lunes, 26 de julio de 2021

En auto a través de los continentes.



Ficha técnica:
Título: En auto a través de los continentes. (1990-2004)
Autora: Clara Stinnes.
Editorial: Juventud.
Colección Universal. Viajes.
Año: 1994.
Páginas: 295.
Número de Edición de E.J.: 8984.

Reseña:
El 25 de mayo de 1927 Clara Stinnes inció su proeza: recorrer en automóvil casi 50.000 km alrededor del mundo. La historia de la primera mujer que dio la vuelta al mundo en automóvil. Algunos gigantes del automóvil como Adler, Bosch y Aral financiaron la travesía. Junto a ella iban un fotógrafo Carl-Axel Söderström, que había conocido dos días antes y con quien se casó a la vuelta, a bordo de un Adler Standard 6 (conocido como Eagle 6), y dos mecánicos que los escoltaban en otro coche con repuestos. Finalmente tras numerosas aventuras y más de dos años de travesía, entraron en Berlín el 24 de junio de 1929. El libro fue todo un Best Seller de la época.

Autora:
Clärenore Stinnes (1901-1990) fue una piloto de carreras alemana que en 1929, a los 28 años, se convirtió en la primera persona en dar la vuelta al mundo en coche. Antes de este éxito, era una consumada piloto de carreras. Para 1927, en sus dos primeros años de carreras, había ganado 17 títulos.
Nacida el 21 de enero de 1901 en Mülheim, Alemania como Clara Eleonore, Stinnes era hija del industrial alemán Hugo Stinnes. Más tarde conocida como Clärenore, comenzó a dar vueltas alrededor de la fábrica de su padre a los 15 años y obtuvo su licencia de conducir a los 18. Cuando tenía poco más de 20 años, ayudó a su padre a administrar una sucursal del negocio familiar en América del Sur. Cuando él murió, ella regresó a Berlín para comenzar a correr autos a los 24 años. Al ganar muchas de sus carreras, rápidamente se hizo conocida como una de las pilotos de autos de carreras más exitosas de toda Europa.  
El 25 de mayo de 1927, Stinnes partió en un automóvil Adler Standard 6 desde Frankfurt. La acompañaba un camarógrafo sueco, Carl-Axel Söderström, dos mecánicos, un camión de escolta y su perro, Lord. El viaje tomó dos años y un mes y cubrió 29,054 millas (46,758 km). Se completó con éxito el 24 de junio de 1929.
Stinnes y Söderström se casaron en 1930 y se mudaron a Suecia para administrar una granja. La pareja tuvo tres hijos y acogió a muchos otros.
Clärenore Stinnes murió el 7 de septiembre de 1990, a los 89 años.


Este libro lo compre en una librería de saldos. Estaba en una mesa del fondo junto con cuatro o cinco más, diferentes, pero de la misma colección. Baratísimo. Y como me gustan los libros de aventuras, viajes y hazañas, me lo llevé.

Es una edición vieja, que proviene de España. Aún conserva la tarjeta postal, con las que las editoriales, en la época pre-internet enviaban los catálogos a domicilio para luego realizar las compras. Es pequeño, casi de bolsillo, teniendo en cuenta que tiene casi trescientas páginas. Lo que me gusta de la edición, es que trae mapa del recorrido realizado, y fotografías en blanco y negro que tomaron los viajantes. Sirve para ponerse en contexto y ubicarse.

Imagen tomada del libro con el mapa del recorrido de Stinnes y su equipo.

Imagen tomada del libro con el mapa del recorrido de Stinnes y su equipo.

No trae introducción, ni reseña, ni biografía de la autora, ni siquiera prólogo. Busqué en web, y es difícil encontrar una biografía resumida de Clärenore Stinnes o Clara Eleonore Stinnes (1), quizás la más completa que se encuentra, es la que figura en Wikipedia. En los últimos años, al menos, en el mundo occidental, pongamos 10 años en Argentina, y 20 años hacia atrás en primer mundo o países desarrollados, se ha revitalizado el rol de la mujer, y han surgido compendios y estudio sobre mujeres que a lo largo de la historia han sido ocultadas u olvidadas. Por ejemplo, la biografía en Wikipedia en español, finaliza con un atribuyó la falta de cobertura mediática al aspecto de género: que tales logros no se esperaban de una mujer en ese momento que algún anónimo escribió. Esto mismo figura en la web Wikipedia en alemán, ambas biografías son casi un calco, y las más completas que hay en la web (salvo libros puntuales). ¿Es realmente así? ¿su figura decayó solo por ser mujer? Puede ser, pero debería estar mejor fundado, también se da el caso de hombres que hay pasado al olvido luego de realizar una hazaña. La mayoría de los escritos sobre ella data de los últimos 20 años, pero este libro que posee data de 1994, en Wikipedia figura otro que data de 1981, otro texto en 1996, entrevistas entre 1983 y 1986. Es decir, ¿hasta qué punto o bajo que parámetros se considera que una persona fue olvidada o no se le dio cabida en los medios o por “culpa” del machismo se la dejó de lado y ahora es momento de elevar su figura después de ese ostracismo? Siguiendo nuevamente las biografías leídas en Wikipedia, tanto en alemán como en español, en ambas figuran lo siguiente “Stinnes fue el líder del pequeño equipo que empujó a los tres hombres y a los muchos ayudantes…” y “Stinnes era la líder del pequeño equipo que empujó implacablemente a los tres hombres y a los muchos ayudantes…”. Nótese que quien haya editado la entrada en español agregó el “implacablemente” ¿eso verdaderamente fue así?. Existe una necesidad de colocar al figura de la mujer, con todos sus pros, que fue grande, corredora y conductora, como por encima de todo, pero se pasa al olvido y al ostracismo, lo que ella misma escribió al comienzo de su libro, que fue acompañada por tres hombres, dos de ellos olvidados casi para siempre, y el otro mencionado como su esposo.

Para los que como a mí, les gustan los libros de viajes y aventuras, más que nada en tiempos pasados, está bueno. Vale la pena leerlo. Que además va presentando aspectos culturales de aquel mundo que vivió. Por parte es redundante, habida cuenta que circulaban horas y horas en un coche pero lo bueno es ir descubriendo esa riqueza con la que se iban encontrando, y es muchas ya que dieron la vuelta al mundo. El viaje les llevó dos años 1927-1929.

En cierta medida la tuvo fácil. Trabajaba como administrativa y si su padre era un empresario pudiente. Como si fuera poco, uno de los productos a los que se dedica su padre eran automóviles. Ella misma lo cuenta en el primer capítulo.
La magna organización industrial de mi padre comprendía, entre otras empresas, una importante fábrica de automóviles. (Pág. 7)
Durante la semana no me faltaba nunca trabajo de escritorio en exceso. (…)
El viaje de prueba que el gobierno comunista organizó en Rusia en 1925, suscitó en mí, el deseo de realizar en auto un viaje mundial. (Pág. 8)
Contraté a los dos mejores mecánicos que encontré en los talleres Adler: Victor Heidtlinger  y Hans Grunow, quienes tendrían que relevarse en la conducción del furgón. (Pág. 15) (…)
No habiendo nunca nadie que se me anticipara en un viaje de tal naturaleza, decidí hacer filmar todos sus incidentes y peripecias. (Pág. 15)

Mejor idea no podía haber tenido, fotografiar y filmar todo lo que pueda. Se lee en la web que llegó a tomar hasta 800 fotografías, y en Youtube se pueden ver fragmentos de sus filmaciones. Es una herramienta fenomenal para poder ver una época desde la distancia. Su co-equiper Carl-Axel Söderström, era quien hacía de camarógrafo y fotógrafo, aunque se lee que ella también tomó fotografías. En un momento corrieron la mala suerte de perderlos cuando los bártulos cayeron al agua, pero con buena suerte rescató la bolsa con los negativos que finalmente no se vieron afectados. (Págs. 235/236)



Como nadie se le “anticipó” en hacer dicho viaje, quedó registrada como tal en el libro de los Record Guinnes.

Imagen Tapa y pág. 70 del libro Guinness World Records 2014.

Captura del libro Guinness World Records 2014.


Se trata de una mujer de alta situación social. Y como es de suponer, un pensamiento de acuerdo a su época. Esto es relativo, en ocasiones ve bien cazar animales, hoy día por ejemplo, los animalistas lo verían mal. Pero el punto en este momento, es la diferencia social entre “normales y civilizados” y los “otros” qué, ¿quiénes serían? ¿los “anormales e incivilizados”?, que trae a la mente el libro de Sarmiento, Facundo o Civilización y Barbarie, publicado en 1845. En el libro de Stinnes, esta diferenciación está llevada nivel mundial, así lo escribe “Mientras tanto, las tierras que recorríamos eran todavía demasiado normales y civilizadas para que pudieran despertar en nosotros verdadero interés (Pág. 21)
También podría mencionar el tema del “trabajo”, hoy día en Argentina, mucho lo verían mal, justamente los que no trabajan, en tanto que en el libro, escrito hace 90 años, y a pesar que tenía un buen pasar, hace mención al trabajo como sostén para ganarse la vida, sobre todo, mucho énfasis al comienzo, de hecho las primeras hojas del libro están cargadas de ideas morales y/o costumbres de vida.
Lo bueno, que “lo diferente” es lo que era de interés para ellos.

Y ya que mencioné la palabra “costumbres”, hay una referencia muy importante que dice en un par de ocasiones, y que es de utilidad para cualquier viajero, si hay una norma implícita en los viajeros, creería que es esta, cuando dice “Decidida a no ir jamás contra las costumbres… (pág. 179)

Clara Stinnes tiene una forma particular de hablar, cuando uno lo lee el texto detecta enseguida esa manera “diferente” en que lo escribió. En realidad, no sé si es un acento puntual, o es así como se habla el alemán, ya que no lo conozco, de todas maneras, lo que me llega es a partir de la traducción, y estaría considerando una traducción literal. Algunos ejemplos:
“Desde que salí del colegio, viviendo todavía mi padre, me acostumbré al trabajo. Mis ocupaciones fueron múltiples y diversas, por querer mi padre adiestrarme en diferentes actividades a fin de poder descansar de mí.” (pág. 7)
“Lo que más me agradó fue el tamaño y disposición del motor, construido por el profesor Becker, de la Escuela Técnica Superior de Berlín, hombre a quien yo siempre tuve por muy competente” (Pág. 9)
“En la misma exposición hablé con los directores de los talleres Adler, apalabrando con ellos un coche…” (Pág. 9)
“Empleaba las horas que le dejaba libre la escuela, en ayudar a los demás y hacerse útil.” (Pág. 10)
“Al concluir el servicio militar se presentó, pues, Sörderström, en los laboratorios Pathé Fréres, quedando inmediatamente colocado.” (Pág. 11)
“Con cuantas comodidades hubiera podido soñar el más inteligente.” (Pág. 183)
“Desde El Real emprendimos nuestro regreso poco menos que prensados por los plátanos. No había que soñar ya con las comodidades de la ida.” (Págs. 277/278)

Como se ve con estos ejemplos, así es todo el libro, llama la atención esa manera de hablar y los remates al final de cada frase.

“Fuera de la ciudad, vimos en el camino que debía conducirnos a Bulgaria, a través de las montañas, un imponente monumento que recordaba la dominación turca: era una casa construida con cráneos de soldados serbios…” (Pág. 24)
¿A qué se referirá? ¿existirá aún? ¿será Céle Kula (2)? Aunque si fuera este último, ya para cuando pasaron ellos, se le había construido una capilla a su alrededor.

“De Constantinopla a Ismid se nos prohibió por razones militares, trasladarnos en automóvil y forzoso nos fue hacer el viaje en tren.” (Pág. 31)
En la actualidad han cambiado los dos nombres de estas dos ciudades, Constantinopla ahora es Estambul, e Ismid ahora es Izmit (en la antigüedad se llamaba Nicomedia), en realidad, Estambul ya se había oficializado como tal aunque los occidentales continuaban llamándola Constantinopla. ¿Por “razones militares”? La distancia eran apenas 100km ¿qué peligro podían ocasionar dos automóviles con cuatro personas? ¿tal vez los vieron como espías? ¿o tal vez había focos de conflictos? Algunos años antes había tenido lugar una grave conflagración turco-griega.  

“…inútil buscar sombra bienhechora de árboles que no existen.” (pág. 34)
Esto me recordó algunas ciudades pequeñas de este país que carecen de árboles en sus veredas. Sin ir más lejos, hacia 2021 un barrio de CABA carecía de plaza, no tenía ni una sola plaza.

“Vimos una vez a un pobre caballo al que dos persas se empañaban en hacerle tirar del carro, a pesar de tener la pata rota. ¡Era de ver con qué dolorosos esfuerzos iba avanzando el animal, merced a sus tres patas útiles, a los golpes, palos y latigazos de sus desalmados dueños!” Sölderström y yo tuvimos la misma idea: comprar el caballo. Detuvimos el coche y pregunté al propietario, cuanto quería por el animal. Me pidió 30 marcos en moneda persa; más por fin se contentó con 20, en consideración a que lo probable era que de ningún modo pudiese recorrer la miserable bestia los 110 kilómetros que la separaban todavía del mercado más próximo. Toda la caravana se detuvo para ver lo que haríamos nosotros con el caballo recién comprado. Lo apartamos del camino y con dos o tres tiros le pusimos fin a sus sufrimientos. Los persas nos miraban asombrados como si estuvieran en presencia de un par de locos.” (Pág. 57-58)                                                  
La anécdota resulta entretenida, y hasta benevolente con el animal, pero al mismo tiempo es raro, es rara la actitud que tienen para con los animales a lo largo del libro, por ejemplo, un momento sentían deseos de cazar liebre, no a los tiros sino encandilándolas con los focos (p. 21) o en otros momentos refiere a la nostalgia que sintió su perro en su ausencia (p. 278), así como esta, hay más situaciones con animales. De hecho, nos toca de cerca, al pasar por Argentina le hicieron ver un espectáculo de doma “como se hacía antes”, se sorprende con la crueldad con que se trata al animal realizando algunas apreciaciones.
Encabritábase entonces el animal, y daba tremendos botes con ánimo de despedir al jinete. Esta lucha, entre la bestia y el hombre, duraba hasta que, vencido el potro y cubierto el cuerpo de espuma y sudor, se rendía, fatigado, a la voluntad del jinete.
Esta era una muestra de los antiguos métodos de doma; los modernos, sin embargo, son menos brutales. Actualmente principíase por acostumbrar al potranco a la compañía y vecindad de los hombres desde que nace. La doma es, luego, gradual y paulatina, quedando suprimida la violencia y la crueldad. Los gauchos del antiguo cuño apenas si existen ya. (Pág. 262)
Como cierra el párrafo es genial, apenas un par de años antes se había publicado el libro cásico (3) que evoca la figura del gaucho ya desaparecido/extinto.
Pero la autora sigue, e incluye la palabra “salvajismo”, que denota cierto aprecio por los animales al tildar así ciertas prácticas para con ellos.
Las vacas y los toros crecían con el mismo grado de salvajismo que los caballos. Sujetábase a los animales con el lazo y se les marcaba el hierro de su propietario. También esta costumbre empieza a caer en el olvido. Se construyen corrales con distintos apartaderos. El animal entra en ellos y allí se les pone la marca, sin la crueldad del lazo. Verdad es que aún hoy en día se les graba la marca en la piel con un hierro al rojo; pero se le atiendo  luego al animal y se le prodigan los cuidados necesarios. (Pags. 262/263)



“Los aldeanos la fabrican con alcohol añadido a una maceración de maíz. Rechazar a un bureta la libación ofrecida es inferirle un agravio; (…) Los cánones de consumo con la cortesía, exigían que se llenase el vaso hasta los bordes; se vertían luego en el suelo algunas gotas, se bebía un sorbo y el resto era para el forastero o invitado a quien deseaba obsequiar.” (Pág. 112)
¿Conocido? En casi toda hispanoamérica, sobre todo en pueblos del interior, tienen la misma práctica, bebida fermentada del maíz (chicha), arrojan una chorrito a la tierra (madre tierra) y se ofenden cuando se les rechaza.  
 
“A nuestra llegada salió a recibirnos un muchacho con ojos de sueños.” (Pág. 164)
La manera de referirse a la “brida mongólica”,(4) epicanto, o pliegue epicantico, comúnmente llamados ojos rasgados, ojos achinados, ojos orientales.

En el texto encontré un montón de palabras que no conocía, enriqueciendo el vocabulario como por ejemplo: albayalde (p. 6), relejes (p. 34), alquería (p. 66), astroso (p. 66), quinqué (p.81), corvejones (100), tolla (p. 100), pitanza (p. 101), pelmeni (p. 108), muflón (p. 110), garduña (p. 168), vedija (p. 201), oquedal (p. 201), acémulas (p. 204), balumba (p. 205), gollerías (p. 65 y p.165), pollino de tiro (p. 225), cura de mono (p. 243), etc… el texto posee un lenguaje enriquecedor de palabras poco comunes, al menos, por estos lares.

“Tula, la famosa ciudad de los aurífices” (p. 72)
Con Tula se refiere a una ciudad rusa, pero lo llamativo aquí es la palabra “aurífice”. ¿A qué se refiere?. Equivocadamente, lo relacioné con el oro y pensé en alguna leyenda que desconocía, pero estaba errado. Aquí tenemos una palabra que si bien está relacionada con el oro, es una palabra en desuso, ya no se la utiliza, pero figuraba en un Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936).
https://www.rae.es/tdhle/aur%C3%ADfice


Cuenta un relato sobre los lobos, que se lo contaron lugareños de Flachland ¿…? ¿qué lugar se refiere con Flachland? No lo pude encontrar, pero se trataría de una lugar en Rusia, ya que iba por ese camino. El fragmento dice:
Por la noche, mientras preparábamos nuestra cena los aldeanos nos contaban historias espeluznantes. En invierno se reunían en manadas de treinta o cuarenta y, acuciados por el hambre, declaraban al hombre la guerra. Caían inopinadamente sobre los trineos que se aventuraban a viajar solos, y se daban el gran banquete a costa de los infelices que tan cara pagaban su imprudencia. (Pág, 99)
Me interesa rescatar la primera parte “los aldeanos nos contaban historias espeluznantes”, esto es algo muy común en todos los pueblos pequeños del “interior” de cada país, cualquier manual de supervivencia alerta sobre esto, cualquier viajero, de antes o en la actualidad conoce de esto ¿por qué es así? tal vez, la tradición oral mezclada con creencias, y el hecho que un “cuento” puede atemorizar al viajante/invitado, creando cierta “magia” y “prestigio” en quien lo cuenta, y pesar que uno sepa que le están contando una terrible mentira poco convincente, todos recomiendan “seguir el juego” y no “faltarle el respeto” contradiciendo lo que relatan. Dicho esto, paso a la segunda parte, el ataque de mandas de lobos, en este caso la historia es creíble, no se trata de hechos sobrenaturales sino de algo real, no obstante, hay que considerar dos cosas, una que las manadas de lobos solían atacar más a otros animales a un humano, y dos, que la figura del lobo tiene mucha relevancia en la cultura europea.(5) Si bien, aquí estamos geográficamente en Asia, se trata de pueblos eslavos.

Las villas suntuosas de los ricachos, estaban pintorescamente situados en un inmenso parque de feraz vegetación tropical. Veíanse entre las fronda animales de diferentes especies, unos en libertad, otros enjaulados. (Pág. 185)
Hablando de los animales, y también sumo a los vegetales, no es específica con la naturaleza que se encuentra, en muchas ocasiones, habla en “general” y no detalla, tal vez por desconocimiento y/o dificultad para acceder a ese conocimiento más específico por ejemplo, cuando habla del guano, y menciona a las “aves” no puntualiza que aves.

He notado que no hace alusión a mujeres, en líneas generales, no “rescata” a  ninguna, no hablaban o evitó mencionar alguna, a lo sumo, las menciona como “la esposa de…”, “su esposa…”,  “la geisha…”, “una negra…”, “una mujer pelirroja…”, jamás un nombre propio, salvo un caso, el nombre de un vapor costero llamado Olga, en tanto que los hombre, sí, a casi todos (salvo algún “indio”) los menciona con nombres propio, generalmente acompañado de un título “el capitán”, “el señor”, “el jefe”, etc… Incluso en cierta ocasión, hace alusión a la confusión que pudo originar pasar como hombre. No queda claro si lo dice con ironía o si en verdad pudo darse esa confusión o fue un descrédito hacia ella por parte del capitán.
El capitán Möller, un verdadero lobo de mar, salió a recibirnos con su paso tardo y grave, a la escalerilla del barco. Su recibimiento no pudo ser más amable. Nos acercamos a saludarle; con gran alegría saludó el capitán a su compatriota Söderström y con menos afabilidad me tendió la mano, sin saber a punto fijo si aquella persona con pantalones de vellorí era un muchacho o una muchacha. (Pág. 187)  


En cierta medida, la vuelta “al mundo”, efectivamente lo fue, pero “pudiendo” haber pasado por muchas más regiones no lo hizo, no le quito méritos a la hazaña, por ejemplo, el "mundo" no incluyó África, el continente quedó fuera, podría especularse con que la “vuelta al mundo” se puede completar sin pasar por allí, es cierto, pero también se puede completar sin pasar por América del Sur y sin embargo sí pasaron por estos lugares. Lo mismo podría decir de Oceanía, América Central y partes de Asía (Medio Oriente, India e Indochina, sudeste asiático) que se evitaron. Supongo que se debe a las dificultades que se presentaban, sobre todo, lo referido a los caminos, y peligros de zonas mayormente colonizadas y/o poco conocidas. Circular cruzando con barcos, no les causó mayores problemas. Ni quiero meterme en considerar al título En viaje a través de los continentes.

Algo que resulta llamativo, visto a la distancia, es la facilidad y comodidad de comprar y llevar explosivos con los cuales se abrían paso por los caminos de montaña, impensado hoy en día, porque ya existen los caminos, y además, porque está prohibido. Y al parecer, la utilizaban bastante “De nuevo tuvimos que recurrir al frecuente uso de la dinamita(Pág. 223) Esto de la dinamita va de la mano con que viajaban armados, y al parecer no tuvieron ningún inconveniente en ningún país por los que cruzaron para con sus armas, que las podían usar para matar animales como para matar personas y sin embargo dieron la vuelta al globo armados. Hoy no sería viable (y hasta sorprende leerlo/verlo a la distancia), al menos, los viajantes de los últimos 50 años no andan armados. No obstante, peligros y amenazas de peligros no les faltaron en el recorrido. El tema de las armas que portaban aparece varias veces, algunos ejemplos son los siguientes:  
Una de las fotos lleva la leyenda “Los facinerosos se hacían señas con banderas”.
Teníamos que atravesar una de las comarcas más peligrosas: la región de los tunguses, bandas de salteadores formadas por soldados chinos licenciados o desertores y por habitantes de aquellos pueblos ladrones.” (Pág. 141)
“Cada minuto aumentaba para nosotros de ver cortado el camino de Pekín por las mesnadas de atacantes.” (Pág. 156)
“Antes de internarnos en la región montañosa, nos aseguramos del buen estado de nuestras pistolas. La semana anterior los bandidos habían asaltados tres autos.” (Pág. 197)
“Por haber sido asaltado y robado el convoy con nuestras provisiones que habíamos comprado en Caraveli, nos vimos obligados a echar mano de nuestras reservas.” (Pág. 225)

En un caso, el acompañante le pego un tiro en el pie a uno agresor.


Algo para rescatar, es el trato recibido en Sudamérica, en realidad siempre recibieron buen trato en cada acogida donde paraban, pero la impresión que se llevaron de los sudamericanos parece que fue más fuerte que las demás.

Nunca como entonces pudimos comprobar el espíritu de hospitalidad de los sudamericanos. No se nos hizo ninguna pregunta. Nadie quiso saber de donde procedíamos, adonde íbamos, que habíamos ido a hacer a aquél país, qué nos proponíamos. Tan solo se nos hizo objeto de atenciones, procurarnos hacernos grata la estancia y autorizándonos incondicionalmente a prolongar esta cuanto quisiéramos. (Pág. 196)
Los peruanos del interior nos dispensaron un recibimiento verdaderamente cordial. (Pág. 198)
Hasta cuando la pasaban mal, se sentían bien por el ofrecimiento de un lugara para dormir.
Pasamos las noches en albergues de lo más primitivo. En Arequipa, pintoresco pueblecito de la montaña, creí morir devorada por las pulgas. La misma desdichada suerte cupo al capitán Gálvez, Söderström, en cambio, se libró de las picadas de los ruines animalejos por haber preferido quedarse a dormir en el auto. Pero si no con comodidades, el dueño de la posada conquistó, al menos, nuestra simpatía con su afabilidad y cordial acogimiento. (Pág. 208)


Hay un fragmento que resulta interesante, donde se refleja cuestiones de eurocentrismo del pasado (¿y presente?), tanto de aquellos años como de mucho antes, y al mismo tiempo la realidad de los pueblos caribeños, en parte, las poblaciones pobres de aquellos lugares. Cierta mirada personal y no está exenta de comentario que se le pueden formular.
Nunca he visto gente más simpática que aquellos bronceados habitantes del bosque. Su mirada era franca y abierta. Les rogamos que se dejaran fotografiar para poder enseñar su retrato a nuestros hermanos y hermanas cuando regresásemos a la patria. Accedieron a la demanda a condición de que les diéramos cuatro libras de abalorios. Prometimos enviárselas; pero nuestra palabra no les bastó. Querían que les diéramos los abalorios en aquél instante mismo. . No tenían ellos la culpa de su desconfianza, ya que hubo una vez un blanco que les hizo la misma promesa que nosotros, olvidándose, después, de cumplirla. Nos costó gran trabajo convencerles de nuestra absoluta buena fe. Convencidos, por fin, se ataviaron con sus mejores galas. Vergüenza hubiera tenido que darle al blanco que abusó de la credulidad de gentes tan cándidas. Por su culpa, una tribu de indios tiene por falsa y desleal a toda la raza blanca. Así es como se incuban las guerras. (Pág. 275)


Por momentos, la lectura se vuelve un poco densa en cuanto a la descripción de los trayectos y algunos inconvenientes repetitivos que se van presentando, como roturas, caminos cortados, desperfectos con el auto, hondonadas y hundimientos, camino fangoso, pero que en definitiva son parte de la aventura.  

Hay mucho más para comentar que resulta interesante, como por ejemplo la mención de tipos de vegetación que encontraron en suelo argentino y los animales que también mencionan como yuntas de bueyes, grillos, escorpiones, serpientes, arañas, vacas, etc… que comparado con otras partes donde casi no menciona nada (liebres en una lago, aves en otro lado, etc…), a pesar de mencionarlos genéricamente, los menciona, que sumados son bastantes. Un accidente que por distracción, terminó el acompañante golpeando con la cabeza contra el parabrisas (p. 256) (pensemos hoy día en el cinturón de seguridad y los airbags).  Pero ya me excedí demasiado comentado este pequeño libro. Algo más para finalizar, aparecen algunos errores, en cuanto a las localidades, que puede ser por desconocimiento de la autora o por algún error en la traducción, no he mirado la primera edición en idioma original como para corroborar. A modo de ejemplo dice “nos acercábamos a Quiaca, última ciudad boliviana(p. 252) cuando es y fue en ese entonces una ciudad argentina. “Tuvimos que resistir la incomodidad hasta Malibrán(p. 257) en realidad se refiere al municipio de Malbrán en Santiago del Estero. Con “Punto del Inca” supongo que estaría refiriendo a “Puente del Inca (p. 264).

Algunas fotos tomadas del libro que ilustra con unas cuantas más.





Referencias.
1. https://es.wikipedia.org/wiki/Cl%C3%A4renore_Stinnes
2. https://es.wikipedia.org/wiki/%C4%86ele_Kula
3. https://es.wikipedia.org/wiki/Don_Segundo_Sombra
4. https://es.wikipedia.org/wiki/Brida_mong%C3%B3lica
5. https://es.wikipedia.org/wiki/El_lobo_en_la_cultura_europea

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