sábado, 25 de julio de 2020

Caminata 30. 7,15km. 1hs 9min.


La caminata del día de hoy tomó rumbo norte. Incluyó barrio Palermo y barrio Colegiales. Entre ida y vuelta poco más de 7km. Tomé Av. Santa Fe y continué por Av. Cabildo. La idea era ir a una librería que cada tanto voy, una librería de usados. Un local pequeño, es de aquellas librerías que frecuento ocasionalmente y no es de las concentradas en la zona de Corrientes. Y mí preferencias se basan en poco cualidades: buena atención, precios acordes, títulos que me interesen, y no mucho más. Y estos mismos parámetros lo aplico a todos los locales comerciales que frecuento, parecieran simples, y sin embargo, no siempre es así. En este local, ya he comprado algunos títulos, y otras veces también me volví con las manos vacías, desde enero o diciembre que no iba, así que me encaminé ahora que ya abrieron las librerías “con protocolo”.

El día estaba frío, la gente vestía camperas, guantes y gorros. Me fui contento con la idea de buscar, encontrar y comprar algún libro. Y tal es así que de ida, le metí pata y no tomé ni una foto, derecho al objetivo. En 29 minutos había llegado, y me doy con la sorpresa, ¡había cerrado!. Desde la vereda de enfrente podía ver leer en la persiana nos mudamos.

Librería cerrada.

Aun así, me crucé a leer bien la persiana. El mensaje era más largo y decía Nos mudamos a Céspedes 2737 (A 100 mts).

Librería cerrada y mudada.

¡100 metros! No es nada, llego a la esquina, giro y ahí tiene que estar. Me fui hacia allá. Y ahí estaba el nuevo local. Y se encontraba cerrado, era sábado por la tarde. Bien, le tomé una foto, y me propuse regresar en día hábil.

Librería cerrada. Nuevo local.


Justo al lado hay un maxikiosco y librería. Nótese que en Argentina tenemos una misma palabra para designar dos comercios distintos. Librería. Existen las librerías que venden exclusivamente libros (y a lo sumo, revistas) y también existen las librerías que venden todos aquellos artículos para escolares y oficinas.


Amigurumis.

Es un maxikiosco y librería, que en frente tiene pintados botones y carreteles de hilos propios de una mercería, y también ovillos de lanas como una lanería. Fueron los amigurumis expuestos los que me llamaron la atención y les tomé una foto.

Ahí di una vuelta manzana y entré al barrio de Colegiales. La Av. Cabildo en esa zona, delimita Palermo de Colegiales, entiendo que estaba del lado de Palermo, pero cuando crucé la avenida, pasé a Colegiales. Tomé por Ciudad de la Paz y emprendí el regreso.


Pasé por una casona con un cartel que decía Kung Fu. Y le tomé foto por eso mismo, por Kung Fu. Es conocido que hay muchos lugares más donde se lo practica. No sé como funcionan, parece que siguen a un mentor o maestro o una escuela, como si fueran clubes. Le tomé foto porque me recordó que es una de mis artes marciales favoritas, al menos para verla en acción, tal vez por influencia del cine en las décadas de los ´70 y ´80 (mezcla de peleas y acrobacia) sumado al giro de comedia que le dio Jackie Chan en sus películas. Nunca vi la serie famosa que lleva ese nombre.


Más adelante, en una vereda sobre la misma calle que venía circulando, me llamó la atención, un cantero que contenía un arbolito joven en pleno proceso de crecimiento, quizás un ficus, y a su alrededor había plantado el arbusto corona de Cristo (Euphorbia milii), lo que me pareció divertido, fue un segundo arbusto corona de Cristo ubicado en el mismo cantero pero dentro de una maceta que tenía toda la pinta de haber sido una garrafa. Si lo era o no, no lo sé, pero era reciente, y estaba pintada de verde oscuro, combinando con el borde del cantero en la vereda. El juego mental de ver una planta repleta de espinas, “peligrosa”, protegida en su base por una garrafa, un tanque protector metálico.




Giré por la calle Tte Benjamín Matienzo, y una casa/casona llena de ventanales con balcones, la fachada repleta de plantas enredaderas y trepadoras la cubrían de verde, y algunos banderines cayendo. Le tomé foto al pasar. Se trata de la institución CIC (Centro de Investigación Cinematográfica).

CIC.


Retomé por Av. Cabildo. Y le tomé foto a un Escarabajo. Así lo conozco, pero este auto recibe muchas denominaciones  (Volkswagen "Tipo 1", comercializado como Käfer, Beetle, Escarabajo, Sedán, Vocho o Fusca, entre otros nombres. Por su apariencia y mi desconocimiento creía que eran autos viejos, los imaginaba no habiendo pasado la década del ´60. Craso error mío, estos autos los produjo Volkswagen desde 1938 hasta 2003. Es difícil saber por mí a que año y que características tiene este Escarabajo. Pero le tomé foto, porque me gusta descubrir autos antiguos, raros, extravagantes, deportivos, exóticos, etc… es decir, todos aquellos autos (y otros tipo de vehículos) que no es común ver diariamente.

Volkswagen Escarabajo.

Volkswagen Escarabajo.


Luego le tomé una foto, a un enrejado de ventana expuesto en una pared interior, visible desde la vereda, de la Escuela Técnica Nº 3 D.E. 9 Reg 8ª María Sanchez de Thompson. Esta escuela se encuentra justo por encima del Viaducto Carranza, donde comienza Av. Cabildo. Pasando el viaducto, la avenida cambia de nombre y pasa a ser Av. Santa Fe.

Escuela Técnica Nº 3. 


Y es así que no termino de pasar el viaducto, y aparece otro Escarabajo. Uno color beige, todo desvencijado, pintura caída, oxidado, abollado.

Volkswagen Escarabajo.

Volkswagen Escarabajo.


Luego pasé por una dependencia del ANSES. Allí han colocado un banco rojo. Este país como en otros, refleja las tragedias con estrellas amarillas para las víctimas de tránsito urbano, bicicletas blancas para los crímenes contra ciclistas, cruces mortuorias a la vera de las rutas (sobre todo en el interior del país, a veces también se construyen ermitas) donde se produjeron accidentes, y bancos rojos para víctimas mujeres como resultado de la violencia de género. Nada de todo esto es original argentino, y el caso de los bancos rojos surge en el año 2017 en Italia. Fue copiado y un grupo de personas, hacen un acto colocando bancos. ¿Realmente sirve de algo? En mi caso, lo veo, le tomo una foto, busco información al respecto y escribo una pequeña reflexión equivocada o no. Pero me pregunto ¿cuántas personas que lo ven hacen lo mismo, parecido o les genera algo? y además, a los violentos de género ¿les afecta en algo ver un banco rojo? Dado que parto de la base que a mí no me afecta, porque no me considero un violento de género, me asustan y preocupan más las estrellas amarillas y las bicicletas blancas, más que los bancos rojos, porque con las dos anteriores puedo ser una víctima directa, y además porque hay mayores probabilidades que te toque en las otras que en esta, y agrego que no estoy en el mundo de la violencia de género lo cual funciona en cierta medida como excluyente (lo mismo digo con las campaña agresiva de fotografías de personas enfermas en las cajas de cigarrillos, como no fumo y evito a los fumadores, las paso por alto, como que no me afectan directamente). 


Banco rojo.

Pero volviendo a los bancos rojos, este en particular lleva la frase Vivas, libres y sin miedo, nos queremos. A mí me parece bien estos homenajes, pero claramente insuficientes para cambiar una realidad, y sacarse fotos para los medios y salir en algunos artículos y nada más, creo que no sirve de nada. Me pongo a pensar, en el año 2010 se sancionó una ley que introdujo una figura penal, el femicidio. Me parece cualquier cosa desacertada, creo que cualquier homicida debería ir con prisión perpetua y no solo los homicidas de mujeres sumado al crimen determinadas pautas. Pero al margen de lo que piense yo, ¿sirvió para algo esa ley? Para enjaular a los homicidas sí, y lo festejo, que no salgan más (al menos 35 años mínimo pero además, la cuantía, lleva una carrga simbólica), pero la violencia sigue, no decayó, entonces mi razonamiento es que esa ley penal fue y es insuficiente. Al periodismo, a los abogados, a los legisladores, y a los grupos sociales que se avocan a la cuestión parece no importarles no los percibo (en lo que me llega a traves de los medios) como para enfatizar más en el fondo de la cuestión, reducir lo más posible los femicidios. Me remito a cifras:
Entro a la web http://www.lacasadelencuentro.org/femicidios03.html
Y veo los datos (y le creo lo que publican)

En Argentina en 12 años 3251 femicidios, transfemicidios/travesticidios y femicidios vinculados de mujeres y niñas.

    Año 2019 = 299
    Año 2018 = 273
    Año 2017 = 295
    Año 2016 = 290
    Año 2015 = 286
    Año 2014 = 277
    Año 2013 = 295
    Año 2012 = 255
    Año 2011 = 282
    Año 2010 = 260
    Año 2009 = 231
    Año 2008 = 208

Miro y analizo a la ligera, desde la ley de 2010, no bajan de 250, y están más cerca de 300 que de 250. Desde 2008 la línea sube y no desciende, entonces me pregunto ¿sirvió para algo? para la televisión y la gráfica sí, es una palabra top, el femicidio de, el femicida tal, pero… ¿? Sigue habiéndolos, los legisladores solo se reúnen una vez por semana, años 2019 y 2020 batieron record de menor cantidad de leyes tratadas y sancionadas. Los grupos sociales y las ong, y los partiduchos de izquierda hacen marchas, salen en la tv, hablan por megáfonos, pegan afiches, y dictan talleres, pero siempre son para los “amigos”, justamente los grupos que impulsan estos derechos, y buscan solución (o eso creo) a esa problemática, pero el hecho es que los femicidas no están allí. A mí me parece que algo está fallando, ubicar donde está el problema a atacar, donde está la vulnerabilidad, donde enfocar los recursos, los cursos y talleres, las capacitaciones y todo lo necesario. Pero eso no me corresponde a mí que lo pienso desde el ciudadano común, le corresponde a otros con mayores responsabilidades, algunos fueron votados para eso. Y es un problema que cruza a todos por igual, desde 2008 han pasado por las máximas responsabilidades de la administración todos los colores, y el problema sigue presente. Me pregunto si ¿es un problema? Y si lo es ¿a quién le importa? y si hay alguien a quien le importe ¿si hacen algo para solucionar el problema? Y si hacen algo ¿Por qué no funciona? Por que los datos siguen ahí, son claro, hablan y exponen una situación. Tomé los datos de la primera web que encontré, pero datos son los que sobran, uno los encuentra a montones, UFEM del Ministerio Público Fiscal, Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, Observatorio de Igualdad de Género, Oficina de la Mujer, Defensoría del Pueblo de la Nación, etc... es decir, los datos aparecen por todas partes. Y esa es la primera foto, tal vez la más impactante porque refleja una muerte, luego está la parte que no se ve, las víctimas colaterales, que la mayor parte son niños. Es mi ligera reflexión sobre el tema, lo que me permito decir luego de ver el banco rojo en la pared.


Continué caminando, y en una vereda, sin contenedores de basura cerca sino hasta la esquina, en el cantero de un árbol fresno americano, tirada había una carpeta marrón, y sobresalían de ella dos cartulinas con sendos dibujos infantiles, una especie de collage, y en una de ellas, se vislumbra lo que parece ser el nombre del autor/a de las obras. Dentro de la carpeta, parecieran verse más cartulinas. Le tomé un par de fotos y seguí. Me genera la idea de imaginarme como llegaron allí, ¿eran los trabajos escolares de algún alumno/a que fueron descartados por sus padres? ¿algún niño se los olvidó? ¿se encontraban en el contenedor de la esquina y algún recolector los tomó y los desechó en el árbol? Y otra pregunta más de carácter general ¿es conveniente y/o bueno guardarle a los chicos sus dibujos y tareas para cuando sean más grandes o es preferible tirarlos y a otra cosa que no ocupen lugar ni junten mugre por tratarte de una etapa educacional quemada?





Llegado a la Av. Juan B. Justo, bordee la vereda del shopping a cielo abierto Distrito Arcos.








Crucé por debajo del puente ferroviario ubicado en la calle Paraguay. Ahí debajo, en una de las paredes hay un mural. No tiene firma. Es sencillo, colorido, en el centro una lámpara mágica o lámpara de Aladino, en horizontal humos de varios colores y en perspectiva vertical rayos blancos y negros. No sé que significa ni si significa algo. En ese mismo lugar, al menos desde el año 2013, hubo entre cuatro o cinco murales diferentes.

Mural.


Ilustro el cuento adjuntando la captura de una página del libro Pensamiento de Héctor P. Blomberg edición de 1935 publicado en la siguiente web http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/libros/00025709/00025709.pdf



Crucé por el conjunto de edificios denominados Polo Científico Tecnológico, una pared tiene grabado el nombre de Giol que recuerda unas antiguas bodegas existentes en ese lugar. Por casi veinte años o más, ese lugar estuvo abandonado, ocupado, desalojado, vuelto a ocupar, en desuso, se convirtió en guarida de delincuentes, y también como refugio de personas en situación de calle, en lugar insalubre, pero hoy día ya se presenta totalmente distinto para mejor del barrio.


Polo Científico Tecnológico.

Polo Científico Tecnológico.

Polo Científico Tecnológico.


Más adelante le tomé foto a otro antiguo buzón de correo, deteriorado, pero que aún se mantiene en pie.

Antiguo buzón de correo.


Llegando al final del recorrido, entré a comprar algo a un supermercado. Y veo que tenía un cartel pegado en la puerta de la heladera al que le tomé foto. El conflicto de la semana.



Con más de 8000 pasos completé 7 km en una hora.




Como en una semana comienza el nuevo mes, y por tanto un nuevo desafía, la app ya envía la invitación para unirse. Por supuesto que lo hice sin pensarlo. Un nuevo objetivo de 200.000 pasos.

 


viernes, 24 de julio de 2020

Caminata 29. 4.46km. 44min.



Un nuevo día y una nueva caminata. En esta ocasión no cumplí con la meta autoimpuesta de 1 hora por día. Estuve cerca, me faltaron 12 minutos, completé 48 minutos en total, y 44 minutos como registro de recorrido. Tampoco soy un fanático de caminar, se camina lo que se puede, pero el plantearse objetivo lo vuelve más interesante. Y el objetivo más alto es el que presenta la app que utilizo, son 200.000 pasos al mes, esto da un promedio de alrededor 6500 pasos por día, y esa cantidad de pasos se suele alcanzar en casi 1 hora. El promedio estándar que presenta la app son de 6000 pasos diarios, y estos los alcanzaba entre los 50 y 55 minutos. ¿Qué me costaba completar 60 minutos? Casi nada, de allí que me autoimpuse completar 1 hora por día.
En este momento vengo en los 177.000 y restan 23.000 que se pueden hacer en 3 o 4 días, y restan 7 días para que finalice el mes. Es decir, vengo relajado, ya casi doy por cumplido el objetivo principal de caminar tanta cantidad al mes. 




A poco de comenzar la caminata veo pasar un fitito, ¡otro fitito!, tome el celular, cargo la cámara, apunto y disparo, lo que me da por resultado una foto movida, no dio tiempo a estabilizar el sensor, pero por suerte alcanza a verse el auto, un Fiat 600 blanco. Me sorprende el gusto de los argentinos (asumo que los conductores/dueños son argentos) por estos autos, ya voy viendo tres o cuatro en poco tiempo, funcionales y diversos. Podría crear un juego llamado captura un fitito con una foto.


 

De ida prácticamente no tomé fotos, o si lo hice no me parecieron relevantes, tal es así, el segundo tramo fue el más rápido. Al parecer, a la vuelta bajé ritmo y viniendo más tranqui fue que fotografié algunos murales sobre la calle Julián Álvarez


El primero, sobre una pared vieja, un rostro femenino con cabellos azules, y lleva la firma de AM. No pude encontrar nada sobre este mural, ni quien lo hizo, ni cuando, ni de que se trata, ni siquiera fotos. Bueno, ahora aquí va la imagen que le tomé. Mirando Google Maps, este mural habría sido realizado entre la segunda mitad del 2015 y/o durante el 2016, para octubre de 2016 ya figura realizado. Han pasado cuatro años, ya se encuentra desgastado por el tiempo. Increíblemente este mural sobrevivió al vandalismo, ningún graffitero de poca monta, de los que hacen garabatos, se atrevió a agredirlo.
En mi foto no aparece, pero mirando las imágenes de Google Maps hay una segunda firma, que comienza con una @, que indicaría el camino a una red social, posiblemente el usuario de una red social. Así es que llegué a un tal ACME AM, cuyo nombre es Miguel Ángel Madrigal, un artista de street art que cuenta con muchos murales en su haber, y algunos en Argentina, pero mirando sus fotos, no encontré la imagen de este mural, ¿será su autor o estará equivocado? Si miramos la imagen, los cabellos azules no remiten a la “mujer maravilla” pero las facciones del rostro nos remiten a rasgos de inspiración latinoamericanista.


Una calle más adelante, siempre dentro de la Comuna 15, en otra vieja pared, que incluye restos de una puerta clausurada, pared con fondo blanco, presenta dos obras de arte callejero (Street art).
 



La primera de ella, se compone de dos alas blancas sobre amarillo, formando un círculo y la poética frase Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo.
Tengo comentarios para este mural. Se está descascarando, la pintura lentamente se está cayendo y se encuentra bastante deteriorado. No obstante resistió el paso del tiempo y no fue atacado por los gamberros con aerosol. Parte de la pintura inferior de desprendió y deja ver restos de graffitis burdos escondidos detrás.
En mi fotografía no sale, pero sí se ve en Google Maps que lo registró, tiene fecha de creación, pero no sólo año, fecha exacta 27-02-2015, incluso una hora, las 11:25, tal vez la hora en que culminó la obra. Del otro lado, la firmas, hay dos, una dice Blanco 2015 y la otra Maryvu.
 



Este mural pareciera ser de tinte espiritual-esotérico, la iluminación, la libertad, el alma, el viaje, el volar, el contacto con los ángeles, el karma, la liberación, la sanación, etc… toda una idiosincracia popular, superficial, propia de la cultura de masas, de cierta cultura de masas, que no indaga ni busca el conocimiento a través de los libros sino más bien de la “experiencia” que en estos casos sería el boca en boca y “ciertos” iluminados (charlatanes convocantes). Es mi impresión de lo que interpreto visualmente al ver el mural. (Las alas también forman parte de la carátula de otro álbum del grupo que mencionaré a continuación)
Y lo pictórico hay que unirlo a lo escrito, la frase que lleva por título. La frase Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo, pertenece a una canción del grupo Calle 13, titulada La vuelta al mundo, que data del año 2010 publicada en el álbum Entren los que quieran. La ubican en el género rap fusión, y la frase en sí es el estribillo de la canción.
El grupo musical es puertorriqueño, tuvo mucha popularidad, ganó muchos premios, ganó mucho dinero y se puso a descansar desde 2015 en adelante. Personalmente no me gusta ese tipo de música, ni de ese grupo ni de otros, pero es claro que tuvo mucha repercusión, sobre todo entre los jóvenes.
El álbum Entren los que quieran presenta en la tapa unos cartuchos de dinamita con un reloj queriendo mostrar algo explosivo (un alerta). Y su título parece remitir a un grupo sectario, no es para todos, abrimos las puertas con un imperativo (entren) selectivo (los que quieran) como dejando la responsabilidad a quienes los van a escuchan (y se van a dejar llevar con sus letras).
Las frases Dame la mano y La vuelta al mundo son conocidas de la literatura desde antaño.
Y la canción es tomada como referencia para cuestionar algunas rutinas propias de las ciudades y los trabajos de oficina. A mi modo de ver es un análisis bastante cursi. Se parte de premisas falsas y se apela a la sensibilidad de los jóvenes en etapa de rebeldía, como señalando la posibilidad alterna de una vida diferente de placer por viajar y nada más que eso, que es la realidad es falso. Pero la canción se pone de moda, un montón de jóvenes-rebeldes la escuchan, la toman como letra insignia y no se la puede pasar por alto.

La letra es bastante inocente, ingenua no pensada, idealizando la figura de un viajero que no dice como viaja, pero sí se puede deducir de “dame la mano” como un sostenido por alguien, la inmensa mayoría de viajeros son trabajadores de todo tipo, y un gran porcentaje, son oficinistas, son los que movilizan el turismo de viajes.
El comienzo de la canción debería ser lo suficiente como para darse cuenta que no estamos ante gran cosa
No me regalen más libros
por que no los leo
Lo que he aprendido
es por que lo veo
El “No me regalen más libros porque no los leo” es un atentado contra la educación, contra el conocimiento, contra lo que luego te va a permitir viajar si es tu deseo de hacerlo. Esa frase se puede equiparar, llevándola al extremo, a “quemen los libros”. Pero no cabes dudas que es acertada en el contexto de la poética cancioneril, insinuarle a los jóvenes “no lean libros” cuando su formación requiere la lectura, es como darle un caramelo a un diabético, lo va poner contento y al mismo tiempo lo va a enfermar. Un acto de rebeldía con medios equivocados.
La segunda frase también tiene lo suyo, Lo que he aprendido es por que lo veo, que nos remite a la Biblia cuando el apóstol Tomás se negaba a creer si no veía. Pero algo más intuitivo nos revela la insinuación equivocada de la frase, ¿alguien que no vio el planeta Urano no tuvo manera de aprender sobre dicho planeta empezando por su existencia?, porque la frase en sí pareciera negar la existencia de lo que no se ve. Sacando del análisis el supuesto de lo veo significando que lo veo escrito. La propuesta del aprendizaje a través de la experiencia, podría relacionarse en la filosofía en el planteo de los empiristas Locke, Berkeley y Hume. El planteo «Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido?» y el tema de la existencia. Pero esto es ir demasiado lejos, y creo que la frase no iba por ese camino, ni siquiera nunca amagó ir por allí. A mí me parece que no es un buen mensaje, claro que tampoco me preocupa dado que, yo sí creo en el aprendizaje a través del estudio, la instrucción, el razonamiento, la lógica, formal e informal, no excluyo la experiencia, y la observación, de hecho creo que todos los medios son necesarios para conformar el proceso de aprendizaje, y esto me lleva a pensar que cualquiera con un nivel básico de educación logra descifrar la falacia que esconde en el texto la letra de la canción. También hay otro grupo de personas, que se creen la letra, la proyectan pero luego con el tiempo y otras herramientas con las que obtienen el conocimiento se desilucionan. Los que solo aprenden con “lo que ven”, con sola y exclusivamente la experiencia son los analfabetos, y también los outsider o marginales del sistema, los excluidos, y tengo por muy seguro que ninguno de ellos realiza viajes de placer para evitar la oficina y el cubo, de hecho, una mirada diría que nunca esas personas pudieron “ver” una oficina, ni siquiera tuvieron la oportunidad.



Este mural me dio para escribir, la canción a algunos les gustará a otros no, algunos se inspiraran en ella y otros la ignoraran, y algunos escribirán lo que piensan sobre la letra, así es, todas las letras se prestan a interpretaciones.
 
El segundo mural, o más bien en este caso, lo llamaría un graffiti, bien elaborado, pero que no tiene la fuerza para hacer un mural y es mi simple modo de ver, y lo voy a pasar por alto, porque la verdad que no me gusta, y no tengo nada que decir. Esta pared, a diferencia del otra parte, sí fue vandalizada, y parte del vandalismo afecto la obra. Era una pared muy tentadora para los vándalos de ocasión, mucho blanco a disposición. Lo que sí me interesa rescatar, es que ahí mismo, antes, desde 2013 a 2017 había otro mural, que ocupaba toda la pared, y ese anterior sí que me gustaba, era la repetición de una sola figura, la figura de la grulla de los deseos o grulla del papel, propia de la papiroflexia y el origami. Un antiguo mural con varios colores. Un mural que siguió la suerte de aquellos murales que no se revalorizan (o son revalorizados) y finalmente cumplen su ciclo y son descartados, muchas veces tapados por otro nuevo mural.




Un poco más adelante, un rudimentario y añejo cantero cerca el terreno donde vive un plátano (Platanus × hispánica), y ahí mismo crecen un surtido de plantas que lo acompañan (o compiten por el lugar donde las establecieron). Se destaca una de ellas, un cactus del género Hylocereus (la especie tal vez sea el Hylocereus trigonus o el Hylocereus undatus) al que han colgado con un hilo rojo asido al plátano para que trepe. Este en particular trata de hacer lo que puede con su soporte-guía con el que le han “ayudado”. Suelen alcanzar los 10 metros de altura. Es muy difícil ver su flor. 




Más adelante, en una esquina (Cabrera y Julián Álvarez) hay una cervecería, con un mural nuevo, es decir, fue pintando en algún momento entre mayo 2019 y febrero de 2020, es decir, es un mural relativamente nuevo. Un variopinto grupo de personajes pintados sobre el fondo original de la pared misma.






Cuando estoy revisando las imágenes, busco en la web algo sobre este “mural”, y me encuentro con más sorpresas para mí. ¿Es realmente un  mural? ¿Es una pintura sobre una pared? ¿Es un graffit? ¿o se trata de otra cosa? ¿tiene que ver algo de que sean figuras aisladas y no se haya completado toda la pared? ¿o se tratará de pegatinas? Está claro que hay una intervención, pero a esa intervención ¿como se la denomina artísticamente? La verdad que no lo sé porque no soy artista ni me dedico al arte, solo indago en la web y libros. Existe un nombre genérico, el de arte callejero (Street art). Todo esto se me disparó cuando observé con detenimiento una de las fotos. Llevan firma, y la firma dice Ninja Rojo. Así que comencé a googlear buscando el arte del Ninja Rojo. La primera dificultad aparece cuando se descubre que Ninja Rojo desea conservar cierto nivel de anonimato así que no se muestra, o cuando lo hace aparece de espalda, o con la cara pixelada, y en las notas no escriben su nombre, claro, se entiende que esto es para el público en general, porque su círculo de amistades y conocidos si lo saben, amén de presentarse en una actividad pública ¿qué artista busca ocultarse en un mundo hiper-conectado?, si querés esconderte te metes en un convento o te internas en la selva y no salís más, o simplemente te dedicas a algo de baja o nula exposición. Hoy día, el trabajo íntegro con seudónimo es difícil de concretar, tal vez uno de los pocos casos exitosos de seudónimo no descubierto (hay una versión que dice que sí), en la rama de la literatura, sería el de Elena Ferrante. Pero volviendo al caso del Ninja Rojo, entiendo que también se aprovecha un poco de incógnita en el mundo que se mueve como artista, y no me parece mal, cada quien juega como quiere.



¿Y qué fue lo que encontré sobre el misterioso artista conocido como Ninja Rojo?. Se trata de un referente del street art queer, un artista enmascarado, que no revela su identidad secreta, y que viste un diminuto short colorado cuando sale a realizar su arte. Según un cronista blogger en el año 2015, así describe al arte de Ninja Rojo: “a través del humor y la ironía, ninja rojo crítica fuertemente a la sociedad hetenormativa y binarista, pero también, a la propia comunidad gay y a los estereotipos que se replican ahí dentro.
El Ninja Rojo tiene una página en https://ninja-rojo.tumblr.com/

 


Antes de continuar, deseo manifestar algo sobre esta esquina intervenida con pegatinas. Realmente no me parece algo original, Ninja Rojo produce con esquemas (mayormente personas, pero también frases, figuras/objetos, simbolismos, etc..) repetitivos, cliches hartos trabajados. Nada nuevo, y además exacerba el aspecto sexual y ahí se queda dando vueltas en círculos sin poder salir. No obstante, en este trabajo, en estas paredes fotografiadas, hay cierta “mejora” o “cambio”, que supera lo “burdo” de la imágenes exclusivamente obscenas expuestas en la web, pegadas en otras paredes, en el pasado. Aquí Ninja Rojo, elabora una trabajo más tamizado, más cuidado, y tal vez tenga que ver que posiblemente hay sido contratado para hacer eso, y le hayan solicitado (o no) cierto recato no tan explícito. Así que tomando caracterizaciones conocidas, actores y actrices, ángeles, dioses mitológicos provenientes de diversas culturas, etc… arma una linda composición con los agregados “queer” y otros objetos de la modernidad actual (zapatillas, gorras, etc…) dándole un aspecto visual llamativo con el juego de colores al fondo sobrio del lugar.


Llegando al final de la caminata, me encuentro con otra intervención, que debería ignorarla y pasarla por alto, dado que es un claro ejemplo de la estulticia. Con fines meramente publicitarios, la manera informal e irresponsable para con los demás, pegan un amoroso corazón en el cartel indicador del sentido de la calle/avenida.



Es cierto que hay leyes, código y ordenanzas, y siempre las hubo, pero nadie se pone a controlar esto, y además si se pretendiera aplicar (con justa razón) una multa sancionatoria, se presentan tantos vericuetos, sobre todo por el tema de la prueba y la adjudicación de la autoría que queda en la nada, sobre todo resulta realmente inútil una acción legal cuando para cuestiones “más importantes” no las hay, pero así como existe este vacío, también existe la corrección informal, vecinos que cuando ven algo fuera de lugar (hablo en general) lo arrancan y lo desechan (pasa mucho con volantes de índole sexual pegados en contenedores o postes de luz, y también afiches políticos que en este caso son los grupos políticos contrarios que los tapan con los propios o los arrancan), y visto este sistema de desarreglo-arreglo informal es que buscaron un lugar un poco molesto y fuera del alcance de una mano humana, que también se cuidaron de colocarlo allí y no en todos los carteles de señalización lo que se les volvería en contra de sus deseos de provocar y fastidiar a los demás. Con una frase en inglés (no podía ser de otra manera), sino no era algo cool. Esta pegatina sí que es una cursilería barata y no más.

 

Así concluye la caminata de este nuevo día.