En las librerías de saldos y usados, es común que tengan un cajón con libros a muy bajo costo, generalmente allí van a parar los menos deseados por el librero, aquellos que considera que no se venderán al precio promedio de los demás, son realmente ofertas, pero difícilmente se encuentre algún libro clásico, nuevo, reconocido, etc… Muchas veces van a esos cajones, ediciones viejas, temas desactualizados, tomos aislados, autores populares no escritores (por ej: escritos por mediáticos de la televisión pero con poca venta de “su” libro), libros con tiradas altas pero que no se vendieron, etc… Resulta interesante revisar esos cajones de ofertas porque algunas veces se encuentran sorpresas, y muy pocas, algún libro rescatable (siempre hay alguno). En las librerías de saldos y usados diseminadas por la ciudad, este cajón con ofertas muy por debajo de la media, suele estar bien visible, muchas veces al frente o cerca de la entrada, suele funcionar como anzuelo para que potenciales clientes entren a la librería, en tanto que en las librerías de saldos y usados de la Calle Corrientes estos cajones con ofertas muy por debajo de la media suelen estar en el fondo, presupongo que esto se debe a dos factores, la amplia concentración de librerías en los alrededores, y el hecho que gran parte de los visitantes de esa zona de librerías de bajo costo saben que van a buscar libros puntuales/genérico más allá del precio. Así fue que entré a una de esas librerías, y vi el cajón de ofertas al fondo, diría que insuperables, solo $10 pesos cada libro. Con la idea de adquirir 5 libros de 10 pesos que luego iría dejando en la biblioteca libre de aquél árbol. Esta idea ya se ha transformado en una práctica habitual.
Uno, dos, tres, cuatro y cinco elegidos. Los seleccioné por estado, tamaño, títulos, apariencia y nada más. Uno de ellos, Dilemas y Sentimientos.
Dilemas y Sentimientos de Beatriz A. Sirvent. Editorial La imprenta Digital S.R.L. https://laimprentadigital.com.ar/ Edición 2015. Diseño de Portada molina-victoria@hotmail.com
Autora.
Beatriz A. Sirvent, nacida en Buenos Aires en 1950, licenciada en Kinesiología de la universidad de Buenos Aires, se dedicó durante 20 años a la atención de pacientes neurológicos. Participó en diversos talleres literarios y de escritura.
Hoy quiere compartir estos cuentos con el lector, que surgieron de la observación de la vida misma.
Con respecto a la editorial, es una editorial de autor, visité su web y me pareció interesante un libro pequeño que tienen separado en distintos capítulos, que se pueden descargar gratis, referidos a todo lo que tiene que ver con la edición y publicación de un libro. Incluso si uno quiere, se lo envían gratis a su casa.
Link https://laimprentadigital.com.ar/herramientas-guia.php
El libro es pequeño, sesenta páginas, se lee de un tirón, cuentos cortísimos de dos páginas como mucho, por ejemplo, uno de ellos cuenta la historia de un naipe feliz que asumió su identidad, aunque la mayoría no me parecieron cuentos propiamente dicho sino relatos de historias, donde afloran los sentimientos pero ¿los dilemas? No los encontré, supongo que estarán y no los vi, la verdad que no era la idea leer el libro, ni siquiera hacer un tema sobre él, pero una cosa lleva a la otra, y aquí estoy, escribiendo. Llegué al libro con la intención de dejarlo. Pero cuando lo tuve lo ojeé como hago con todos. Y encontré algo que me gusta encontrar en libros usados, encontré una dedicatoria. El libro fue dedicado. Antes de dejarlo partir, decidí leerlo. Y luego generar esta entrada al blog, no por el libro en sí mismo, sino por la dedicatoria, se me ocurre pensar en esa dedicatoria, y a partir de allí, iniciar un camino de supuestos.
Parece ser, que este ejemplar de la tirada, está destinado a viajar, a circular, con o sin rumbo.
Partiendo de la dedicatoria, sabemos que este libro en algún momento tuvo un propietario, antes de ello no lo sabemos, ¿de la editorial a la dedicada? O ¿circuló por más propietarios? Tampoco conocemos que caminó siguió hasta llegar a la librería, pasó por varios o pocos propietarios más. No obstante, me permito imaginar hipótesis a partir de la dedicatoria. La titular falleció, y alguien se deshizo del libro, ya sea que lo vendió o ya sea que lo tiró a la calle y alguna persona lo recogió y lo vendió. La titular se peleó/distanció con la autora y a raíz de ellos se deshizo del libro vendiéndolo o regalándolo a alguien que luego se deshizo de él vendiéndolo. La titular directamente lo vendió luego de leerlo. La titular lo vendió por necesidad para obtener algún ingreso. La titular lo prestó y no lo recuperó más, quien lo obtuvo de deshizo del él vendiéndolo. En todos los supuestos que se me ocurren, pienso en la venta del libro, es decir, llegó a la librería a partir de una compra-venta. Hay otras posibilidades que se me ocurren, pero así como posibles, menos posibles que la compra-venta, después de todo, el funcionamiento de un comercio dedicado a los libros es la compra-venta de los mismos (en este caso usados, por tratarse de una librería de saldos y usados). ¿Y si llegó de otra manera? El dueño de la librería resulta ser allegado de la titular, y directamente lo depositaron en el cajón del fondo. El dueño de la librería lo encuentra por la calle, lo recoge y lo deposita en el cajón del fondo. El dueño de la librería lo obtiene mediante el trueque, aunque pueda resultar raro, he visto personas que llevan un libro y piden cambiarlo por otro usado, y el vendedor en función del libro que le proponen ofrece otros tantos para la elección, si bien es algo poco común, lo he visto un par de veces los últimos años. En definitiva, hay muchos caminos por los cuales el libro pudo llegar a la librería. Existe una ventana, entre la dedicada titular del libro y la librería, que deja abierta muchas posibilidades, quizás no circuló por una o dos personas hasta llegar al cajón, sino que pasó por muchas más manos. Como este es un libro viajero, un libro inquieto que no soporta estar inmóvil en un estante, se me ocurrió que llegó al cajón luego de una aventura, pienso en la suelta de libros en el subte del año pasado, la titular de la dedicatoria lo liberó en un asiento, y allí alguien lo recogió y lo dejó en la librería.
Como sea, de alguna manera el libro terminó en el cajón de saldos del fondo de una librería, y he visto que algunas librerías rechazan algunos libros, no todos los libros que le ofrecen son comprados, evidentemente este sí pasó el filtro, ¿habrá pasado de “relleno” dentro de un lote, o la fuerza del libro (una fuerza mínima pero aceptable) lo ayudó a llegar al cajón del fondo?. Allí estuvo esperando a ser comprado, y llegué yo que lo incluí dentro del grupo de los cinco que me llevé. ¿por qué elegí a este y no a otro de los que había en ese cajón? A pesar de ser finito y tapa blanda, logró que lo seleccione frente a los demás de diversas características. Pero este libro no nació para quedarse estanco en una biblioteca. Tiene el empuje suficiente para seguir circulando. Es un libro con coraje, a pesar del tajo de 7 cm que presenta en la tapa, subsiste. Ha logrado conmoverme y antes de dejarlo partir, lo he reparado. Le pegué esa rotura con plasticola y quedó bastante bien. Esa energía por continuar su viaje, se mantiene firme. Ha despertado la pregunta ¿qué ha de hacerse con aquellos libros dedicados? ¿se los ha de conservar o no? ¿cuál es el valor de la dedicatoria? ¿Cuándo vence una dedicatoria? En este caso, la dedicatoria de este libro ha motivado la entrada de un blog perdido en la inmensidad de la web. Se de gente que le gusta comprar libros con dedicatorias, algunos compradores son más exquisitos y buscan dedicatorias puntuales. Otros simplemente leen dedicatorias encontradas mientras buscan otros libros. Otros se hacen firmar libros por la dedicatoria misma. También se generan pareceres sobre los autores que realizan las dedicatorias. Algunos las escriben con más entusiasmo que otros. Algunos solo firman y fechan. Algunos se conforman con una frase hecha. Y algunos las hacen bien elaboradas. No son lo mismo las dedicatorias para conocidos que para desconocidos. Al dejarlo en aquella biblioteca libre se repiten las preguntas ¿quién se lo llevará?. ¿Qué lo motivará a llevárselo?. ¿Qué hará con el libro? ¿Lo leerá? ¿Lo conservará? ¿Lo regalará? ¿Lo venderá?. ¿Qué otro camino tomará este libro?
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