miércoles, 8 de octubre de 2014

La Sombra del Águila.

La Sombra del Águila de Arturo Pérez-Reverte. He leído este libro. Es pequeño. Lo compré de pasada en una feria. Había leído propaganda de este autor, pero no me llamaba la atención ninguno de sus libros. Un día paseando por la feria, veo este, y leyendo la contratapa leo que el autor hacía un relato basado en hechos reales. Así fue que lo compré. No me pareció gran cosa, pero tampoco está mal. Hay partes que tienen un lenguaje bastante infantil, más que nada para un conflicto bélico. Algunas terminaciones de frases como utilizando como, por ejemplo, “… y todo eso”, tampoco me gustaron. Escribe en un lenguaje de fácil lectura, y trata de ponerse en la piel de soldados común y corriente con su lenguaje vulgar, y lo mismo hace con aquellos en grado de profesionalismo y un lenguaje más elaborado. Y pasajes que parecen divertidos, pero que si uno lo piensa, en medio de una guerra de magnitudes como la que presentan las campañas de Napoleón, no serían posibles, pero sí son posibles pequeños vaivenes de la vida diaria en plena guerra. En una parte pone mucho énfasis en hablar de “los valerosos españoles” aunque utiliza otros sinónimos, desconozco si fue así, o si otros pueblos fueron también, o incluso, más valientes que los españoles durante las guerras napoleónicas, aunque calculo que debe haber sido difícil relatar un acto de cobardía (o no, depende como se lo mire) de fuerzas españolas. Y creo que buscó ese recurso para equilibrar un poco el relato, aunque no noté el mismo fervor cuando hace el relato del grupo que los va a apoyar, que justamente eran franceses. Me pareció medio fuera de lugar uno de los últimos capítulos, cuando relata hablando el mismo Napoleón, pero era necesario para poder hacer el ingreso de esos comentarios sobre los españoles en otro momento de las guerras napoleónicas. También falta descripción, o al menos que se hable de la parte criminal de la guerra (si alguien, no lo toma por toda ella como criminal), pero para el tono por como relata el suceso, estaría de más y fuera de lugar. El libro que leí es de la editorial Punto de Lectura, cuya web es http://www.puntodelectura.com/  y directo al libro http://www.puntodelectura.com/libro/la-sombra-del-aguila/1055/ aunque la ilustración de la portada del que yo tengo es diferente a la publicada en la web, mi edición tiene (una pintura) llamada “El Centinela, Granadero de la guardia Imperial, Imperio I (detalle)”, la obra de la tapa también se la conoce como “El Granadero” y es un óleo pintado por Jean-Baptiste-Edouard Detaille (1848–1912).
La edición que poseo trae algunos gráficos de interiores, en blanco y negro, que hacen más amena la lectura.

Un par de acotaciones para terminar con este comentario. Me gustó como insertó una frase, llegando a lo último del libro, que dice textualmente “Oficiales y soldados desertaban por la vía rápida, o sea pegándose un tiro…” (pág. 165).

En un momento dice: “En fin. Ya fuera por casualidad, o bien porque los húsares viesen algo extraño en la situación y transmitieran sus sospechas, a partir de entonces nos vimos mucho más vigilados. Dejaron de asignarnos  misiones que nos alejaran del grueso de la tropa, y al 326 se le mantenía siempre entre otras unidades gabachas, imposibilitando cualquier nuevo intento de pasarnos al enemigo.” 
A lo que agrego como comentario personal, también podría ser para imposibilitar cualquier atisbo de volver a manifestarse como “héroes” y hacer una avanzada al enemigo sin previo aviso.

En varias ocasiones hace alusión a una canción que trata sobre “Algo sobre una mujer que espera y un hombre huido a la sierra”. Evidentemente hace alusión a alguna canción, posiblemente popular, o por lo menos allá en España, pero que yo desconozco.

Y otra cosa que desconozco, es que quiso decir con esto, “…derecho a ese cielo donde van, con dos cojones, los maricones de San Fernando que también son pobres soldaditos llorones.”
Se me hace que se refiere a algún suceso de la historia de España, pero ¿cuál? Si es que se refiera a esto que acabo de presuponer, no se me ocurre otra cosa, y como no conozco la historia de España, poco puedo saber y comprender sobre esa frase.

Esto de  frases o fragmentos, que uno tiene que tener un conocimiento previo para poder entenderlos, se encuentran en varias ocasiones en el libro. El más evidente es un par de fragmentos en los que hace hablar a quien cuenta el relato, los cuales uno que no conoce puede pasar como cierto todo lo que dice, cuando está prácticamente todo equivocado, es decir, haciendo pasar por no instruido a quien habla, le hace decir varios acontecimientos, pero todos mezclados, uno con otros mezclados, y equivocados.
Copio el fragmento cuando habla Murat (pág. 128)
“- Llegué, vi y vencí, Sire.
Murat no era exactamente lo que entendemos por un tipo modesto. En cuanto a erudición, nunca había ido más allá de deletrear, no sin esfuerzo, el “Manual Táctico de Caballería” del ejército francés, que tampoco era precisamente la “Crítica a la razón pura” de don Emmanuel  Kant. “El arma básica de la caballería –empezaba el manual- se divide en dos: caballo y jinete…”, y así durante doscientas cincuenta páginas. Respecto a lo de llegué y vi, Murat se lo había apropiado de un libro de estampas de sus hijos, algo que un general griego, o tal vez fuera romano, había dicho frente a las muralla de Troya cuando aquella zorra  dejó a su marido para escaparse con un tal Virgilio, después de meterse dentro de un caballo de madera. O viceversa. Murat estaba orgulloso de haber retenido esa frase, que con la de “Y sin embargo se mueve”, de aquel famosos condotiero florentino, el general Leonardo Da Vinci, inventor del cañón constituían la cumbre de sus conocimientos sobre literatura castrense y de la otra.”

En realidad debería decir Immanuel y no Emmanuel, porque el mismo Kant cambió su nombre, pero bueno, tampoco se si estoy en lo correcto con esta corrección.

U otra parte, al final del capítulo VIII, cuando dice 
“Fue osmérico. 
- ¿Osmérico?
- Sí. Ya sabéis, sire: Osmero. Aquél general tuerto que conquistó Troya. El de los elefantes.”

O sea, está todo equivocado. Homero, fue el autor de la Ilíada, en la que se relata parte de la Guerra de Troya. El de los elefantes, fue Aníbal, y es un acontecimiento que sucedió varios siglos después. Y así, todo lo anterior, si uno no lo conoce, entra en error.
Pero también se produce una confusión, con respecto a quien habla. Porque en el último párrafo, quien habla, no es quien relata, sino un oficial francés, o sea, está hablando Murat.

Por lo que leí, fue el primer libro de este reconocido autor español, que no está nada mal.
Al que le guste esta temática, lo puede leer para pasar un rato y conocer este suceso.

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