¿Qué
hacía yo ahí? bueno no importa, ahí estaba. Siempre se aprende algo nuevo.
Había dos exposiciones en La Rural, la primera, tenía más caudal de visitantes,
nombre “Caminos y Sabores” y trataba sobre alimentos regionales, igual hay que
decir que duraba menos tiempo y además creo que el salón para exponer era más
chico. La segunda, era por la otra entrada. La 22º Exposición Internacional de
la Máquina Herramienta, Herramientas y Afines (EMAQH). La entrada tenía un
valor de $ 15 pesos para los visitantes, se completaban unos datos y unas
cuatro o cinco preguntas y luego se pasaba para la acreditación, ahí te daban
la misma, que te la colgabas al cuello y ya podías ingresar, la fila no
demoraba mucho, por lo menos a los que iban temprano, más a la tardecita ya
había aumentado considerablemente la cantidad de visitantes con colas más
largas. Al ingresar te pasaban un lector al colgante con la acreditación que
tenía un código de barras y listo, ya estabas en la exposición. En un país poco
industrializado y básicamente agrario como el nuestro imagino que son buenas
estas exposiciones, desconozco si en el interior se hacen, tengo mis dudas y me
atrevo que decir que se hacen pero muy pocas y más pequeñas, no lo se, más
cuando el interior es donde más hay que explotar los recursos para aumentar el
potencial de la nación. Los visitantes casi en su totalidad hombres, la clase
obrera, por lo poco que pude ver y escuchar, más cuando llenaban la ocupación.
Muy pocas mujeres como visitantes. Muchos jóvenes, eso se podía ver con
relación a los de mediana edad. En el lugar donde se sacaba la acreditación
había un cartel que indicaba la prohibición de sacar fotos, que había que pedir
un permiso especial, esta prohibición, si bien la cumplí, vi muchos que no,
quizás por desconocimiento porque no se veía el cartel, y la verdad me pareció
terrible estupidez no permitir eso, algunos sacaban fotos y varios filmaban con
sus celulares.
Como ocurre en todas la exposiciones, frente a determinado
acontecimiento, toda la gente que camina por ahí, se agrupa de golpe frente al
suceso, acá los sucesos iban desde ver en movimiento un brazo-robot soldador
hasta agujereadoras de gruesas planchas de metal. La muestra, por lo que me
pareció, apuntaba a no menos de pymes, mediana empresa para arriba, lo cual no
significa que los trabajadores cuentapropistas no encontrasen maquinaria para
ellos, creo que la mayoría iban de curiosos, para aprender y conocer herramientas
y maquinarias mejoradas o novedosas, con vistas al futuro, y gran cantidad de máquinas
para grandes empresas. Calculo (calculo personal, posiblemente equivocado) que
los valores oscilarían en muchos casos entre los 200.000 y 500.000 dólares, por
los tamaños, además que estas máquinas tan grandes no se pueden producir en
cadena, por ejemplo, como los autos.
En algunos casos, cuando vendían, les
ponían un cartel “vendido a …”
El
ruido de las máquinas era constante, desde motores a bombas, soldadores,
cortadoras, fresadoras, prensas, tornos, etc… había de todo. Como en toda
exposición los folletos y volantes era lo primordial que daban en cada stand, y
alguno que daban en cd, bolsitas y lapiceras. Recorrer todo habrá llevado
alrededor de dos horas, a la tardecita, había aumentado considerablemente la
cantidad de visitantes, no solo se vía en la muestra sino en la gente que hacía
la fila afuera. Muy interesante.
(publicado
originalmente el 14/7/2007)
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