sábado, 28 de marzo de 2020

Cuarentena Día 9.

Día 9 de la cuarentena obligatoria. Ayer a la noche me quedé por un momento jugando con algunos números, se me ocurrió aplicar la fórmula de Gott* a este tema del coronavirus. El principio de mediocridad aplicado en ciencias sociales, desde el punto de vista de un autodidacta en la materia que solo se basa en lo que encuentra en la web y algunos libros de divulgación leído, carente de todo contenido científico. Mi objetivo era conocer la duración posible de un suceso en curso. Es decir, lograr una aproximación probabilística para estimar la probable duración de la pandemia del coronavirus. Naturalmente la apliqué al caso argentino, considerando la confirmación del primer caso (no conozco el margen de error ni tampoco sabemos cuantos casos no confirmados existieron antes del primero, ni cuanto tiempo estuvieron dando circulando, pero no pasa de días o a lo sumo uno o dos meses, no cambia mucho, ni quiero divagar en esto), para lo cual tomé como el caso 1 sucedido hace 24 días, este es el tiempo que conocemos del virus, y con un 95% de fiabilidad me da 960 días, algo así como tiempo máximo de 2 años y seis meses. Y con un 50% de fiabilidad el resultado de tiempo máximo que me da es de 480 días, es decir, 1 año y 3 meses. El tiempo mínimo, por ser cifras muy pequeñas no interesa, creo que no llega a 1 día y este día ya pasó. Se me ocurrió llevarlo a nivel mundial, y tomando como el primer caso anunciado el China, con una fiabilidad el 50% el tiempo estimado máximo de duración me da 1780 días, es decir un máximo de 4 años con 9 meses. Me gustaría saber si hice bien los cálculos, si está bien aplicado, si está mal aplicado, cuales son las críticas que se le pueden hacer a la inecuación y/o su aplicación a este tema, donde me equivoqué si es que así fue. Las matemáticas no son lo mío. Pero lo voy a dejar escrito como parámetro, y dios mediante, y con un poco de suerte, veré que sucede con la pandemia del coronavirus en Argentina en 1 año y 3 meses, que según el resultado de mis cuentas, ya debería haber desaparecido, y de tal manera confrontarlo con la realidad. También habría que considerar si la existencia (para no hablar de vida) del virus que genera la pandemia podría incluirse dentro de las ciencias sociales en virtud de su implicancia, o bien no debería salir de las ciencias biológicas y si la fórmula es aplicable también a las ciencias biológicas o no lo es.

Algo que mencioné en la entrada de hace un par de días, hoy es noticia en varios medio, bajó la tasa de delitos, incluso hablan de números un 60%, pero los números son cuestionables, y no me voy a meter en eso, también espero que haya estadísticas de accidentes de tránsito, según mi sensación deberían haber bajado también, como así también debería haber aumentado la seguridad de los aviones, al haber menos circulando menos inconvenientes y accidentes de cualquier tipo, pero las noticias que salen en muchos medios, como miel para los ambientalistas, es la referida a la contaminación del aire, bajó la contaminación y el aire de volvió más puro en estos días de paro y confinamiento, que si bien va de la mano con el sentido común, algunos cuestionan que no se pueden sacar conclusiones científicas con solo la observación de datos durante dos días, lo cual también es bastante acertado, ahora faltaría congeniar ambas hipótesis.

Hoy iniciamos fin de semana de encierro, decidimos desayunar bien, almorzar liviano, una ensalada de arroz, garbanzo, repollo colorado, aceitunas y huevo duro, preparada con vinagre. Y para a la noche cenar más fuerte, un cambio con respecto a los anteriores días.
Ayer vimos un documental, llamado La chica del sur (2012) dirigida por José Luis García. Haciendo zapping lo encontré por I-Sat, canal que hacía tiempo no veíamos nada.
Recordé que hace un tiempo había comenzado a leer un libro y luego del primer capítulo lo dejé, hoy lo busqué y lo encontré por allí, libro titulado Historia natural de la enfermedad infecciosa. Voy ver si leo algo más de él.

Algunos vecinos no dejan de sorprender, una pareja que vive cruzando la calle, que ayer estaban un poco alocados cantando, riendo y saltando, que hace unos días habían comenzado más tranqui con un baile melódico, y me los hacía in crecendo en actividad, para mi sorpresa, hoy estuvieron como una hora sentados en el balcón con las piernas cruzadas, brazos estirados y ojos cerrados, meditando.
También por la mañana hubo un incidente. Empezamos a escuchar gritos de una mujer, los gritos se fueron alejando hacia la esquina, y comenzaron a ser más repetitivo y fuertes, al tiempo que se empezó a escuchar el hablar de más personas, ahí nos asomamos, y todos los encerrados de los edificios de enfrente también observando, habían atrapado a un sujeto y lo tenían en el piso, el empleado de un supermercado, el empleado de una casa de comida, el portero de un edificio, y unos cuantos transeúntes ¿habrán salido a hacer compras en almacenes/farmacia y justo pasaban por allí? Todos mirando la escena. El sujeto se soltó de los captores, y cayo entre dos automóviles. Y fue recapturado por el empleado de la casa de comidas, algunas mujeres comenzaron a gritar, y entre los gritos empezaron a decir “llamen a la policía”, pero nadie llamaba, contabilicé más de veinte personas alrededor de la escena principal, más todos los que se asomaron a lo largo de la cuadra sobre la calle (además de los mirones de edificios como nuestro caso y el resto). Dos o tres mujeres, hacían señas al resto de los parados en la cuadra, y daaaale con el “llamen a la policía” ¿por qué no llamaban ellas? ¿no tenían celular? El empleado de la casa de comida con guantes y barbijo ya caído ¿para que los utiliza si se dedica a atrapar sujetos? sosteniendo al atrapado. Como la policía no llegaba, el sujeto medio que se soltó, grito, y así los que estaban alrededor lo dejaron ir, y tranquilamente el empleado de la casa de comidas volvió a atender a los clientes, como todo un héroe que regresa a su cotidianeidad luego de su duro y peligroso trabajo como retener a una persona en el suelo golpeándola y nada, dejarla ir así como si nada. La mujer que inició todo con los gritos, una mujer joven tranquilamente se fue caminando también sin decir nada, y no va que entra en uno de los edificios de enfrente, y allí otro de las personas que estaban observando la increpa y le dice “rati” y ahí se trenzan en una nueva sarta de griteríos, un par de cruces verbales y cada uno para su casa. El retenido también se había rajado. Evidentemente no había sido “tan grave” el hecho, sino no hubiese quedado en el olvido tan rápidamente, esto de la cuarentena altera a muchos. Pero aún quedaban como quince personas, los mirones de calle, ahí parados, el empelado del supermercado regresa y unos minutos más tarde se escuchan las sirenas, un patrullero, dos motos, tres agentes caminando por la vereda del frente, bajaron los que llegaban en vehículos y ya sumaban entre seis y ocho policías. Fueron al supermercado y allí estuvieron con sus planillas. Y la gente alrededor observando. La mujer tildada de “rati” por un vecino no apareció, el empleado que retuvo al sujeto no apareció, el portero menos, y los policías hablando con el empelado del supermercado, unos minutos y luego se fueron todos. Y volvió el silencio. Los policías caminantes, se quedaron unos 30 minutos en la esquina, conversaron con vecinas y vecinos, y luego se fueron.           

Hoy vi dos personas circulando que me llamaron la atención, la primera una mujer que la vi pasar dos o tres veces, con una bolsa, siempre vacía, si pienso bien, quizás no haya encontrado el producto que buscaba, no sé como estarán las góndolas ya que no salimos desde hace nueve días. Pero lo llamativo era como se cubría la boca y nariz, con un pañuelo, con uno de esos pañuelos suaves para cuello. No la juzgo, quizás en algún momento tenga que hacer lo mismo. Porque en un estado de emergencia, hay un miedo a algo invisible que ataca, y en algunos casos mata. Uno como ciudadano recibe mucha información y mucha desinformación, y gran parte de esta información/desinformación proviene de personas con cierta autoridad, ejemplo: médicos, periodistas, funcionarios. ¿Cómo reaccionar ante esto? Y más aún si uno es un factor de riesgo. Los “expertos” recomiendan no utilizar barbijos, salvo que sea portador de una enfermedad o del mismo coronavirus, la gente agotó las copras de barbijos así que ya no se consiguen fácilmente, los medios de comunicación muestran todo el tiempo imágenes y videos de personas con barbijos. Y uno como ciudadano hace lo que puede, tiene riesgos no utilizarlos, y también hay riesgos utilizarlos mal, pero utilizarlos bien parecen que ofrecen una barrera de defensa en determinadas condiciones y no ofrecen nada en otras condiciones. Por el momento he decidido no utilizarlos cuando llegue el momento, pero comprendo a aquellas personas que optan por usarlos, y más comprendo a aquellas que tiene el deseo de usarlos, no los tienen y se tapan con los que encuentran. Puede que taparse con un pañuelo responda a otra causa, y hay varias, una persona psicológicamente inestable que busca llamar la atención, una persona con alguna creencia equivocada y en base a esa ignorancia utiliza un pañuelo en lugar de un barbijo, una persona con resfrío común que buscar cubrirse, etc… Hace unos días vi algo parecido, pero se trataba de una joven que se cubría la cara con un pañuelo de los verdes, la imaginé como una joven rebelde llamando la atención el tema del momento. Pero hoy volví a ver otro caso extraño, o extravagante, un señor con guantes negros y una máscara protectora plástica. Esas máscaras que poseen una visera que al bajarla cubre todo el frente de la cara. ¿Hasta qué punto es útil esto? Claro que si el virus pega de lleno en el plástico al llegar a la casa se desinfecta y listo, es reutilizable. Hay muchas noticias que dan cuenta de la fabricación de estas máscaras protectoras con impresoras 3D, de repente tenemos una cantidad de individuos fabricando estas máscaras, así que alguna utilidad tienen, pero creo que hasta cierto punto, esa utilidad tiene que ir acompañada de otras medidas, de higiene y desinfección sobre todo, pero útil en el sentido de funcionar como barrera entre el virus y la cara, punto de entrada del virus al organismo, si fuera un virus aéreo no serían de mucha utilidad. Cuando vi a este señor por la calle, circulando con su máscara plástica, recordé la imagen de un chino con un vacío bidón de agua, que se había introducido en su cabeza a modo de protección total, ese individuo iba completamente cubierto, ese ingenio popular parecía bastante acertado, ya sea desechado luego de su uso o desinfectado, al menos llevaba una cúpula protectora rodeando su cabeza.

A las 21hs, como siempre el aplauso diario, dura alrededor de diez minutos, quizás un poco más. La cifra de infectados asciende a 745 y de muertos a 19.
Hoy volvió a hablar el ministro de salud, y su frase quedó registrada en todos los medios, ahora trabajan en la hipótesis que el pico de casos se va a dar a mediados de abril. Al parecer, hasta ahora, “todos” los infectados contrajeron el virus antes de la cuarentena. Esperan ver el nivel de contagiados durante la cuarentena.
También habló el gobernador de la provincia de Buenos Aires, parte de su discurso la ocupó manifestando todo lo malo que heredaron, todo lo malo del gobierno anterior. Yo lo veo como una excusa. Es verdad todo lo que dice, se lo creo, pero eso no quita que sea una excusa. Lo correcto hubiese sido, al comenzar a gobernar, ocupar los primeros treinta días a realizar informes y auditorías de los que recibe, dejar en claro de donde parte y que recibió. A partir de allí ponerse a trabajar, como no lo hizo, ahora cuando debe mostrar su habilidad y destreza para la administración pública aparece echando culpas al pasado, para como un esquivar responsabilidades. Es una línea continua que siguen todos los gobiernos. Porque hacer como yo pienso (y muchos otros) que debe ser tiene sus costos, el gobierno anterior lo hizo en un caso puntual, con el ideal de pobreza 0 en 2016, y con número reales de ese momento, dijo “Este punto de partida es sobre el cual acepto ser evaluado como Presidente”, tres años más tras, y tras el fracaso de las políticas aplicadas, la proyección se truncó y fue juzgado en las elecciones y eyectado de la continuidad a la que aspiraba, y ojalá que para siempre. Pero no cabe dudas que la frase sobre datos concretos fue acertada. Eso es lo que esperaba del gobierno provincial, de todos, pero este más por ser la provincia de mayor relevancia. Tenemos esto, a partir de acá trabajaremos, júzguenme por lo que haga, eso sería lo correcto, pero para generar dudas es mejor trabajar sobre un terreno pantanoso donde no hay nada bien claro.


* John Richard Gott

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