Uno de
los cursos se dio que reunía una particularidad, pretendían una especie de
trabajo de campo, y esta tarea se manifestaba en la entrega de trabajo
práctico, si bien no era un curso con profesores exigentes, había que hacer los
trabajos y como siempre pasa, algunos lo hacían con ganas y otros sin ganas, lo
normal. Lo que sí había que hacer, era ese esfuerzo de lo que puede llamarse
trabajo de campo, porque requería estar en contacto con lo que uno estudiaba,
salir del aula, bajar lo abstracto del estudio a lo real. A pesar de ello, de
lo cual uno debe sacar aprendizaje, enseñanza, creo que a muchos del curso les
costaba muchísimo abrir la cabeza a la entrada del conocimiento. Pero eso es
una cuestión marginal porque la finalidad de este mensaje al blog era y es
otra. Estábamos viendo el tema del prejuicio y la situación complicada de
sectores con respecto a la identidad sexual, y uno de los trabajo de campo,
consistía en hacer un visita a un festival de cine
http://www.diversa.com.ar/2007/index_es.htm que por supuesto trataba sobre la
temática, elegir una película, y completar un cuestionario que previamente nos
habían entregado relacionado con los capítulos de estudio del libro. No parecía
nada fuera de lo normal, ni que lo fuera de alguna manera, salvo para los
prejuiciosos de siempre, básicamente los básicos o aquellos que a pesar de
estar estudiando sobre los prejuicios no lo captaban bien o se resistían a
dejarlo, entonces por lo bajo se escuchaba decir entre estos grupos de vulgares
“no vamos a ir a un festival de putos” o cosas similares. Primera objeción
injustificable pero que era lo primero que les venía a la mente a estas personas que resultaban
ser compañeros de curso. Por supuesto que en su mayoría terminaron yendo. El
segundo punto, resultó de ir en grupos, como estudiantes, pero veamos, si era
un festival internacional de cine gay, lésbico y trans, como pueden pasar como
estudiantes ¿un par de jóvenes estudiantes compañeros de curso? ¿o un par de
chicas amigas de la cursada?, digamos que no se esforzaban en pensarlo mucho.
Luego estuvieron aquellos que iban en grupos mayoritarios, como si ir en patota
les daba algo de fuerza, no se, seis o siete miraban la misma película y luego
se consultaban a ver que respondían, más que aprender les interesaba esconderse
¿esconderse de qué? Del prejuicio de los demás, del que dirán ¿y quién los iba a ver si era eso lo que los
incomodaba tanto? Pero bueno, los prejuicios están muy arraigados, creo yo que
hay personas con muy poca personalidad o una débil personalidad. Había un chica
que viajaba del interior, lo podría haber justificado, entiendo yo, si le jodía
el viaje, porque es incómodo hacerlo, cuando estas lejos y trabajás y estudiás
otras materias, etc.., esta joven chifló un poco pero finalmente lo hizo todo
calladita. Hubo otra que le dijeron y le aconsejaron, si les parece
complicado miren un documental, pero esta chica no hizo caso, y miró un corto,
fue la primera que lo hizo, así que tuvo oportunidad de comentarlo una clase,
porque el festival de cine duraba una semana, y como era de esperarse esta
chica no entendió nada, si mal no me acuerdo, habían sido dos las que les pasó
eso, fueron juntas y resolvieron volver a ir, y bueno, allá ellas, “el que paga
mal, paga dos veces”, y “nadie puede alegar su propia torpeza”, le aconsejaron
y no hicieron caso, la segunda vez aprendieron. Como se trataba de un curso
numeroso, había para todos los gustos, aún restan analizar tres casos más. El
más simple, es el de los que fueron hicieron el trabajo y a otra cosa, sin más
vueltas que hacer lo que debían y punto. Otro grupo, del que se los puede
llamar “los menos piolas entre los piolas”, estos pibes se habían dado cuenta
de algo, que una de las películas ya la vendían pirateada o la alquilaban en
los videoclubes, así que la hicieron fácil, el razonamiento más simple del
mundo, alquilamos la película y la vemos y hacemos el trabajo, tan simple como
eso, y el profesor no se va enterar jamás que hicimos eso, pienso yo que para
sus adentro se habrán dicho con satisfacción “que vivos que somos”, claro que
el profesor no se iba enterar jamás
salvo el caso que alguien les cuente. Pero cuando yo digo “los menos piolas
entre los piolas”, me refiero al caso de que ese alguien que le cuente al
profesor, sean ellos mismos y no un tercero, pues así sucedió, plantearon la
situación en plena clase, digo yo y me pregunto “si de esa manera pensaban
proceder ¿no era mejor hacerlo de callado?”, lo que fuere, este grupo quedó en
evidencia y con las miradas puestas en sus trabajos debido a la cierta
posibilidad comentada en la clase. Aún así, como valientes soldados de primera
línea, algunos de ellos llevaron a cabo la maquinación, y pesar de haberlos
aprobados, por generosidad del profesor, en este caso fue la profesora ayudante,
el profesor titular lo comentó como que era un posibilidad inevitable que
siempre sucedía. El último caso que me queda por comentar es el mío, que no soy
más vivo que nadie y por eso me voy a sumar a grupo de “los menos piolas entre
los piolas” con una ligera variante. Me mandé de callado como primera
diferencia, la segunda, busqué las películas del festival por internet,
efectivamente las encontré, no todas, solo tres, dos que tenían poca fuentes
para descarga, y una tercera que estaba muy compartida, del total de películas
que se exponían solo tres disponible en internet, y la que tenía muchas fuentes
era la que comentaron los pibes antes mencionados, sin saber lo de los pibes,
pero intuyendo que alguien iba a hacer lo mismo que yo, me incliné a bajar una
de las dos difíciles, así fue como la primera que se bajó decidí ver, resultó
ser una ficción que tocaba el tema del lesbianismo llamada “The Gymnast”, una
película pesada, lenta y aburridísima, para mi gusto sin mucho que rescatar.
Entregué el trabajo, y resultó aprobado. La profesora ayudante, una joven que
por lo general les dan algo para corregir, y ellas con cara de mala te ponen
una nota regular para equilibrar las notas con el concepto que tienen de los
alumnos, esto es pura conjetura. Esta profesora ayudante no desaprobó a nadie
pero tampoco puso notas altas. Por experiencia, siempre es mejor evitar las
profesoras ayudantes mujeres, no se porque razón, pero siempre vienen con los
tapones de punta, si hay posibilidad es mejor ir directamente con el titular,
aún siendo mujer, que suelen ser menos exigentes que las ayudantes mujeres o en
su defecto ir con algún ayudante varón, también es algo no serio basado solo en
mi propia poca experiencia y nada más.
La imagen corresponde a la entrada que en realidad se debería haber quedado el
cine. Lo que hice fue una vez que baje la película, ir al cine y sacar entrada
para la que me había bajado, luego la corté y abroché al trabajo que entregaba
la mitad correspondiente. Hasta acá todo lindo (o feo y aburrido) el relato,
pero si yo primero cuestiono el tema del prejuicio, ¿por qué no fui?. Por acá
pasa el tema, que nadie planteó en el curso, ni siquiera yo, y que hubiese sido
una buena excusa, no porque era lo que pasaba por mi cabeza para justificar mi
proceder, (incluyendo el caso de ser descubierto) sino porque otro de los
profesores lo planteó en un par de clases posteriores en razón de otro trabajo
de campo.
Para
analizar esta parte, hay que ubicarse en lo que los mismos profesores habían
dicho antes del desarrollo del festival y del trabajo práctico. Por un lado se
planteaba todo el tema del prejuicio y el estigma, todo lo que eran victimas
los sectores involucrados (lo estoy hablando en general porque no es la idea
desarrollar el tema), lo cual hace pensar en el conflicto suscitado con este
sector social. Y por otro lado, se pide y se exige hacer un trabajo práctico
utilizando una película de un festival de cine, no por la película en sí, sino
para “conocer el ambiente”, para “conocer como se desarrollaba un festival de
cine gay, lésbico y trans”, para “ver las personas que iban”, para tratar “con
la gente que visitaba el festival”, etc… Lo cual inmediatamente me pareció
desubicado, habían reducido a estas personas a
la categoría de objetos, ya no se trataba de estudiar la situación donde
se generaba el conflicto, sino de observar a estas personas, ya no se trataba
de ir al medio del problema (por ejemplo ir al rosedal a ver el parecer de los
travestis y el parecer de los vecinos, clara situación de tensión), sino que
estábamos frente al hecho de ir a ver “el ambiente”, no se, me preguntaba si
había que olfatear haber si había perfumes caros u olor a chivo, o si íbamos a
ir a ver si llegaba algún ser anormal con tres cabezas y ocho piernas, algo que
no cerraba, la película pasaba a segundo plano para dejar en primero “el
ambiente”. Creo que los profesores se pusieron en una situación complicada,
porque si se estudia el prejuicio, casi se cayó en él, a pesar de que se busque
trasmitir algo que, es cierto, en la vida cotidiana es muy difícil que uno (en
este caso los alumnos) entren en contacto por su cuenta y demás. De todas
maneras no descarto la valedera justificación de los profesores que seguro la
tenían. Por suerte para mí, y mala suerte para otros, resultó un festival algo
diferente, con poca gente y algunos puntos en contra como falta de organización
en algunas películas. Incluso algunas películas eran difíciles de trabajar por
tener acotado el margen de acción, a lo que la solución a los estudiantes llegó
de boca de la profesora ayudante, al decir “lo que faltaba, que lo inventemos”,
con el único problema que, lo dijo luego de que se habían entregado los
trabajos. Para terminar, si se trataba de analizar una película, era mejor
elegirla, una buena y que sirva, y dedicarse a eso. Si se trataba de ver en la
práctica el tema estudiado, había que enviar a los estudiantes al lugar del
conflicto, con el riesgo que un estudiante resulte accidentado, siempre puede
pasar. Pero conocer “el ambiente” en un festival de cine, resultaba medio
extraño.
(publicado
originalmente el 24/10/2007)
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