viernes, 24 de julio de 2020

Caminata 29. 4.46km. 44min.



Un nuevo día y una nueva caminata. En esta ocasión no cumplí con la meta autoimpuesta de 1 hora por día. Estuve cerca, me faltaron 12 minutos, completé 48 minutos en total, y 44 minutos como registro de recorrido. Tampoco soy un fanático de caminar, se camina lo que se puede, pero el plantearse objetivo lo vuelve más interesante. Y el objetivo más alto es el que presenta la app que utilizo, son 200.000 pasos al mes, esto da un promedio de alrededor 6500 pasos por día, y esa cantidad de pasos se suele alcanzar en casi 1 hora. El promedio estándar que presenta la app son de 6000 pasos diarios, y estos los alcanzaba entre los 50 y 55 minutos. ¿Qué me costaba completar 60 minutos? Casi nada, de allí que me autoimpuse completar 1 hora por día.
En este momento vengo en los 177.000 y restan 23.000 que se pueden hacer en 3 o 4 días, y restan 7 días para que finalice el mes. Es decir, vengo relajado, ya casi doy por cumplido el objetivo principal de caminar tanta cantidad al mes. 




A poco de comenzar la caminata veo pasar un fitito, ¡otro fitito!, tome el celular, cargo la cámara, apunto y disparo, lo que me da por resultado una foto movida, no dio tiempo a estabilizar el sensor, pero por suerte alcanza a verse el auto, un Fiat 600 blanco. Me sorprende el gusto de los argentinos (asumo que los conductores/dueños son argentos) por estos autos, ya voy viendo tres o cuatro en poco tiempo, funcionales y diversos. Podría crear un juego llamado captura un fitito con una foto.


 

De ida prácticamente no tomé fotos, o si lo hice no me parecieron relevantes, tal es así, el segundo tramo fue el más rápido. Al parecer, a la vuelta bajé ritmo y viniendo más tranqui fue que fotografié algunos murales sobre la calle Julián Álvarez


El primero, sobre una pared vieja, un rostro femenino con cabellos azules, y lleva la firma de AM. No pude encontrar nada sobre este mural, ni quien lo hizo, ni cuando, ni de que se trata, ni siquiera fotos. Bueno, ahora aquí va la imagen que le tomé. Mirando Google Maps, este mural habría sido realizado entre la segunda mitad del 2015 y/o durante el 2016, para octubre de 2016 ya figura realizado. Han pasado cuatro años, ya se encuentra desgastado por el tiempo. Increíblemente este mural sobrevivió al vandalismo, ningún graffitero de poca monta, de los que hacen garabatos, se atrevió a agredirlo.
En mi foto no aparece, pero mirando las imágenes de Google Maps hay una segunda firma, que comienza con una @, que indicaría el camino a una red social, posiblemente el usuario de una red social. Así es que llegué a un tal ACME AM, cuyo nombre es Miguel Ángel Madrigal, un artista de street art que cuenta con muchos murales en su haber, y algunos en Argentina, pero mirando sus fotos, no encontré la imagen de este mural, ¿será su autor o estará equivocado? Si miramos la imagen, los cabellos azules no remiten a la “mujer maravilla” pero las facciones del rostro nos remiten a rasgos de inspiración latinoamericanista.


Una calle más adelante, siempre dentro de la Comuna 15, en otra vieja pared, que incluye restos de una puerta clausurada, pared con fondo blanco, presenta dos obras de arte callejero (Street art).
 



La primera de ella, se compone de dos alas blancas sobre amarillo, formando un círculo y la poética frase Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo.
Tengo comentarios para este mural. Se está descascarando, la pintura lentamente se está cayendo y se encuentra bastante deteriorado. No obstante resistió el paso del tiempo y no fue atacado por los gamberros con aerosol. Parte de la pintura inferior de desprendió y deja ver restos de graffitis burdos escondidos detrás.
En mi fotografía no sale, pero sí se ve en Google Maps que lo registró, tiene fecha de creación, pero no sólo año, fecha exacta 27-02-2015, incluso una hora, las 11:25, tal vez la hora en que culminó la obra. Del otro lado, la firmas, hay dos, una dice Blanco 2015 y la otra Maryvu.
 



Este mural pareciera ser de tinte espiritual-esotérico, la iluminación, la libertad, el alma, el viaje, el volar, el contacto con los ángeles, el karma, la liberación, la sanación, etc… toda una idiosincracia popular, superficial, propia de la cultura de masas, de cierta cultura de masas, que no indaga ni busca el conocimiento a través de los libros sino más bien de la “experiencia” que en estos casos sería el boca en boca y “ciertos” iluminados (charlatanes convocantes). Es mi impresión de lo que interpreto visualmente al ver el mural. (Las alas también forman parte de la carátula de otro álbum del grupo que mencionaré a continuación)
Y lo pictórico hay que unirlo a lo escrito, la frase que lleva por título. La frase Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo, pertenece a una canción del grupo Calle 13, titulada La vuelta al mundo, que data del año 2010 publicada en el álbum Entren los que quieran. La ubican en el género rap fusión, y la frase en sí es el estribillo de la canción.
El grupo musical es puertorriqueño, tuvo mucha popularidad, ganó muchos premios, ganó mucho dinero y se puso a descansar desde 2015 en adelante. Personalmente no me gusta ese tipo de música, ni de ese grupo ni de otros, pero es claro que tuvo mucha repercusión, sobre todo entre los jóvenes.
El álbum Entren los que quieran presenta en la tapa unos cartuchos de dinamita con un reloj queriendo mostrar algo explosivo (un alerta). Y su título parece remitir a un grupo sectario, no es para todos, abrimos las puertas con un imperativo (entren) selectivo (los que quieran) como dejando la responsabilidad a quienes los van a escuchan (y se van a dejar llevar con sus letras).
Las frases Dame la mano y La vuelta al mundo son conocidas de la literatura desde antaño.
Y la canción es tomada como referencia para cuestionar algunas rutinas propias de las ciudades y los trabajos de oficina. A mi modo de ver es un análisis bastante cursi. Se parte de premisas falsas y se apela a la sensibilidad de los jóvenes en etapa de rebeldía, como señalando la posibilidad alterna de una vida diferente de placer por viajar y nada más que eso, que es la realidad es falso. Pero la canción se pone de moda, un montón de jóvenes-rebeldes la escuchan, la toman como letra insignia y no se la puede pasar por alto.

La letra es bastante inocente, ingenua no pensada, idealizando la figura de un viajero que no dice como viaja, pero sí se puede deducir de “dame la mano” como un sostenido por alguien, la inmensa mayoría de viajeros son trabajadores de todo tipo, y un gran porcentaje, son oficinistas, son los que movilizan el turismo de viajes.
El comienzo de la canción debería ser lo suficiente como para darse cuenta que no estamos ante gran cosa
No me regalen más libros
por que no los leo
Lo que he aprendido
es por que lo veo
El “No me regalen más libros porque no los leo” es un atentado contra la educación, contra el conocimiento, contra lo que luego te va a permitir viajar si es tu deseo de hacerlo. Esa frase se puede equiparar, llevándola al extremo, a “quemen los libros”. Pero no cabes dudas que es acertada en el contexto de la poética cancioneril, insinuarle a los jóvenes “no lean libros” cuando su formación requiere la lectura, es como darle un caramelo a un diabético, lo va poner contento y al mismo tiempo lo va a enfermar. Un acto de rebeldía con medios equivocados.
La segunda frase también tiene lo suyo, Lo que he aprendido es por que lo veo, que nos remite a la Biblia cuando el apóstol Tomás se negaba a creer si no veía. Pero algo más intuitivo nos revela la insinuación equivocada de la frase, ¿alguien que no vio el planeta Urano no tuvo manera de aprender sobre dicho planeta empezando por su existencia?, porque la frase en sí pareciera negar la existencia de lo que no se ve. Sacando del análisis el supuesto de lo veo significando que lo veo escrito. La propuesta del aprendizaje a través de la experiencia, podría relacionarse en la filosofía en el planteo de los empiristas Locke, Berkeley y Hume. El planteo «Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido?» y el tema de la existencia. Pero esto es ir demasiado lejos, y creo que la frase no iba por ese camino, ni siquiera nunca amagó ir por allí. A mí me parece que no es un buen mensaje, claro que tampoco me preocupa dado que, yo sí creo en el aprendizaje a través del estudio, la instrucción, el razonamiento, la lógica, formal e informal, no excluyo la experiencia, y la observación, de hecho creo que todos los medios son necesarios para conformar el proceso de aprendizaje, y esto me lleva a pensar que cualquiera con un nivel básico de educación logra descifrar la falacia que esconde en el texto la letra de la canción. También hay otro grupo de personas, que se creen la letra, la proyectan pero luego con el tiempo y otras herramientas con las que obtienen el conocimiento se desilucionan. Los que solo aprenden con “lo que ven”, con sola y exclusivamente la experiencia son los analfabetos, y también los outsider o marginales del sistema, los excluidos, y tengo por muy seguro que ninguno de ellos realiza viajes de placer para evitar la oficina y el cubo, de hecho, una mirada diría que nunca esas personas pudieron “ver” una oficina, ni siquiera tuvieron la oportunidad.



Este mural me dio para escribir, la canción a algunos les gustará a otros no, algunos se inspiraran en ella y otros la ignoraran, y algunos escribirán lo que piensan sobre la letra, así es, todas las letras se prestan a interpretaciones.
 
El segundo mural, o más bien en este caso, lo llamaría un graffiti, bien elaborado, pero que no tiene la fuerza para hacer un mural y es mi simple modo de ver, y lo voy a pasar por alto, porque la verdad que no me gusta, y no tengo nada que decir. Esta pared, a diferencia del otra parte, sí fue vandalizada, y parte del vandalismo afecto la obra. Era una pared muy tentadora para los vándalos de ocasión, mucho blanco a disposición. Lo que sí me interesa rescatar, es que ahí mismo, antes, desde 2013 a 2017 había otro mural, que ocupaba toda la pared, y ese anterior sí que me gustaba, era la repetición de una sola figura, la figura de la grulla de los deseos o grulla del papel, propia de la papiroflexia y el origami. Un antiguo mural con varios colores. Un mural que siguió la suerte de aquellos murales que no se revalorizan (o son revalorizados) y finalmente cumplen su ciclo y son descartados, muchas veces tapados por otro nuevo mural.




Un poco más adelante, un rudimentario y añejo cantero cerca el terreno donde vive un plátano (Platanus × hispánica), y ahí mismo crecen un surtido de plantas que lo acompañan (o compiten por el lugar donde las establecieron). Se destaca una de ellas, un cactus del género Hylocereus (la especie tal vez sea el Hylocereus trigonus o el Hylocereus undatus) al que han colgado con un hilo rojo asido al plátano para que trepe. Este en particular trata de hacer lo que puede con su soporte-guía con el que le han “ayudado”. Suelen alcanzar los 10 metros de altura. Es muy difícil ver su flor. 




Más adelante, en una esquina (Cabrera y Julián Álvarez) hay una cervecería, con un mural nuevo, es decir, fue pintando en algún momento entre mayo 2019 y febrero de 2020, es decir, es un mural relativamente nuevo. Un variopinto grupo de personajes pintados sobre el fondo original de la pared misma.






Cuando estoy revisando las imágenes, busco en la web algo sobre este “mural”, y me encuentro con más sorpresas para mí. ¿Es realmente un  mural? ¿Es una pintura sobre una pared? ¿Es un graffit? ¿o se trata de otra cosa? ¿tiene que ver algo de que sean figuras aisladas y no se haya completado toda la pared? ¿o se tratará de pegatinas? Está claro que hay una intervención, pero a esa intervención ¿como se la denomina artísticamente? La verdad que no lo sé porque no soy artista ni me dedico al arte, solo indago en la web y libros. Existe un nombre genérico, el de arte callejero (Street art). Todo esto se me disparó cuando observé con detenimiento una de las fotos. Llevan firma, y la firma dice Ninja Rojo. Así que comencé a googlear buscando el arte del Ninja Rojo. La primera dificultad aparece cuando se descubre que Ninja Rojo desea conservar cierto nivel de anonimato así que no se muestra, o cuando lo hace aparece de espalda, o con la cara pixelada, y en las notas no escriben su nombre, claro, se entiende que esto es para el público en general, porque su círculo de amistades y conocidos si lo saben, amén de presentarse en una actividad pública ¿qué artista busca ocultarse en un mundo hiper-conectado?, si querés esconderte te metes en un convento o te internas en la selva y no salís más, o simplemente te dedicas a algo de baja o nula exposición. Hoy día, el trabajo íntegro con seudónimo es difícil de concretar, tal vez uno de los pocos casos exitosos de seudónimo no descubierto (hay una versión que dice que sí), en la rama de la literatura, sería el de Elena Ferrante. Pero volviendo al caso del Ninja Rojo, entiendo que también se aprovecha un poco de incógnita en el mundo que se mueve como artista, y no me parece mal, cada quien juega como quiere.



¿Y qué fue lo que encontré sobre el misterioso artista conocido como Ninja Rojo?. Se trata de un referente del street art queer, un artista enmascarado, que no revela su identidad secreta, y que viste un diminuto short colorado cuando sale a realizar su arte. Según un cronista blogger en el año 2015, así describe al arte de Ninja Rojo: “a través del humor y la ironía, ninja rojo crítica fuertemente a la sociedad hetenormativa y binarista, pero también, a la propia comunidad gay y a los estereotipos que se replican ahí dentro.
El Ninja Rojo tiene una página en https://ninja-rojo.tumblr.com/

 


Antes de continuar, deseo manifestar algo sobre esta esquina intervenida con pegatinas. Realmente no me parece algo original, Ninja Rojo produce con esquemas (mayormente personas, pero también frases, figuras/objetos, simbolismos, etc..) repetitivos, cliches hartos trabajados. Nada nuevo, y además exacerba el aspecto sexual y ahí se queda dando vueltas en círculos sin poder salir. No obstante, en este trabajo, en estas paredes fotografiadas, hay cierta “mejora” o “cambio”, que supera lo “burdo” de la imágenes exclusivamente obscenas expuestas en la web, pegadas en otras paredes, en el pasado. Aquí Ninja Rojo, elabora una trabajo más tamizado, más cuidado, y tal vez tenga que ver que posiblemente hay sido contratado para hacer eso, y le hayan solicitado (o no) cierto recato no tan explícito. Así que tomando caracterizaciones conocidas, actores y actrices, ángeles, dioses mitológicos provenientes de diversas culturas, etc… arma una linda composición con los agregados “queer” y otros objetos de la modernidad actual (zapatillas, gorras, etc…) dándole un aspecto visual llamativo con el juego de colores al fondo sobrio del lugar.


Llegando al final de la caminata, me encuentro con otra intervención, que debería ignorarla y pasarla por alto, dado que es un claro ejemplo de la estulticia. Con fines meramente publicitarios, la manera informal e irresponsable para con los demás, pegan un amoroso corazón en el cartel indicador del sentido de la calle/avenida.



Es cierto que hay leyes, código y ordenanzas, y siempre las hubo, pero nadie se pone a controlar esto, y además si se pretendiera aplicar (con justa razón) una multa sancionatoria, se presentan tantos vericuetos, sobre todo por el tema de la prueba y la adjudicación de la autoría que queda en la nada, sobre todo resulta realmente inútil una acción legal cuando para cuestiones “más importantes” no las hay, pero así como existe este vacío, también existe la corrección informal, vecinos que cuando ven algo fuera de lugar (hablo en general) lo arrancan y lo desechan (pasa mucho con volantes de índole sexual pegados en contenedores o postes de luz, y también afiches políticos que en este caso son los grupos políticos contrarios que los tapan con los propios o los arrancan), y visto este sistema de desarreglo-arreglo informal es que buscaron un lugar un poco molesto y fuera del alcance de una mano humana, que también se cuidaron de colocarlo allí y no en todos los carteles de señalización lo que se les volvería en contra de sus deseos de provocar y fastidiar a los demás. Con una frase en inglés (no podía ser de otra manera), sino no era algo cool. Esta pegatina sí que es una cursilería barata y no más.

 

Así concluye la caminata de este nuevo día.

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