viernes, 31 de agosto de 2018

Media Maratón 21 K. - Parte I.

Fui invitado con anticipación a presenciar este evento de Media Maratón 21 K.
Acepté. Que se llevó a cabo el día domingo 26 de agosto de 2018. Y en los días previos no vi ni una sola noticia en los medios masivos de comunicación, al menos los que visito asiduamente, un enveto que reúne a miles de participantes y parece que prácticamente ningún medio de hace eco, es deporte, es saludable, es tranquilo, es motivador, pero nada, no es lo suficientemente relevante para los canales de comunicación, ¿será algo cultural? Una bajada de línea editorial, que al no ser un evento de futbol que sí tienen recepción en los medios, entonces mejor ignorarlo como tantos otros eventos deportivos menores, y siempre avocado a eventos deportivos sin entrar a considerar otros tipos de eventos como los musicales o los artísticos. ¿O será económico? Si el organizador del evento no paga, los medios no publicitan. No es descabellado pensar esto en este país. Pero al mismo tiempo tampoco es relevante, dado que el evento estaba organizado con mucha anticipación, los organizadores ya tenían hace tiempo acreditado a los participantes, que pagan la inscripción, entregan los certificados médicos, retiran el equipamiento, es decir, para los organizadores con o sin publicidad, ya tenían los miles de participantes anotados, para el resto, casos como el mío, el acercarse como espectador era completamente gratis, claro que en una carrera de única vuelta solo se ve la partida y la llegada. No obstante, sí hubo un medio que el día anterior, sacó una buena nota dando cuenta del evento, increíblemente ocupando gran tamaño de la página web, es decir, todo el ancho, y con infografía incluida, pero no todo el lindo, si bien es saludable la noticia, el foco de la misma estaba puesto en los cortes de calles que se iban a producir como consecuencia del paso de los maratonistas.

Infobae.

¿A qué viene este comentario sobre los medios y el evento? Porque lamentablemente a los 4km de largada un corredor se descompensó y luego falleció, y esta noticia, triste, posible pero remota (las probabilidades que un corredor muera en una maratón son de 1 en 50000), fue levantada por todos los medios de comunicación, no solo virtuales, sino también televisivos y gráficos. Más que nada por todos aquellos medios que ni siquiera mencionaron la realización del evento. Es cultural, en la escala de prioridades para algunas editoriales, es más relevante la muerte de una competidor (posibilidad remota) que el evento deportivo con más de veinte mil competidores. A mí no me parece mal que se de cuenta del fallecimiento del competidor y todo lo que de allí se dispara ¿hubo controles? ¿se solicitó apto médico? ¿fue bien entregado? ¿había ambulancias? ¿personal médico? ¿funcionó, actuó rápido, todo como corresponde o hubo fallas?  Además de los comentarios de especialistas que siempre suman en todo lo referido al deporte y la actividad, el entrenamiento, la preparación, etc… lo que me parece mal es la falta de equilibrio, el desinterés por el evento y que “salga a la luz” luego de un suceso desafortunado.


La hora anunciada para el comienzo de la media maratón eran las 7:30am. Salimos con tiempo de sobra. Fuimos en auto. Y ya cuando nos íbamos acercando a unas quince cuadras se hacía notar el aumento del tráfico. Llegar a un evento de esta magnitud en auto, presenta el problema del estacionamiento. Si bien se podía estacionar de las dos manos en los alrededores, para una hora antes del comienzo estaba todo completo. En estos casos, si hay posibilidad, es mejor llegar en taxi o colectivo. Aunque muchos vienen del interior o de localidades cercanas y no les queda otra que buscar lugar. En una de las vueltas, al girar por la calle Migueletes, antes de llegar a Blanco Encalada, tuvimos la suerte de encontrar un estacionamiento, a solo seis cuadras del lugar de partida. Y los corredores iban llegando, algunos solos, otros en grupos, por una vereda, por la otra vereda, y así, llegamos nosotros también.

El evento cuenta con página web http://www.maratondebuenosaires.com/21k.html

Llegamos entre unos diez a quince minutos antes del horario de largada. Ya estaba lleno, muchos de competidores realizando el precalentamiento, trotando de allá para acá, algunos solos, otros en grupos. Cuando el organizador entregó las camisetas, diferenció colores por tamaños, talles grandes un verde agua, talles medios color azul, y así, no obstante, otros iban con sus propias ropas por encima de las cuales colocaban el número correspondiente. El sol apenas asomaba por el horizonte atrás de unos árboles, y hacía bastante frío. Los que iban (íbamos también) acompañando a algún competidor, los que luego ocuparían las tribunas y los detrás de vallas, todos abrigados con camperas, bufandas, guantes y gorros. Se veían muchas carpas, de distintos colores, inflables grandes, sponsor, marcas, todo los que algo tenían que ver con la competencia. Con un cartel en blanco y una I en rojo, caminaban los encargados de los informes. Algunos corredores llevaban camisetas con logos particulares.




Si no era una selfie, es probable que haya salido en esa foto.
¿Logo con pie amarillo?
Pude ver en la televisión, que los patitas amarillas son un equipo que llegó de Brasil, puntualmente de la ciudad de San Pablo, los Pa ná Rúa. También hubo competidores de Uruguay, Venezuela, Chile, Paraguay, Italia, Tanzania, Colombia, España, China, Alemania, Francia, Japón, y muchos más.


Informes
En todo momento pasaban música, mayormente ochentosa, queen, inxs, erasure, etc… y faltando aproximadamente cinco minutos para el comienzo, pasaron el himno nacional argentino, nadie se paró, todos continuaron con sus calentamiento, estiramientos, etc… pero cuando finalizó, se produjo una explosión de júbilo y todos aplaudieron y gritaron, era el preludio emocional del comienzo del evento. Inmediatamente después del himno, los corredores empiezan a dirigirse todos hacia a la entrada de la calle donde se irían acomodando listos para esperar la largada. Comienza a formase una fila paralela a la calle donde concentraban para largar, daban una vuelta en U y entraban entre las vallas para ocupar sus lugares.



Por nuestra parte, comenzamos a caminar para encontrar un lugar donde ubicarnos, la primera idea que se nos ocurrió, fue cruzar del otro lado ya que había más lugar y menos gente. Pero esto se dificultaba por el largo vallado de un lado y del otro de la calle por donde iban a circular los competidores. Igual empezamos a caminar, si no podíamos cruzar, lo mejor iba a ser encontrar un lugar para verlos pasar.
Los primero que vemos es una especie de box, donde se concentraban los corredores de elite, aquellos con un lugar preferencial que suelen llegar una hora antes que el resto, es decir, que los “comunes y normales” (es un modo de decir). Y dentro del grupo de los que salían primeros también largaban los participantes de las categorías especiales, sillas de ruedas, otras discapacidades y disminuidos visuales.



Box con el grupo de los corredores elite.

Algunos elegían lugares preferenciales
y se trepaban a lo primero que encontraban.

Dos pequeños comentarios para realizar, luego de visitar la página web de los organizadores, uno puede ver (y si corrió, encontrarse) el listado con el nombre y apellido, la posición, el número dorsal, el tiempo oficial, el tiempo neto, el ritmo, el país, el grupo de edad, la posición por edad, y la posición por sexo. Lo cual está muy bueno, pero esto último, el sexo ¿era necesario? ¿qué diferencia hace que esté o no esté en el listado de competidores?. En el listado, también aparecen un total de participante de una categoría particular, la categoría “Sin Datos”, los “Partic. ***** Unknown”, o sea, se los indica con el número dorsal que portaban, pero no se sabe quiénes eran ¿realmente se inscribieron? ¿lo hicieron de forma anónima? ¿o lograron introducirse de alguna manera y se calzaron una pechera numérica y así corrieron? Es extraño, que no se sepa quiénes eran, ¿o existía la posibilidad que corran pero que hayan pedido expresamente que no se publiquen sus datos?


Nosotros seguimos caminando bordeando la valla, con la intención, ya no se cruzar, sino de encontrar un lugar para podernos ubicar y ver pasar a los corredores. Y de repente se escucha el sonido de una banda militar. Todos giraron la cabeza, y allá, marchando por la vista con miras a la largada venía dicha banda. Pero antes de llegar, realizaron un desvío y se salieron de la pista. Según informan el cronograma del evento tres portales en la web (infobae.com, smartradio.com y lap.cx) se trataba de la Banda Regimiento de Granaderos a Caballo, pero ¿esto es correcto? Al verlos, lo primero que pensé fue que se trataba de la Banda Regimiento de Patricios, por dos características distintivas, la galera con pluma blanca y el moño rojo en la cintura (entre otros), claramente distinguibles del morrión con penacho y las charreteras propias de los granaderos, en el mismo portal Infobae señalan sus diferencias https://www.infobae.com/tendencias/2017/09/29/patricios-y-granaderos-colores-elementos-e-insignias-de-los-uniformes-historicos/
Otra característica de los Patricios, son las bandoleras cruzadas, que son las que portaban los integrantes de esta banda militar. Por eso que antes mencioné, creería que se trataba la Banda de los Patricios y no la de los Granaderos como figura en el cronograma.



Asomaban los primeros rayos cuando largaron, y entre la algarabía del público pegado a las vallas, apenas vimos alejarse, cuando ya habían pasado los corredores del grupo elite con sus camisetas color naranja.


Al tiempo que pasaban los corredores no videntes junto con su acompañante, salen varias motos, inmediatamente después el auto con el cronómetro. Algunos fotógrafos se cruzan por la pista buscando su foto. Muchos de los motociclistas llevaban un chaleco naranja con la leyenda “moto para evento”.



Seguimos caminando, y todo esto sucedía en los últimos dos o tres minutos antes de la largada general, en nuestro camino, podemos ver que todavía llegaban corredores rezagados que aún no habían ingresado a la pista, algunos venían panchos, caminando tranquilamente, otros venían trotando y corriendo apurados.





(Continúa en la entrada parte II)

jueves, 30 de agosto de 2018

Media Maratón 21 K. - Parte II.

Llegamos a una esquina, cruzamos por debajo de un arco inflable que habían instalado allí. Seguimos caminando, siempre bordeando la valla, buscando un lugar para instalarnos, de un lado el público asistente ya se había ubicado, y del otro lado, por la vereda, los que circulaban de un lado y del otro, más aquellos corredores que ya llegaban tarde al punto de salida.
Llegamos a otra esquina, la del cruce con la calle Juramento. Estábamos a cuatro calles del punto de inicio. Si bien ya había menos gente, todavía había bastante y las vallas estaban colmadas. Unos metros más adelante, encontramos un hueco en la valla, y allí nos colocamos. Justo a tiempo, ya que habían largado, y allí venían todos…
Al comienzo, algunos empiezan a separarse del resto, pero como todo comienzo, cuando viene el grueso de los corredores, era impresionante verlos pasar todos juntos.
Y pasaban, y pasaban, y no terminaban más, al tiempo que pasaban los minutos, y así habrán sido unos once minutos, hasta que comenzó a decaer y ya solo pasaban los más rezagados, y todos aquellos corredores que iban llegando tarde y salían a medida que entraban a la pista.










Algunos del público ya se pasaron del otro lado de la valla.




En un momento algunos ya se habían pasado para el otro lado de la valla, no sé como hicieron, si encontraron un espacio, si la saltaron, si llegaron caminando desde algún otro punto, lo cierto es que algunas personas ya estaban del lado interior de la pista por donde circulaban los corredores. Muchos de los corredores llevaban cuellos y pañuelos que le cubrían toda la cara. Supongo que era debido al frío de la mañana.


Dos corredoras se detienen para acomodarse el celular y cronómetro.

Público de los dos lados de las vallas.

En este momento pasó un avión.

Un perrito también corría en la pista.


A los 15 minutos de haber comenzado el evento, continuaban pasando corredores, pero ya cada vez menos, y más espaciados entre ellos, los que largaron últimos, los que llegaron tarde, los que no les gusta ir todos juntos, los que van a su ritmo, los que tuvieron alguna dificultad y se demoraron, etc… Tenían toda la calle para ellos, la pista se presentaba  abierta para estos corredores que no formaban parte de aquellos corredores gregarios que ya habían pasado antes.
Los primeros rayos del sol alcanzaban este lado de la valla, cruzaban toda la calle y nos daban de lleno.
Entre el público algunos estaban callados, algunos aplaudieron al comienzo, y otros más efusivos gritaban palabra de aliento como ¡Vaaaamooss! , ¡Arriba! , ¡Vamos que esto recién arranca! , ¡Vamos chicos! , etc… Algunos del público tenían carteles. Casi al comienzo, a pocos metros de la largada, habían instalados dos tribunas, unas pocas gradas, claramente insuficientes, para el público, que finalmente se fue acomodando a los lados de las vallas. Cerca nuestro un grupo del público se la pasaban gritando “JRA” que evidentemente era un corredor/a. Casi veinte minutos gritando el JRA, pero JRA nunca pasó, es decir, si pasó, pero nunca lo/la vieron, finalmente, cuando ya casi nadie pasaba, desistieron del grito. En tanto que otro grupo de corredoras, la hicieron al revés, decidieron pasar entre los últimos, claramente visibles, pero además llevaban globos, con lo cual concentraban todas las miradas y no pasaban para nada desapercibidas.

Nos alcanzan los primero rayos del sol.

Nos alcanzan los primero rayos del sol.

Grupo de corredoras con globos.
Llegado este momento, pasaban muy pocos corredores, pero lo cierto es que no dejaban de salir, iban menguando en cantidad, cada vez más espaciados, pero seguían pasando. Nosotros, decidimos dejar este lugar de la valla, y tratar de cruzar al frente. ¿Cómo? No sabíamos como hacerlo, así que comenzamos a caminar, con la esperanza que en algún momento iban a finalizar las vallas.


(Continúa en la entrada parte III)

miércoles, 29 de agosto de 2018

Media Maratón 21 K. - Parte III.


Un cartel en el suelo.
En el piso vimos un cartel indicador para “corredores sin dorsal”. Seguimos caminando una cuadra más, y las vallas parecían no terminar nunca, pero en eso vemos un pequeño hueco, justo donde había una moto con un policía. La moto estaba del lado de adentro de la pista. Era la oportunidad para cruzar, oportunidad que visualizaron tres o cuatro más, dado que cuando nos dirigíamos a ese hueco entre vallas, se nos adelantaron otros y cruzaron, y luego nosotros, y luego otros más. Los corredores seguían pasando, pero en muy poca cantidad y bastantes espaciados, así que se pudo cruzar bien, sin perturbar a nadie ni afectar la competencia.

Llevaban tortas.


Interesante como estacionó el auto.
Ya del otro lado de la valla, comenzamos a hacer el camino inverso, volviendo hacia el lugar de partida. La idea era encontrar un lugar donde poder visualizar lindo la llegada de los participantes. Claramente estaba más despajado, menos gente. Por partes las vallas estaban desiertas.


Y ahí vemos que de un lado de la pista, regresaba la banda militar.



Pasamos una grúa fija, y del otro lado, sobre el césped, otras carpas, donde al parecer los corredores dejaban sus pertenencias en bolsas o no sé para que serían, lo cierto es que había muchas bolsas blancas en el piso, dentro de esas carpas. 


Seguimos caminando y ya casi acercándonos a la meta, el punto de llegada, nos ubicamos en un hueco entre las vallas. En este sector, había banderas que reflejaban a los países participantes. Fue justo donde estaba la bandera de Brasil donde nos ubicamos. En un primer momento todo ese sector estaba vacío, luego se fue llenando.
En un momento, me di cuenta que al lado, justo debajo de la bandera de Brasil había un buzo naranja, pero no había nadie, ni siquiera había nadie alrededor. ¿De quién sería ese buzo? ¿Alguien se lo había olvidado? ¿o alguien lo había dejado? Le saqué una foto. Luego, al mirar todas las fotografías, resultó que el buzo era de una chica que estaba sentada en el piso apoyada sobre un árbol, entre ella y el árbol, había colocado el buzo. En algún momento, esta chica se fue, pero dejó el buzo justo debajo de la bandera de Brasil. Lo había dejado para reservar el lugar, y al parecer con mucha confianza, con el riesgo que alguien se lo lleve. Más tarde la chica regresó, y en algún momento hizo preguntas en portugués que no entendimos. El corredor al que apoyaba llegó entre los del primer grupo, después de los de elite, así que se fue rápido.

Un buzo color naranja que alguien había dejado.

La dueña del buzo naranja.
Como estaba fresco, y corría viento, naturalmente, las banderas ondeaban. Pero al resto de las banderas las habían atado, y la de Brasil no, en un momento, ya molestaba para tomar fotografías, intenté atarla y no lo logré, se desató, pero había otra chica del otro lado, más atenta, que con suma rapidez le dio un par de vueltas, le hizo un nudo y listo, problema solucionado, como diciendo “aprendé pibe, así se hace”. Esta chica, ya la tenía clara en esto de las maratones, para pasar el rato, se había llevado un libro, se sentó, y se puso a leer. Claro, había que pasar, alrededor de casi dos horas hasta que lleguen los competidores, salvando los del grupo de elite (los más rápidos) el resto se tomaba su tiempo. Otros del público, se habían traídos sus equipos y se fueron a sentar en la zona del césped, o donde estaban los pilotes, y allí esperaban con rondas de mates. Justo enfrente nuestro, estaban las tribunas, allí también estaban cómodamente sentados, esperando el regreso. Y por la pista, 35 minutos más tardes, seguían pasando corredores que recién largaban.

Tribunas

Corredores que seguían pasando.
A la distancia ya se veían personas de la organización preparando todo para la llegada, colocando un par de arcos inflables sponsoreados en la pista, y en el punto de llega, un par de chicas preparándose con la faja de llegada, y detrás unos cuantos con pecheras posiblemente de seguridad y organizadores, además de un grupo de personal de limpieza que iba dejando todo presentable. De fondo seguía sonando la música, y la voz de los conductores del evento que transmitían la información referida al curso del evento.




(Continúa en la entrada parte IV)