sábado, 5 de enero de 2019

Visitando el Parque Nacional Calilegua. (Parte II).

(Continuación de Visitando Parque Nacional Calilegua. Parte I.)

Mirador.

El final de esta caminata por la Ruta 83 se alcanza cuando llegamos al Mirador. En el detalle del mapa, hay dos Miradores marcados con la imagen de un ojo, este al que arribamos, y otro más, algunos kilómetros más arriba, en La Mesada de las Colmenas. Este espacio, esta cruzado por la Ruta 83, de una lado, más pequeño, esta justamente el sector para observar el paisaje, hay una baranda donde comienza la barranca, y dos bancos de espaldas a la ruta, donde uno se sienta y mira. Mira allá abajo y lo lejos, el Río San Lorenzo. Fue en este lugar donde comimos las primeras frutas, en la mochila llevamos frutas, bananas, manzanas, naranjas y peras. Dos de cada una. Hicimos un descanso, y sumamos un poco de energía, antes de seguir avanzando. Habremos estado entre diez y quince minutos antes de continuar. Luego cruzamos al lado de enfrente, había una mesa con bancos. En este momento, que para nosotros era de subida, no había nadie, pero es común encontrar gente en ese lugar, a veces turistas y otras veces lo mismo habitantes que van de picnic y paran allí (y otros lugares) a la vera del camino, lugares habilitados (como este) o no, como ya se verá. Ese lugar, en apariencia,  se forma como un triángulo, uno de sus lados, está bien marcado por una valla de madera con una puerta, el resto se delimita por los árboles. Al fondo se visualiza un camino que se interna en la selva del montaña, directo al interior del Parque Nacional Calilegua. Es lugar que buscábamos. Allí comienza para nosotros (o finaliza, según el mapa) el sendero El Pedemontano.

Mirador

Mirador.

Río San Lorenzo.



Sendero El Pedemontano.
Nace frente al Mirador, culmina frente al sendero Tatapuá. Recorre Selva Pedemontana. Ideal para la observación de aves y especies arbóreas.
Recorrido. 1 hora.
Dificultad. Baja.

Este sendero lo realizamos completo, pero en dos partes, a la subida, un pequeño trayecto solo hasta el cruce con el sendero La Lagunita, y luego lo retomamos para el descenso completando las tres cuartas partes restantes. Realmente es de dificultad baja, casi no presenta ninguna dificultad.
Antes de ingresar, visualizamos tres carteles, uno de ellos, da cuenta que hay señal de celular. No en todos los senderos hay señal, o es muy tenue o directamente no hay, pero donde sí llega la señal, hay carteles, no son muchos, solo vimos dos o tres. Estos carteles, además tienen anotados números de emergencias. Por suerte no debimos utilizar ninguno de esos números.
Otro cartel da cuenta de las prohibiciones. ¿Realmente sirve este cartel? Yo creo que cada quien sabe que se puede hacer y que no, y muchos, si hacen algo sabiéndolo prohibido, lo hacen adrede. No obstante, no me parece que este indicado a modo de refrescar la memoria de aquellos visitantes distraídos. Lamentablemente, este cartel, fue atacado por el vandalismo. Presenta claros síntomas de haber recibido golpes de piedras o balines.
El último cartel, presenta la denominación del senderos y sus características, como por ejemplo, que tiene una extensión de 3km. También fue atacado por el vandalismo, el ensañamiento de los brutos, en este caso fue con corrector líquido blanco. Parece, que estos sujetos buscan dejar su nombre como si fuesen importantes y… ¿quién los conoce? Se la creen. Además del daño ¿qué logran? Nada.

Sendero El Pedemontano.

Sendero El Pedemontano.
Comenzamos a internarnos por el sendero. Eran las 10:50am. Y sí, este sendero es de dificultad baja, prácticamente no hay dificultades para transitarlo. A lo sumo algún tronco cruzado en el camino, pero no más de ello. Lo primero que vimos, otra Urraca común (Cyanocorax chrysops), luego un caracol, al parecer por lo que vie en la web se trata de un Caracol de boca rosada (Megalobulimus oblongus), y muchas telas de arañas, con las arañas. También había varios árboles caídos con sus raíces fuera de la tierra.

Urraca común
(Cyanocorax chrysops)

Urraca común
(Cyanocorax chrysops)

Araña ¿especie?

Caracol de boca rosada (Megalobulimus oblongus)

Árbol caído. Raíces grandes.
Este sendero, además de resultar fácil, presenta el hecho que va a la par de la Ruta 83. De hecho, por parte, se escucha circular los vehículos. Apenas tiene algunas curvas muy pequeñas, y el sendero siempre sigue paralelo a la ruta.
Un poco más adelante, y quizás en la última etapa de este trayecto, nos encontramos con una torre de madera para observar aves, el Mirador de Aves. Con base de cemento todo lo demás de madera, elevado a unos cinco o seis metros de altura, se encontraba este mirador, completamente rodeado de árboles. En su base, un cartel alerta “Capacidad máxima 5 personas” y “Menores solo con adultos”. Hay dos carteles más. Uno de ellos dice “BirdLife. IBA. Área importante para la conservación de las aves y la biodiversidad. El Parque Nacional Calilegua es parte de una red internacional de sitios reconocidos por su extraordinaria importancia para la conservación de la aves”.
En la parte superior del Mirador de Aves, hay otro cartel con imágenes de aves, que se encuentra inclinado, pero en buen estado y se puede leer bien lo siguiente
IBA. Área importante para la conservación de las aves y la biodiversidad. 
Esta área protegida conserva la muestra más grande se selva de las Yungas, con una asombrosa y colorida diversidad de aves, entre las que sobresalen el burgo, el surucuá aurora y el tucán grande. 
Se encuentran aquí tres representantes de las aves rapaces selváticas: el águila viuda, el águila solitaria y el águila poma.
También encuentra refugio en esta área una notable variedad de picaflores y loros. 
Entre las rocas de los arroyos que surcan la selva se puede ver al fascinante mirlo de agua, que se encuentra amenazado.
Por sus valores de conservación y su importancia ornitológica, el Parque Nacional Calilegua fue declarado internacionalmente Área Importante para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (AICA).
De todos nosotros depende la conservación de las aves y los ambientes en que habitan.

Mirador de Aves.



Subimos, y nos quedamos unos minutos allá arriba sentados. El Mirador tiene asientos. No vimos aves, algunas volando pero de difícil detención, máxime que no teníamos el folleto ni somos ornitólogos, ni siquiera apasionados por el estudio de las aves. Pero sí escuchábamos todos sus cantos (y reclamos), además, que allá arriba corría un viento fresco a pesar del calor que hacía ese día. Y la vista del paisaje era muy bonita.

Mirador de Aves.

Mirador de Aves.
Un par de minutos después, bajamos y continuamos el viaje.


Sendero La Lagunita.
Parte a dos kilómetros de las Seccional Aguas Negras. El regreso puede realizarse por el Arroyo Aguas Negras, para observar huellas de animales y aves acuáticas como el macá común.
Recorrido. 2 horas.
Dificultad. Media.


A pocos pasos de dejar el Mirador de Aves, nos encontramos con un cruce de senderos, el sendero El Pedemontano se cruza con el sendero La Lagunita. Siguiendo nuestro plan, tomamos el camino del sendero La Lagunita. En el cruce hay señal de celular. Aquí, a como veníamos caminando hay un giro hacia la izquierda, bastante notorio. Si bien este trayecto fue corto, resultó agradable. Por partes hay barandas, por parte no, por partes hay camino de piedras, por partes las piedras están al costado del camino como marca del mismo, hay rocas en el camino que se destacan por su cubierta de musgo, a estas piedras con musgos, en algunos lugares de Jujuy las llaman comúnmente lamadas. Hay subidas y bajadas, y escaleras con barandas.


Camino pedregoso.

Camino señalado con piedras.

Piedras con musgo. Lamadas.

Vegetación.

Escalera con barandas.
Íbamos caminando buscando llegar a La Lagunita, y al pasar una curva del camino encontramos una persona. ¡Era el inglés! El turista inglés que llegó con nosotros en el micro, y al comenzar el recorrido, cada quien fue por su lado. El inglés estaba agazapado, inclinado hacia la naturaleza a un costado del camino. Cuando nos acercamos, nos vio, nos hizo un gesto con la mano, era el gesto de silencio, y siguió en lo suyo. Tenía un monocular, pequeño, compacto, con el cual miraba algo entre la vegetación. Posiblemente un ave. Nosotros miramos también y no vimos nada, solo plantas, pero él seguía muy compenetrado con su observación.
El inglés vestía un sombrero estilo explorador, y ropa deportiva, y llevaba una mochila pequeña y unas zapatillas especiales para trekking. Por nuestra parte, luego de echar una mirada y no ver nada, continuamos con nuestra caminata.
Tal vez el turista inglés era un ornitólogo o un birder, o simplemente un birding, si nos referimos a un observador serio. Allí todos asumíamos la cualidad de birdwatcher. Me da pie para decir lo siguiente, en nuestro caso solo llevamos para tomar fotografías los celulares, uno agotó completamente la batería y el otro resistió un poco más, y nos alcanzó para tomar muchísimas fotos y filmar algunos videos. Nos hubiese gustado llevar una cámara fotográfica, lo veo conveniente, en nuestro caso no la llevamos dado que el viaje surgió de improvisto. Aunque eso depende de cada uno y que es lo que busca, si solo desea hacer trekking sin detenerse, lo mejor sería llevar un buen calzado. Si solo va a observar aves, puede ir con un monocular o un binocular. También es bueno llevar una libreta y una birome o lápiz para realizar anotaciones.

Algo que nos llamó la atención fue una marca en la tierra que a primera vista parecía una huella. Luego vimos varias más, al parecer, algún animal (mamífero o ave) come de una planta o fruto que están casi al ras del suelo.
También observamos dos mariposas de distintos colores, una con alas amarillas y negras con puntos blancos en el borde de las alas, y poseedora de dos antenas largas negras con punta amarilla, un amarillo fuerte, estos colores chillones se asocian con veneno para sus depredadores en esta mariposa que se la conoce como mariposa Monarca del Sur (Danaus erippus), y otra mariposa casi toda negra salvo dos rayas rojas en la parte inferior trasera de sus alas, esta última se la conoce como mariposa Alas Sangrantes (Biblis hyperia).



Monarca del Sur (Danaus erippus)

Alas Sangrantes (Biblis hyperia)

Alas Sangrantes (Biblis hyperia)
Si bien, el mapa señala que el recorrido del sendero La Lagunita tiene una duración de dos horas ¿una de ida y una de vuelta? o ¿dos de ida?, el trayecto que realizamos nosotros nos llevó solo veinticinco minutos. Y al final llegamos a La Lagunita. El lugar tiene una belleza sin igual, apenas se ve un poco de agua casi al borde del camino, el resto está todo cubierto de vegetación, una vegetación verde claro que parece una alfombra, el contraste del sol y las sombras, y el silencio, vuelven al lugar maravilloso. Estuvimos un par de minutos contemplando el lugar antes de continuar.

La Lagunita

La Lagunita

La Lagunita

La Lagunita

La Lagunita
Hasta este momento, veníamos guarecidos del sol, por la abundante vegetación que nos propiciaba sombras. Poco más adelante, en el próximo sendero, esto iba a cambiar. Dejamos atrás La Lagunita y continuamos caminando, pero algo nos sorprendió un poco, el camino se fue haciendo cada vez más estrecho, la vegetación como que se lo comía, parecía dejar de ser un camino para humanos y pasar a ser una huella de animal. Teníamos la selva pegada a ambos lados. Hubo partes que había que pisar los pastos que ya cubrían la totalidad del suelo. Y así seguimos por no menos de dos o tres minutos, supongo yo unos cien metros, pero cien metros de selva de montaña.

Vegetación. Camino muy angosto.

Vegetación. Camino muy angosto.
Seguimos caminando hasta que encontramos otro cruce. El encuentro del sendero La Lagunita con el sendero El Tapir. Pero además, a pocos metros, había otro cartel. Ese otro cartel decía Arroyo A. Negras. Y Ruta N 83. Ruta Provincial 83 sería lo mismo que sendero La Lagunita, indicaba el camino hacia por donde veníamos. En tanto que Arroyo Aguas Negras era la continuación del sendero La Lagunita, ¿pero cuánto? Por la distancia marcada en el mapa parecía estar cerca, pero no oíamos el sonido del agua, y tampoco estaba señalada la distancia justa. Si iba a un curso de agua, seguramente debía ir en bajada (y luego había que regresar) y el camino que llevaba al Arroyo Aguas Negras se veía bastante estrecho. Aún así, me animé adentrarme en el mismo y comencé a caminar. Era muy estrecho y vegetación alta a ambos lados. Llegó un punto que no proseguí y me regresé. Ahora me pregunto si las dos horas que se indican para recorrer el sendero La Lagunita, comprenden este trecho, en este caso, estimo que tenía por delante una caminata de entre veinte y treinta minutos más, y ahí sí cerraría el tema de las dos horas para ese sendero, una hora de ida y una hora de vuelta. Pero son solo meras conjeturas. Me regresé, para continuar con el próximo objetivo, el sendero El Tapir.





Sendero El Tapir.
Conecta los senderos La Lagunita y La Junta. Atraviesa transición entre Selva Pedemontana y Montaña. Ideal para la observación de aves.
Recorrido. 3 horas.
Dificultad. Media.

Este sendero El Tapir, tuvo sus particularidades para con nosotros. Nos llevamos una sorpresa al final del recorrido. Lo recorrimos íntegro. Por momentos se puso heavy. Pero lo completamos bien. Nuevamente el estimado, ¿dificultad media? Es cierto, pero depende del punto de vista de quien lo recorre. Supongo que llegados a este punto, solo personas con ganas pueden hacerlo, es decir, adultos mayores o personas con alguna discapacidad parcial, puede dificultarle un poco. ¿Recorrido 3 horas? Nuevamente es la pregunta ¿sólo ida o ida y vuelta? La verdad que nosotros, solo transitarlo de ida, nos llevó una hora. Solo una hora (desde las 11:30am hasta las 12:30pm), y además, paramos unos minutos a comer fruta, tomar fotos, y algunas demoras que se presentaron en el camino que nos hicieron retrasar la marcha. Por lo cual, las 3 horas (si fuese ida y vuelta, serían 1 y ½ horas) a nosotros nos pareció mucho, no sé si íbamos caminando muy rápido o si han sido generosos en la estimación del tiempo para personas comunes, es decir, no deportistas, lugareños, etc… que pueden tener mayor conocimiento y entrenamiento, para circular ese sendero.


Hasta ahora le sol no nos daba, estábamos guarecidos por los árboles y la vegetación, pero en este sendero El Tapir, el sol estaba en el cenit y nos pegaba de lleno, gran parte de este sendero lo caminamos bajo el sol. Aunque había partes que el camino era encerrado por la vegetación, una vegetación envolvente, se formaba como un túnel. El camino se estrechaba, y por partes se abría más. En ocasiones encontrábamos una piedra grande en el medio del camino, Otras veces troncos caídos a los costados o troncos caídos que cruzaban el camino. Por partes, había mucho pasto, como que se perdía la tierra del camino y había que ir pisando pasto. Y aquí la importancia de llevar repelente. Repelente para mosquitos y quizás algunos otros insectos, más que nada en las partes no cubiertas. Pero era imposible alejar a todos los insectos, había unos muy pequeños que no eran mosquitos (al menos mosquitos comunes) y estaba lleno. Nos poníamos repelente cada cierto tiempo, y bajamos un frasco de 165cm3. También es aconsejado ir con pantalones largos y livianos, algunos vienen con un cierre que los hacen desmontables y se convierten en bermudas. Más que nada por los insectos y por las plantas. En mi caso llevaba un pantalón tipo bermuda y pude realizar todo el recorrido sin mayores problemas.

Piedra grande en el camino.



En un momento, tomé una foto a un hueco en un árbol, desde afuera, sin meter la mano, por que está prohibido y por una cuestión de seguridad. El árbol con su hueco era llamativo pero no se veía su interior, le puse flash al teléfono y tomé la foto. Y continuamos caminando. Cuando las bajé a la computadora, vi algo sugerente. ¿Es o no es? Es la pregunta. Da la idea que allí había una víbora, pero es real o en un fenómeno surgido de una mala interpretación de la madera del árbol. ¿Estoy frente a una pareidolia o realmente allí había una serpiente? Tengo la duda, mi impresión es que la hay, y es lo que desearía, pero no lo puedo asegurar ya que no está muy claro.
También fotografié otra mariposa Monarca del sur (Danaus erippus), ésta con los colores clásicos, los más conocidos.
Perdida entre el verde del suelo, entre distintas hojas, asomaba una flor de tres pétalos violetas con centro amarillo que desconozco que especie será
Un clásico panadero, así, con ese nombre vulgar, es como siempre conocí a esta especie repartida en todo el mundo, el Diente de león (Taraxacum officinale).
Una mariposa con alas transparentes, realmente se puede ver el verde las hojas a través de sus alas. Nunca había visto algo así. Posiblemente se trata de la llamada Mariposa de cristal o Espejitos, (Greta oto) o bien la llamada Mariposa libélula Mariposa cristalina (Episcada hymenaea), ¿cómo diferenciarlas? para el observador común.

¿Serpiente o pareidolia?


Monarca del sur (Danaus erippus)

Monarca del sur (Danaus erippus)


Planta. Flor. ¿Especie?

Diente de león
(Taraxacum officinale)

¿Greta oto o Episcada hymenaea?

¿Greta oto o Episcada hymenaea?
Continuamos caminando y todo parecía marchar bien, encontramos en el suelo cochas vacías de caracoles, en los lados de la montaña, pequeños huecos, supongo que cuevas de algún animal, hasta que en un momento el camino se complicó un poco, había partes que estaban completamente con agua, era barro, en otra parte tuvimos que cruzar por encima de un tronco, en otro lugar hubo que subir una altura entre un metro y medio y dos metros con parte tierra firme pero que deslizaba y partes con barro, con altas chances de patinar, por suerte no patinamos ni caímos, y seguimos adelante. Teníamos la posibilidad de regresar, por si se ponía más difícil el camino, pero ni lo pensamos, continuamos. Subimos por una escalera de piedras. A medida que uno avanza comienza a notarse el ascenso, es leve, salvo estos saltos bruscos como la trepada de un par de metros o la escalera. Por partes, a uno de los lados, se veía cierta profundidad, no mucha, pero sí de un par de metros.

Sendero El Tapir.

Concha de caracol abandonada.

Cueva en una pared.

Subida pronunciada.

Subida pronunciada

Agua y barro en el camino.

Tronco para cruzar por el encima del barro.

Barro en el camino

Vegetación.

Escalera de piedras.
A mitad de camino, paramos unos minutos y comimos otra fruta.
Varias aves se cruzaban, todo el tiempo se escuchaba el cantar de las aves, el viento entre los árboles, el sonido de los insectos. Pude tomar fotografías, de dos aves que estaban posadas, pero lamentablemente no permiten distinguir de que se trata, no salieron buenas. Aquí es cuando hacía falta una cámara.

Ave

Ave ¿?

Ave

Ave ¿?
Continuamos el camino, y encontramos un cartel con las especificaciones del tapir o anta. ¿El agua del camino es aquella donde se acercan los animales a beber o era agua producto de alguna lluvia pasada que aún no se había absorbido por la tierra? En cuanto al animal, no vimos ninguno, ni siquiera una huella, o quizás no miramos con detenimiento y falta de habitualidad.
Encontramos los restos de lo que alguna vez fue un ave, solo quedaban la plumas en el suelo que daban forma a su silueta.
Lo que nos llamó la atención, fueron huellas de humanos, más precisamente zapatillas, y estaban frescas, alguien había pasado por allí, quizás por la mañana. Y más adelante, un tronco cortado, claramente con alguna motosierra.

Agua en el camino.

Cartel.

Restos de un ave.

Tronco cortado recientemente
con sierra.
Así fue como, luego de caminar durante una hora, llegamos al final del camino, final del sendero El Tapir y encuentro con el sendero La Junta. Primero vimos un cartel que dice “Regrese con sus residuos” y luego un segundo cartel. Ambos carteles estaban de espaldas a nosotros, el frente hacia el otro lado, justamente daban hacia donde comienza el sendero. Aquí vino la sorpresa, el segundo cartel decía “Sendero Clausurado. No ingrese, su seguridad nos interesa.” Ahí comprendimos las dificultades que encontramos, ese camino estaba bloqueado, pero el cartel lo colocaron solo donde comienza el sendero y no por donde nosotros lo tomamos. Recordamos al guardaparque, que nos dijo que ese sendero estaba difícil/clausurado. Pero al no ver cartel alguno, igualmente lo caminamos.
Supongo yo que el sendero se pone peligroso como consecuencia de una lluvia. Y los meses de verano son los meses de lluvias en esa región.

Sendero El Tapir. Cartel. Clausurado.


Sendero La Junta.
Nace a 3 kilómetros de la Seccional Aguas Negras. Desde las alturas, se puede observar el relieve del Parque y la unión de los arroyos Aguas Negras y Toldos. Se regresa por el arroyo Aguas Negras.
Recorrido. 4 horas.
Dificultad. Alta.

Sendero La Junta.
En el folleto con el mapa y guía de los senderos, está indicado que el sendero La Junta es de dificultad alta. Al final de dicho folleto hay una advertencia que dice: “Por razones de seguridad y para hacer de su encuentro con la naturaleza una experiencia más intensa, recomendamos realizar los senderos 4, 5 y 6 con guías habilitados.” La última frase la resalta en negrita. Son los senderos Tataupá, La Junta y El Negrito. Los tres tienen un denominador común, en parte bordean o llegan a cauces de agua (arroyo o río). En su momento el guardaparque nos advirtió que ese día no era conveniente llegar hasta el arroyo por la peligrosidad. ¿Será al peligro a las crecidas por lluvias aquí o más arriba? ¿será le peligro de las piedras que con el agua pueden provocar caídas? ¿será el peligro de animales grandes que salen a beber agua? ¿será el camino peligroso en sí mismo? ¿será que hay facilidad para perderse y desorientarse? ¿serán todos los factores juntos u otros más?. Como fuere en nuestro caso, el trayecto que realizamos del sendero fue corto, hasta llegar a la Ruta 83, no nos adentramos a lo profundo del sendero.

Lo primero que nos encontramos en el cruce de senderos es un mirador, una baranda nos protege del barranco, donde podemos ver todo el paisaje de las Yungas. Un cartel brinda información sobre el Yaguareté (Panthera onca).
Tomamos un descanso mirando el paisaje, y retomamos la marcha. Lo que viene es una escalera de diez escalones aproximados y luego el sendero, el cual estaba bastante cubierto. Nuevamente había sombra. En el folleto con el mapa, el camino figura recto, pero en realidad hay una curva importante, el resto es mayormente recto. Al final del sendero (que en realidad sería donde comienza) hay un molinete y dos carteles. El molinete está más de adorno que otro cosa. Pienso que lo hay puesto para que ningún desubicado se mande con vehículo, dado que en esa parte al ser el camino ancho, siempre puede darse el caso de un despistado con pocas luces. Esos molinetes son para evitar el paso de los animales grandes (caballos, vacas) o para evitar el acceso descontrolado de personas a por ejemplo un puente pequeño, pero aquí, en este sendero, no cumple esa función, ya que queda mucho espacio a ambos lados, por eso pensé en la idea de evitar que ingrese algún vehículo.






Escalera

Sendero La Junta.

Sendero La Junta






Ruta Provincial 83.

Llegamos al cruce, Ruta 83, de un lado salimos nosotros, y del otro lado, se encuentra el ingreso al próximo sendero. Este fue un momento para hacer un parate y descansar un poco. Comimos otra fruta y nos sentamos unos minutos en unas piedras que había allí.
Allí había un auto blanco estacionado. Más tarde íbamos a saber que hacía allí. No había nadie, no se veía ninguna persona, solo el auto. Imaginamos turistas, pero ¿dónde estaban? Habrán ingresado por algún sendero, no por La Junta, ya que sino los hubiésemos cruzado. O andaban por ahí cerca, y ya estaban prestos a regresar.
Ahí mismo, a la vera de la ruta, en un gran árbol, uno que está justo al lado de la entrada al sendero La Junta, había un enorme nido, pero vacío, multitud de palitos entrecruzados que armaban el tejido, hojas secas, y las primeras hojas verdes fruto de la vegetación que de apoco lo va atrapando. Quién sabe si fue un nido individual o un nido comunitario, pero el ave lo las aves que lo hayan hecho, ya lo habían abandonado, al menos esa era la apariencia.

Ruta Provincial 83.

Auto de turistas.

Nido inmenso abandonado.

(Continúa en Visitando Parque Nacional Calilegua. Parte III.)

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