Caminata con objetivos cumplidos. Última caminata del mes de julio de 2021. Listo para comenzar el próximo desafío. No tengo nada para escribir de la salida. No tomé fotos, ni me sucedió nada, ni vi algo como para comentar. Se me ocurre compartir las imágenes de cuatro cajas de fósforos. Si bien no soy un coleccionista de cajas de fósforos, estas me las regalaron por las imágenes que traen. Se llama “Edición Próceres” de la marca Ranchera, de Compañía General de Fósforos Sud Americana S.A. (1) (2) Me está faltando una, la que tiene la figura de Manuel Belgrano, que por allí la debo tener.
Caminata con objetivos no cumplidos. No tengo nada para escribir de la salida. No tomé fotos, ni me sucedió nada, ni vi algo como para comentar. Se me ocurre compartir una vieja lámina sobre los instrumentos musicales, que salió en el suplemento Croniquita del diario Crónica con motivo del día de la música. La lámina #19 de la colección croniquita. Recuerdo como llegó a mis manos, comprando en una despensa, venía envolviendo seis huevos. En lugar de tirar el “papel”, lo conservé. Lo que me gusta de la lámina, que sumado a los instrumentos, se agregan diversos personajes que los ejecutan, y cada personaje refleja un contexto, permite tener una vaga caracterización, acertada o no, provoca una elaboración mental que va más allá del mero instrumento. No tengo fecha precisa de que año salió esta tirada de Crónica/Croniquita, posiblemente la segunda mitad de la década del ´80. Por la firma que se encuentra en la lámina, el ilustrador fue Luis Mezzadra, (1) (2) (3) fallecido en 1988.
Caminata con objetivo cumplido. Todos los objetivos cumplidos el día de hoy, en paso, tiempo y caminata mensual, a poco de comenzar alcancé los 200.000 para este mes. A modo genérico, podría decirse que hoy encontré carteles.
El primero de ellos lo vi pegado en el frente de un edificio, justo al lado de la entrada. El mensaje es sencillo y cualquiera lo puede comprender, les molesta la suciedad originada por los desechos de las mascotas en la vía pública y piden que los limpien por cuestiones da salubridad. Es correcto y creería que cualquiera coincide. Se trata del barrio Palermo, que es uno de aquellos barrios donde se ve mucha gente recogiendo la caca de los perros, cuando se camina por otros barrios, no se ve tanto, a pesar de ello, sigue siendo una barrio bastante sucio, por responsabilidad exclusiva de los vecinos, que muchos de ellos son irresponsables y dejan los desechos de los perros en cualquier lado, esto provoca que afloren este tipo de carteles por todos lados.
Ahora se me ocurre jugar analizando un poco el cartel. Como todo emisor, busca llegar al destinatario, y aquí la presentación la hacen con una imagen a color. Es una imagen idílica que no se corresponde con la realidad del mensaje, se trata de un terreno llano, en lo que parece ser césped, con algunas hierbas por aquí y por allá, y un fondo lleno de arbustos. Cuando el cartel apunta a la ciudad, al gris, al cemento, a la veredas y a las fachadas de los edificios. Pero es ameno y tranquilizar, una manera de generar cierta empatía.
¿Cuán efectivo son estos carteles para con los irresponsables? Es una pregunta que siempre me hago. El responsable, sale con su perro, lee el cartel, y puede decir “estoy de acuerdo” o decir “no estoy de acuerdo”, pero como es responsable, junta el desecho del perro y se va. En tanto, que el irresponsable, lee el cartel ¿y qué puede pensar? ¿le afectará de alguna manera? ¿reflexionará al respecto? ¿lo motivará a juntar los desechos de su perro? ¿o será disuasivo? en este último caso, el irresponsable, luego de leer el cartel, lleva a su perro a ensuciar la otra vereda, por ejemplo.
El cartel se divide en dos párrafos, el primero dice “En este edificio todos queremos a los perritos, si sus dueños se llevan sus heces y evita orinen en nuestra pared…” Varas cosas. Quien emite, utiliza el “todos” y no el lenguaje que utiliza la e. ¿Irá en consonancia con la imagen? Un “muchacho” con remera “celeste” y su perro con collar “celeste” y una mujer con zapatillas “rosas” y perro con collar “naranja”. Existe una confusión entre plural y singular “si sus dueños” y “y evita orinen”. ¿Le está hablando a alguien en particular o está hablando a un mundo en general?. Perritos en disminutivo. Si se trata de una animal de gran porte, pensemos en un Gran Danés, un Mastín Español o un San Bernardo ¿corre el “perritos”? lo mismo si se trata de un perro anciano, pero supongo que se trata sencillamente de “amigarse” con el receptor del mensaje, para que sea más efectivo el mismo. Pero lo más llamativo es la condicional, “En este edificio todos queremos a los perritos, si…”, es decir, está claro que del mensaje se desprenden dos asuntos, uno indica que comprende a todos los miembros de ese edificio, el otro es el requisito, “si”, es decir, si no llevan las heces ¿no quieren a los perritos? Si se las llevan si los quieren pero si no se las llevan no los quieren. Y me pregunto ¿qué culpa tiene el pobre perro que ya tiene suficiente de tener un dueño, y que ese dueño decide cuando sacarlo a “pasear”, le estipula el tiempo para que haga sus necesidades y además lo lleva atado en una ciudad llena de ruidos y aire sucio?. En todo caso, enójense con los dueños del animal. Vuelvo al “todos”, ¿realmente es así? No está firmado. Siempre hay canallas en los edificios que colocan mensajes anónimos en los ascensores y las puertas, ¿podría tratarse este caso de uno de ellos? ¿habrá sido una sola persona que habló por “todos”? Ni siquiera está firmado por el consejo o la administración. Ahora si realmente lo hicieron todos, no les cayó ni una mínima revisión, por lo menos, para redactar bien.
El segundo párrafo dice “Esta es la vereda de nuestra casa y de nuestros niños. Muchas gracias.” Sí, también es la vereda de todos, porque la vereda es de uso público. Es privada en cuanto al mantenimiento, vale aclarar que deben ocuparse ustedes de la limpieza de la vereda. ¿Era necesario incluir a los “niños”? Parece el toque emocional para llegar con el mensaje a la psiquis del/los irresponsable/s que lleva sus perros a ensuciar esa vereda.
Continué caminando y más adelante encontré otro cartel. Estaba ubicado a los pies de un enorme árbol, un plátano (Platanus x acerifolia). Encima de un montoncito de tierra y unas ramitas verdes.
El cartel, escrito sobre cartón, en tinta negra, decía Te robaste nuestro jardín, ¡ESO NO SE HACE! Antes de continuar deseo hacer una pequeña aclaración, alguien podría pensar, “el cartel está allí pero porque lo pusieron pero en realidad pertenecía a otro lado o era de otra cosa”, es posible, pero he visto a quien lo colocó, de hecho, la persona estaba con una pala de jardinero y un par de baldes en el lugar, tal vez, rescatando lo que había quedado luego del robo, o bien acomodando lo que quedó del robo, esas ramitas verdes que se ven. Si bien no le tomé foto en el momento, di una vuelta manzana, y cuando volví a pasar y al árbol estaba “liberado” le tomé foto quedando solo el cartel y su entorno sin personas allí.
Interesante, que como el anterior cartel, me permite jugar un poquito. Dejando de lado si fue un robo o un hurto, técnicamente hablando, considerémoslo un robo. Se puede inferir que en ese lugar, donde ahora había tierra, antes hubo un jardín. ¿Un jardín? ¿o un cantero? ¿o un cantero convertido en jardín? Me intriga la modalidad, si las plantas que componían el jardín se encontraban directamente sobre la tierra (y lo que se ve que de ella que queda) o si se encontraban en ese lugar pero adentro de macetas. Estuve viendo en Google Map, y no se ve nada en años anteriores, así que presupongo la creación de dicho jardín fue de hace poco tiempo. Es totalmente convincente, y más en este país, y habiendo cámaras por todos lados, un caso así no llega ni a la puerta de un tribunal. Como dicen, la ocasión hace al ladrón, y crear un jardín no protegido al alcance de todos, era lo esperable, más que es una sociedad no educada, “pinta” bien llevarse lo ajeno o lo de todos. He visto señoras, arrancar (literalmente) plantas de los canteros tipo tinaja que coloca el GCBA en algunas esquinas. Hay un problema serio con la responsabilidad e irresponsabilidad de muchas personas, no habiendo sanciones de ningún tipo y un descrédito por la ley y la justicia, llevarse lo ajeno se ha vuelto moneda corriente, y no me refiero a lo que uno deja en la vía pública con la finalidad que se lo lleven, sino todo lo contrario, lo que a los ojos de todos no está para ser llevado y llega el vivo para llevárselo. Cabe preguntarse, ¿era lugar para generar un jardín? Creo que no, pero festejo la iniciativa porque me parece buena, me gustan los canteros floreados, y sembrar plantas siempre es bueno y saludable. Creería que es mejor un cantero cerrado y allí sí colocar las plantas. Algunos colocan plantas muy comunes y/o con espinas, y no sé si eso ayuda que no se las roben. Si las plantas de este jardín robado eran floreales y/o poco usuales, eran candidatas a ser robadas. Lamentablemente no vi el jardín en su estado vigente. Si nos ponemos en exigentes, la palabra “nuestro” ¿está bien o está mal? Si la vereda es de uso público, y el árbol es de dominio público del GCBA y existe una ley que establece que está prohibido “plantar en la plantera otras especies vegetales junto al árbol.”(Ley 3263, cap. III, art. 9, inc. b (2009)) entonces el “nuestro jardín” ¿dónde cabe? Si es “de ellos” entonces podríamos inferir, prima facie, que usurparon parte del espacio público para hacer algo privado (en este caso el jardín), pero si no lo hicieron privado, y lo dejaron en el espacio público, entonces no es “de ellos”, es de todos. Para el caso que fuera la primera variante, alguien podría decir “ladrón que roba a ladrón, cien años de perdón”. La última frase del cartel, dice ¡ESO NO SE HACE!, en mayúsculas y el NO, subrayado. Un mensaje moralista. ¿Pero está bien o está mal? Es decir, todos podemos convenir en que robar está mal, pero que clase de moral debe tener alguien para decirle a otro robar está mal. Lo mínimo que no sea un ladrón, para no aplicar el dicho haz lo que yo digo pero no lo que yo hago. Si nos atenemos a lo escrito anteriormente, y estando prohibido plantar plantas en la plantera, es decir, hacer una jardín en el cantero del árbol, ¿se le puede decir a alguien eso no se hace cuando lo que yo estoy haciendo tampoco se debe hacer?
Continué caminando y tome otra foto. Esta vez no era un cartel, sino una lámina. Una lámina convertida en cuadro y ahora desechada a la calle. Otra vez, a los pies de un plátano (Platanus x acerifolia), dejaron algunas bolsas de basura, y sobre ellas, la lámina artística. Y me pregunto ¿acaso no hay contenedores para recibir la basura? Si lo hay, y hay hasta dos o tres por cuadra, y ahí mismo, en esa cuadra los había ¿qué necesidad de juntar las bolsas en el cantero de un árbol? ¿la fatiga que produce el caminar 50 metros hasta el contenedor más cercano?
Me llamaron la atención las tres vasijas con los que parecían ser diseños indígenas abstractos. Tuve la sensación que, quien sacó la lámina, no quería tirarla directamente, sino que la dejó encima de las bolsas por algo ¿con qué finalidad? ¿sintió pena? ¿creyó que alguien podría llevársela? ¿o la sacaron a las apuradas y de última la dejaron allí?. No sé si fueron los mismos que sacaron las bolsas de basura, cuando pasé por allí, ya todo estaba en ese lugar y no había nadie ni cerca. Es llamativo que la lámina fue intervenida, le cayó o le arrojaron pintura blanca. Algunos chorros gruesos y otros goteos que parecen ser salpicaduras. Podríamos decir que teníamos una obra de arte por encima de otra obra de arte, obra liberada en la calle. La lámina tenía firma, así que le tomé foto para buscar al autor de la misma. Y resulta que la encontré, se trata de una artista quien creo la obra original en la que se basó la impresión de la lámina. Ha sabido tener un blog (1) donde subió sus obras. Y buscando por la etiqueta “vasijas” aparece la pintura en cuestión.
Caminata con objetivo cumplido. Ambos objetivos cumplidos después de tres días “flojos”. Quedé apenas a 400 pasos de cruzar la meta mensual. No tengo nada para escribir de la salida. No tomé fotos, ni me sucedió nada, ni vi algo como para comentar en este día. Se me ocurre subir un artículo referido a los lemmings. Se titula Dramática carrera hacia ningún lugar, texto breve de dos páginas firmado por Silvio Fukumoto.
Esto permite analizar algunos aspectos (además de leer el texto). Fue publicado en la revista mensual “nueva” Disney Aventuras(#19) en agosto de 1991. El costo de la revista de ¡128 páginas! había sido de 14.500 australes. Esto fue cinco meses antes de desaparecer como tal el Austral como moneda nacional. ¿Qué hacía un texto de carácter “informativo y cultural” en una revista de historietas? La respuesta la brinda el último fragmento del texto que dice lo siguiente “En las siguientes páginas, presentamos una aventura de Tío Rico inspirada en la intrigante migración de los Lemmings. Es un ejemplo de que las historietas, hechas para divertir, también pueden tener un contenido informativo y cultural.” Nótese lo siguiente, el último párrafo dice inspirarse “migración de los Lemmings” y no en el hecho por el que se hicieron mundialmente conocido estos animalitos. Es decir, el suicidio en masa en el mar. Pero esto ¿realmente es así? ¿la superpoblación de una especie busca el equilibrio autodestruyendo parte de sus miembros? Hay estudios que dicen que sí, hay estudios que dicen que no, y hay estudios que lo ponen en duda. Sí está comprobado que algunas especies sí se suicidan para nivelarse, pero estas especies ¿incluyen a los lemmings? El tema pasa que, el para algunos llamado mito, hacia la década del ´50 Disney filmó una película documental y planteó esto del salto de los lemmings al mar. Esta idea se masificó, llegó a todos los hogares y así quedó establecido. Pero algunos críticos (biólogos y naturalistas) ponen en duda esto ya que no encuentran pruebas que demuestre que esto es verdaderamente así, para colmo, la filmación de Disney de aquél entonces, también fue puesta en consideración, cuestionándose el hecho que fue provocada/generada y no filmada la acción como proveniente de la naturaleza misma. De todas maneras, el artículo se titula Dramática carrera hacia ningún lugar, y el autor se cuida de aseverar que los lemmings se maten en masa en el mar, no lo niega, lo deja pasar, pero al mismo tiempo formula distintas posibles explicaciones a esa migración de los roedores, y deja abierta la incertidumbre al no haber una explicación fehaciente de lo que sucede con esta población de individuos leminos.
Ficha técnica: Título: En auto a través de los continentes. (1990-2004) Autora: Clara Stinnes. Editorial: Juventud. Colección Universal. Viajes. Año: 1994. Páginas: 295. Número de Edición de E.J.: 8984.
Reseña: El 25 de mayo de 1927 Clara Stinnes inció su proeza: recorrer en automóvil casi 50.000 km alrededor del mundo. La historia de la primera mujer que dio la vuelta al mundo en automóvil. Algunos gigantes del automóvil como Adler, Bosch y Aral financiaron la travesía. Junto a ella iban un fotógrafo Carl-Axel Söderström, que había conocido dos días antes y con quien se casó a la vuelta, a bordo de un Adler Standard 6 (conocido como Eagle 6), y dos mecánicos que los escoltaban en otro coche con repuestos. Finalmente tras numerosas aventuras y más de dos años de travesía, entraron en Berlín el 24 de junio de 1929. El libro fue todo un Best Seller de la época.
Autora: Clärenore Stinnes (1901-1990) fue una piloto de carreras alemana que en 1929, a los 28 años, se convirtió en la primera persona en dar la vuelta al mundo en coche. Antes de este éxito, era una consumada piloto de carreras. Para 1927, en sus dos primeros años de carreras, había ganado 17 títulos. Nacida el 21 de enero de 1901 en Mülheim, Alemania como Clara Eleonore, Stinnes era hija del industrial alemán Hugo Stinnes. Más tarde conocida como Clärenore, comenzó a dar vueltas alrededor de la fábrica de su padre a los 15 años y obtuvo su licencia de conducir a los 18. Cuando tenía poco más de 20 años, ayudó a su padre a administrar una sucursal del negocio familiar en América del Sur. Cuando él murió, ella regresó a Berlín para comenzar a correr autos a los 24 años. Al ganar muchas de sus carreras, rápidamente se hizo conocida como una de las pilotos de autos de carreras más exitosas de toda Europa. El 25 de mayo de 1927, Stinnes partió en un automóvil Adler Standard 6 desde Frankfurt. La acompañaba un camarógrafo sueco, Carl-Axel Söderström, dos mecánicos, un camión de escolta y su perro, Lord. El viaje tomó dos años y un mes y cubrió 29,054 millas (46,758 km). Se completó con éxito el 24 de junio de 1929. Stinnes y Söderström se casaron en 1930 y se mudaron a Suecia para administrar una granja. La pareja tuvo tres hijos y acogió a muchos otros. Clärenore Stinnes murió el 7 de septiembre de 1990, a los 89 años.
Este libro lo compre en una librería de saldos. Estaba en una mesa del fondo junto con cuatro o cinco más, diferentes, pero de la misma colección. Baratísimo. Y como me gustan los libros de aventuras, viajes y hazañas, me lo llevé.
Es una edición vieja, que proviene de España. Aún conserva la tarjeta postal, con las que las editoriales, en la época pre-internet enviaban los catálogos a domicilio para luego realizar las compras. Es pequeño, casi de bolsillo, teniendo en cuenta que tiene casi trescientas páginas. Lo que me gusta de la edición, es que trae mapa del recorrido realizado, y fotografías en blanco y negro que tomaron los viajantes. Sirve para ponerse en contexto y ubicarse.
Imagen tomada del libro con el mapa del recorrido de Stinnes y su equipo.
Imagen tomada del libro con el mapa del recorrido de Stinnes y su equipo.
No trae introducción, ni reseña, ni biografía de la autora, ni siquiera prólogo. Busqué en web, y es difícil encontrar una biografía resumida de Clärenore Stinnes o Clara Eleonore Stinnes(1), quizás la más completa que se encuentra, es la que figura en Wikipedia. En los últimos años, al menos, en el mundo occidental, pongamos 10 años en Argentina, y 20 años hacia atrás en primer mundo o países desarrollados, se ha revitalizado el rol de la mujer, y han surgido compendios y estudio sobre mujeres que a lo largo de la historia han sido ocultadas u olvidadas. Por ejemplo, la biografía en Wikipedia en español, finaliza con un atribuyó la falta de cobertura mediática al aspecto de género: que tales logros no se esperaban de una mujer en ese momento que algún anónimo escribió. Esto mismo figura en la web Wikipedia en alemán, ambas biografías son casi un calco, y las más completas que hay en la web (salvo libros puntuales). ¿Es realmente así? ¿su figura decayó solo por ser mujer? Puede ser, pero debería estar mejor fundado, también se da el caso de hombres que hay pasado al olvido luego de realizar una hazaña. La mayoría de los escritos sobre ella data de los últimos 20 años, pero este libro que posee data de 1994, en Wikipedia figura otro que data de 1981, otro texto en 1996, entrevistas entre 1983 y 1986. Es decir, ¿hasta qué punto o bajo que parámetros se considera que una persona fue olvidada o no se le dio cabida en los medios o por “culpa” del machismo se la dejó de lado y ahora es momento de elevar su figura después de ese ostracismo? Siguiendo nuevamente las biografías leídas en Wikipedia, tanto en alemán como en español, en ambas figuran lo siguiente “Stinnes fue el líder del pequeño equipo que empujó a los tres hombres y a los muchos ayudantes…” y “Stinnes era la líder del pequeño equipo que empujó implacablemente a los tres hombres y a los muchos ayudantes…”. Nótese que quien haya editado la entrada en español agregó el “implacablemente” ¿eso verdaderamente fue así?. Existe una necesidad de colocar al figura de la mujer, con todos sus pros, que fue grande, corredora y conductora, como por encima de todo, pero se pasa al olvido y al ostracismo, lo que ella misma escribió al comienzo de su libro, que fue acompañada por tres hombres, dos de ellos olvidados casi para siempre, y el otro mencionado como su esposo.
Para los que como a mí, les gustan los libros de viajes y aventuras, más que nada en tiempos pasados, está bueno. Vale la pena leerlo. Que además va presentando aspectos culturales de aquel mundo que vivió. Por parte es redundante, habida cuenta que circulaban horas y horas en un coche pero lo bueno es ir descubriendo esa riqueza con la que se iban encontrando, y es muchas ya que dieron la vuelta al mundo. El viaje les llevó dos años 1927-1929.
En cierta medida la tuvo fácil. Trabajaba como administrativa y si su padre era un empresario pudiente. Como si fuera poco, uno de los productos a los que se dedica su padre eran automóviles. Ella misma lo cuenta en el primer capítulo.
La magna organización industrial de mi padre comprendía, entre otras empresas, una importante fábrica de automóviles. (Pág. 7) Durante la semana no me faltaba nunca trabajo de escritorio en exceso. (…) El viaje de prueba que el gobierno comunista organizó en Rusia en 1925, suscitó en mí, el deseo de realizar en auto un viaje mundial. (Pág. 8) Contraté a los dos mejores mecánicos que encontré en los talleres Adler: Victor Heidtlinger y Hans Grunow, quienes tendrían que relevarse en la conducción del furgón. (Pág. 15) (…) No habiendo nunca nadie que se me anticipara en un viaje de tal naturaleza, decidí hacer filmar todos sus incidentes y peripecias. (Pág. 15)
Mejor idea no podía haber tenido, fotografiar y filmar todo lo que pueda. Se lee en la web que llegó a tomar hasta 800 fotografías, y en Youtube se pueden ver fragmentos de sus filmaciones. Es una herramienta fenomenal para poder ver una época desde la distancia. Su co-equiper Carl-Axel Söderström, era quien hacía de camarógrafo y fotógrafo, aunque se lee que ella también tomó fotografías. En un momento corrieron la mala suerte de perderlos cuando los bártulos cayeron al agua, pero con buena suerte rescató la bolsa con los negativos que finalmente no se vieron afectados. (Págs. 235/236)
Como nadie se le “anticipó” en hacer dicho viaje, quedó registrada como tal en el libro de los Record Guinnes.
Imagen Tapa y pág. 70 del libro Guinness World Records 2014.
Captura del libro Guinness World Records 2014.
Se trata de una mujer de alta situación social. Y como es de suponer, un pensamiento de acuerdo a su época. Esto es relativo, en ocasiones ve bien cazar animales, hoy día por ejemplo, los animalistas lo verían mal. Pero el punto en este momento, es la diferencia social entre “normales y civilizados” y los “otros” qué, ¿quiénes serían? ¿los “anormales e incivilizados”?, que trae a la mente el libro de Sarmiento, Facundo o Civilización y Barbarie, publicado en 1845. En el libro de Stinnes, esta diferenciación está llevada nivel mundial, así lo escribe “Mientras tanto, las tierras que recorríamos eran todavía demasiado normales y civilizadas para que pudieran despertar en nosotros verdadero interés” (Pág. 21) También podría mencionar el tema del “trabajo”, hoy día en Argentina, mucho lo verían mal, justamente los que no trabajan, en tanto que en el libro, escrito hace 90 años, y a pesar que tenía un buen pasar, hace mención al trabajo como sostén para ganarse la vida, sobre todo, mucho énfasis al comienzo, de hecho las primeras hojas del libro están cargadas de ideas morales y/o costumbres de vida. Lo bueno, que “lo diferente” es lo que era de interés para ellos.
Y ya que mencioné la palabra “costumbres”, hay una referencia muy importante que dice en un par de ocasiones, y que es de utilidad para cualquier viajero, si hay una norma implícita en los viajeros, creería que es esta, cuando dice “Decidida a no ir jamás contra las costumbres…” (pág. 179)
Clara Stinnes tiene una forma particular de hablar, cuando uno lo lee el texto detecta enseguida esa manera “diferente” en que lo escribió. En realidad, no sé si es un acento puntual, o es así como se habla el alemán, ya que no lo conozco, de todas maneras, lo que me llega es a partir de la traducción, y estaría considerando una traducción literal. Algunos ejemplos:
“Desde que salí del colegio, viviendo todavía mi padre, me acostumbré al trabajo. Mis ocupaciones fueron múltiples y diversas, por querer mi padre adiestrarme en diferentes actividades a fin de poder descansar de mí.” (pág. 7) “Lo que más me agradó fue el tamaño y disposición del motor, construido por el profesor Becker, de la Escuela Técnica Superior de Berlín, hombre a quien yo siempre tuve por muy competente” (Pág. 9) “En la misma exposición hablé con los directores de los talleres Adler, apalabrando con ellos un coche…” (Pág. 9) “Empleaba las horas que le dejaba libre la escuela, en ayudar a los demás y hacerse útil.” (Pág. 10) “Al concluir el servicio militar se presentó, pues, Sörderström, en los laboratorios Pathé Fréres, quedando inmediatamente colocado.” (Pág. 11) “Con cuantas comodidades hubiera podido soñar el más inteligente.” (Pág. 183) “Desde El Real emprendimos nuestro regreso poco menos que prensados por los plátanos. No había que soñar ya con las comodidades de la ida.” (Págs. 277/278)
Como se ve con estos ejemplos, así es todo el libro, llama la atención esa manera de hablar y los remates al final de cada frase.
“Fuera de la ciudad, vimos en el camino que debía conducirnos a Bulgaria, a través de las montañas, un imponente monumento que recordaba la dominación turca: era una casa construida con cráneos de soldados serbios…” (Pág. 24)
¿A qué se referirá? ¿existirá aún? ¿será Céle Kula (2)? Aunque si fuera este último, ya para cuando pasaron ellos, se le había construido una capilla a su alrededor.
“De Constantinopla a Ismid se nos prohibió por razones militares, trasladarnos en automóvil y forzoso nos fue hacer el viaje en tren.” (Pág. 31)
En la actualidad han cambiado los dos nombres de estas dos ciudades, Constantinopla ahora es Estambul, e Ismid ahora es Izmit (en la antigüedad se llamaba Nicomedia), en realidad, Estambul ya se había oficializado como tal aunque los occidentales continuaban llamándola Constantinopla. ¿Por “razones militares”? La distancia eran apenas 100km ¿qué peligro podían ocasionar dos automóviles con cuatro personas? ¿tal vez los vieron como espías? ¿o tal vez había focos de conflictos? Algunos años antes había tenido lugar una grave conflagración turco-griega.
“…inútil buscar sombra bienhechora de árboles que no existen.” (pág. 34)
Esto me recordó algunas ciudades pequeñas de este país que carecen de árboles en sus veredas. Sin ir más lejos, hacia 2021 un barrio de CABA carecía de plaza, no tenía ni una sola plaza.
“Vimos una vez a un pobre caballo al que dos persas se empañaban en hacerle tirar del carro, a pesar de tener la pata rota. ¡Era de ver con qué dolorosos esfuerzos iba avanzando el animal, merced a sus tres patas útiles, a los golpes, palos y latigazos de sus desalmados dueños!” Sölderström y yo tuvimos la misma idea: comprar el caballo. Detuvimos el coche y pregunté al propietario, cuanto quería por el animal. Me pidió 30 marcos en moneda persa; más por fin se contentó con 20, en consideración a que lo probable era que de ningún modo pudiese recorrer la miserable bestia los 110 kilómetros que la separaban todavía del mercado más próximo. Toda la caravana se detuvo para ver lo que haríamos nosotros con el caballo recién comprado. Lo apartamos del camino y con dos o tres tiros le pusimos fin a sus sufrimientos. Los persas nos miraban asombrados como si estuvieran en presencia de un par de locos.” (Pág. 57-58)
La anécdota resulta entretenida, y hasta benevolente con el animal, pero al mismo tiempo es raro, es rara la actitud que tienen para con los animales a lo largo del libro, por ejemplo, un momento sentían deseos de cazar liebre, no a los tiros sino encandilándolas con los focos (p. 21) o en otros momentos refiere a la nostalgia que sintió su perro en su ausencia (p. 278), así como esta, hay más situaciones con animales. De hecho, nos toca de cerca, al pasar por Argentina le hicieron ver un espectáculo de doma “como se hacía antes”, se sorprende con la crueldad con que se trata al animal realizando algunas apreciaciones.
Encabritábase entonces el animal, y daba tremendos botes con ánimo de despedir al jinete. Esta lucha, entre la bestia y el hombre, duraba hasta que, vencido el potro y cubierto el cuerpo de espuma y sudor, se rendía, fatigado, a la voluntad del jinete. Esta era una muestra de los antiguos métodos de doma; los modernos, sin embargo, son menos brutales. Actualmente principíase por acostumbrar al potranco a la compañía y vecindad de los hombres desde que nace. La doma es, luego, gradual y paulatina, quedando suprimida la violencia y la crueldad. Los gauchos del antiguo cuño apenas si existen ya. (Pág. 262)
Como cierra el párrafo es genial, apenas un par de años antes se había publicado el libro cásico (3) que evoca la figura del gaucho ya desaparecido/extinto. Pero la autora sigue, e incluye la palabra “salvajismo”, que denota cierto aprecio por los animales al tildar así ciertas prácticas para con ellos.
Las vacas y los toros crecían con el mismo grado de salvajismo que los caballos. Sujetábase a los animales con el lazo y se les marcaba el hierro de su propietario. También esta costumbre empieza a caer en el olvido. Se construyen corrales con distintos apartaderos. El animal entra en ellos y allí se les pone la marca, sin la crueldad del lazo. Verdad es que aún hoy en día se les graba la marca en la piel con un hierro al rojo; pero se le atiendo luego al animal y se le prodigan los cuidados necesarios. (Pags. 262/263)
“Los aldeanos la fabrican con alcohol añadido a una maceración de maíz. Rechazar a un bureta la libación ofrecida es inferirle un agravio; (…) Los cánones de consumo con la cortesía, exigían que se llenase el vaso hasta los bordes; se vertían luego en el suelo algunas gotas, se bebía un sorbo y el resto era para el forastero o invitado a quien deseaba obsequiar.” (Pág. 112)
¿Conocido? En casi toda hispanoamérica, sobre todo en pueblos del interior, tienen la misma práctica, bebida fermentada del maíz (chicha), arrojan una chorrito a la tierra (madre tierra) y se ofenden cuando se les rechaza.
“A nuestra llegada salió a recibirnos un muchacho con ojos de sueños.” (Pág. 164)
La manera de referirse a la “brida mongólica”,(4) epicanto, o pliegue epicantico, comúnmente llamados ojos rasgados, ojos achinados, ojos orientales.
En el texto encontré un montón de palabras que no conocía, enriqueciendo el vocabulario como por ejemplo: albayalde (p. 6), relejes (p. 34), alquería (p. 66), astroso (p. 66), quinqué (p.81), corvejones (100), tolla (p. 100), pitanza (p. 101), pelmeni (p. 108), muflón (p. 110), garduña (p. 168), vedija (p. 201), oquedal (p. 201), acémulas (p. 204), balumba (p. 205), gollerías (p. 65 y p.165), pollino de tiro (p. 225), cura de mono (p. 243), etc… el texto posee un lenguaje enriquecedor de palabras poco comunes, al menos, por estos lares.
“Tula, la famosa ciudad de los aurífices” (p. 72)
Con Tula se refiere a una ciudad rusa, pero lo llamativo aquí es la palabra “aurífice”. ¿A qué se refiere?. Equivocadamente, lo relacioné con el oro y pensé en alguna leyenda que desconocía, pero estaba errado. Aquí tenemos una palabra que si bien está relacionada con el oro, es una palabra en desuso, ya no se la utiliza, pero figuraba en un Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936).
Cuenta un relato sobre los lobos, que se lo contaron lugareños de Flachland ¿…? ¿qué lugar se refiere con Flachland? No lo pude encontrar, pero se trataría de una lugar en Rusia, ya que iba por ese camino. El fragmento dice:
Por la noche, mientras preparábamos nuestra cena los aldeanos nos contaban historias espeluznantes. En invierno se reunían en manadas de treinta o cuarenta y, acuciados por el hambre, declaraban al hombre la guerra. Caían inopinadamente sobre los trineos que se aventuraban a viajar solos, y se daban el gran banquete a costa de los infelices que tan cara pagaban su imprudencia. (Pág, 99)
Me interesa rescatar la primera parte “los aldeanos nos contaban historias espeluznantes”, esto es algo muy común en todos los pueblos pequeños del “interior” de cada país, cualquier manual de supervivencia alerta sobre esto, cualquier viajero, de antes o en la actualidad conoce de esto ¿por qué es así? tal vez, la tradición oral mezclada con creencias, y el hecho que un “cuento” puede atemorizar al viajante/invitado, creando cierta “magia” y “prestigio” en quien lo cuenta, y pesar que uno sepa que le están contando una terrible mentira poco convincente, todos recomiendan “seguir el juego” y no “faltarle el respeto” contradiciendo lo que relatan. Dicho esto, paso a la segunda parte, el ataque de mandas de lobos, en este caso la historia es creíble, no se trata de hechos sobrenaturales sino de algo real, no obstante, hay que considerar dos cosas, una que las manadas de lobos solían atacar más a otros animales a un humano, y dos, que la figura del lobo tiene mucha relevancia en la cultura europea.(5) Si bien, aquí estamos geográficamente en Asia, se trata de pueblos eslavos.
Las villas suntuosas de los ricachos, estaban pintorescamente situados en un inmenso parque de feraz vegetación tropical. Veíanse entre las fronda animales de diferentes especies, unos en libertad, otros enjaulados. (Pág. 185)
Hablando de los animales, y también sumo a los vegetales, no es específica con la naturaleza que se encuentra, en muchas ocasiones, habla en “general” y no detalla, tal vez por desconocimiento y/o dificultad para acceder a ese conocimiento más específico por ejemplo, cuando habla del guano, y menciona a las “aves” no puntualiza que aves.
He notado que no hace alusión a mujeres, en líneas generales, no “rescata” a ninguna, no hablaban o evitó mencionar alguna, a lo sumo, las menciona como “la esposa de…”, “su esposa…”, “la geisha…”, “una negra…”, “una mujer pelirroja…”, jamás un nombre propio, salvo un caso, el nombre de un vapor costero llamado Olga, en tanto que los hombre, sí, a casi todos (salvo algún “indio”) los menciona con nombres propio, generalmente acompañado de un título “el capitán”, “el señor”, “el jefe”, etc… Incluso en cierta ocasión, hace alusión a la confusión que pudo originar pasar como hombre. No queda claro si lo dice con ironía o si en verdad pudo darse esa confusión o fue un descrédito hacia ella por parte del capitán.
El capitán Möller, un verdadero lobo de mar, salió a recibirnos con su paso tardo y grave, a la escalerilla del barco. Su recibimiento no pudo ser más amable. Nos acercamos a saludarle; con gran alegría saludó el capitán a su compatriota Söderström y con menos afabilidad me tendió la mano, sin saber a punto fijo si aquella persona con pantalones de vellorí era un muchacho o una muchacha. (Pág. 187)
En cierta medida, la vuelta “al mundo”, efectivamente lo fue, pero “pudiendo” haber pasado por muchas más regiones no lo hizo, no le quito méritos a la hazaña, por ejemplo, el "mundo" no incluyó África, el continente quedó fuera, podría especularse con que la “vuelta al mundo” se puede completar sin pasar por allí, es cierto, pero también se puede completar sin pasar por América del Sur y sin embargo sí pasaron por estos lugares. Lo mismo podría decir de Oceanía, América Central y partes de Asía (Medio Oriente, India e Indochina, sudeste asiático) que se evitaron. Supongo que se debe a las dificultades que se presentaban, sobre todo, lo referido a los caminos, y peligros de zonas mayormente colonizadas y/o poco conocidas. Circular cruzando con barcos, no les causó mayores problemas. Ni quiero meterme en considerar al título En viaje a través de los continentes.
Algo que resulta llamativo, visto a la distancia, es la facilidad y comodidad de comprar y llevar explosivos con los cuales se abrían paso por los caminos de montaña, impensado hoy en día, porque ya existen los caminos, y además, porque está prohibido. Y al parecer, la utilizaban bastante “De nuevo tuvimos que recurrir al frecuente uso de la dinamita” (Pág. 223) Esto de la dinamita va de la mano con que viajaban armados, y al parecer no tuvieron ningún inconveniente en ningún país por los que cruzaron para con sus armas, que las podían usar para matar animales como para matar personas y sin embargo dieron la vuelta al globo armados. Hoy no sería viable (y hasta sorprende leerlo/verlo a la distancia), al menos, los viajantes de los últimos 50 años no andan armados. No obstante, peligros y amenazas de peligros no les faltaron en el recorrido. El tema de las armas que portaban aparece varias veces, algunos ejemplos son los siguientes:
Una de las fotos lleva la leyenda “Los facinerosos se hacían señas con banderas”. “Teníamos que atravesar una de las comarcas más peligrosas: la región de los tunguses, bandas de salteadores formadas por soldados chinos licenciados o desertores y por habitantes de aquellos pueblos ladrones.” (Pág. 141) “Cada minuto aumentaba para nosotros de ver cortado el camino de Pekín por las mesnadas de atacantes.” (Pág. 156) “Antes de internarnos en la región montañosa, nos aseguramos del buen estado de nuestras pistolas. La semana anterior los bandidos habían asaltados tres autos.” (Pág. 197) “Por haber sido asaltado y robado el convoy con nuestras provisiones que habíamos comprado en Caraveli, nos vimos obligados a echar mano de nuestras reservas.” (Pág. 225)
En un caso, el acompañante le pego un tiro en el pie a uno agresor.
Algo para rescatar, es el trato recibido en Sudamérica, en realidad siempre recibieron buen trato en cada acogida donde paraban, pero la impresión que se llevaron de los sudamericanos parece que fue más fuerte que las demás.
Nunca como entonces pudimos comprobar el espíritu de hospitalidad de los sudamericanos. No se nos hizo ninguna pregunta. Nadie quiso saber de donde procedíamos, adonde íbamos, que habíamos ido a hacer a aquél país, qué nos proponíamos. Tan solo se nos hizo objeto de atenciones, procurarnos hacernos grata la estancia y autorizándonos incondicionalmente a prolongar esta cuanto quisiéramos. (Pág. 196)
Los peruanos del interior nos dispensaron un recibimiento verdaderamente cordial. (Pág. 198)
Hasta cuando la pasaban mal, se sentían bien por el ofrecimiento de un lugara para dormir.
Pasamos las noches en albergues de lo más primitivo. En Arequipa, pintoresco pueblecito de la montaña, creí morir devorada por las pulgas. La misma desdichada suerte cupo al capitán Gálvez, Söderström, en cambio, se libró de las picadas de los ruines animalejos por haber preferido quedarse a dormir en el auto. Pero si no con comodidades, el dueño de la posada conquistó, al menos, nuestra simpatía con su afabilidad y cordial acogimiento. (Pág. 208)
Hay un fragmento que resulta interesante, donde se refleja cuestiones de eurocentrismo del pasado (¿y presente?), tanto de aquellos años como de mucho antes, y al mismo tiempo la realidad de los pueblos caribeños, en parte, las poblaciones pobres de aquellos lugares. Cierta mirada personal y no está exenta de comentario que se le pueden formular.
Nunca he visto gente más simpática que aquellos bronceados habitantes del bosque. Su mirada era franca y abierta. Les rogamos que se dejaran fotografiar para poder enseñar su retrato a nuestros hermanos y hermanas cuando regresásemos a la patria. Accedieron a la demanda a condición de que les diéramos cuatro libras de abalorios. Prometimos enviárselas; pero nuestra palabra no les bastó. Querían que les diéramos los abalorios en aquél instante mismo. . No tenían ellos la culpa de su desconfianza, ya que hubo una vez un blanco que les hizo la misma promesa que nosotros, olvidándose, después, de cumplirla. Nos costó gran trabajo convencerles de nuestra absoluta buena fe. Convencidos, por fin, se ataviaron con sus mejores galas. Vergüenza hubiera tenido que darle al blanco que abusó de la credulidad de gentes tan cándidas. Por su culpa, una tribu de indios tiene por falsa y desleal a toda la raza blanca. Así es como se incuban las guerras. (Pág. 275)
Por momentos, la lectura se vuelve un poco densa en cuanto a la descripción de los trayectos y algunos inconvenientes repetitivos que se van presentando, como roturas, caminos cortados, desperfectos con el auto, hondonadas y hundimientos, camino fangoso, pero que en definitiva son parte de la aventura.
Hay mucho más para comentar que resulta interesante, como por ejemplo la mención de tipos de vegetación que encontraron en suelo argentino y los animales que también mencionan como yuntas de bueyes, grillos, escorpiones, serpientes, arañas, vacas, etc… que comparado con otras partes donde casi no menciona nada (liebres en una lago, aves en otro lado, etc…), a pesar de mencionarlos genéricamente, los menciona, que sumados son bastantes. Un accidente que por distracción, terminó el acompañante golpeando con la cabeza contra el parabrisas (p. 256) (pensemos hoy día en el cinturón de seguridad y los airbags). Pero ya me excedí demasiado comentado este pequeño libro. Algo más para finalizar, aparecen algunos errores, en cuanto a las localidades, que puede ser por desconocimiento de la autora o por algún error en la traducción, no he mirado la primera edición en idioma original como para corroborar. A modo de ejemplo dice “nos acercábamos a Quiaca, última ciudad boliviana” (p. 252) cuando es y fue en ese entonces una ciudad argentina. “Tuvimos que resistir la incomodidad hasta Malibrán” (p. 257) en realidad se refiere al municipio de Malbrán en Santiago del Estero. Con “Punto del Inca” supongo que estaría refiriendo a “Puente del Inca” (p. 264).
Algunas fotos tomadas del libro que ilustra con unas cuantas más.
Caminata con objetivos no cumplidos. Ne llegué ni a 2500 pasos, menos de la mitad de lo planteado. Y en tiempo igual, ni siquiera complete 1/3 del objetivo. Esto puede deberse a que vengo confiado de completar, faltando solo 10.000 para hacerlos en 5 días.
Una caminata como esta no la subiría, pero a pesar que fue corta, tomé una foto, y para no perderla, se me ocurrió subirla y hacer un comentario.
Conjunto de VHS (Video Home System) tirados en la calle.
En una esquina, unos 14 o 15 antiguos VHS tirados. No solo las cajas sino que también su contenido, el video. La pregunta es ¿por qué los tiran?, es una pregunta que puedo formular extensiva a los CD. Objetos que son descartados a la basura como basura por sus poseedores. Es muy probable que esos VHS en la calle los haya sacado del contenedor un “recolector urbano” y ahí los dejó. Pero vuelvo a la pregunta ¿por qué los tiran directamente a la basura?. ¿Acaso no pueden colocarlos en una bolsita al lado o encima del contenedor?. ¿Acaso no pueden atarlos con un hilo o cinta y dejarlos al lado o encima del contenedor?. Hay un mundo de coleccionismo “nostálgico” que encuentra en estas tecnologías viejas, antiguas, de descarte, desactualizadas, discontinuadas u obsoletas, como un objete de culto, de resguardo, de conservación, de estudio, amantes del cine y de la música. Suele pasar que el “recolector urbano” encuentra le producto en la basura y se lo lleva ¿y que creen que hace? Lo vende, busca el local, feria o conocido que los compra, se hace un mínimo dinero y devuelve el producto al circuito. No estoy señalando nada fuera de lo normal, alguien podría cuestionar, dejarlo afuera del contener (en bolsa o atado) es lo mismo que tirarlo adentro ya que un “recolector urbano” lo va a recoger de una u otra manera. Es más, podría llevar el planteamiento al extremo de pensar, si lo dejo fuera lo puede recoger cualquier persona y beneficiarse, en tanto que si lo tiro adentro del contener, es más factible que solo se beneficie el “recolector urbano”. Coloco “recolector urbano” entre comillas porque me da vergüenza vivir en un país donde personas revuelven la basura, algo indigno cuya responsabilidad es de los ineptos que nos gobiernas y que nosotros votamos cada dos años. Lo mismo pienso con “beneficio”, sacar algo de la basura por necesidad no es un beneficio, pero dentro del contexto es la palabra que encontré apropiada, solo describo la realidad diaria en este país. Vuelvo al tema del contenedor y la diferencia de entre dejar fuera los VHS y CD y tirarlos dentro (esto también cabe para otros objetos como libros, fotos, jarrones, cámaras, antiguedades, etc…), dentro del contenedor pueden verse afectados por líquidos de la basura, por golpes con otras bolsas y objetos, se desparraman, se dispersan, se ensucian, sufren roturas, etc… todo eso afecta el valor del producto, y eso perjudica la venta del “recolector urbano”.
Conjunto de VHS (Video Home System) tirados en la calle.
Caminata con objetivo no cumplido. No tengo nada para escribir de la salida. No tomé fotos, ni me sucedió nada, ni vi algo como para comentar. Como se ve en la captura de la app, hoy apareció la posibilidad de unirse al desafío mensual próximo.
Para completar con algo más esta entrada al blog, voy a escribir algo, sobre algo publicado en la web, en lo que me vi reflejado, como tantos otros, injustamente tratado por una persona que en una generalidad incluyó a muchos, y me encuentro entre esos muchos. Tenía ganas de escribir algo al respecto, y hoy llegó el momento.
Antes de empezar, debo hacer una breve introducción para poner en tema en contexto. En la era de la Informática, dentro de la Internet, existen las Redes Sociales. Youtube es una de ellas. Los Yotubers son aquellos usuarios que suben videos (propios o ajenos). Luego están aquellos otros usuarios que entran a ver los videos. Entre estos otros están los que los miran anónimamente, y los que los miran registrando su propio usuario. A su vez, los usuarios pueden seguir a otros usuarios, en la modalidad de “suscriptor”, las palabras cambian de red a red, pero el sentido final es el mismo, lograr cierta fidelización de personas que miran los videos. Esto ha ido variando, en como se “vende” un producto, pero la esencia es la misma, ahora, hace 15, 50, 200 y hasta 1000 años, el producto se genera, se da a conocer, se trata de convencer al otro para vendérselo. Con mirar video no te lo están vendiendo (ni al video, ni al hecho de mirarlo), pero la relación comercial pasa por ahí, medio encubierta. Lo cierto, es que quien ofrece un video es para que se vea, y cuanto más se vea, mucho mejor.
En mi caso particular, soy Youtuber de los que suben videos para que se vean, pero que no los ve nadie, con suerte 15 visitas en años. Pero mi finalidad no es avocarme a los videos que propongo sino todo lo contrario, soy muy mirón de videos de Youtube desde hace varios años, veo videos clip musicales, cortos, películas, videos de humor, videos de bloopers, videos de programas antiguos, videos que me interesan por tal o cual razón, videos de animales, videos de ciencia, videos de conferencias, videos de arte, y todo aquellos videos que me generen un interés. No suelo seguir a muchos Youtubers, estoy suscripto a muy pocos. Más que nada algunos referidos a la ciencia, en la disciplina de la astrofísica y no mucho más.
Aquí viene el punto. Estoy suscripto como seguidor de un Youtuber que realiza videos relacionados con arte. Hay algo en este personaje de los videos que me llama la atención, tal vez su apariencia y gestos, la forma que tiene de realizar los comentarios, la manera en que edita sus videos, algunos toques de humor (generados consciente o inconscientemente), algún sustento teórico, temas que toca, el vaivén en los contenidos (actualidad-historia), etc… Se trata de un artista español de nombre Antonio García Villarán cuyo link a sus videos es https://www.youtube.com/c/AntonioGarc%C3%ADaVillar%C3%A1n/videos Ahora bien, no soy un fans, no soy un fanático ni del artista ni de sus videos, simplemente entro a ver cada tanto, elijo de la tanda que va ofreciendo los que me llaman la atención por algo (título, imagen, tema,etc…), si alguno me aburre, lo cancelo y sigo por otro, en ocasiones salto a otro canal y sigo con otro Youtubers, muchas veces cuestiono lo que dice/lo que planteo para mis adentros (o se lo manifiesto a la persona con quien estoy mirando el video) porque no coincido, otras veces completo algo que considero que le falta, otra veces me sorprendo con cosas que muestra, en otras ocasiones aprendo sobre cosas nuevas y desconocidas para mí, hay veces que me saca alguna carcajada, y otras veces me aburre, etc… Esto me pasa con muchos videos de Youtubers o Instagramers, y supongo que es lo mismo que le sucede a otras personas en otras redes sociales, personas que tienen la suficiente libertad de poder elegir que ver y que no, personas que tienen un pensamiento propio de a que adherir y a que no, personas con voluntad propia… que por supuesto tiene algunos límites y/o márgenes difusos sobre todo en lo comercial, los algoritmos con los que trabaja el marketing digital y cuestiones más profundas y complejas que nos afectan a todos en este sistema en el que vivimos. Hay personas que piensan por sí mismas y otras personas que se dejan llevan o captar por determinados discursos sin pensarlo previamente. Los casos extremos serían las sectas, o movimientos extremistas, pero Youtube está lejos de ellos, más que nada buscan la captación del destinatario con la finalidad de fidelización para obtener más visitas/vistas. En definitiva, creería que la mayoría mira los videos por voluntad propia y no por voluntad viciada.
Aquí debo hacer una salvedad. Los Youtubers podría diferenciarlos en dos grupos, uno de esos grupos estaría conformado por Youtubers intrascendentes como mi caso, que suben esporádicamente un video, casi sin edición (a lo sumo un cortar y pegar), en crudo, sienten la necesidad de mostrar algo por la razón que fuere y lo hacen y no les importa mucho, ni esperan demasiado, y creo que son la mayoría de los que conforman esta red social. Por otro lado, está el otro grupo, conformado por Youtubers de carácter “profesional”, que lo toman como un oficio y/o actividad, que le dedican tiempo, que invierten en videos, cámaras, luces, micrófonos, que crean un guión, que editan mucho, que invierten muchas horas de trabajo, que en ocasiones trabajan en dúos o en grupos, que estudian el mercado, es decir, hacen un trabajo de ello, y por consiguiente buscan un beneficio económico, trabajan con marcas, buscan sponsor, explotan otros emprendimientos, se dan a conocer, publicitan, etc… es decir, ligan de manera comercial y persiguen el lucro. Algunos lo logran y otros no, pero todos se llevan la experiencia.
El caso de este artista Antonio García Villarán es que creó una palabra, hamparte, que digamos, no descolló por originalidad, mezcló hampa y arte, y allí englobó ciertas creaciones que no considera arte pero que algo son, y bajo ciertos presupuestos las considera hamparte. Aquí el video donde elabora el concepto.
El video data del año 2018, y ha incomodado a muchos. Y se han venido las críticas. Que no tiene sustento, que es muy superficial, etc… Esto dicho a vuelo de pájaro, para entender las críticas, hay que ir a leerlas. Y ya cada quien, como libre pensador, determinará qué posición asume, si va con los que sostienen que un punto color amarillo es arte, es digno de admiración, contemplación, estudio y vale millones o con los que sostienen que un punto amarillo, es algo simple, no merece mayor estudio, no hay que dedicarle mucho tiempo, y no vale ni diez centavos, es hamparte.
La cuestión no es el hamparte, ni me va ni me viene. Festejo que haya debate, festejo que haya alguien que intente generar una nueva palabra, festejo el ímpetu por defenderla, festejo a los críticos y a la críticas a esa nueva existencia, festejo que al menos uno se indigne con ciertas “provocaciones” (a mí modo de ver) que produce el arte, festejo que alguien levante la vez de los que ven una pavada donde otros ven una millonada (tengan o no tengan razón/fundamentos).
El punto no es ni Villarán, ni sus videos, ni la palabra hamparte. El punto es una de esas críticas que recibió el Youtuber, pero no la crítica en sí, que me parece bien sostenida, la comparta o no, sino un aspecto dentro de esa crítica, los fragmentos en los que refiere a la generalidad, al público, el aspecto donde me sentí tocado y deseo contestar desde mi humilde blog.
La crítica se titula Dislogio a Antonio García Villarán y se encuentra en el siguiente link https://codigopublico.com/cultura/dislogio-a-antonio-garcia-villaran/ Lo primero que hice, fue ver quien la escribió, y cuando fui a buscar al autor, resulta que ya no figura, al año 2021 el autor está como “Código Público. See author's posts.”
Código Público es la web donde se encuentra el texto. Y donde debería figurar el autor dice See author's posts. Que traducido sería Ver publicaciones del autor. Encima de eso figura quien colaboró con el texto, es decir, un “colaborador” pero que no es el autor, al menos el autor principal, podría ser un coautor, pero en ese caso se estila indicarlo como tal, un colaborador podría señalarse como de menor aporte que un coautor. Código Público tampoco lo es, se estila indicar de esa manera para líneas editoriales, generalmente en medios gráficos, que nadie firma y la editorial baja una línea. ¿Será un autor anónimo? No. En los comentarios se menciona un tal Carlos. Resta aclarar, que uno puede escribir con seudónimo, el pseudónimo protege la identidad hasta cierto punto, los pseudónimos suelen descubrirse más tarde que temprano, hace algunas décadas era muy común escribir con pseudónimos. Pero aquí había una autor, y había firmado como tal, así que fui a buscarlo a Archive.org y allí pude verlo.
El punto no es la palabra hamparte, ni su creación y defensa de la misma, ni tampoco los detractores ni la crítica a la misma. Todo lo cual me parece un lindo debate con final abierto, y ya veremos que la palabra se integra al lenguaje (en cualquiera de sus modalidades) o se desintegra con el paso del tiempo.
Lo que siguen son las 3 capturas con los fragmentos donde el autor ataca directamente al “público” del influencer, y como me siento (y soy) parte de ese público, me veo atacado, sin ton ni son, gratuitamente, como parte de este público que no está a la altura de este graduado, con postgrado y doctorando, que escribe.
Y para ser más específico, voy a citar los párrafos puntuales.
“Más bien es un batiburrillo de ideas, aforismos, reflexiones y ocurrencias deslavazadas que no ofrecen realmente ningún sustento teórico subscrito a deducciones lógicas. Más bien, sus “hallazgos” son lanzados a un público que no entiende de Arte, pero que tampoco tiene interés por el mundo del Arte y cuya única motivación es encontrar argumentos para justificar su pobreza cultural innata.”
“En definitiva, la propuesta de Antonio García Villarán es complaciente en el sentido de que da a al público lo que quiere oír y no lo que necesita (…) Del mismo modo el público de García Villarán da por ciertas premisas que no tienen validez alguna solamente porque lo ha dicho un videoblogger.”
“Lejos de ser una herramienta revolucionaria que desvela una oculta razón en la Historia del Arte, es un argumento fácil para congregar a todos aquellos, incluido Villarán, que no tienen una educación o gusto visual muy formado (punto crítico en la sociedad que vivimos hoy día). Y así, poder apoyarse en unos conceptos vacíos cuya única utilidad es la de generar una complicidad emocional entre el público y el atrofiamiento del pensamiento crítico de este influencer, que parece no haberle dedicado ni un minuto a la investigación o a la observación del estado de la cultura que acontece en el presente. El Hamparte no es que no exista, es que no puede (o debe) existir.”
En resumen, para esta persona graduada en Historia y Ciencias de la Música, yo pertenezco a un público que: - no entiende de Arte; - no tiene interés por el mundo del Arte; - y cuya única motivación es encontrar argumentos para justificar su pobreza cultural innata; - recibe lo que quiere oir; - da por ciertas premisas sin validez solo porque las dijo una videoblogger: - (recepciona un) argumento fácil para congregar a todos aquellos, incluido Villarán, que no tienen una educación o gusto visual muy formado; - (que quiere) poder apoyarse en unos conceptos vacíos cuya única utilidad es la de generar una complicidad emocional;
El punto es, como una persona graduado en Historia y Ciencias de la Música, que ha realizado cursos de posgrado en Crítica y Argumentación Filosófica y actualmente realiza el doctorado en Filosofía y Ciencias del Lenguaje en la Universidad Autónoma de Madrid, se lanza a verter semejantes apreciaciones genéricas a todo un “público” de un influencer.
Me empiezan a surgir miles y miles de preguntas para contestar semejante paparruchada ¿cómo conoce al “público” del influencer? ¿cómo determina que el “público” no conoce nada de arte? ¿Cómo determina que el “público” no tiene interés por el arte? ¿cómo puede aseverar que el “público” da por sentado ciertas premisas? Y además ¿cómo determina que el “público” da por sentado ciertas premisas “solo” porque las dijo un videoblogger? Podría continuar con las preguntas, pero mejor ir escribiendo algo más, que las preguntas irán surgiendo en la cabeza del lector.
Esta persona, graduada en Historia y Ciencias de la Música y su curriculum con más títulos, cuestiona la creación de palabra hamparte que no existe en la RAE. Titula su crítica con la palabra dislogio, una palabra que tampoco existe en la RAE.
https://dle.rae.es/hamparte
https://dle.rae.es/dislogio
Una simple búsqueda en la web, un googleo, devuelve 52700 resultados para la palabra hamparte y 355 resultados para la palabra dislogio. También he buscado la palabra en mi colección digital de 401 diccionarios y la palabra dislogio no aparece en ninguno de ellos. La palabra “dislogio” no existe en el Diccionario de la Real Academia Española. No entiendo muy bien, y discúlpenme ya que pertenezco al “público” de Villarán. Pero me pregunto ¿el doctorando inventó una palabra? ¿o se trata de un tecnicismo muy específico de alguna disciplina?. Como se lo mire está mal, desde mi punto de vista, el doctorando está publicando a un “público” mundial, 7000 millones de personas pueden acceder y leer su texto crítico y utiliza una palabra que no existe o es demasiado técnica, que no aparece más de 400 veces en la web, la mitad de ellas referenciadas a su propio artículo. O bien… ¿está usando la ironía? ¿o está utilizando el sarcasmo?. ¿Estaría bien hacer eso? La ironía sería una burla fina y disimulada y el sarcasmo sería una burla sangrienta, colocar la palabra dislogio en alguno de esos dos sentidos no iría en consonancia con el sentido del texto, en defensa de los artistas… hampartistas según Villarán. La gente popular, como sería mi caso, por pertenecer al “público”, aplicaría un conocido refrán que dice No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti.
Lo siguiente que me planteo ¿es correcto “llegar a una conclusión”? ¿“podríamos”? o sea, el creador del término, publicas muchos videos sobre el tema, más aún, escribe un libro, y resulta que aparece un verdadero entendido y “llega a una conclusión” donde interpreta lo que dijo quien lo dijo. O sea, el que dijo A, evidentemente no sabía que dijo A, por eso, viene un tercero ajeno e interpreta lo que significa decir A, ya que su mismo emisor, claramente no sabe lo que está diciendo. Parece un poco soberbio. Este tipo de razonamiento, pareciera acercarse mucho a lafalacia del hombre de paja(argumentum ad lógicam). El típico argumento hombre de paja es crear la ilusión de haber refutado o derrotado completamente la proposición de un oponente, mediante el reemplazo encubierto de la misma por una proposición diferente, y la subsiguiente refutación de ese falso argumento en lugar de atender a la proposición de su oponente.(1) ¿Está cuestionando lo que planteó Villarán o está cuestionando la conclusión a la que llegó el crítico interpretando lo que Villarán manifestó? Está atacando una posición radical y fácil, pero no el fondo de la cuestión, que es la esencia del mensaje. Y además, habla en plural, englobando a un conjunto de personas, o sea, a todos, con el “podríamos” ¿consensuar? que “hamparte” es tal o cual cosa. No señor, usted tiene que hacerse cargo que usted llegó a esa conclusión, usted y su colaborador, pero no englobe al mundo entero, de la misma manera que engloba al “público” en todo un uno indivisible. ¿Estaríamos aquí frente a otro sesgo cognitivo? La falacia de la generalización apresurada,(2) donde el autor infiere una conclusión general a partir de una prueba insuficiente. Recuérdese que no lo hace como una pregunta ¿podríamos llegar a una conclusión? sino que lo hace de modo asertivo, podríamos llegar a una conclusión, pero ¿cuándo logró el consentimiento de los lectores donde le manifiestan que están de acuerdo en pensar de esa manera?, es imposible, pero al menos, ¿tiene una par de cartas de apoyo? ¿se basa en un muestrario de opiniones concordantes? ¿tiene una lista de adhesiones?. Se me ocurre un ejemplo burdo, pero que vale, si digo podríamos llegar a la conclusión que la Tierra es redonda, sería válido, porque tenemos muchos indicios que así la muestran, tenemos pruebas concretas que así la muestran… y tenemos a los terraplanistas que son una minoría. Esto se puede comprobar en muchos círculos donde se habla de la Tierra, ahora volvemos al caso, ¿dónde está esa mayoría o esos indicios que hacen coincidir, al menos, a los lectores del artículo, con ese “podríamos”?
Ahora llegamos al primero de los párrafos donde el autor, directamente agravia al “público” de Villarán. Y claro, soy parte de ese público, y por tanto, me considero agraviado. Aquí vale recordar lo siguiente, quien escribió el artículo posee un posgrado en Crítica y Argumentación Filosófica y realiza un doctorado en Filosofía y Ciencias del Lenguaje. Es decir, no es un ingenuo, ni un medianero, está por encima de la media, sabe lo que escribe y lo hace con voluntad y el supuesto acervo de conocimientos que posee teniendo en cuenta sus estudios. Voy a dividir el párrafo en tres partes: La primera, dice que Villarán lanza sus hallazgos a un público que no entiende de Arte. Exactamente ¿qué es entender de Arte?. “Entender” es un verbo que posee 18 acepciones, y siendo que el autor es tan puntilloso, lo esperable sería que aclarase a cuál de las acepciones se refiere para que ningún lector caiga en error, ¿qué pasa si 18 lectores de su artículo lo leen tomando cada uno de ellos una acepción diferente para la palabra “entender”?. “Arte”, nótese que lo escribió en mayúsculas, eso significa que se refiere al arte como materia de estudio, al arte como disciplina científica. Aquí hay que hacer dos disquisiciones, una primera, para tomar al Arte como disciplina científica tenemos diversos ámbitos apropiados para ello, empezando por la Universidad, los colegios, las academias, los círculos, los grupos de estudio, etc… son ámbito donde se trabaja con dossiers, pappers, ponencias, publicaciones, etc… el lugar de encuentro son las revistas científicas, revistas literarias, vademecun, anales, etc… existen formas, existen reglas, se concibe una manera de escritura con citados especiales, es un mundo distinto del “común y corriente”. Conociendo esto, alguien puede esperar una devolución de carácter científico sobre el Arte en un Youtuber que realiza videos semanales de entre 10 y 15 minutos… si alguien está esperando eso, está en el lugar equivocado. Es cierto que la plataforma se puede utilizar para transmitir y divulgar conocimiento, es muy utilizada por Universidades de todo el mundo, pero cualquier persona, y mucho más, una con determinada base de estudios, debería saber marcar la línea divisoria entre el contenido de carácter científico de aquél que no lo es. Existe un llamado prejuicio cognitivo y consideración del futuro, donde se suele confundir aquello que deseamos que suceda con aquello que es previsible que suceda. Ahora bien, si Youtube como tal no es una plataforma para subir videos exclusivamente de carácter científicos, y alguien que ingresa a ver videos de tal Youtuber espera que sean todos ellos de carácter científico, ¿está o no está equivocado? ¿está deseando ver algo que es previsible que no suceda? Dado que lo previsible, es lo que sucede día tras día, cantidad de videos que no son de carácter científico, por tanto, también es previsible que el “público” vaya a ver arte, ya que no es un público que va a ver Arte ¿se entiende la diferencia?. Youtube no apunta a público de científicos interesados en ver contenido exclusivamente científico. Otro punto ¿por qué el público debería entender de Arte? Esta pregunta tiene respuesta en la cabeza del autor, por eso determinó que el público no entiendo de Arte, pero ¿por qué debería? Acaso para ver o leer o escuchar Arte y arte es necesario “entender de Arte”. ¿Desde cuándo eso es así? Si ese razonamiento fuera correcto, sería un razonamiento elitista, solo una selección, la llamada “crema” podría ver Arte/arte y el resto no, por no “entender de arte”. Bastante de aristócrata, en tanto que la “chusma” a otra cosa. Pareciera que allí se para el autor del texto cuando señala “el público no entiende de Arte”. Final para esta primera parte, ¿cómo llegó a la conclusión que el público no entiende de Arte? Estamos frente a un doctorando en ciencias del lenguaje, me intriga saber como logró determinar que el público no entiende ni tiene interés por el Arte, porque según entiendo, que eso lo logran los futurólogos, los astrólogos, los adivinos, los visionarios, los profetas, y todos aquellos englobados en las pseudociencias y en aquellas falsas creencias que existen, pero ¿cómo un estudiado y doctorando logra determinar concretamente un todo en ese público?. Hay por ahí dando vueltas otro sesgo, tal vez el de autoridad, pero ya volveré a él. La segunda parte, dice que Villarán lanza sus hallazgos a un público que no tiene interés por el mundo del Arte. Este aspecto está relacionado con el anterior. Arte con mayúsculas refiere al arte como disciplina científica. Entonces puede ser que no todo el público esté interesado por el “mundo” del Arte, pero si es posible que todo el público o gran parte de él esté interesado por el “mundo” del “arte”. Nótese la palabra “mundo”, la coloco entre comillas, porque el mundo del Arte es menos que el mundo del arte, es decir, el mundo del Arte (el aspecto científico) es menor que el mundo del arte (todo lo demás que excede al exclusivo aspecto científico). Y ¿a qué mundo piensan que apunta Youtube? ¿al exclusivo o al general? Creo que apunta al general (que incluye el exclusivo), porque si solo se tratase de una plataforma para subir videos exclusivamente científicos (que las hay) asumiría otra forma, y ese público actual que tiene estaría en otra plataforma. Nuevamente hay una confusión (y/o sesgo) por parte del autor, al creer/suponer que todo el público debería ingresar a Youtube a interesarse por el Arte (científico) cuando lo previsible es que ese público entre a interesarse por el arte (genérico). Veámoslo de esta manera con un ejemplo ajeno a lo pictórico, pensemos en la música, es arte, hay cantidad de videos clip musicales, que tienen cantidad de reproducciones ¿deberían todos aquellos que van a ver y escuchar el video de una canción tener conocimientos avanzados de escritura musical, por ejemplo? o ¿es previsible que esa cantidad de personas que reproducen un video musical deseen hacerlo por otras motivaciones variadas como relajarse, divertirse, sentirse bien, o que le traen recuerdos, o le producen melancolía, o les sirven de motivación para algo, o desean ver al artista cantando o bailando, o ver una ambientación, o lo que fuere? La tercera parte, dice que Villarán lanza sus hallazgos a un público cuya única motivación es encontrar argumentos para justificar su pobreza cultural innata. El autor sabe que el público que mira los videos de Villarán tiene “una única motivación” ¿cómo es posible que sepa eso? Miles, cientos de miles de visualizaciones, miles y miles de usuarios y todos ellos solo tienen una única motivación. Es inconcebible. Me recuerda las campañas políticas, cuando los candidatos, sin ningún tipo de vergüenza dicen “somos la única solución”, “nuestra propuesta es la única que ataca el problema” “esta es la única salida”, etc… cada vez que una persona utiliza el “único” en las ciencias sociales es porque está excluyendo a un montón más, es muy autoritario. Por supuesto, que hay excepciones, por ejemplo, uno podría decir, “el único presidente manco en el siglo XIX fue tal” pero se trata de un caso bien determinando y comprobable, pero aseverar que “la única motivación de un público de miles es” se trata de una mentira incomprobable, e irresponsablemente vertida en un texto, que se la puede dejar pasar a una persona común y corriente, pero aquí quien la vierte es un recibido universitario. Se me ocurren muchas motivaciones, basadas en la experiencia misma mía, y jamás se me cruzó por la cabeza que miraba los videos de Villarán para “encontrar argumentos para justificar su pobreza cultural innata.” Este es el segundo aspecto de este, literal agravio, a como lo veo yo. ¿Qué argumento se puede encontrar cuando uno mira y se ríe con los gestos que hace Villarán? ¿o cuando agarra el gato que se cruza de un lado a otro? ¿o cuando repite un gesto automático? ¿o cuando directamente pinta? ¿o cuando conversa con otro youtuber o participa con otra persona?. Dice el crítico de Villarán, “su pobreza cultural innata.” ¿Era necesario utilizar la palabra “innata”? el adjetivo innato nos cabe a todos, ¿o acaso el crítico nació sabiendo? ¿o ya estando en la cuna ostentaba su posgrado en no sé qué?. Creo que no se aplica, es una palabra demás, y pareciera que tiene un tinte peyorativo, como una extensión en el tiempo, un inculto innato que en 20, 30 o 40 años, no supo cultivar esa pobreza innata y por eso mira los videos de Villarán, claro que es un interpretación, porque no sé que quiso decir, y a como viene, no le veo nada bondadoso, más bien, por eso mismo, lo interpreto por el lado malicioso. Pero vamos a la “pobreza cultural”. Ya resulta aburrido preguntarse como un individuo con un posgrado en Crítica y Argumentación Filosófica “argumenta” de tal manera, realmente ¿eso es un argumento? El público de Villarán sufre “pobreza cultural”. Es complicado porque el concepto “pobreza cultural” es trabajado desde diferentes perspectivas, por ejemplo, la economía, la psicología, la educacional, etc… ¿Cómo es posible determinar que los miles de visitantes a los videos de Villarán sufren “pobreza cultural”? ¿y exactamente en que sentido la sufren? ¿No saber de arte es igual a pobreza cultural? ¿quién mide y bajo qué parámetros que es y que no es la “pobreza cultural”? Decirlo así, muy ligeramente, da para pensar cualquier cosa, básicamente que ese público es inculto. Se me ocurre pensar en individuos estudiados y expertos en ingeniería que se construyen un puente de 3km con los ojos cerrados, o individuos cirujanos que operan un corazón con los ojos cerrados, pero que no entienden nada de arte ¿sufren de “pobreza cultural”?, ahora pensemos en un licenciado en música que no conoce la historia musical de todos los pueblos de un determinado país ¿sufre de “pobreza cultural”?, es decir, sino tenemos el parámetro claro para determinar de que hablamos cuando hablamos de “pobreza cultural”, entonces, mejor ni mencionarlo. Parece surgir ese sesgo conocido como apelación a la autoridad(argumento ad verecundiam)(3) debido que quien escribe es graduado, con posgrado y cursando un doctorado entonces pareciera que con eso alcanza para determinar que todos los demás padecen “pobreza cultural”, rebajando a todas esas personas a la categoría de inculto o semi-culto o poco-cultos, que a nadie le gusta que así lo etiqueten, aún aquellas personas que realmente lo son, es aquí donde pareciera verse otro sesgo cognitivo, el conocidísimo Argumentum ad hominem(4) donde se pretende demostrar que algo es falso porque quien lo dice no tiene autoridad, si sos inculto, si sufrís de “pobreza cultural”, si no sabes nada de Arte, entonces ¿como podés pretender entender y/o analizar, criticar o cuestionar un video de Villarán? Es una manera de agredir a un grupo de personas de manera oculta, las (nos) desacredita gratuitamente. Básicamente subestima al público de Villarán, y lo hace de manera genérica, es decir, a “todo el público de Villarán”, infravalora a todo ese público que no conoce, y se para en el sesgo de autoridad. Cuando subestima e infravalora, lo que hace es despreciar, desprecia por igual a todo el público de Villarán ¿ese “despreciar” no es agresivo?
Esta persona que critica la creación del término “hamparte” escribe textual sobre Villarán “Nos habla siempre desde el pedestal del “Doctor en Bellas Artes” pero hemos de recordar que no todo lo que dice tiene el rigor suficiente.”. Y ahora vale recordar que quien “critica” se presenta como graduado en Historia y Ciencias de la Música, que ha realizado cursos de posgrado en Crítica y Argumentación Filosófica y actualmente realiza el doctorado en Filosofía y Ciencias del Lenguaje. Este graduado, con postgrado y cursando un doctorando, señala a todo el público de Villarán como individuos padecientes de “pobreza cultural”. Nótese que no dice ni a de su propio público. Cabe preguntarse ¿por qué? ¿qué sufre el público que lee el texto titulado “Dislogio a Antonio García Villarán”? Es increíble como guarda silencio sobre su propio público. Etiqueta al público ajeno pero se guarda decir algo de su propio público. Casos como el mío, que es público de Villarán y al mismo tiempo lee el dislogio del doctorando ¿qué sería? El “público” de ambos ¿sufrimos de “pobreza cultural”?. Pareciera inferirse de este “razonamiento” forzado por el graduado, la presencia del sesgo conocido como apelación a la autoridad, toda vez que el sujeto se pone a la altura del “doctor en artes” siendo el un “doctorando” (es decir, todavía no es doctor). Ponerse a la altura, significa que busca con quien confrontar, y elige a quien dice tener un título de “doctor”, en tanto que los demás, el “público” de ese doctor no es capaz de comprender/criticar/cuestionar dado que sufre de “pobreza cultural”, es decir, un público inculto, por eso mismo lo desacredita. Este sesgo viene acompañado de otro sesgo, el sesgo de confirmación.(5) Alrededor de 400 años AC ya había sido descripto este sesgo por un historiador griego. Figura en Wikipedia lo siguiente “Tucídides escribió en “Historia de la Guerra del Peloponeso: «Pues los hombres tienen por costumbre (…) rechazar con razonamientos arbitrarios lo que no les gusta».” ¿qué diferencia encontramos aquí, en el año 2021, en lo que escribe esta persona sobre el “público” de Villarán? ¿acaso no estamos antes una formulación arbitraria y una aseveración sin criterio?.
El segundo fragmento al que me referiré, dado que me atañe, porque habla del “público”, de manera genérica, sin precisar quien, y como soy parte de ese “público” me veo afectado. Dice “En definitiva, la propuesta de Antonio García Villarán es complaciente en el sentido de que da al público lo que quiere oír y no lo que necesita” (…) Las preguntas que surgen de manera inmediata son ¿qué es lo que el público necesita? ¿quién es este señor graduado y doctorando para determinar qué necesita y que no necesita el “público”? Es volver sobre el sesgo cognitivo de autoridad, este señor, dicho en criollo “se la cree”, se para en un pedestal que no tiene y desde allí determina que necesita el “público” y que no. ¿Cómo es eso posible?. Esa es la tarea de los censores. Los censuradores no tiene cabida en un sistema libre (o medianamente libre) donde cada quien publica lo que quiere y cada quien mira lo que quiere (siempre dentro de la ley). Si lo necesita o no lo necesita es asunto del público. El público ¿ha pedido el socorro de un individuo paternalista? No lo hizo. El público no necesita nadie que lo venga a “cuidar”. ¿Dónde encaja este comentario en la crítica al concepto de “hamparte”? En ninguna parte, el doctorando, tal vez falto de argumentos (o no, no lo sé) arremete contra el público. ¿Atacar al público de un videoblogger es un argumento? A mí me parece que no. Hay algo más, no hay novedad, después de años de existencia, que las redes sociales funcionan así, los grupos se unen porque “hay algo” que genera afinidad entre los individuos, si al público de Villarán le cae bien o muy bien su elaboración sobre el concepto de “hamparte” creado por él ¿cuál sería el problema?, si al público no le gustase, le reventaría el “No me gusta”. Podría ser el caso que Villarán encontró un público que se sentía disconforme con ciertas miradas y las concentró en el concepto de “hamparte”, tal vez, a diferencia de lo que dice el graduado y doctorando, existía una necesidad en parte del público en general del universo o puntualmente en el público de Villarán que este supo leer, y esa necesidad era lo que define el “hamparte”, y Villarán la supo ver, y tal vez no fue científicamente fundado al darle esa respuesta, pero al menos fue un vanguardista, que quizás otros defiendan y sostengan con más fuerza a futuro, pero esa mirada, en caso de ser cierta no pasa siquiera a los ojos del crítico graduado. En la segunda parte del fragmento escribe “Del mismo modo el público de García Villarán da por ciertas premisas que no tienen validez alguna solamente porque lo ha dicho un videoblogger.” ¿Es verdad esa afirmación? ¿En qué se basa? ¿tiene datos sobre los cuáles pararse? Si los tiene no los ha mostrado ni los ha mencionado. Si las premisas tiene o no tienen validez no es asunto del público, o si lo es, es justamente exclusivamente del público, y en un público diverso, dar por cierto o por no cierto, tiene que ser variable. Pero aquí el crítico da por sentado un público único que piensa todo por igual, algo que destierran de plano el primer cuatrimestre en cualquier universidad del mundo occidental. “Solamente porque…” este tipo de aseveraciones dogmáticas e infundadas no deberían ser moneda corriente en los universitarios. Pero aun así, se me ocurre pensar en los datos que tenemos a la vista, son dos números, se encuentran bajo el video que Villarán. Las dos cifras pertenecen al “público” de Villarán. El número de vistas del video, y el número de “me gusta” del video. 700.000 vistas y 50.000 me gustas (pongo números redondos). Eso hizo el “público”. De aquí se pueden hacer mil inferencias. Puedo pensar, por ejemplo, que un “me gusta” es afirmar mi conformidad con el video, y una vista, solo la vista, es decir, solo mirar el video, puede significar que me gustó, o que me generan ciertos repararos, o que no me gustó y no reacciono, o que no me gustó y me voy a ver otro, o que me es indiferente, o que me aburrió y prefiero otro tratamiento del mismo autor de contenido, etc… es decir, puede que haya 650.000 personas que vieron el video y no dieron por cierto las premisas formuladas. Este análisis es extensible a todos los videos de Villarán como a todos los videos de los Youtubers. En la mayoría de los casos “las vistas” no se igualan con los “me gustas” y eso tiene que tener un porqué, y desde allí supongo que, la ausencia de “me gusta” pueden deberse a disconformidades del “público”, pero solo son conjeturas. En tanto que sin ningún análisis previo, el graduado y doctorando, asevera que el público da por ciertas premisas que no tienen validez alguna solamente porque lo ha dicho un videoblogger, lo cual me parece un razonamiento insostenible.
El último párrafo de este texto “Dislogio a Antonio García Villarán” cierra una “idea” que no es el núcleo de la cuestión. Supuestamente el artículo comenzaba con lo que iba a ser un desarrollo/crítica al “hamparte” pero termina hablando del “público” del autor de dicho concepto. ¿Podemos llamar a eso “coherencia”?. Recuerdo que el artículo comienza así en su primer párrafo “ha fundamentado la mayor parte de su videografía en un concepto inventado por él mismo y desarrollado en su canal: el Hamparte.” ¿y lo finaliza hablando del “público”?. Imaginemos que no nos gusta una nueva palabra que se agrega al Diccionario de RAE, ¿sería correcto cuestionar a todo el público hispanohablante? Dice el crítico de Villarán y crítico de su público también “Lejos de ser una herramienta revolucionaria que desvela una oculta razón en la Historia del Arte…” ¿de dónde surge lo de “una oculta razón en la Historia del Arte”? eso se llama tergiversar y tiene sentido, por lo que veremos a continuación. Pero antes de continuar ¿“una herramienta revolucionaria”? ¿alguién puede creer que la creación de una palabra es un hecho revolucionario? Esa manera de redactar es bastante denostativa. Todos los años el Diccionario de la RAE incorpora nuevos términos, nuevas palabras, y nadie ve en ello una herramienta revolucionaria. El lenguaje es dinámico. Es cambiante. Es difícil de creer, que un doctorando en Ciencias del Lenguaje no esté al tanto de ello. Luego sigue “es un argumento fácil para congregar a todos aquellos, incluido Villarán,”. Resulta que ahora ya no es “el público” sino que son “todos aquellos”. Es un detalle mínimo, sutil, pero trata de cerrar la inconsistencia de la generalidad a la que atacaba en los párrafos anteriores. “es un argumento fácil para congregar a todos aquellos, incluido Villarán, que no tienen una educación o gusto visual muy formado (punto crítico en la sociedad que vivimos hoy día).” ¿Educación o gusto bien formado? No solo las palabras del lenguaje son dinámicas y cambiantes, sino que también los es la historia del arte, la estética, los gustos, las miradas, los paradigmas, etc… no existe una sola manera de ver el arte ni tampoco existe una uniformidad, pero aquí, para el crítico todo se resume de forma muy simplona, bajo la ecuación “mirar videos de Villarán = sin educación ni gusto visual”, creo que cualquiera con dedos de frente puede ver lo insustancial de elaborar dicho razonamiento. Cuando leo completo el “Dislogio a Antonio García Villarán” me veo tentado a acudir al sesgo cognitivo llamado argumentum verbosium, o argumento por verbosidad o palabrería.(6)(7) Es complicado acudir a él, por momento lo encuentro viable y por momentos no encuentro lo extenso y complicado, si algún lector llega a este punto, determinará si aplica o no aplica esa falacia. “Y así, poder apoyarse en unos conceptos vacíos cuya única utilidad es la de generar una complicidad emocional entre el público y el atrofiamiento del pensamiento crítico de este influencer, que parece no haberle dedicado ni un minuto a la investigación o a la observación del estado de la cultura que acontece en el presente.” Lo que si encuentro, en este final, es un ataque agraviante hacia Villarán, es lo que se conoce como argumentum ad hominem, el autor de esta falacia (ya mencionada antes) se dirige al hombre, ataca la figura de Villarán y no a lo que plantea Villarán (el tema del “hamparte”) ¿qué le importa si tiene o no pensamiento atrofiado? ¿qué le importa si dedica un minuto o no a la investigación? Esas son cuestiones personales del autor y no son relevantes al momento de una discusión propia de un universitario. Pero lo que me importa señalar como relevante es cuando se dirige nuevamente al “público de Villarán” aduciendo que busca una complicidad emocional, esa conclusión tan elemental lleva directo a la falacia informal conocida como desviación de la atención(8) donde niega la información relevante realizando valoraciones relacionales o asociativas que nada tienen que ver con el tema de fondo. Ataca al público de Villarán cuando el corazón del artículo era atacar a la palabra “hamparte”. Esta última falacia, en la que creo que incurre el autor del “Dislogio a Antonio García Villarán” se la conoce comoignoratio elenchi(conclusión irrelevante,eludir la cuestión). Se trata de un argumento que puede en sí mismo ser válido, pero no aborda la cuestión de que se trate. Una afirmación usada como apoyo es incompatible con lo que se afirma en otra expresión, también usada como apoyo. El tema era el cuestionamiento del hamparte, pero dedica gran parte y, además, cierra el texto hablando/atacando al público de Villarán.
Como dije al comienzo, no me interesa el debate sobre la palabra “hamparte”, me encanta que existe el debate y ser un espectador ajeno, lo que me motivó a escribir fue el verme incluido cada vez que se aludió al “público de Villarán”. He terminado todo lo que tenía para decir. No entiendo porque fui atacado gratuitamente por ser parte del público que mira algunos videos de Villarán. Pero me gustó escribir esta entrada, porque refresqué sobre falacias, leí y redacté (mal, bien o más o menos) y aprendí sobre palabras que no existen formalmente pero sí informalmente.