lunes, 27 de octubre de 2014

Basílica del Espíritu Santo.

(Crónica de un día de Mayo de 2007). El último domingo, volvía caminando, y se me dio por ingresar en una Iglesia, no se porque, para hacer un poco de tiempo, y de paso verla por dentro, su arquitectura, sus imágenes, como está cuidada o descuidada, y todas esas cosas que uno ve en una Iglesia, al margen que una Iglesia es un lugar para la oración.

Y en mi camino se encontraba la Basílica del Espíritu Santo, el templo de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en la intersección de las calles Medrano, Mansilla y Paraguay. Inagurada en 1907.
Esta Iglesia posee dos torres frontales con 54 metros de altura. La arquitectura es de estilo románico. Más especificaciones no se, solo lo que puedo leer en internet.

El sitio web de la basílica es
http://www.parroquiaguadalupe.com/
donde dice que se trata de la
Primera Basílica dedicada al 
Espíritu Santo en América Latina.

Como decía, volvía caminando, vi gente en la puerta de la iglesia, imaginé que estaba abierta ingresé. Ya adentro había ya algunas personas sentadas y unos pocos parados, y como efectivamente supuse, estaba por comenzar una misa. Así que no la recorrí mirando las imágenes como pensaba sino que me adelanté hacia la mitad y me senté en un banco que estaba desocupado a esperar, a ver si comenzaba o no una misa.

Y así fue, a las 20:00hs comenzaba la misa, había algunos sacerdotes que estaban confesando, pero cuando pasé yo no había nadie confesándose.

Justo el banco en el que me siento me impedía ver el altar debido a que estaba detrás de una columna, pero aún así el lugar era lindo, cómodo, dado que hacía algo de calor, yo tenía puesto un pulóver y como estaba la puerta lateral abierta, corría aire, así que no me moví de lugar.

Comenzó la misa, la daba un sacerdote con acento de otro lugar, posiblemente un extranjero, un sacerdote joven. Hacía muchos años que no participaba de una misa, en este caso fue la mitad, porque me fui antes que finalice.

El sacerdote comenzó saludando con un “buenas noches” y luego todo el rito de la misa católica como sucede siempre.

En la Iglesia había muchos mayores y un número importante de jóvenes, había gente parada, y estaban casi todos los bancos llenos, pero me dio la sensación que faltaba gente, o más bien que la gente que estaba parada bien podría haberse hecho lugar en los bancos “llenos” pero con espacios para más.
El sacerdote en la interpretación de los Evangelios y en varias partes más de la misa (pedidos al Señor, ofrecimiento de la misa, etc…), actualiza o se actualiza la misma historia de siempre, en un caso hizo hincapié a aquellos jóvenes que se deciden por la vida sacerdotal, punto que me llamó la atención, ya que antes no se escuchaba pero ahora hay faltante de religiosos y es natural que pidan eso, ya que es un noticia que se lee en los diarios, luego una palabra muchas veces repetidas es la de “políticos corruptos”, algo verdadero pero lo malo es la generalización, ni siquiera rescatando a los que no lo son, claro que en ningún momento se mencionó a los “sacerdotes corruptos” o los “sacerdotes criminales”, etc… y luego muchas frases generalizadoras, acusadoras, pero que en definitiva no dicen nada, como “que se acabe la mentira” , más bien expresiones de deseo que guían el camino a seguir pero que no dicen nada ni sirven para saltar piedras.

El cancionero comprendía prácticamente todas las mismas canciones que ya conocía, pero con diferente entonación. Un coro alrededor de una chica con guitarra que cantaba, que ponía voluntad e imagino que lo haría con ganas.

En fin, a mitad de misa, salí por la puerta del costado y me fui. No es malo, la Iglesia como lugar de oración, para ir a reflexionar un rato, en silencio mejor, tranquilo, algo aislado del mundo exterior, en el medio de la Ciudad y después salir y continuar el habitual día a día.

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