Centro de Visitantes del Parque Nacional Calilegua. Decidí hacer una entrada independiente para comentar brevemente este lugar, por el que pasamos en nuestra recorrida al Parque Nacional Calilegua.
Cuando bajamos del colectivo, tanto a nosotros, como al inglés, que éramos quienes íbamos a hacer senderismo, el guardaparque nos llevó al Centro de Visitantes. Simplemente porque allí tienen el libro donde anotan a los visitantes.
Tienen un libro donde solo anotan cuantos ingresan y de donde provienen. Nada más. Me preguntaba es insuficiente, es lo correcto, esta demás. No creo que esté de más que anoten, sirve para tener un mínimo control y además sirve para realizar estadísticas y luego estudiarlas. En una primera mirada me pareció insuficiente, pero luego comencé a atacar esa idea con muchos peros… Se me hacía la idea de un individuo que ingresa al Parque Nacional y por x motivos no regresa a su destino. Teniendo el libro de visitas con su nombre se podría saber que efectivamente estuvo allí, pero si no está su nombre, es más difícil saberlo. Por otro lado, alguien podría molestarse por tener que indicar su nombre, es lo de menos, pero la mayor dificulta que presenta el Parque Nacional Calilegua para con los visitantes, es que estos pueden ingresar directamente por el camino (Ruta 83) sin ni siquiera pasar por el Centro de Visitantes, al ser cruzado por un camino, que lo parte al medio, y además conecta poblaciones de un lado y del otro, cualquiera que circule por allí, puede ingresar y salir de un sendero como le plazca, y es que todos los senderos dan al camino, y además están separados en diversos tramos.
La charla del guardaparque incluyó su recomendación para realizar los senderos, para él todos eran factibles para hacer por nosotros, y nos dio sus combinaciones que fueron las que seguimos y resultaron exitosas. No se si el inglés comprendió el recorrido, miraba, pero según dijo no hablaba el español, quizás no comprendió mucho lo que explicaba el guardaparque.
Hizo mucho incapié en el tema de los tema de los guía, que no era obligación contratarlos, que cada quien era libre de realizar los senderos como le parezca, que si había algunos senderos que se podían realizar mejor con un guía pero que no era obligatorio, etc… Era notorio que sentía mucho interés en dejar en claro el tema de los guías no obligatorios ¿Por qué hacía eso? Nunca lo sabremos, no nos ofreció ningún guía, ni tampoco nosotros fuimos con ninguno. ¿Quizás en algún momento pasado los guían hayan sido obligatorios? ¿Habrá existido una política de favorecer a los guías o de intentar imponerlos como obligatorios de alguna manera informal? ¿o era por algunas páginas web que lo indican como obligatorio y luego en esas mismas webs ofrecen a los guías? Además de nosotros, estaba el inglés, y estaba solo, no había contratado a nadie. Adentro del Centro de Visitantes, había una mujer, pero no sabemos si era otra guardaparque o si era una guía, o si era administrativa o que.
Después nos avisó del horario en que cierra el Parque Nacional, ¿a qué le llamaba “cerrar”? ¿será el horario de atención del guardaparque? ¿o sólo nos dijo para hacer una “psicológica”? muchos desubicados lo necesitan, y por seguridad está bien esa indicación, lo cierto es que nos aclaró que a las 17hs debíamos salir al camino, a las 17hs es el horario de “cierre”. La verdad es que no cierra nunca dado que la Ruta 83 está siempre abierta a la circulación, y los senderos no tienen puerta, salvo algunos que tiene un molinete, y no más. Pero es comprensible, la indicación, debido a la oscuridad, la tarde-noche, y la posibilidad de perderse. Nos avisó que le colectivo pasa de regreso por el Parque Nacional entre las 18hs y las 19hs.
Finalmente nos entregó unos folletos con los senderos (explicados y con mapa), uno para el inglés y uno para nosotros dos, dado que tenías pocos. Otro folletos sobre los cuidados, peligros y como actuar en tales situaciones. Y dijo esperen… y fue a buscar algo, para esto, el inglés no esperó y salió afuera, cuando volvió el guardaparque, trajo un folleto más para identificar huellas de animales.
Ambos folletos poseen un interior prácticamente igual, solo que en el del 2014 se agregó un recorrido, una senda más, y se hizo una pequeña modificación a “como llegar”. Pero lo esencial de este folleto se mantuvo sin cambios.
Del otro lado del folleto, si que se realizaron modificaciones. “Sugerencias” se mantuvo sin cambios. Lo que “No está permitido” se quitaron dos ítem de un folleto al otro más nuevo. Las fotografías del folleto más nuevo, ahora van acompañadas, cada una de ellas, con el nombre de su autor. En el folleto más nuevo, se han orientado a brindar datos geográficos puntuales, en tanto en que le folleto más viejo, se brindaban datos geográficos más generales con una cuota de historia.
El cambio más importante y más notorio, se da una las partes del trípico, en el folleto antiguo se habla de “Inteculturalidad” y se mencionan los pueblos originarios, es algo orientado a lo humanístico-social, en tanto que el folleto nuevo de habla del “Patrimonio cultural” y se mencionan los yacimientos y restos arqueológicos. Ambos van acompañados por dos fotografías, que dan cuenta de los temas que plantean.
Es un cambio importante, un enfoque distinto, quizás lo ideal, sería unir ambos conceptos, pero por alguna razón se cambió el enfoque. Pensemos que estábamos bajo un mismo gobierno con una misma línea ideológica, no hablamos de un cambio radical en el país. El folleto más viejo que poseo es del año 2007 y el más nuevo es del año 2014. El cambio se produjo en esos diez años, desconozco si hubo más cambios en el resto de los años del período, si lo cambian a menudo, a que se debe, y todo lo que gira en torno a ello. Aún así el folleto que nos dieron del año 2014, resulta viejo, ya que lo visitamos en el 2019.
Me pregunto ¿cuántos visitantes al Parque Nacional leen estos folletos? Es difícil pensar que la gente los lee en el lugar. Pienso en los argentinos y la inmensa mayoría que conozco ni siquiera leen un diario por el celular, no todos, hay muchos y lectores, pero la mayoría con suerte lee un cartel de aviso en un ascensor y no más que eso, pensando en turistas que van a realizar senderismo, ¿dedicar quince minutos a leer dos o tres folletos? No lo veo viable, y en ¿extranjeros? También lo veo difícil, sin ir más lejos, el inglés que estaba con nosotros, tomo el folleto, se lo guardó y partió. Él no sabía español, es comprensible, pero siquiera miró los gráficos. En nuestro caso, tampoco los leímos, solo nos orientamos con el mapa, le dimos uso, para no perdernos con los senderos, y una vez de regreso, en la comodidad de la casa, así sí los leímos con detenimiento. Quizás, los que hacen camping, pueden matar unos minutos de tiempo leyendo los folletos. Con esto no estoy diciendo que no hay que leerlos, de hecho, son de mucha ayuda y es recomendables darle una leída (al menos una mirada) antes de arrancar camino, o al menos en un descanso del recorrido.
Dentro del Centro de Visitantes, que por cierto, es pequeño, una sola sala, poseen varias imágenes en las paredes con los animales del parque y algunas esculturas en madera. Es relevante el tema de los aborígenes guaraníes. De hecho, hay un sendero, que se llama sendero guaraní.
Hay un tronco con una placa, en homenaje a Flora Elsa Cruz (1952-2018) quien fue presidenta de la Comunidad Guaraní en Argentina. La placa lleva la fecha marzo de 2018 con la leyenda “En reconocimiento por su incansable trabajo en Pos del Ambiente”.
Casi en el centro de la sala se encuentra una escultura en madera de cedro de 2,10mts de alto, llamada “El señor de las montañas” realizada por el escultor jujeño Nazario Velez.
Justo frente a la anterior, como si se estuvieran mirando, otra escultura en madera, con figura de ave, obra llamada “Fusión”, autor Misky/Mayo/Esquivel. En la parte trasera de esta escultura, apoyaron un mapa de la Argentina, donde están señalados los Parques Nacionales Argentinos.
A un lado de la sala hay una obra adquirida y ubicada en Parque Nacional Calilegua, justo aquí dentro, en la sala del Centro de Visitantes, obra del Primer Simposio Regional de Escultura, llamada “Dueños de la Tierra” que se compone de un ensamble en madera de lapacho, quina y palo blanco. Esta obra, encima tiene otro cartel indicador que se llama “Volver en las Yungas” del autor Ernesto Ebbes, pareciera que refiere a la pintura en blanco y negro que se encuentra en la pared de lo que se distingue algo así como un anta y algo más.
Homenaje a Flora Elsa Cruz (1952-2018) |
El señor de las montañas. |
Fusión. |
Dueños de la Tierra. |
Lo positivo que tienen estas obras es su exposición, quizás generen alguno disparadores mentales para reflexionar un poco, aunque a mí personalmente no me gustaron mucho, quizás no las comprenda, la placa en el tronco es aceptable, tal vez exista alguna relación entre ese árbol y las cosmovisión guaraní. El ensamble de maderas me pareció algo muy simplista y poco elaborado. La pintura en la pared, una figura que lleva a la idea de un anta, aunque inmediatamente deviene en algo surrealista que no se sabe que es. La obra que parece referir al felino, a un yaguareté, tiene rasgos muy estilizados, si se buscaba ser realista no se consiguió y quedó eso que parece un felino de juguete, las rayas en el pecho, no las entendí, vistas a la distancia de dos metros parecen unos caracteres japoneses o chinos. Algo parecido sucede con el ave, de gran porte pero con pico muy pequeño, sin alas, ni siquiera recogidas. No obstante es mi opinión subjetiva, claramente los artistas y otros públicos ven otra cosa, y ni hablar si lo estuviese viendo un curador.
La sala se completa con un desplegable, ubicado en una esquina, que contiene fotografías e información, pero la información es mucha y está en letras pequeñas. Y unos cuadros con fotografías de aves, auspiciadas por Ledesma, una muestra fotográfica llamada Aves de las Yungas, de autores varios, que se ubican todas en doble fila en una de las paredes de la sala.
Aves de las Yungas. |
Aves de las Yungas. |
Aves de las Yungas. |
Así se completa la visita por el interior del Centro de Visitantes, solo queda comentar el exterior, que también ofrece lo suyo.
Por fuera del Centro de Visitantes, lo que más resalta, son varias figuras de animales del Parque Nacional Calilegua realizadas en metal. Me gustaron todas, quizás porque el metal permite jugar más, no se si llamarlo texturas, pero la variedad de objetos metálicos utilizados que conforman la figura final, tiene sus propias y distintas formas, así vemos una taruca, un puma, una iguana, y varios animales más.
Oso homiguero. |
Iguana. |
Caiman. |
Cóndor. |
Cóndor. |
Puma. |
Taruca. |
Caiman. |
Hay una figura que la dejé para el final, pareciera que es el de mayor relevancia, ha llegado hasta el billete de 500 pesos argentinos, el más grande los felinos, el yaguareté. En el cartel que anuncia al Centro de Visitantes encontramos su huella, entre troncos encontramos su cara entrecubierta que nos observa, quizás haya sido el único yaguareté que nos encontramos :) , tampoco podía faltar la escultura metálica de este animal. Realmente es difícil encontrar/se con un ejemplar de ellos, se encuentra en peligro de extinción. Quedan pocos, al menos en nuestro país, se estima que quedan entre 250 y 300 de estos felinos siendo generosos. Su nombre científico es Panthera onca, aunque comúnmente se lo conoce con los nombre de yaguareté, jaguar, yaguar, tigre o tigre americano. La ONU declaró la fecha del 29 de noviembre, Día Internacional del Jaguar. En Argentina, el yaguareté fue declarado Monumento Natural Nacional por la Ley Nº25.463 en el año 2001. Con esta categoría, la ley se busca desarrollar la supervivencia del animal y brindarle alguna protección frente a la real amenaza de extinción. Las provincias de Misiones, Chaco y Salta lo han declarado Monumento Natural Provincial, parece que la provincia de Jujuy demora con esta declaración, teniendo gran parte de su geografía ocupada por las Yungas, hábitat de este felino amenazado.
Jaguar. |
Así concluye la visita al Centro de Visitantes del Parque Nacional Calilegua.
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