo ayudaron y lo trataron bien. «Silvestre Paradox» y «Paradox Rey» fueron de las primeras novelas de Baroja y se encuentran disponibles online para leerla en la Biblioteca Virtual de Madrid. (20)
Las calles eran el espacio lúdico donde los niños se sentían libres. Pero hay que entenderlo como un niño de hace 120 años y no como uno de ahora, entre los cuales existen marcadas diferencias. Incluso el mismo autor, semana diferencias entre los niños de zonas rurales y los niños de ciudades.
Los espíritus curiosos y observadores a la par habrán notado que los chicos tienen más travesura y malicia en las capitales de provincia que en Madrid, y más todavía en las ciudades pequeñas que en las grandes. Hay capitales de provincias que parecen pobladas únicamente de chiquillos y de chiquillos traviesos, y esto se debe ¡ah, señores!, no sólo al número de nacimientos, mayor según la estadística, en los pueblos pequeños, sino también a la absoluta libertad que tienen ciertos pimpollos en las calles de las ciudades de corta población, para estorbar, molestar y estropear a los transeúntes pacíficos, libertad de la cual no disfrutan los muchachos de la corte, por ejemplo, en donde los hijos de las familias acomodadas, y aun los de las familias pobres, están siempre bajo la férula de algún maestro, preceptor o criada que coarta los derechos individuales de los chicos, también guardados en esa arca santa de nuestras libertades, arca misteriosa e invisible, sólo vislumbrada por algunos políticos y periodistas. (Pág. 55-56)
Los juegos de niños, no estaban exentos de peligros, peligros de aquellos tiempos. Cuando refiere al pemnican en realidad debería decir pemmican o permican. (21) (22)
Una vez se metió en un cajón en el río en busca de aventuras, y a poco estuvo de que no entrara con su frágil barquilla en la boca de un molino.
Otro día pensó en hacer una excursión al monte de San Cristóbal; con este objeto fabricó sigilosamente, sin que nadie le viera, con la carne que le sobraba del cocido el indispensable pemnican, tan útil a los explotadores de los países helados. También hizo una cuerda retorciendo trozos de bramante, para las grandes ocasiones.
Cuando después de una caminata bastante molesta llegó Silvestre a la punta del monte, con su pemnican y su cuerda, por más esfuerzos que hizo no pudo utilizar la cuerda, ni pudo comer el pemnican, que estaba completamente podrido. (pág. 62)
¿Qué son los “escalos”? ¿A qué se refiere con esa palabra? ¿Qué significa “hacer una escalo en la casa”? ¿Será algo relacionado con “escalar” “escalonamiento” o será algún tipo de creencias o superstición ya en desuso?
Sus tíos eran muy asustadizos; cuando se hablaba delante de ellos de crímenes misteriosos y de escalos, temblaban. Sobre todo los escalos les ponían los pelos de punta. (Pág. 64)
Al día siguiente, la casa estaba en conmoción. Se le preguntó a don Mateo, el cura, si sería posible que hiciera un escalo en la casa, y el cura, negando la posibilidad del hecho, empezó a contar unas historias terribles que sembraron el pánico entre los tíos. (pág. 65)
Es gracioso cuando llega a las puertas de una ciudad/pueblo y como se hablaba para ingresar, si fuera o no cierto, si así funcionaba en algunos o muchos lugares, resultas divertido y hasta reconocible hoy día en cualquier ciudad, se me ocurre pensar en la actualidad con los pasaportes por covid donde exigen mostrar las dos aplicaciones de vacuna en algunos lugares, o los controles “fronterizos” entre provincias (ya no ciudades) o los “controles de tránsito vehicular” en los municipios, que no están muy alejados del “¡alto! ¿quién vive?”
Silvestre se fue acercando a la guardia con el corazón palpitante
—le gritó el centinela desde su garita—¡Alto!
Silvestre se detuvo, temblando de emoción
—¿Quién vive?
—España
—¿Qué gente?
—Gente de paz
—Adelante
Se acercó a la puerta; en ella le detuvo el cabo de la guardia
—¿A dónde vas?
—A mi casa. A la Rochapea
—le preguntó
—¿A estas horas? Siempre habrás estado en alguna taberna,
bribón
—No, señor.
ganabas
—Anda, anda. Si yo fuera tu padre, ya verías qué paliza te ganabas.
(pág. 70)
“Dijo que su padre era quincallero” (pág. 70)¿quincallero?
Quincallero/a: Persona que tiene por oficio fabricar o vender quincalla.
Quincalla: Conjunto de objetos de metal de escaso valor.
“El viejo mendigo era un camastrón que vivía pidiendo limosna y robando por los caminos.”(pág. 71)¿camastrón?
(RAE) Camastrón, na: 1. m. y f. coloq. Persona disimulada y doble que espera oportunidad para hacer o dejar de hacer las cosas, según le conviene. U. t. c. adj.
(Oxford Languages) Camastrón, camastrona: 1. coloquial despectivo. [persona] Que actúa con gran astucia y disimulo.
El misterio de las horas…
Al día siguiente, tras de una corta parada en Urrugne —en el reloj de cuya iglesia hay una extraña leyenda que recuerda el misterio de las horas: Vulnerant omnes, última necat, "Todas hieren y la postrera mata", la cual sentencia dio que hablar bastante a míster Macbeth de las curiosas farsas de la religión—, marcharon hacia San Juan de Luz. (pág. 72)
Dice un viajante, “yo no soy inglés, soy terrestre”, más allá de la novela/relato y el personaje en cuestión, es interesante porque en el fondo se esconde el tema de la apatria voluntaria, cuando una persona voluntariamente renuncia a su nacionalidad, pero en el ámbito terrestre no existen reglas (las que fuesen) para regirse como apátrida, y siempre termina sometido a las reglas de algún poder. Distinto el caso de los apátridas involuntarios “El derecho internacional define a un apátrida como «una persona que no es considerada como nacional suyo por ningún Estado conforme a su legislación»” (23)
—Inglaterra —decía— es un país desagradable. Espero no volver allá. Además —añadió— yo no soy inglés, soy terrestre. (pág. 73)
“…inmediatamente dio un salto hacia atrás y se colocó en la postura de los que conocen la savate.” (Pág. 80)La Savate es un estilo de combate francés. (24)(25)
El duodécimo de los relatos se llama La dama de Urtubi. Este es el segundo relato largo que contiene el texto que leí. Es de lejos el mejor de todos para mí gusto, es el que termina justificando esta suerte de antología de este autor. He visto en la web que está editado de manera independiente y también se lo puede leer online. (26) Se trata de un relato histórico, como si fuera una nouvelle histórica ambientada unos siglos antes a cuando escribió el autor, con basado en documentación histórica donde aborda el tema de la brujería en las comunidades rurales (cultos tradicionales, resquicios de los antiguos cultos pre-cristianos y la superstición de la población).
Reseña.
La narración que da nombre a este libro, "La dama de Urtubi" (1916), es una novela corta, a la manera romántica, en la que se recrea una historia de amor, brujas y aquelarres. Está ambientada en el siglo XVII, en un espacio geográfico muy concreto y bien conocido por Pío Baroja; un paisaje fronterizo que se extiende bajo el monte Larrún: San Juan de Luz, Urruña, Vera de Bidasoa, Sara, y Zugarramurdi. Probablemente la escribiera allí mismo, en Itzea, su casa de Vera (Navarra), a partir de fuentes históricas documentadas como el "Tableau de l'inconstante des mauvaises anges et demons" de Pierre de Lancre, al que cita a menudo en este relato.
Encontré un texto que refiere a este cuento legendario hablando del autor y como elabora le cuento.
En el caso concreto del cuento legendario, las formas escogidas a veces muestran su dependencia respecto de las estructuras típicas del relato tradicional. Así, dentro de esta modalidad, los textos de la primera mitad del siglo XIX solían presentar un esquema basado en la presencia de distintos niveles de ficción. Habitualmente una narrador extradiégetico hacía partícipe al lector de una leyenda que había escuchado (o leído) durante una visita a una población rural. En cuanto a los relatos legendarios del modernismo, a veces estos respetan dicho esquema y, por ello, emplean estrategias de oralidad, como la presencia de cuentos enmarcados y de diversos planos narrativos (recurso por el cual se transcriben historias referidas, contadas indirectamente por terceros), junto a las maniobras de dilación u ocultamiento de sucesos relevantes con el objeto de crear suspense y tener en vilo al receptor. Por ejemplo, al inicio de la novela corta La dama de Urtubi (1916), de Pío Baroja, el narrador homodiegético explica como el médico Yanci le contó que, muchos años antes, había conocido al cura Duhalde d´Harismendy, el cual le mostró el castillo de Urtubi y, además de narrarle parte de la historia de la dama de dicho castillo, le facilitó el manuscrito de un tal Dornaldeguy donde se contaba lo que le había sucedido a esta mujer. En consecuencia, lo que el narrador-primero ofrece al lector, en gran medida, la "transcripción" del relato de Dornaldeguy.
(...)
Habría alguna excepción, como La dama de Urtubi, novela en la que el médico-relator deja entrever su escepticismo, pues critica duramente las creencias supersticiosas (que tanto desagradaban a Baroja) y las conductas racionales obtienen una "justa" recompensa frente a las que no lo son. Por esta razón, en la narración enmarcada que se ambienta en el siglo XVIII, uno de los protagonistas, Miguel Machin, rescata a Leonor de un aquelarre al que había acudido engañada y, gracias a su acción, consigue que el tío de ella les de su consentimiento para poder casarse. Además, el narrador, ofrece una visión antropológica acerca del poder de las sordiñas (brujas, en vasco), despojándolas de esta manera de toda dimensión mágica.El cuento modernista, por Ana Casas. Págs. 26-27.
en
Historia de lo fantástico en la cultura española contemporánea (1900-2015).
David Roas. 2021.
Los inquisidores nunca se creyeron del todo las historias de brujas. Solo prestaban atención a las herejías: para ellos era mucho más grave ser judía que ser bruja.
Las brujas existen a su manera, malviven en la vida real y reinan en los cuentos. Aunque, pese a lo que pueda parecer, en España no hay caza de brujas, tal y como sucedió en algunos países protestantes. El proceso a las famosas brujas de Zugarramurdi es una excepción, y no una norma. Pío Baroja, La dama de Urtubi, escribe sobre el asunto de la brujería en Zugarramurdi, que relaciona con otros lugares.Breve historia de las españolas: De las apicultoras prehistóricas al 8-M.
Ángela Vallvey.
Arzalia Ediciones. 2019.
Un autor tilda de novelita rosa a La dama de Urtubi donde afirma que Pío Baroja ofreció su propia visión romántica de las brujas vascas. (27) En tanto que otro autor ha manifestado que Pío Baroja, en La dama de Urtubi y en La leyenda de Juan de Alzate ha reconstruido vigorosamente el ambiente en que se desenvolvió la brujería del Bidasoa. (28)
Algunos autores asocian los aquelarres con las fiestas populares.
Autores versados en la materia aseguran que el recuerdo de las fiestas populares nocturnas ha podido favorecer la formación de esta representación del sábado. La semejanza del Aquelarre con una fiesta de aldea es sorprendente. En Galicia existía el folión, y Pío Baroja en su obra La dama de Urtubi, describe un Aquelarre que se diferencia muy poco de una romería.Magia blanca y hechicerías.
Paul Reader.
Editorial MAXTOR. 2008.
El décimotercero de los relatos se llama Elizabide el vagabundo. Este relato es de los más populares del autor. Finaliza con un Elizabide el Vagabundo, con el corazón anegado de sensaciones inefables, sofocado de felicidad, miraba con los ojos muy abiertos una estrella lejana, muy lejana, y le hablaba en voz baja... Otra de las narraciones que es considerada por muchos, como poesía, o bien, poema en prosa. Para algunos, es simplemente una semblanza literaria, es decir, un pequeño esbozo de biografía. Para otros, Elizabide el vagabundo es meramente un misántropo, una persona que huye del trato con otras personas o siente gran aversión hacia ellas.
El cuento funciona como ejemplo del pesimismo propio en algunas obras de autores englobados en la generación del 98.
No se trata solo de que la vida sea una pesada carga o un completo sinsentido. A ello hay que añadir la mezquindad humana. El hombre es malo, se solaza con la desgracia ajena o se entristece si los demás se alegran o, simplemente, les va bien. “Y usted, ¿por qué está tan triste?”, pregunta un personaje en el relato titulado “Elizabide el vagabundo”. Y este mismo le contesta “¡Yo! no sé. Esta maldad de hombre que, sin querer, le entristecen las alegrías de los demás”. Este planteamiento va estar presente en Baroja a lo largo de toda su producción novelística. En este caso no hablamos más que de esa maldad de corto vuelo, mezcla de egoísmo, envidia y cicatería, sin considerar las acciones criminales o sanguinarias. Porque éstas son siempre obra de unos pocos, mientras que la otra es consustancial a la inmensa mayoría, por no decir la totalidad del género humano.El peso del pesimismo: Del 98 al desencanto.
Rafael Núñez Florencio.
Marcial Pons Historia. 2013.
En un opinión de un blogger
El protagonista, Elizabide, padece sin duda de lo que Ortega y Gasset definía como el "mal de vivir", un diagnóstico que aplica el filósofo a los personajes del novelista vasco que se caracterizan por esa angustia vital, ese escepticismo y descreimiento del que huyen o que intentan curar a base acción, viajes, desarraigo, vida al borde del abismo, etc, etc... (...)
En Elizabide el Vagabundo, el protagonista es uno de esos tipos barojianos que recorren medio mundo y se desarraigan pareciendo que huyen de sí mismos. En el caso de este cuento, sin embargo, la acción arranca cuando el impenitente viajero, cercano ya a los cuarenta, a punto de entrar en la línea de sombra, ha regresado a su pueblo por una llamada interior que le reclama para regresar a sus raíces. En este relato podemos observar el poso de sentimentalismo, de emotividad, que Baroja, el descreído Baroja, el impío Pío, el "grosero buey vasco" (como lo tildaban los meapilas de la época) era capaz de ocultar bajo su pesimista, amargada y escéptica mirada. Con qué maestría resuelve esta narración, que no es otra cosa que una gran historia de amor...
Elizabide el vagabundo fue un clásico entre los estudiantes estadounidenses y el primero de los cuentos de Baroja que han aparecido en los Estados Unidos.
El decimocuarto de los relatos se llama Lecochandegui el jovial. Estes otro personaje en torno al que gira el cuento, cuando se lo describe entre sus características está la de ser serio (pág. 128), pero además es bromista (pág. 129). ¿Serio y bromista?. Hay quien vio en el personaje la personificación del melancólico, el vasco de grandes bromas cordiales. (29)
Baroja venía asociando el carácter vasco a un cierto sentido del humor estoico, a una actitud vital sincera y directa y la generosidad sin alharacas, rasgos comunes a un personaje como Pachi el sepulturero, en "Las coles del cementerio" (de Vidas sombrías), y a las más recientes etopeyas de "El maestro Ezcabarte o la limitación" y "Lecochandegui el jovial"Pío Baroja (Colección Españoles Eminentes).
José-Carlos Mainer.
Penguin Random House Grupo Editorial España. 2012.
En otro lugar muestra una simpatía enorme hacia ciertos bromistas, como tipos insustituibles de la parada circense en la que todos estamos metidos. No hace falta sino ver como trata la figura de Lecochandegui, el jovial, autor de disparates fantásticos, en el pequeño mundo de Bera de Bidasoa.Derrotero de Pío Baroja.
Miguel Sánchez-Ostiz.
Alberdania. 2000. Pág. 82.
El decimoquinto de los relatos se llama El viejo cínico Miguel de Tellagorri. Este relato fue tomado del capítulo II, libro primero, de la novela Zalacaín el aventurero cuya primera edición fue en 1908. La obra narra varias de las aventuras y desventuras de un muchacho vasco, Martín Zalacaín, nacido en la villa imaginaria de Urbía o Urbide, criado por un viejo pariente, Tellagorri, cínico de la taberna de Arkale. La madre le alertaba no hablar con el viejo, pero debido al carácter rebelde de su hijo presintió que terminaría haciéndose amigo del viejo al que consideraba siniestro. Tellagorri era ladrón, astuto, vagabundo, viejo, cínico, insociable e independiente. (Pág. 134) Nótese que “viejo” está incluido junto con mayoría de adjetivos negativos. En el relato existe una visión algo extrema o tendenciosa expuesta en la figura del viejo. “Tellagorri era un individualista convencido. –Cada cual que conserve lo que tenga y que robe lo que pueda – decía. Tellagorri no necesitaba a nadie para vivir.” (pág. 135) señalando luego que esto era parte de la “impiedad moderna” ("moderna" hacia 1900). Vemos más del pesimismo de la generación 98. “Como buen vagabundo era aficionado a la contemplación de la Naturaleza” (pág.137) Nótese que el autor escribe Naturaleza con mayúsculas. No está determinado en las reglas del lenguaje que deba escribirse así, pero el autor lo hace para darle un significado especial, destacar la palabra, y asignarle un valor diacrítico (que da un valor especial a una letra para decidir una posible ambigüedad). Y el vagabundo rural, marginal, rodeado de campos, bosques, montañas y/o mar ¿qué otra cosa podía “contemplar”? incluso la palabra “contemplar” es más fuerte que si hubiese utilizado “mirar” o “ver”, que parecer significar algo menor.
El decimosexto de los relatos se llama Historia casi inverosímil de Joshé Cracash. Este relato también fue tomado del libro Zalacaín el aventurero (1908), de su capítulo IV.
En las historias incluidas en este libro, el lector encontrará a Baroja en su mejor. "Cracasch" es un capítulo de Zalacaín el aventurero que ha sin ninguna conexión con él, excepto que Zalacaín está escuchando el historia. De contenido vasco, los momentos de comunión (encuentro) están entre los más conmovedores de la obra de Baroja. Un buen ejemplo de ese aislamiento básico que está en el fondo de nuestra realidad. En ello el lector apreciará esa cualidad de Baroja de cortar hasta el hueso, ese respeto solo por lo más verdadero y elemental del hombre, y ese patetismo que subyace en su visión de la vida humana.De Unamuno a Ortega y Gasset.
Navascues, Luis J.
Harper & Brothers, Publishers. 1951.
No he leído la novela Zalacaín el aventurero, y estos relatos tomados de la, que pueden leerle a modo independiente, creo que se apreciarían más si uno los lee en la novela misma. Por ejemplo, al final del cuento dice “y fue andando, andando, hasta que se topó con la partida del Cura, que iba a conquistar, viribus et armis, la gloria. Uno de la partida le dio el alto y le hizo descender de las sublimidades amatorio-musicales en que se hallaba sumido, presentándole el sencillo dilema de recibir una paliza o de venirse con ellos.”(Pág. 144) para entender esto hay que saber que el “Cura” fue un célebre y cruel líder guerrillero en la guerra carlista, Zalacaín, el héroe de la novela, su amigo Bautista, y Cracasch habían sido “reclutados” por la banda del “Cura”. Muchas de las andanzas de Zalacaín y su amigo Bautista se dan durante el estallido de la Tercera Guerra Carlista (guerra civil desarrollada en España entre 1872 y 1876, entre los partidarios de Carlos, duque de Madrid, pretendiente carlista al trono, y los gobiernos de Amadeo I, de la I República y de Alfonso XII.)
El decimoséptimo de los relatos se llama El viejo y su canción. Último relato incluido en esta antología. Sumamente breve, una hoja, dos páginas. Otro de los relatos considerados poema en prosa, porque el texto obedece a motivo, tratamiento e intensidad propios del poema. Donde diseña un personaje, con pleno sentido y autonomía por sí mismo. El autor tiene una afición de introducir canciones populares vascas en sus textos, en este no lo hace pero refiere a ellas en el título y la trama. El personaje se expresa con la canción. “Para entretener mi soledad he ido cantando, silbando, tarareando canciones alegres y tristes, según el humor y el reflejo del ambiente en mi espíritu” (Pág. 145) El huidizo caminante/viajero/nómade/trotamundo (“hombre de paso, que se mueve y no se arraiga” (Pág. 145)) no encuentra su lugar entre la gente “Después, poco a poco, me dejaron entrar en la ciudad sin condiciones; pero dentro de las calles me sentí ahogado, estrechado, sin poder respirar, y volví de nuevo al campo…” (Pág. 145) Se acostumbra a su soledad y sigue marchando “Y así, sigo, con la chaqueta al hombro, por este camino que yo no he elegido, cantando, silbando, tarareando.” (Pág. 145).
Referencias.
1. https://es.wikipedia.org/wiki/P%C3%ADo_Baroja
2. https://unlibroaldia.blogspot.com/2017/05/pio-baroja-fantasias-vascas.html
3. https://www.alibrate.com/libro/cuentos-vascos/59872e8ecba2bce50c1adee9
4. https://ciudadseva.com/texto/mari-belcha/
5. https://www.babab.com/no02/maribelcha.htm
6. https://slideplayer.es/slide/13893723/
7. https://aranitacampena.blogspot.com/2013/01/en-que-piensas-mari-belcha.html?m=0
8. https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/123412/An%C3%A1lisis%20de%20variantes%20en%20los%20primeros%20cuentos%20de%20P%C3%ADo%20Baroj%E2%80%A6.pdf
9. https://arstabulae.blogspot.com/2017/01/el-angelus-de-pio-baroja-y-el-modelo.html
10. https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/eu/angelus/ar-23934/#
11. http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/los-cuentos-de-baroja/html/3d2e3f84-34cd-48de-9a45-620a459c2ac5_4.html
12. https://crea-tivi-ty-dad.blogspot.com/2015/06/analisis-de-grito-en-el-mar-de-pio.html
13. https://www.academia.edu/35630635/2006_Playa_de_oto%C3%B1o_pdf
14. https://medymel.blogspot.com/2020/02/noche-de-medico.html
15. https://static.errenteria.eus/web/eu/herria/artxiboa/Bilduma/Bilduma%2016_2002/05MONREA.PDF
16. https://gredos.usal.es/bitstream/handle/10366/123412/An%C3%A1lisis%20de%20variantes%20en%20los%20primeros%20cuentos%20de%20P%C3%ADo%20Baroj%E2%80%A6.pdf
17. https://www.diariodeleon.es/articulo/tribunas/elogio-del-acordeon/201403080500021417713.html
18. http://www.acordeon.xyz/Public/meta/lite/elog.htm#elo
19. https://www.lasnuevemusas.com/el-elogio-sentimental-del-acordeon-de-pio-baroja-y-la-novela-pastoril/
20. https://www.madrid.org/bvirtual/BVCM000792.pdf
21. https://en.wikipedia.org/wiki/Pemmican
22. https://www.collinsdictionary.com/es/diccionario/ingles/pemmican
23. https://www.unhcr.org/ibelong/es/que-es-la-apatridia/
24. https://artesmarcialesgt.wordpress.com/2013/02/02/la-savate-arte-marcial-frances/
25. https://es.wikipedia.org/wiki/Savate
26. https://revistaliterariakatharsis.org/La_%20dama_de_Urtubi.pdf
27. Las brujas de Zugarramurdi, por Mikel Azurmendi. Editorial Almuzara. 2014.
28. Los vascos, por Julio Caro Baroja. Ediciones AKAL. 1972.
29. Sobre Ortega y Gasset y otros trabajos de historia de las ideas en España y la América Española: Páginas adicionales, Volumen 9. José Gaos. UNAM. 1992. Pág. 221.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario