domingo, 3 de mayo de 2015

33ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. (Año 2007)

Hoy lunes 30 de abril del año 2007 realicé una visita a la 33ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. La misma se desarrolla desde el 17 de abril y hasta el 8 de mayo de 2007 en el predio de La Rural (Av. Sarmiento 2704, Plaza Italia, ciudad de Buenos Aires).
El lema de este año es Los libros hacen historia. 
La visita a esta exposición la vengo realizando, de manera casi ininterrumpida, desde hace alrededor de siete u ocho años atrás. Antiguamente, la feria tenía lugar en un predio denominado Centro de Exposiciones y Convenciones, cercano a la Facultad de Derecho.
La entrada para estudiantes, como todos los años. Muchísima gente visitándola. Había colas largas de espera, alrededor de media hora antes de abrir. En tanto, al recorrerla, se podía advertir la poca cantidad de ofertas con referencia a años anteriores y los precios de los libros, en general, bastantes elevados. No obstante, pareciera que los visitantes podían afrontar los costos sin mayores problemas, tal vez la posibilidad de tener tantas editoriales juntas en un mismo lugar y poder adquirir ciertos libros fácilmente compensaba el tema de los costos altos, al menos eran altos desde mi perspectiva teniendo en cuenta los precios en librerías y ferias de la ciudad.
La página web de la feria es http://www.el-libro.org.ar/

Muchos stands expositores, más que nada de las editoriales. En cuanto al predio, en la Rural, esta vez lo ampliaron con relación a otros años, la que era la común entrada por la calle Sarmiento en veces anteriores, a pesar que aún estaba allí, la trasladaron a la otra punta, de manera que abrieron dos puertas para el ingreso, y ambos sectores se conectan por una pasillo cerrado donde ubican publicidades y gigantografías con citas. Aunque también se puede circular por fuera de dicho camino.

Al ingresar nos encontrábamos con un pabellón grande, con pocos stands que por lo general pertenecían a empresas más que a libros, salvo aislados casos, luego, el túnel, del que ya hablé, cubierto de naylon y una alfombra roja nos llevaba a la Feria en sí misma.
Al entrar al sector, de los libros propiamente dicho, primeramente nos encontrábamos con dos stand (grandes, por cierto) de los dos diarios más importantes de Argentina, y luego sí, entrábamos de lleno a la Feria.

Había muchos expositores, y también noté que ampliaron la cantidad de lugares para tomar y/o comer algo, no solo adentro, sino que en el espacio que separaba la Feria con la salida, también habían instalado puestos.

Esta vez no recorrí minuciosamente todos los puestos parando en cada uno de ellos, dado era imposible, mucha gente, y el amontonamiento lo dificultaba, a pesar de que era un día de semana, ni quiero imaginar lo que habrá sido los fines de semana. Muchísimos estudiantes, algo bueno esto último, pero lamentablemente en mi creer, todos provenientes de la urbe más grande y alrededores, difícilmente el interior del país tenga este tipo de posibilidades, no digo que no se llegasen hasta aquí a visitarla, pero seguramente no en forma masiva, aunque sea para acercar a los estudiantes con el libro, libro el que sea, no importa cual, el tema es que hay que leer. Algunas editoriales se las ingeniaban para atraer a los estudiantes con libros adecuados a su edad, carteles, muñecos, etc… La informática cada vez más presente, y se hacía notar. Se veían por todos lados muchas pantallas para el público visitante. Los stands que le ponen la nota de color, que más que libros ofrecen chuchería, que no es la palabra adecuada, pero que se escapan de los libros para vender recuerdos, adornos y similares. El libro que buscaba no lo encontré y me traje otros dos que imagino debo ser de los pocos que no se aburren leyendo crónicas y textos por el estilo. Los dos que adquirí en esta ocasión versan sobre relatos y crónicas de viajeros.

Se notaba un aumento en los representantes de otras naciones, antes siempre se veían los mismos, que no pasaban de tres o cuatro, por lo general de las colectividades que más “presencia” tienen en Argentina, una manera de decir, que no sé si es lo correcto.
Un stand de tamaño mediano, en comparación con el resto, comprendía la Unión Europea, una novedad ya que antes no estaba, y dentro de él varias naciones representadas, aunque cuando pasé faltaban más de la mitad de los que atienden.

Realicé un pequeño recorte del dibujito del volante que me dieron en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Justamente por las pequeñas figuras que representan varias colectividades con una imagen de un traje típico, un dibujo muy simple pero que deja diferenciar a cualquier lector del volante cada grupo de personas e identificarlo fácilmente con otro país. Mostrando la diversidad. Es verdad que este año me llamó la atención eso, años anteriores no se veían tantos stands representando a múltiples naciones, es mi parecer, y de mi observación fue un detalle que me llamó la atención. Viendo las estadísticas de la web http://www.el-libro.org.ar/fel/la-feria-internacional.html esta es la feria que mayor cantidad de países participantes tuvo. No fue casual, la imagen.
Aquí solo deseaba hacer este comentario, pero revisando las casillas de mails, en uno de los grupos de los que estoy suscripto y del cual recibo el newsletters, en uno de ellos, llegó la publicidad de otras dos Ferias Internacionales del Libro realizadas en otros sendos países, y allí encontré a relación con el tema de la diversidad de naciones. Una de ellas que se realizó en la ciudad Bogotá – Colombia. Y la otra que se realizó en Santo Domingo – República Dominicana. Así que también voy a subir captura de dichos mails.




Todos los días de la feria, a lo largo del día, cada hora y media aproximadamente van sucediendo eventos, charlas, firmas de libros, presentaciones, etc… En una de estas charlas, se armó alboroto, gritos y ruidos variador, provenían de uno de los salones en los que se desarrollaba una charla. En ese momento no supe de que se trataba y continué mi camino. A la noche del mismo día, mirando un noticiero en la televisión, parece que habían abucheado la presencia y participación de una persona.

Algunos stands llamaban la atención a su manera, dos ejemplos son las dos fotografías que siguen, puestos que decidieron colocar muñecos, el primero, lo que parece un monje, en el stand de Editorial Sudamericana, posiblemente algún libro en la temática juvenil. La otra fotografía, no recuerdo en que puesto se encontraba, pero casi con seguridad, alguno de los norteños, con el muñeco y su característica vestimenta.




Y para concluir con el comentario de esta visita, la imagen pertenece a una volante con motivos de Salud que repartía el Gobierno en la entrada de la Feria del Libro, una campaña de fomento que apunta a la juventud.

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