martes, 30 de junio de 2020

Samsung Health. Desafío Brócoli. Completado.


El primer detalle, es que le llaman desafío brócoli (Brassica oleracea var. italica), pero la imagen se ve claramente un vegetal blanco. Tiene toda la pinta de ser lo que llamamos una coliflor (Brassica oleracea var. botrytis). Aunque ambas plantas están relacionadas, son la misma especie (la col silvestre) pertenecen a variedades diferentes. En las imágenes de fondo del recorrido del desafío, sí aparecen dibujadas las color blancas y las color verdes. No voy a agregar las propiedades alimenticias beneficiosas de la planta, presumo que son conocidas por todos. 


Pude completar el desafío Brócoli, correspondiente el mes de junio, desafío que mes a mes plantea la aplicación Samsung Health. Solo se trata de caminar, y si uno logra caminar la cantidad de pasos previstos dentro del tiempo previsto (un mes), entonces cumple con el desafío. 


Pero eso no es todo, dentro del mismo desafío, pueden realizar otros dos tipos de desafíos. 

El primero de los “sub” desafíos surge automáticamente por el programa, se trata de alcanzar y ganar una estrella en determinando tiempo, por ejemplo 55hs horas, suelen aparecer entre tres o cuatro por cada mes. 




El segundo tipo de desafío que se puede realizar dentro del desafío general, es un desafío a otro jugador, a otro caminante, que hay que tenerlo de amigo, uno desafía caminar tanta cantidad de pasos en tanto tiempo, y uno gana, otro pierde, o pueden darse casos de empates. 



Y todo con la finalidad que las personas caminen, porque caminar hace bien

Supongo que la aplicación tendrá sus intereses, pero es gratuita y muy útil, con interesantes funciones, y no se necesita tener crédito o abono, para que funcione, lo cual bien de diez para todos. 

Como en este caso comencé con el desafío a mitad de mes, me señaló una meta de 100000 pasos a realizar en los 15 días restantes. Pero entiendo que los desafíos que se comienzan a principio de mes, piden completar 200000 pasos. 


Todo el tiempo, cada vez que se entra a ver como va el desafío, la aplicación emite mensajes con alicientes, para no perder el ritmo y continuar caminando.








Lo importante es caminar, no importa si se tiene la aplicación o no, si se usa otra aplicación, si se hace con el desafío o no. Pero lo cierto es que con la aplicación (está o cualquier otra de las muchas que hay) uno lleva un registro, el margen de error el mínimo, y no siendo un deportista de elite, para el caminante común, con esta aplicación se cumplen las expectativas. Se puede llevar un registro de los pasos y distancia logrados, pero si a eso se suma el desafío, uno lo hace de manera divertida y competitiva, se motiva más para caminar, hay una meta que cumplir, y si se puede alcanzar mucho mejor, a no desanimarse, y seguir caminando. 


Uno también puede ver el gráfico comparativo que lleva el control de pasos de la última semana. 


Una vez alcanzado el desafío. La aplicación suma una insignia al perfil del participante, y así, año tras año, desafío tras desafío, se van juntando insignias. Hay 12 por año, una por cada mes, y luego se repiten al año siguiente. Claramente es simbólico, no tienen ningún valor, pero tienen una valoración personal de haberlo cumplido, de haberlo caminado, de haberlo competido, de haber ejercitado en ese tiempo, para bien propio, y para bien ajeno también toda vez que se motiva y se logra captar a alguien a realizar una actividad saludable como simplemente caminar. 




Cuando se cumple el desafío, es decir, cuando se llega a la meta, se termina el mapa, pero la aplicación continúa contando los pasos de cada jugador (a fin de realizar el conteo para el ranking global) pero esta vez en “el mar”.



Luego de finalizado, porque no todos lo terminan al mismo tiempo, están los que finalizan justo, los que terminan rápido ya porque son de elite, los que terminan faltando algunos días, el programa se toma una tiempo que acomodar todos los pasos y tiempos, para determinar el ranking general, hay que tener en cuenta que suelen participar más de un millón y medio de caminantes. En este período, el programa va tirando mensajitos para apaciguar la ansiedad, y apaciguar a los que quieren saber ya en que posición quedaron.






Una vez que están los resultados, se da por terminado el desafío. Generalmente en este momento ya está en curso el desafío siguiente. Y se sigue caminando…




Al final, se presentan unas estadísticas básicas sobre el desafío. Me gustaría que sean más amplios los datos presentados, pero algo es algo, y esto es lo que dan.





Y a comer muchos brócolis y demás vegetales.

lunes, 29 de junio de 2020

Días de ocio en la Patagonia.


Reseña.

Naturalista, novelista, poeta, escritor de historias cortas, William H. Hudson es un caso paradigmático. Escribió, en inglés, las más bellas páginas sobre el campo argentino.

Vivió su infancia y juventud en estas tierras y, siendo aun joven, viajo a la tierra de sus ancestros, Inglaterra, y nunca más regresó. Su obra, única y original, está encaballada en una dualidad que, al parecer, marcó significativamente su vida. Los romances americanos de Hudson son trabajos únicos, donde la ficción aparece trasportada por un lenguaje exótico, al menos para los angloparlantes, y una narrativa quijotesca, que conserva la marca de la prosa inglesa, la que sin duda alimentó con sus lecturas juveniles. Observador agudo, sensible y de cultura refinada, las páginas de Días de ocio en la Patagonia son un deleite para el espíritu y para el acercamiento a una figura que pensaba en inglés y sintió en "argentino".


Autor.

William Henry Hudson (1841-1922). Hijo de inmigrantes norteamericanos protestantes, nació a orillas del arroyo Las Conchitas, hoy partido de Florencio Varela. A los cinco años la familia se traslada a Chascomús, donde el padre establece una pulpería. Hudson creció en el campo argentino, que recorrió en sus años jóvenes. Allí pudo observar detenidamente la naturaleza y, en especial, las aves. A los 24 años, por intermedio de Germán Burmeister, director del museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires, se contactó epistolarmente con eminentes ornitólogos. Al poco tiempo comenzó a colaborar con el Smithsonian Institute, en Whashington. Envió más de seiscientas pieles, correspondientes a ciento cuarenta y tres variedades autóctonas. Más allá de estos vínculos, Hudson no tuvo una relación continua con el mundo académico. En 1874, a los 33 años de edad, y ya muertos sus padres, Hudson se embarcó hacia Inglaterra para no regresar nunca más a su país natal. Ese año, ya en Inglaterra, y sin abandonar su afición por la vida silvestre, emprendió una carrera literaria que lo colocó entre los mayores escritores de lengua inglesa de su tiempo.


Ficha técnica.

Título: Días de Ocio en la Patagonia. Diario de un naturalista. (1893)

Título original: Idle Days in Patagonia. (1893)

Autor: William H. Hudson.

Editorial: Continente.

Colección: Exploradores y Viajeros.

Edición: 2007

Número de páginas: 156

Traducción del inglés por J. Hubert, Joaquín Gil Editor.

Primera edición, junio 1940.

www.edicionescontinente.com.ar


Con ganas de distenderme un poco y cortar un poco con la lectura de libros de divulgación científica, decidí sacar del estante algún libro de carácter distinto, y fue este titulado Días de ocio en la Patagonia de William H. Hudson, el libro elegido. 


Encontrarme en la lectura de este autor fue todo un descubrimiento, solo conocía ese apellido por la localidad de la provincia de Buenos Aires que lo lleva y nada más. Ahora ingresé en la lectura de una de sus obras, y luego comencé a leer algunas páginas web, su biografía, y todo aquello accesorio. 

Algunos links para comenzar

https://es.wikipedia.org/wiki/Guillermo_Enrique_Hudson

http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v09/fernandez.html


El hecho de que haya sido un naturalista, una especie de ambientalista de fines del siglo XIX, por ejemplo, recomendaba no utilizar plumas de aves en los sombreros parta proteger justamente a las aves, además de ser considerado uno de los primeros ornitólogos argentinos. Fue uno de los considerados “nature writters”, escritores de la naturaleza, y tuvo un considerado éxito con sus textos. Además abarcó varios géneros dentro de la literatura, y si bien no tuvo una formación académica, varios de sus textos fueron analizados y estudiados por justamente ese aspecto científico. Podría considerarse como un ejemplo de lo que los norteamericanos llaman “self-made man”, un hombre hecho a sí mismo o un hombre que alcanza su propio éxito. 


En el libro Días de ocio en la Patagonia narra sobre el tiempo que estuvo en la provincia de Río Negro hacia 1871. Allí se queda algunos meses. En este tiempo, tiene sus vivencias, ocupa su tiempo en la reflexión sobre lo que ve, aplica muy bien la observación. Y el recuerdo. En 1874 se va para Inglaterra para nunca ya volver, publica algo en 1875 y luego se manera continuada lo hace a partir de 1883 en adelante. Es decir, publicó a partir de sus notas y su recuerdo, años después de sus vivencias en el terreno. Este libro puntual lo escribe en 1893. Evoca un pasado desde la distancia.

  

La finalidad del viaje que realiza es su amor por las aves, como ornitólogo se dirige al sur argentino para llevar a cabo observaciones, en especial, las golondrinas y su comportamiento migratorio. El objetivo se ve desbordado toda vez que describe con minuciosidad todo otro tipo de aves con las que se cruza. Pero suma un amplio abanico de aspecto que explora, sobre sí mismo, los colonos, los gauchos, los indígenas, usos y costumbres, la vida cotidiana, anécdotas que le cuentan, personaje con los que se cruzan, en fin, con gran observador, termina dando forma a un libro que incluye crónicas, pareceres personales, exposición con objeto científico, relatos, y todo ello configura un valioso testimonio para los que aprecian esas temáticas multifacéticas de la cultura de ese entonces.


El tema de ocio que surge de su título Días de ocio, viene a cuenta de un imprevisto que le sucede estando en el sur, lo cuenta específicamente en un capítulo del libro, y aprovecha ese tiempo de inactividad y descanso para reflexionar, para contemplar el espacio a su alrededor, y a partir de esa experiencia generar contenido de tinte espiritual por un lado, o pensamiento que exceden el motivo del viaje.


En el libro, el autor menciona otros autores, agrega muchas citas, refiere a varios poetas, cuentas numerosas anécdotas, hace alusión a científicos de su época, denota que era un afanoso lector y además no regala ese aspecto con el que enriquece el texto. Se nota un marcado interés por el estudio de las cosas y su entorno en ese momento histórico. Dedica dos capítulos a los ojos. Y más adelante hace referencias sobre el olfato. Sentidos. Ver y oler. Lo veo a partir de varias aristas. Por un lado el aspecto científico-enciclopédico, por otro el desarrollo de esos sentidos en un medio donde era necesario. Por otro lado, la manifestación de lo que expresaba el mismo como observador. Pero además, el adhiere a una corriente evolucionista darwiniana, que confrontaba directamente con las creencias religiosas, hasta el día de hoy sucede, pero en aquello época la irrupción de la teoría darwinista estaba más fresca, y si había algo que planteaban los creacionistas era la magnificiencia del ojo, un diseño tan fenomenal que era difícil de creer y explicarlo como consecuencia de la evolución. Pero al mismo tiempo tiene momentos de ilusión, y momentos de reflexión, y porque no momentos de divague con un fin casi lúdico, en un momento pretendió conocer el color de los ojos de los ingleses, y utilizó el método que bien conocía, la observación. Una pregunta que se formula con frecuencia, pero que todavía no tiene respuesta definitiva -¿cuál es el color de los ojos de los ingleses? Mi plan era simple: consistía en caminar a lo largo de las calles avenidas más concurridas, observando los ojos de todas las personas que pasaban a mi lado. (pág. 128) Salir a la calle y observar, en este caso, ojos. No era nada loco, de hecho yo mismo y muchas personas lo hacen actualmente, salir a la calle y observar: aves, árboles, plantas, carteles, murales, autos, fachadas, estilos arquitectónicos, torres, manifestaciones, eventos, espectáculos, etc….

También creo ver cierto contenido humanista, por ejemplo, cuando habla de lo “salvaje”. 

Demás está decir que es un libro que se lee con claridad, que se disfruta, y que puede resultar interesante a un amplio abanico de personas con intereses diversos pero que uno u otro camino pueden llegar a su lectura. 


Bajando la mirada percibí que a mis pies crecía en la arena una planta de buenasnoches con no menos de veinte capullos abiertos en sus ramas bajas, ampliamente extendidas, y era ésta, mi flor favorita, tanto en los jardines como en  los desiertos incultos, la que exhalaba su perfume en esa soledad. Su fragancia sutil, antes y ahora, ha representado mucho para mí; me ha seguido del Nuevo al Viejo Mundo, sirviéndome a veces como una especie de segunda memoria más fiel y planteando a mi espíritu un bello problema, al que dedicaré un capítulo al final de este libro. (pág. 18)


Sostengo en mis manos una flor de buenasnoches. En realidad, en este momento no tengo más que la pluma con que escribo estas líneas, pero me imagino de nuevo en el jardín y apretando la flor que me sugirió este pensamiento. La vuelvo hacia un lado u otro, y aunque me agrada, no me deleita, no me emociona; ciertamente, no la considero muy bella, ya que puesta a la par de la rosa, fucsia, azalea o lirio, no atrae en absoluto la vista. En cambio, es como un eslabón que me liga a tiempos idos y trae a mi mente pasajes olvidados. Reconozco que la planta de donde la arranqué  tiene un gran poder de adaptación, cualidad difícil de sospechar en ella si solo se la ha visto en un jardín de Inglaterra. Así recuerdo que, cuando por primera vez la conocí, era una flor de jardín que crecía ampliamente sobre una planta de gran tamaño, como aquí; en las noches de verano contemplaba sus capullos abiertos, amarillos y delicados, llamándola, cuando hablaba en castellano, por su curioso nombre nativo: dondiego de noche, y en  inglés prímula, simplemente. Recuerdo con una sonrisa el efecto que produjo en mi mente infantil descubrir que nuestra prímula no era la prímula. Luego, cuando tuve edad suficiente para salir a caballo por las llanuras, me sorprendí al saber que esa prímula, diferenciándose de la dama de noche,  campanillas y otras flores de la tarde de nuestro jardín, era también una flor silvestre. La reconocí por su perfume inconfundible; (...) (pág. 148)


¿Será que refiere a esta planta Mirabilis jalapa? https://es.wikipedia.org/wiki/Mirabilis_jalapa

¿O a esta otra https://es.wikipedia.org/wiki/Primula ? ¿o las confunde? ¿o es que en el hemisferio norte llaman a la primera de manera indistinta como a la segunda?



En el capítulo 7 relata una historia, la cual comienza escribiendo “Quiero relatar un episodio de su memorable historia… El relato resulta tan extraño, aun en los románticos anales sudamericanos, que hasta parece increíble(pág. 65 y ss.)

Refiere a la Batalla de Carmen de Patagones de 1827 https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Carmen_de_Patagones


Cuenta una historia sobre un muchacho cautivo de los indios de nombre Damián. (Págs. 68 y ss). Es impactante. Y cierra con:

Había algo patético en la vida de ese hombre vuelto a su pueblo, extraño para sus   propios coterráneos, sin un hogar entre los plácidos viñedos, bosques de álamos y viejas casas de piedra donde había visto por primera vez la luz. Oiría las campanas de la torre de la capilla, como lo había hecho durante su infancia, y quizá por primera vez se daría cuenta, con profunda tristeza, de que no podría rehacer el pasado, ya muerto. Probablemente, también, el recuerdo de su esposa  India, que lo amara durante tantos años, agregaría amargura a su extraña vida solitaria. Pues muy lejos, en su hogar, todavía lo aguardaba temerosa, con los ojos  velados por la pena y fatigados de tanto mirar a la distancia, la mujer fiel que no había de verlo regresar jamás de la misteriosa niebla del desierto. ¡Pobre Damián y pobre esposa!. (Págs. 73 y ss).



Algunas citas, donde se lo menciona a Hudson y este libro en particular, que fui encontrando por la web:


Llega a la Patagonia y escribe su “Idle days in Patagonia”: “Para mí nada hay en la vida tan deleitable como esa sensación de alivio, evasión y libertad absoluta que uno experimenta en medio de una vasta soledad, donde acaso el hombre no estuvo nunca o al menos no dejó huella alguna de su existencia”.

https://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2008/01/15/opinion/OPIN-04.html



La siguiente cita está tomada de un libro llamado Memorial de la Patagonia. Aysén., donde dedica puntualmente un capítulo para hablar de Hudson y su libro Días de ocio en la Patagonia, el capítulo en cuestión lleva un título homónimo. Se puede visualizar gran parte del capítulo a través de Google Books.

(...) No debo olvidar que cuando Hudson escribe sobre Patagonia lo hace en un tiempo en que casi nadie lo había hecho.

(...) Absolutamente enamorado de las infinitas llanuras patagónicas, Hudson, al igual que mi amigo Chatwin, con quien tuve el honor de recorrer las cercanías de Coyhaique, enarbola un poderoso cetro a modo de varita mágica para lograr una armazón dulcificada y romántica.

Memorial de la Patagonia. Aysén. Oscar Aleuy Rojas. RIL Editores. 2012. Pág. 43.

https://books.google.com.ar/books?id=AYzXX7tcWlgC



Sobre  las  posibilidades  descriptivas  del  paisaje,  se  han  ocupado narradores como Guillermo Enrique Hudson: “En la Patagonia no hay que internarse con preconceptos, no buscar nada, ya que surgirá un sentimiento que nos hará sentir y conmover”.

Poesía y Regiones: Patagonia. Por Juan Carlos Moises.

http://www.excentrica.com.ar/nuevo/wp-content/uploads/2016/10/E_Patagonia.pdf



Sensación  cercana  fue  la  que  transmitió William Hudson en Días de ocio en la Patagonia (1893): todo hombre que  llegara  hasta  los  paisajes  del  sur  lograba  (re)encontrarse  con  suyo  animal,  con  su  esencia,  y  deshacerse  de  una  cultura  libresca, metropolitana,  vacua  y  superflua  que  nada  tenía  que  ver  con  lo esencial de la vida. 

La Patagonia (de la guerra de Malvinas al final de la familia ypefiana). Ernesto Bohoslasvky. Biblioteca Nacional. Universidad Nacional de General Sarmiento. Pág. 82.

https://www.bn.gov.ar/micrositios/admin_assets/issues/files/a892c1dc7785ac0c84a24f474d240426.pdf



Pero el embrujo de su pampa surge en toda su fuerza en sus libros nuestros “Días de Ocio en la Patagonia” (“Idle days in Patagonia”, 1893) “Un naturalista en el Plata” (“The Naturalist in La Plata”, en 1892), “El Ombú” (cuentos, 1902), “Tierra Purpúrea” (“The purple land that England lost”, 1885) y “Allá lejos y hace tiempo” (“Far away and long ago”, 1918); surge de ellas su pasión por la pampa salvaje, poblada de ruidos y silencios y seres. 

https://quilmero1.rssing.com/chan-6346709/all_p42.html



La siguiente cita refiere a una tesis de una carrera universitaria titulada La Patagonia en los relatos de viajes de Amanda Mercedes López, donde la autora analiza brevemente los textos de algunos viajeros y uno de ellos es Hudson. Particularmente me interesa porque la autora toma y se basa en citas del libro Días de ocio en la Patagonia.

Por su parte Hudson, explorador científico que realiza su viaje por Patagonia en 1893 por motivos de estudio de fauna y flora de la región, señala:

Siento que no hay en la vida nada tan placentero como el sentimiento de alivio, de escape y libertad absoluta que se experimenta en una soledad tan infinita, donde  el  hombre  tal  vez  no  ha  estado  jamás,  ni  dejado  vestigios  de  su existencia(Pág. 9. Días de Ocio en La Patagonia. Buenos Aires Books Ediciones. Argentina) 


A su vez, indica lo siguiente al ver la Patagonia por primera vez, él se sentía sumamente feliz por estar viviendo en esa naturaleza salvaje:

no  tardamos  en  trepar  las  dunas  y  perder  nuestras  miradas  en  la  lejana inmensidad.  Al  fin,  La  Patagonia!  Cuantas  veces  había  dibujado  en  mi imaginación,  deseando  con  intensidad  visitar  este  desierto,  que  descansa solitario en su primitiva y desolada paz, no tocada por el hombre, alejada de la civilización!  Allí  estaba  en  todo  su  esplendor  ante  mí -el  desierto  virgen  que despierta  extraños  sentimientos;  la  antigua  morada  de  los  gigantes,  cuyas huellas en la orilla del mar asombraron a Magallanes y sus hombres, y obtuvo por ellas el nombre de Patagonia... Sin embargo, no fue, no la fascinación de las  viejas  leyendas,  ni  el  deseo  del  desierto  lo  que  me  atrajo,  porque  no  fue hasta  haberlo visto  y  haber  probado  sus  sabores,  que  mucho  después  supe cuánto significarían para mí su soledad y desolación, que extraño conocimiento me brindarían, y cuanto duraría su efecto en mi espíritu. No fueron estas mis motivaciones, sino la pasión del ornitólogo que se apoderó de mi(Pág. 4. Días de Ocio en La Patagonia. Buenos Aires Books Ediciones. Argentina)


En el capítulo VI, Hudson, hace referencia a su estado de olvido y desinterés por el mundo ajeno a Patagonia (lugar en el que estaba en ese momento), se preguntaba qué era lo que causaba esa indiferencia repentina, la respuesta que encontró fue La Naturaleza y que había vivido esos meses en Paz, sin preocuparse por cuestiones políticas del mundo en general43. El autor destaca de la Patagonia, la monotonía de las llanuras, la expresión de los cerros bajos y el color grisáceo que todo lo cubre, junto con la ausencia de animales y objetos nuevos a los ojos, lo que hace que tenga la mente abierta y lista para recibir una impresión de la naturaleza visible como un todo. Indica que cuando ya no tenía excusas para la inactividad, la costumbre se había apoderado de él, la pereza, que era algo bastante común en la gente de la Patagonia. (Hudson, 1893).


Él tiene sentimientos encontrados en la región, indica que las tierras patagónicas no pueden inspirar sentimiento de admiración y sorpresa, sino que puede despertar sentimientos más profundos y dejar huellas imborrables en la mente. En la página 199, Hudson cita a Darwin cuando narra sobre su viaje a bordo del Beagle:

Todos dicen que son las más pobres e inútiles que existen. Se les atribuyen solamente  características  negativas,  sin  viviendas,  sin  agua,  sin  árboles,  sin montañas, solo tienen unas pocas plantas enanas. Entonces, ¿Por qué estos áridos baldíos se han apoderado de mí? ¿Por qué no han producido la misma impresión las Pampas más verdes y fértiles, que son a la vez más útiles al ser humano? A penas si puedo analizar estos sentimientos, pero esto debe ser en parte por la poca influencia que se otorga a la imaginación. Las llanuras de la Patagonia  son  ilimitadas,  porque  son  apenas  accesibles  y  por  lo  tanto desconocidas, mantienen la imagen de haber permanecido por siempre, y su futuro parece no tener límites. Si, como nuestros ancestros suponían, la plana tierra  estaba  rodeada  por  una  extensión  infranqueable  de  agua,  o  por  los desierto  de  intolerable  calor  ¿quién  no  miraría  a  estos  últimos  límites  del conocimiento del hombre con sensaciones profundas pero indefinidas?”.


Hudson se encuentra completamente convencido de la explicación correcta de las sensaciones que se experimentan en la Patagonia y de la fuerza que las impresiones dejaron en su mente. Comenta que todo lo que dijo Darwin es tan verdad hoy como en 1836. Aquellas desoladas regiones han dejado de ser inaccesibles y habitadas en muy pocas partes por pocos nómadas, ya no son desconocidas.

La Patagonia en los relatos de viajes. López, Amanda Mercedes

Universidad Nacional de La Plata. Licenciatura en Turismo. 2016. Págs. 31, 32 y 33.

http://catalogo.econo.unlp.edu.ar/meran/opac-detail.pl?id1=19037

http://catalogo.econo.unlp.edu.ar/meran/getDocument.pl?id=1136

 


Un libro publicado en 1980 que junta dos de los textos más conocidos de Hudson, disponible parcialmente en Google Books, cierra la contratapa con dos frases que a continuación reproduzco la primera de ellas.


De todos los escritores que recuerdo, Hudson (Argentina 1841-1922) es el que más se acerca a la naturaleza. Era en sí la naturaleza personificada. Escribió de los hombres con quienes pasó su juventud, no desde el punto de vista de observador, sino como ellos lo habrían hecho si hubieran dejado el lazo y tomado la pluma.

Robert B. Cunninghame Graham. (Quien fuera amigo de Hudson)

https://books.google.com.ar/books?id=hTkVKYMRPiAC



Algunos links para visitar:

https://quilmero1.rssing.com/chan-6346709/all_p42.html

http://parquehudson.blogspot.com/

http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v09/fernandez.html

https://books.google.com.ar/books/about/La_memoria_en_el_atril.html?id=TvSUxxZ2rcwC


El libro disponible en español

https://www.biblioteca.org.ar/libros/900104.pdf


El libro disponible en inglés

https://archive.org/details/idledaysinpatag01hudsgoog/page/n10/mode/2up

domingo, 28 de junio de 2020

Amor de barrio.

 El siguiente escrito salió publicado en la revista Sanidad nuestra identidad. La revista de los trabajadores de ATSA de Buenos Aires. Año 3. Número 11. Octubre 2014.

La revista posee una sección que dice “Cuentos y relatos de todos nosotros”, que viene a ser el espacio literario.

Amor de barrio se encuentra en las páginas 26 y 27.




Va mi impresión después de leerlo. Mi propio análisis personal, después de todo, si fue publicado, a eso se presta, a disparar inquietudes en los lectores. 

No se trata de un cuento, más bien de un relato. Se me presentó algo confuso al tratar de comprender al narrador con la historia que desarrolla para concluir con una nostalgia, un anhelo de tiempo pasado que lo considera mejor a partir de la historia de un tercero que ni siquiera la vivió el narrador. De por sí el título está un poco quemado, pero pasa. En la historia el narrador no se priva de hacer acotaciones negativas para con la política, muy reduccionistas pero no tienen el efecto más que meras descripciones que se pueden obtener de un libro de historia, de economía social o de una nota periodísticas. 

La halló drogada” desconozco como se manifestaba la droga en la década del ´60, realmente no se si existen estudios serios aplicados al mundo de la prostitución en un país como Argentina, si sé que en los EEUU se expandía la droga mariguana (droga blanda) junto con el movimiento hippie y en ciertos sectores comenzaban a circular algunas metanfetaminas, pero gran parte del consumo era como algo lúdico, no se trata de la droga como se la conoció de los ´70 por ejemplo con el lsd y/o la heroína, o de los ´80 en adelante con las drogas “duras”. Lo menciono por el tema de lo verosímil.

Hay saltos temporales que no me cierran del todo bien. El personaje llegó a Argentina en 1950 y tenía 12 años. Murió a los 79 años. ¿Será un cuento futurista? Es decir ¿visualizaba el futuro? Fue publicado en la revista en el año 2014, pero el narrador nos cuenta el que personaje ya murió, si lo asociamos a una realidad como nos relata la historia, que parece muy real, con datos certeros de acontecimientos históricos tenemos que en 1950 tenía 12 años, así que cuando murió a los 79 ¿sería el año 2017? Si lo leemos hoy, año 2020, y relacionamos autor con narrador, el relato cierra. Pero está bien, acepto que no haya que relacionar autor con narrador, entonces es viable. Peeeero, se me ocurre un análisis un poquito más hincha que soy. El narrador cuenta un suceso que se dio cuando el personaje tenía 22 años, es decir, en 1960. Bien. Más adelante dice “A los años, los viejos se acordaron de este episodio”, es algo abierto, pero uno supondría que “los viejos” son aquellos que tienen como mínimo 65 años, es decir, los jubilados. Sino ¿quiénes pueden ser los viejos? Es verdad que es un concepto abierto, pero hay que delimitar, sino como proceder. Pongamos que “los viejos” tenían la misma edad que el protagonista, estaríamos hablando allá por el 2003. Luego el relato sigue y dice “hace cinco años”, nuevamente está abierto, no sabemos cuando sucedió eso, pero trato de presuponer que fue luego que “los viejos se acordaron” es decir, en algún momento del 2003 en adelante (y antes del 2017). Luego el narrador dice “nos despedimos lagrimeando y nos hablamos muchos años” ¿donde “mucho” podría ser tres o más años?, así calculando llego a la cuenta posible del año 2008, solo porque quiero jugar con número, 2003 (“los viejos se acordaban”) + un mínimo de 5 años (“hace cinco”) que es la fecha que elijo, me da 2008. Pero también podría ser el mismo 2003 o 2004 u otro año, solo sabemos que “hace cinco” hablaron. Tomo como 2008 fecha en que se encuentran el narrador con el personaje, es decir, el narrador se encuentra con el personaje cuando el personaje tiene 70 años, y hablan hasta que se muere a los 79 (“muchos años” serían 9 años) y es en este tiempo, de 70 a 79 años, que le dice el personaje al narrado “Es una larga historia que no la puedo contar, de acá a unos años tal vez” ¡miércoles que debía de haber sido importante!

Me quedo con la primera parte del relato, es creíble, incluso hasta podría tener cierto tinte histórico, la descripción pormenorizada de un barrio de antaño, hoy día completamente diferente, tal vez una memoria que plasma un pasado y que uno desemboca en ese contexto antes de comenzar “a vivir” la historia del relato.

sábado, 27 de junio de 2020

Caminata 11. 5,21km. 1hs 6min.


En esta caminata, con poco más de una hora completamos los 5km de meta. Lo primero a que le tomé un par de fotos, es un edificio, que por sus características peculiares, es una invitación por sí misma, al menos para pararse a verlo. Muchas turistas y caminantes se detienen en las tres esquinas a tomarle una foto. Se trata del denominado La Colorada, un edificio cuya característica más vistosa es su fachada completamente roja con ladrillos a la vista. Proyectado y construido por el ingeniero-arquitecto británico Regis Pigeon en 1911. Se encuentra ubicado en la esquina conformada por el cruce de la calle Cabello con la calle República Árabe Siria en el barrio de Palermo. Edificio estilo neoclásico inglés. 

Más info en

https://es.wikipedia.org/wiki/Edificio_La_Colorada

https://www.lanacion.com.ar/sociedad/la-colorada-un-testimonio-porteno-del-neoclasico-ingles-nid940206/

https://www.clarin.com/ciudades/simbolo-ingles-sobrevive-palermo_0_B1px9FinwXe.html




Es la imagen de este edificio la que seleccioné para fondo de datos y mapa de recorrido.


Continuamos caminando, cruzamos el boulevar de Av. Cerviño, y seguimos una cuadra más.


Al llegar a la calle Juan Francisco Seguí, giramos a la izquierda, un par de calles, hasta chocar con el ex-zoológico, caminando por calle Seguí vimos sobre la vereda la Parroquia Santa Elena. Como todos los templos de todos los cultos, actualmente la parroquia se encuentra cerrada desde el mes de marzo, ya hemos ingresado un par de veces al pasar anteriormente y seguramente volveremos más adelante alguna vez. 


El edificio es un neo románico, o sea que su morfología remite a la imagen de un edificio románico. En un folleto impreso en 1980 para celebrar el cincuentenario de la parroquia se lo define como estilo románico moderno.


Más info en

http://www.santaelena.org.ar/StaElena/HistoriaDeLaParroquia.html

https://lagacetamural.com.ar/2018/02/23/la-iglesia-de-santa-elena/


Al llegar a la pared del ex-Zoológico, ahora convertido en Eco-Parque de Buenos Aires, del cual aún no se terminó la transformación total, todavía se pueden ver vestigios del encierro de los animales, un ejemplo es esa inmensa pajarera, donde tenían enjaulados a los cóndores 


El cóndor o cóndor andino (Vultur gryphus) suele anidar entre los 1000 y 5000 msnm, y cuando vuela puede alcanzar los 6500 metros de altitud.  

La condorera fue diseñada por el ingeniero Jorge Newbery para iluminar la Plaza de Mayo en las Fiestas Mayas de 1903. Trasladada al zoológico en 1912.

No pude encontrar la altura total de esta estructura metálica, pero a todas luces, el espacio destinado a estas generaciones de animales apresados, fue lo que un poroto es un zapallo, y me quedo corto con la metáfora.


Más info sobre la jaula

https://www.clarin.com/ciudades/historica-jaula-condores_0_Sk3WSQ_3DQg.html

https://nuevamuseologia.net/wp-content/uploads/2016/10/GuiaPatrimonioCulturalZOOBA.pdf


Continuamos bordeando el Eco-Parque. Eran las cinco de la tarde, y había mucha gente caminando, con chicos, sin chicos, también muchos vehículos de todo tipo, auto, motos, bicicletas, monopatines, y hasta algunos/as con rollers.



En la larga vereda del Eco-Parque, había muchos frutos compactos y desarmados de plátano de sombra (Platanus × hispanica). A estos bolitos se les llama infrutescencia (Según la RAE 1. f. Bot. Fructificación formada por agrupación de varios frutillos con apariencia de unidad.) Son un ejemplo de frutos múltiples, varios aquenios de múltiples flores en una sola estructura de fruto. Es decir, a diferencia de un fruto normal, en las infrutescencias el fruto está adherido al receptáculo con el que forma un conjunto, y que, a menudo, confundimos con el verdadero fruto. Tras la fecundación, toda la estructura se convierte en una agrupación de frutos (infrutescencia), también esférica/globosa. Cada fruto es un aquenio provisto de pelos.


Ahora, si queremos entender esto a la manera difícil, con lenguaje bien técnico, debemos leer lo que sigue:

Las infrutescencias, colgantes, de 25-30 mm de diámetro son poliantocarpos globulares/esféricos, que agrupan numerosos aquenios claviformes con estilo persistente y rodeados de un penacho de pelos erectos más o menos adpresos, el conjunto de un color pardo claro/canela y que, generalmente, se desprenden al año siguiente de la maduración. 

https://jardinessinfronteras.com/2019/05/23/platanos-siplatanos-no-he-aqui-el-dilema/


Las inflorescencias, masculinas y femeninas, se agrupan generalmente por pares, cada sexo sobre un mismo y largo pedúnculo, y aparecen al mismo tiempo que las hojas. Las inflorescencias femeninas son globulares y colgantes, de 2-3 cm de diámetro, y agrupan, insertadas alrededor de un receptáculo subesférico centimétrico de superficie tuberculada e irregularmente tabicada, centenares de flores muy pequeñas con sépalos escuamiformes, más o menos espatulados, más cortos que los pétalos que son escariosos y agudos, y los carpelos, bi-ovulado, pero uno de ellos casi siempre aborta, están envueltos en la base por un penacho de pelos largos. Las flores masculinas se agrupan también sobre un receptáculo globular-ovoideo/arriñonado centimétrico, algo comprimido y de superficie más claramente tabicada poligonalmente que los receptáculos de las inflorescencias femeninas, y cubiertos por un denso indumento de largos y finos pelos sedosos pluricelulares implantados en dichos tabiques. 

https://es.wikipedia.org/wiki/Platanus_%C3%97_hispanica

Demasiado complejo para mí, que por eso no lo entendí, pero me pareció divertido mencionarlo.


Sobre la misma vereda un cartel con el mensaje de una obra social. Cuidémonos como el primer día para no volver al primer día. Un mensaje bonito, pero lamentablemente no va con la realidad, la gente no se cuidó, no nos cuidamos como sociedad, algunas cuantas falencias por parte de los administradores (los políticos) también hubo, los casos de contagios aumentaron y volvemos a como el primer día, ya anunciaron por los medios de comunicación el regreso a la cuarentena estricta a partir del 1º de julio.



Por la misma vereda, vereda que solo se compone de un contrapiso, y que está embellecida con muchos plátanos, una hoja de estos quedó impresa, estampada, en el cemento, no sé si solo era la marcada de la hoja, o si era la hoja misma petrificada.


En tanto que en el alambre que marcaba el límite del ex-zoológico, quedan los restos de una planta, un árbol o arbusto que en su vida se fue comiendo el alambrado, luego lo podaron, lo cortaron, y eso quedó, en su lucha contra el alambre, un trozo atrapado, que resistió, incluso fue pintado de verde como el enrejado.


Llegamos al Teatro Sarmiento, en un paredón que está allí, que antaño supo estar todo grafiteado, arruinado, ahora han pintado un mural. La imagen refleja un grupo de personas, en fila, y la sombra de ellas.


Busqué en la web sobre este mural y en una página complejoteatral.gob.ar que entiendo sería la información oficial, encontré lo siguiente:

https://complejoteatral.gob.ar/ver/MARCELA_SINCLAIR

https://complejoteatral.gob.ar/ver/MARCELA_SINCLAIR/intervenciones-site-specific

https://complejoteatral.gob.ar/ver/MARCELA_SINCLAIR/la-intervencion

En la búsqueda, Google también me devolvió otro resultado de un Instagram, que luego me doy cuenta, es de la misma artista que lo realizó, donde emite una reflexión sobre la obra.

Captura de Instagram.

En Instagram hay varias fotos más que juegan con este mural.


Lo que me llamó la atención es una tanda de fotos que colocan al mural como arte nacido por inspiración de la pandemia del covid-19, pero si confronto eso con lo que antes leí y subí aquí mismo de páginas oficiales, el planteo de esos medios pareciera ser erróneo, más bien a uno se lo ocurrió asociar ese mural con el coronavirus, pero eso, a mi modo de ver no es correcto. 

En una página llamada PORLAVISION con fecha 07/04/2020 titulan El arte callejero en el mundo se inspira en el COVID-19 

https://porlavision.com/el-arte-callejero-en-el-mundo-se-inspira-en-el-covid-19/

Y suben lo siguiente:

En la misma fecha, el diario Clarin titula Grafitis y coronavirus. Murales sobre la pandemia: el arte callejero en la era del Covid-19 en el mundo.

https://www.clarin.com/sociedad/fotogalerias-murales-pandemia-arte-callejero-covid-19-mundo-coronavirus_5_AGKog6WG7.html

Y suben lo siguiente:


Le tomé varias varias fotos antes de continuar.


Lamentablemente el mural ya fue vandalizado por algún inadaptado sin nada mejor que hacer. Es llamativo, el contraste, y las sombras, donde cualquiera puede verse reflejado como un semejante. La fila la inicia un perro suelto, sin correa, al que vemos desde atrás, caminando hacia algún lugar, que prácticamente no tiene sombra, o si la tiene es muy tenue. Uno parece utilizar borceguíes, otra está mirando el celular, y una persona lleva una paragüas cerrado, la fila sigue con cinco o seis personas más que no aparecen mis fotos, una de ellas, un joven en skate. 



Cayendo la tarde.

Más adelante, en una vereda, había un manojo de globos, mayormente violetas y celestes, que se estaban desinflando lentamente. 


La última foto pertenece a otro mural, un restaurante de comida asiática, que en su frente tenía pintadas un collage de letras, palabras y algunos dibujitos, todo repetido, ahora refiere a su nombre con un nuevo mural por sobre el anterior, una Niño Gordo montado, en lo que parece ser un pez koi, esos característicos de los tatuajes.



Con más de 7300 pasos concluye esta caminata.