viernes, 23 de julio de 2021

Caminata 6,16km. 77min.


Caminata con objetivo cumplido. Como se ve en la captura de la app, hoy comenzó un nuevo desafío, que por el emoticon, estaría relacionado con los juegos olímpicos, estos desafíos extras son de 250.000 pasos, que en realidad se suman al tiempo que se suman los desafíos mensuales, el mismo paso cuenta para ambos desafíos.

Captura web Infobae.

https://www.infobae.com/sociedad/2021/07/23/coronavirus-en-argentina-confirmaron-286-muertes-y-15622-contagios-en-las-ultimas-24-horas/


Para el día de hoy nos fue asignado el turno de vacunación por covid. La segunda dosis. Esta vez la locación más cercana con turnos disponibles fue el Teatro San Martín ubicado sobre la Av. Corrientes. Por suerte para nosotros, damos gracias que luego de la espera correspondiente nos llegó el turno, con esta segunda dosis, lograríamos el esquema completo, en tiempo y forma, una manera de decir, ya que tengo mis reparos en como no adquirieron las vacunas mucho meses antes habiéndolas disponibles en el mundo. Al mismo tiempo siento cierta desazón, según consigna el diario Clarin, en este momento el 53% de la población no recibió la primera dosis, y solo 10,5% logró la segunda dosis. Nosotros estaríamos ingresando en este grupo.

Captura web Clarin.

Captura web Clarin.


Acercándonos al vacunatorio.

Av. Corrientes.

Av. Corrientes.

Av. Corrientes. Llegando. Teatro San Martín.

Teatro San Martín.

Entrada al Teatro San Martín.

Llegamos en horario, caminando por la Av. Corrientes. El día estaba frío, toda la gente con campera, sacos, gorros y algunos con guantes. Esta segunda vacunación no fue lo esperado. Tomando como parámetro la primera vacunación en la La Rural, me permito realizar una comparación. En el Teatro San Martín había muy poca gente. ¿Es que no fueron? ¿es que no dieron tantos número? Tal vez el lugar para vacunar era más pequeño, pero aun así había lugares de sobra. Ya ni siquiera era necesario hacer analogía con el vacunatorio de La Rural, aquí directamente sobraban asientos de los que colocaron, más de la mitad de los asientos estaban vacíos. Claro, que es mi apreciación del momento que estuve allí, que fueron unos 20 minutos, y tal vez en el resto del día el lugar se llenase.
Cuando llegamos no había gente en la puerta, se ingresaba y te rociaban la mano con alcohol y directamente pasabas a formar una fila, esa misma fila iba avanzando a los boxes donde vacunaban, y no llegaban a diez personas las que estaban antes. El lugar pequeño, no aireado, todo cerrado, incluso las puertas de entrada. La fila avanzaba rapidísimo. En un minuto o menos, ya estaba en box donde me iba a vacunar. Tuve la mala suerte que me toco uno de lo peor, no sé si era enfermero, bioquímico o médico, tenía pinta de ser extranjero por el acento, pero no puedo saberlo. Me saqué la campera, me levanté la manga de la remera, y vino el sujeto este, y me aplicó la vacuna, así directamente. No sé de donde la sacó, espero que me haya aplicado la vacuna como corresponde. Por ejemplo, en La Rural había dos personas, y la que vacunaba iba a buscar las vacunas a un sector central. Aquí parece que no era así, ya tenían las vacunas o no sé como estaban organizados. Luego el sujeto este me dice –Es lo mismo como la primera dosis. Y listo, ni me preguntó si era alérgico, si me descomponía por ejemplo al ver sangre o al pincharme, si tenía que esperar 15 minutos por si tenía una reacción alérgica, ni siquiera recuerdo que me haya dicho Buen día. Enseguida me dice –Listo, ya salí por ahí, que te indica. Y sí, ¿por dónde más voy a salir? Si era la única puerta del box (para llegar al otro lado, había que cruzar el escritorio). Le contesto –Bueno, me estoy poniedo la campera. Y me dice –Te la ponés afuera, ahí te indican. Así que salí rápidamente, ya no quería estar más ahí con ese grosero. ¿Tanto apuro tenía? ¿cuánto lleva ponerse una campera? 5 segundos, 10 como muuucho. Muy irrespetuoso, ¿tan molesto por hacer su trabajo?, ¿se iba a ir antes si vacunaba más rápido?, ¿era de esos canallas que compiten para ganarse al de al lado cuando no hay competencia alguna?, ¿tuvo un mal día?, ¿le molestaba mí persona?, ¿estaba muy agobiado el señor vacunador?.

Vacunatorio.

Salí del box con la campera en la mano, y vi un montón de bancos vacíos, esos bancos que dije al comienzo que “sobraban”, entonces me detuve en uno de ellos, apoyé el carnet, y me empecé a colocar la campera, y en eso escucho los gritos de una mujer, vestida toda de negro, con pelo enrulado, anteojos, y un chaleco verde que decía “orientador”. No sé ni de donde apareció, y venía a los gritos –Señor por ese pasillo, allí mi compañero le indica. Y me señalaba hacia adelante. Ví que metros más adelante había otro con el chaleco verde “orientador”, después vi unos cuantos más, no “orientaban” nada, hablaban entre ellos, había tantos “orientadores” que no sé porque había tantos, creería que con tres hubiesen alcanzado para la poca gente que había. Iban y venían en su rol de vigilantes. –Ok, gracias le conteste, pero a esta mujer, no le importó y siguió gritándome mientras se acercaba, todo esto en 5 a 10 segundos –Ahí no señor que limpian las sillas. Siga que mi compañero le indica. Ella misma, la “orientadora” era la que limpiaba las sillas. Había una hilera de cinco sillas, y no podía creer lo patético de esta situación. –En esa silla no señor. Siga adelante que mi compañero le indica. Apoyé el carnet en una silla y por ello me tenía que someter a los gritos de la “orientadora” que andaba con un rociador de alcohol y un trapo limpiando las sillas. Gente que “se la cree”. Le pagan para limpiar, le ponen un chaleco que dice “orientador” ¿y hacen? Andan a los gritos dando órdenes. “Orientador” la palabra se define a sí misma, “que orienta”. ¿A quién debería orientar? A los desorientados. Era muy, pero muuuuy difícil desorientarse en un predio donde solo había dos bloques de sillas y tres pasillos amplios (entre las sillas los pasillos eran más angostos). Por el de la derecha ingresaba la gente, por el del centro se retiraba la gente, por el de la izquierda no caminaba nadie. ¿Tan difícil era ese circuito como para que haya tantos “orientadores”?. En mi caso, no me desorienté, comencé a caminar por el camino central, y me detuve 10 segundos en una silla que eran justamente para sentarse, para permanecer allí, para esperar 15 minutos. Más que orientadora era un ordenadora. Esta señora “orientadora” se acercó con notoria bronca a limpiar el banco donde había apoyado el carnet de vacunación. ¿Qué no piensan un poquito? Cuando dicen que hay que ir a vacunarse sin estar contagiado de covid. ¿Qué pudo contaminar un carnet apoyado en una silla?. Pero aún si uno estuviera contagiado de covid ¿cómo es más probable que se trasmita? Por el aire, sin distanciamiento social, en ambientes cerrados. Ha pasado un año y medio del origen de la pandemia, ya algo se sabe. ¿Acaso fue la “orientadora” a pedir que aireen el lugar bastante cerrado? ¿Cuál es la probabilidad que el contagio se produzca por contacto con superficies? Es casi nula, en un lugar donde están limpiando constantemente, y donde además, debería haber tosido, y esas partículas haber caído al banco, y otro se debería haber sentado, y tocado con la mano, y llevarse la mano a un ingreso (boca o nariz), y el virus (con suficiente carga viral haber ingresado al nuevo infectado)… una verdadera locura, pero pareciera que no da la cabeza de un “orientador/ordenador” para pensar eso, si da para lanzar gritos, dar órdenes, y señalar con gestos, después de todo, por eso están ahí, “orientando” y limpiando. Creen que las personas son como los bancos, una cosificación, te pongo acá, no te muevas, te limpio, seguí para allá, etc... ¿Cómo me voy a detener 10 segundos a colocarme la campera un día invierno? Ni que fuera un agente desorganizador.
Una falta de criterio propio, incapaces de pensar un poco, obedecen con lo que les mandan a hacer y solo se avocan a eso, llevar al extremo una situación inaudita y ridícula, ¿y para qué? ¿para sentirse importantes? les dan una orden y como solo reciben órdenes y las hacen cumplir sin consideración, sin detenerse a pensar un poquito ¿qué estoy haciendo? toman su rol de “soy más que vos”, ¿ves mí chaleco? dice “orientador”, “tenés que obedecer, por eso te grito”.
Al final, el otro “orientador” nos fue haciendo sentar en esas mismas sillas, que tanto preocupó a la anterior mujer “orientadora”. Estando ahí sentado comencé a tomar fotos. Vale aclarar, que si bien había muchos “orientadores” no tuve contacto ni hablé, ni me dieron más órdenes ninguno de ellos (ni a mí, ni a ninguno de los otros vacunados), solo estaban allí, iban y venía, hablaban entre ellos, hasta que uno, dijo –Pueden ir pasando por allá y señaló las computadoras. No había pasado los 15 minutos de rigor que supuestamente había que esperar, unos 10 u 11 minutos a lo sumo. En la carga de datos al sistema, en mi caso me dieron la calcomanía, a otros vi que no les daban.

Vacunatorio. Pasando los minutos de espera post-vacunación.

Vacunatorio. Pasando los minutos de espera post-vacunación.

Vacunatorio. Pasando los minutos de espera post-vacunación.

Por lo que escribí, parece mucho, pero esta incomodidad duró unos segundos y si sumo al vacunador, unos tres a cinco minutos, por eso es que iban, no rápido, sino rapidísimo, en este vacunatorio, prácticamente te echaban a patadas (modismo). Los 10 o 12 minutos de espera transcurrieron tranquilos. Me uní con quien había llegado, y salimos contentos de habernos vacunados.

Vacunado.

Vacunado.

Vacunado.

Ahora a esperar los 15 días a que “haga efecto” y así aumentar las defensas frente al covid.

Av. Corrientes. Regresando.

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