sábado, 27 de septiembre de 2014

Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori.

Ticket de Entrada
Hoy día jueves 28 de junio de 2007 fui a visitar el Museo Sívori. El día estaba frío con un leve viento, y el cielo despejado con sol. Así que resultaba un día muy agradable. Abre de 12:00hs a 18:00 hs. (Actualmente al 2014, abre de 12hs a 20hs). Fui alrededor de las 13:30hs. La web del museo es  http://www.museosivori.org.ar/

El museo estaba prácticamente vacío, entré, la entrada cuesta un peso (año 2007), y pregunto si puedo sacar fotos y me dicen que no. Así que pagué la moneda y empecé a recorrerlo. Empecé por el lado izquierdo (creo que hice el camino inverso al recomendado).

La mujer que me atendió era algo fría para hablar, me preguntó si era de alguna escuela de arte o algo así por las fotos, porque había que pedir un permiso escrito (No se si lo hacen de malicia o que, daño a las obras expuestas nada le iba a ocasionar, en el MNBA lo permiten, en internet está lleno de fotos del interior de este museo, creo que es ese momento que tiene aquellos obtusos de sentirse por encima de los demás prohibiendo algo insensatamente). Le contesté que no, la ignoré y empecé a recorrerlo.
Ni siquiera tuvo la amabilidad de darme algún folleto de los muchos y variados que había sobre la mesa de entrada. Así te tratan en ese museo. Tampoco tomé ninguno por mi cuenta ni cuando entré ni cuando salí, aunque debería haberlo hecho. Había un guardia de seguridad privada en la puerta, y luego los “que cuidan” y otros adentro del museo, esos que van y vienen observando la persona visitante sin nada más que hacer, dudo si esas personas sirven para otra cosa. También había una mujer durmiendo en una silla, sí, así como se lee, una mujer durmiendo en una silla, realmente no es lindo ver eso en un museo, pero ahí estaba, en este museo no tienen la delicadeza de acomodar una cama en el interior para las mujeres que quieren ponerse a dormir, así que ofrecen una silla en plena sala de exposiciones y ahí mismo se duermen. Luego otro más, sentado en otra silla, en la otra punta que estaba despierto y cada rato se paraba y me seguía por el recorrido, “por las dudas” no se, que me afane un cuadro (algo difícil) o que rompa alguno, medio ridículo, pero en fin, supongo que para eso le pagan al viejo inservible ese. A pesar del malestar que te hacen sentir en ese lugar, continúe mi recorrido.


En la primer sala estaba expuesta “El Universo y Yo…Uno” de Graciela Shalev, estos cuadro no me gustaron demasiado, tenían muchos colores y creo que nada más; luego hay un pasillo desde el cual se veía un patio con algunas obras, pero no se podía salir, o sea, te presentan algunas obras para que las observes desde dentro y a la distancia.

En ese pasillo, se encontraban las mejores obras a mi gusto, casi todos paisajes, no eran muchos cuadros pero los pocos que estaban eran realmente interesantes para verlos, se trataba de las “Obras restituidas por la Legislatura Porteña”. 

A continuación venía una sala que tenía obras de Elena Visnia,  “La belleza de lo cotidiano”, muchos trabajos en carbonilla y la gran mayoría se trataban de mujeres y/o mesas y ventanas, tampoco me gustaron demasiado.

La sala siguiente poseía obras del artista Jorge Rivara, “La otra
pintura”, es la que menos me gustó, no la entendí ni me parecieron interesantes, noté que utiliza mucho el color naranja, pero no le encontré sentido a ninguna de sus obras; al final hay un cuartito, con unos pocos cuadros variados, algunos pocos de ellos me resultaron de interés.

Cuando me regresaba para visitar la última sala, me crucé con otros visitantes, una pareja que venía hablando en inglés, posiblemente turistas, hasta ese momento estaba solo yo recorriendo el museo, salvo los poco útiles personajes que estaban sentados, durmiendo o persiguiendo al visitante (entiendo que eran todos individuos del museo).

Finalmente la última y más grande sala, la recorrí toda y llegando al final que supe de que se trataba, y también ahí fue que me di cuenta que había comenzado recorriendo el museo al revés, se exponía "Cuatro décadas de arte en el Perú" (1960-2000) Colección del
Instituto Cultural Peruano Norteamericano; me gustó mucho un solo cuadro, el resto mucho no los entendí, se trataba del interior de una basílica (creo, no recuerdo bien) con muchos colores vivos.

Cuando me iba, ya había ingresado un contingente con chicos de algún jardín de infantes, y estaban todos sentados frente a uno de los cuadros, quizás uno de los más grades y más importantes, en la punta de la sala, y les explicaban a los chicos los gauchos y un
caballo que figuraban en el cuadro.

Salí y me cruce al Rosedal, me senté un rato frente a una fuente, enfrente, otra pareja de turistas, y la mujer que le daba la teta al bebé. Descansé un rato y me crucé para el otro lado de donde me encontraba, me senté en uno de los escalones frente al lago, daban ganas de quedarse un buen rato, había tranquilidad, el día estaba especial, y en eso pasan dos policías en uno de los carritos con los que recorren el parque, que solo entran dos personas, y justo en la punta de donde me encontraba, había dos pibes algo grande, calculo de treinta años, que estaban sentados en el pasto al borde del lago, pero habían cruzado el alambre, se bajan los policías, los sacan, y un policía empieza  a mirar el suelo, empieza a buscar, con una rama movía
el agua, y a los dos sujetos los hacen sentar en un banco, luego de tenerlos un buen rato parados, ya había preparado la camarita e iba a registrar lo que sucedía, quería sacar al policía revisando el agua del
lago, más si encontraba algo interesante (¿un arma?), pero me tapaban unos arbustos y se veían todos parcialmente. Finalmente no pasó nada, me fui y no vi nada más, pero estos muchachos quedaban ahí sentados, posiblemente se estarían fumando un porro y los atraparon (hace siete años atrás era muy posible).

Dejo un archivo con una breve exposición con una fotos de cada una de las muestras de las fecha tomada de la web del museo.

Exposiciones En Museo Sivori 28-06-2007.

PATRIMONIO
Obras restituidas por la Legislatura Porteña
Hasta el 5 de agosto


Se exhibe una parte de las obras restituidas este año al Museo Eduardo Sívori por parte de la Legislatura Porteña después de mas de cincuenta años de ausencia en sus salas.


"Cuatro décadas de arte en el Perú"
(1960-2000)
Colección del Instituto Cultural Peruano Norteamericano
2/6 al 15/7 sala Permanente


“Cuatro Décadas de Arte en el Perú (1960-2000)”

Esta exposición de arte peruano de la segunda mitad del siglo XX –la primera de esta importancia que arriba al país– viene a completar y retribuir el gesto de intercambio patrimonial iniciado por la Argentina en 2002, cuando con el concurso directo de nuestra Cancillería se presentó en las salas del ICPNA (Instituto Cultural Peruano Norteamericano), en el barrio limeño de Miraflores, la que sería la mayor muestra oficial de arte argentino hasta hoy exhibida en el Perú, integrada por las obras más representativas del acervo del Museo Sívori y de otras instituciones.

Este programa de intercambio patrimonial fue creado por María Isabel de Larrañaga y Alberto Petrina  –quienes actuaron como curadores del envío argentino a Lima–, estando la contraparte peruana a cargo de Pedro Pablo Alayza y Fernando Torres. La exposición que ahora llega al Museo Sívori ha sido curada por el crítico Alfonso Castrillón, y cuenta con el auspicio de Prom-Perú, del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú y de la Embajada del Perú en Buenos Aires.

La muestra reúne 50 obras del rico acervo del ICPNA y de otras calificadas colecciones privadas, pertenecientes a los más destacados artistas visuales peruanos del siglo XX, entre quienes sobresalen los nombres de los pintores Fernando de Szyszlo, Víctor Humareda, Miguel Nieri, Carlos Polanco y Oswaldo Sagástegui, así como el de los escultores Alina Canziani y Jorge Eielson.

La exposición será oficialmente inaugurada el sábado 2 de junio a las 13 horas en la sede del Museo Sívori, permaneciendo abierta al público hasta el domingo 15 de julio.


Jorge Rivara
“La otra pintura”  -  Pinturas
Desde el 2 de junio al 1 de julio


Jorge Rivara “La otra pintura”

Jorge Rivara realizó sus estudios de dibujo y pintura con Marcos Tiglio durante la década del cincuenta. Su formación escultórica la adquirió en el taller de Carlos de la Mota. En 1961 viajó a Montevideo y estableció contacto con los discípulos de Torres García. Esta experiencia fue vital para la concepción plástica de Rivara ya que diez años después, en 1971 fundó junto a Alberto Delmonte el Taller Río de la Plata, basándose en la teoría del maestro uruguayo, en especial en la creación de una iconografía absolutamente rioplatense. Este también es el punto de partida para sus obras, las cuales participan de un lenguaje propio y alejado de modas y tendencias pasajeras.
“La otra pintura” remite al quehacer artístico en sí mismo, a la vuelta al oficio, a la recuperación de las tradiciones artesanales que presenta toda técnica. Rivara se pregunta sobre la posibilidad de la existencia de otra pintura, meditada y recoleta, que no sigue las pautas mediáticas actuales. Para ello recupera una “imagen originaria” que es reelaborada de acuerdo a las diferentes necesidades expresivas del artista.  De una pintura eminentemente bidimensional, Rivara va incorporando elementos que le otorgan tridimensionalidad. En este caso emplea una variada paleta que denota su calidad como colorista destacando las diferentes texturas empleadas y que junto a la rigurosa estructuración compositiva da como resultado una muestra madura tanto en su concepción como en su realización.

Silvia Marrube
Museo de Artes Plásticas “Eduardo Sívori”.


ELENA VISNIA
Una retrospectiva – Pinturas y dibujos
Desde el 2 de junio hasta el 1 de julio



Elena Visnia  “La belleza de lo cotidiano”

Elena Visnia inició sus estudios en 1957 en la Escuela de Arte Moderno con Esteban Lisa y luego los continuó en 1958 con Bruno Venier, con Batlle Planas en 1962 y con quien fuera su maestro, el pintor español Julián Gómez Fraile.
 La producción de Elena Visnia se centró en una temática muy cercana a sus afectos. El punto de partida lo constituía su mundo circundante y cotidiano que se reflejaba en sus flores, en un rincón de su casa, en la mesa tendida para el desayuno, en los utensilios domésticos. Cada objeto aparece plasmado desde un punto de vista original, desde una visión tamizada por la afectividad y dotados de la proyección espiritual que la artista les otorgaba. Si en la historia del arte la naturaleza muerta supo ser una reflexión sobre el devenir de la vida, en la obra de Visnia esa reflexión se detiene en el presente para retenerlo así de manera permanente a través del  recuerdo.
Los materiales elegidos fueron  el óleo, el acrílico, las carbonillas y los pasteles. Con esta economía de medios, y con una riqueza de combinaciones Visnia logró crear imágenes ricas en atmósferas y climas, aportando cada una de ellas no sólo una intencionalidad particular que la pintora quiso imprimirles sino que el objetivo último que las trasciende es  un acto íntimo de simpatía con quien las observa.

Silvia Marrube
Museo de Artes Plásticas “Eduardo Sívori”.


GRACIELA SHALEV
“La otra pintura”  -  Pinturas
Desde el 2 de junio hasta el 1 de julio



Graciela Shalev “El Universo y Yo…Uno

Graciela Shalev nace en Buenos Aires y en esta misma ciudad recibe su formación plástica en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Manuel Belgrano”. Al egresar de la misma perfecciona sus estudios en pintura junto a Naum Goijman, en escultura con Leo Vinci y en grabado con Aída Carballo. Se establece en 1990 en Estados Unidos, en la ciudad de Miami, continuando con su carrera artística no sólo en ese país sino también en Europa e Israel.
Para Graciela Shalev lo primordial es la forma que adquiere su manera de comunicarse con el mundo a través del lenguaje plástico. Así líneas, volúmenes y colores, junto a la palabra, constituyen el medio esencial para transmitir, a través de esta forma de expresión  un crecimiento espiritual interno en constante movimiento. El punto de partida es generado por la figura humana que es sometida a un proceso de despojamiento hasta llegar a una síntesis donde predomina el trabajo compositivo. Extensas pinceladas recorren la superficie de la tela y van guiando una lectura de la misma a través del uso del color en grados de alta saturación.
Para la pintora “el lenguaje del alma y las experiencias de cada ser humano forman su propio universo”. La necesidad de una búsqueda interior, de lo esencial que se torna en lo fundamental y universal es el objetivo que da origen a esta serie de pinturas. De allí la depuración  a que somete sus trabajos eliminando todo vestigio innecesario o superfluo. Sus obras son el producto de un hacer progresivo que evidencian una intensa experiencia interior, experiencia que además funciona como un acto de comunicación con el otro.

Silvia Marrube
Museo de Artes Plásticas “Eduardo Sívori”

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