sábado, 23 de mayo de 2020

El misterio de Marie Roget.

He releído este cuento de Edgar Allan Poe(1), titulado El misterio de Marie Roget(2).  Una vez, hace muchos años me regalaron un libro para mi cumpleaños, titulado Cuentos, 1 de Edgar Allan Poe con traducción de Julio Cortázar. Editorial Alianza. Son dos tomos, y juntos traen los casi setenta relatos de Poe. Precisamente el anteúltimo cuento del tomo I es él que me ocupa ahora. El cuento más largo de los que escribió este autor.
Se me ocurrió hacer un comentario al blog por algunas particularidades que reúne este relato. El anteúltimo cuento es el El misterio de Marie Roget, en reunión de los tres últimos cuentos que completan la presente edición, son los llamados cuentos policiales, habida cuenta que Poe escribió mayormente relatos de terror, amén que era un escritor que también escribió poesía, crítica literaria, cuentos relacionados con lo filosófico, y hasta un relato donde plantea una respuesta a una cuestión de la astronomía en los concerniente a la oscuridad del cielo, pero que todo esto es algo que va más allá. El cuento que nos llama es el segundo de la serie de policial, es la continuación del anterior llamado Los crímenes de la calle Morgue. Hay una continuidad con un personaje, el detective que investiga, y con la ambientación, en Francia. Pero en realidad, a este cuento El misterio de Marie Roget, Poe lo elabora en base a artículos periodísticos, que hablan de un crimen real, el homicidio de Mary Cecilia Rogers(3), sucedido meses antes en una ciudad de EEUU distinta a la que residía Poe, es decir, el cuento de Poe tiene un sustento real. Para muchos, Poe es quien inaugura el cuento moderno, al tiempo que también es quien funda el cuento policial clásico.

Poe y el origen del género.
Cuando nos remontamos a los orígenes del género policiaco vemos que hay dos posturas fundamentales que son divergentes: por un lado, está la de aquellos que defienden que el nacimiento del género hay que buscarlo en épocas remotas y, por otro, la de aquellos que atribuyen a Edgar Allan Poe la paternidad del género con la publicación de Los crímenes de la calle Morgue en 1841 en el Graham´s Magazine y, posteriormente, con El misterio de Marie Roget escrito y publicado por entregas en 1842 en Snowden´s Lady Compannion y La carta robada publicada en Norteamérica por The Gift en 1845.
Poética del relato policiaco: (de Edgar Allan Poe a Raymond Chandler). Iván Martín Cerezo.  EDITUM. 2006. Pág. 139.

Tanto el hecho en sí, como el cuento que Poe elabora a partir del mismo, han dado motivo para la escritura de artículos y hasta un libro que versa sobre el tema, que se puede leer parcialmente en Google Books:

Edgar Allan Poe y el misterio de la bella cigarrera
Daniel Stashower
ALBA Editorial, 15 dic. 2013
El 28 de julio de 1841 el hallazgo en el río Hudson del cuerpo sin vida, con visibles señales de violencia, de Mary Rogers, una joven conocida en todo Nueva York como «la bella cigarrera», dio inicio a uno de los más famosos «crímenes del siglo». Policías, jueces, forenses y comités de ciudadanos se esforzarían inútilmente por resolverlo, mientras la prensa, sedienta de sangre y de moral, creaba uno de los primeros «sucesos» sensacionalistas. Se multiplicaron los sospechosos y las conjeturas. Se escribieron novelas y romances. ¿Estaba en realidad la joven viva? ¿Había sido víctima de una banda de maleantes? ¿De un amante despechado? ¿Quién era el hombre «de tez morena» con el que se la vio antes de desaparecer?
Edgar Allan Poe, que seguía el caso con interés y necesitaba desesperadamente un éxito para relanzar su carrera, tuvo la idea de reconstruirlo en El misterio de Marie Rogêt (incluido en un apéndice a esta edición), un relato paralelo ambientado en París y protagonizado por el detective Auguste C. Dupin. Tenía asimismo la ambición de resolver el misterio y señalar al culpable, pero la realidad, con inesperadas revelaciones, se le adelantó. En Edgar Allan Poe y el misterio de la bella cigarrera Daniel Stashower cuenta los ardides del escritor para acomodar la ficción a la realidad y traza un magnífico retrato de su vida y de su medio. Mezcla de biografía y relato de suspense, éste es un libro imprescindible para los amantes de Poe y de las historias de detectives. 

Si bien el crimen quedó impune, Poe, a través de su cuento, formula algunos argumentos que dan sustento a hipótesis o bien a refutar afirmaciones vertidas en y por los medios de comunicación de la época. Y es esto lo que me interesa a mí como lector, lo que quiero rescatar, una manera de leer las notas de los articulistas, de poner en duda, de analizar, de darse cuenta como elaboran una realidad que no es, como de manera tendenciosa van llevando una noticia para un lado o para otro según su conveniencia, a este cuento lo veo en parte como una crítica a los medios de comunicación, como desinforman en lugar de informar, y a pesar que transcurrieron más de ciento cincuenta años, la realidad de los medios no cambió en ese aspecto, y es cotidiana, y Poe nos demuestra que como lectores de periódicos (y ahora televidentes también) es necesaria hacer una relectura de lo que nos ofrecen, de dudar de todo, de preguntarnos que hay detrás, se separar en parte, de estar atentos a las contradicciones, de tratar de descubrir por donde nos están engañando, de evitar caer del todo en lo que nos están vendiendo, en no comprar la noticias así como viene, de desconfiar de lo que nos están transmitiendo, de colocarnos en el lugar del investigador del cuento, que es lo relevante que le encuentro al cuento, y además que conserva su vigencia, y se que este requiere un esfuerzo, que requiere un gasto de energía, que es más fácil dejarse llevar por lo primero que nos dicen, que con una lectura y rápida es mejor que perder el tiempo en una relectura, a pesar que la práctica da cierta facilidad y herramientas para poder descartar lo que sobra, para poder discernir con que quedarnos, pero es algo difícil para la mayoría de las personas, que apenas pueden leer de corrido un fragmento, que tienen dificultades para la comprensión de un texto, este cuento de Poe en ese aspecto es clarificador.

De entrada, lo que hace este maestro de la literatura, es colocar al lector en su lugar, si bien va a contar un cuento, le manifiesta que se basa en hechos reales, y esto es contrastable con las citas (presentes en esta edición). Al mismo tiempo, desde el vamos, el autor le da fuerza a la historia que va a contar, separando claramente emoción de razón (sentimientos de pensamientos), aclara que seguirá el camino de la ciencia y no de las creencias, por más que acepta que estás últimas son las que más circulan o envuelven el hecho.

Aún entre los pensadores más sosegados, pocos hay que alguna vez no se haya sorprendidos al comprobar que creían a medias en lo sobrenatural –de manera vaga pero sobrecogedora–, basándose para ellos en coincidencias de naturaleza tan asombrosas que, en cuanto meras coincidencias, el intelecto no ha alcanzado a aprehender. Tales sentimientos (ya que las creencias a medias de que hablo no logran la plena fuerza del pensamiento) nunca se borran del todo hasta que se los explica por la doctrina de las posibilidades. Ahora bien, este cálculo es puramente matemático en esencia, y así nos encontramos con la anomalía de que la ciencia más rígida y exacta se aplica a las sombras y vaguedades de la especulación más intangible.
Los extraordinarios detalles que me toca dar a conocer constituyen, por lo que se refiere al tiempo, la rama principal de una serie de coincidencias apenas comprensibles, cuya rama secundaria o final reconocerán todos los lectores en el reciente asesinato de Mary Cecilia Rogers, en Nueva York.
Cuentos, 1. Edgar Allan Poe. Alianza Editorial. Págs. 458-459.

Unas pocas páginas más adelante, hace mención a dos aspectos relevantes en función de porque un determinado crimen se vuelve tapa de todos los diarios y otro pasa desapercibido. Primero refiere a la multiplicidad de factores alrededor o relacionados con la víctima. Segundo, en quien impacta, creo verlo, muy sutilmente mencionado, cuando refiere a los espíritus de los sensibles.

La atrocidad del crimen (pues desde un principio fue evidente que se trataba de un crimen), la juventud y hermosura de la víctima y, sobre todo, su pasada notoriedad, conspiraron para producir una intensa conmoción en los espíritus de los sensibles parisienses. No recuerdo ningún caso similar que haya provocado efecto tan general y profundo. Durante varias semanas del absorbente tema hizo incluso olvidar los temas políticos del momento.
Cuentos, 1. Edgar Allan Poe. Alianza Editorial. Págs. 462.

La conmoción se produce en estas personas sensibles, capaces de emocionarse ante sentimientos como amor, ternura o compasión, personas que aprecian algo o reaccionan emocionalmente ante ello. De esto tenemos un poco todas las personas (quizás la excepción sean los psicópatas), no obstante, frente a un hecho, todos reaccionan de diversas maneras, y supongo que Poe hace alusión a aquellas personas que no lo receptan de forma racional (a pesar que también tienen emociones) sino de aquellas que directamente reaccionan emocionalmente, se me ocurre como ejemplo ante un crimen, los racionales se sorprenden, se conmueven y luego se hacen preguntas buscando respuestas, en tanto que los emocionales, se sorprenden, se conmueven y luego rompen en llanto, gritos, rezos o se acomodan con frases hechas. Creo que a estos últimos les llama espíritus de los sensibles. Nada más alejado de la realidad, al día de hoy, lo sigo viendo en los medios de comunicación toda vez que sucede un caso criminal de impacto social.

Poe avanza en la escritura del cuento, y antes de entrar de lleno en, lo que yo veo, como una crítica feroz a los medios de comunicación, hace una pequeña acotación, de suma relevancia, enmarca el crimen en sus dimensiones, lo que realmente está viendo y va a analizar, de algo que se presume grande, en realidad está magnificado, lo delimita a algo más simple no por ello menos difícil, sino por el contrario, por su sencillez están antes algo difícil de resolver.

–Apenas necesito decirle –declaró Dupin al finalizar el examen de mis notas– que en este caso es mucho más intrincado que el de la rue Morgue, del cual difiere en un importante aspecto. Estamos aquí en presencia de un crimen ordinario, por más atroz que sea. No hay nada particularmente excesivo, outré, en sus características. Observará ustedes que por esta razón se consideró que el misterio era sencillo, cuando, en realidad y por la misma razón debía considerárselo muy difícil.
Cuentos, 1. Edgar Allan Poe. Alianza Editorial. Págs. 474.

Finalmente llega el momento en que el narrador asesta su golpe a la prensa, que leído hoy día, a más de cientos ciento cincuenta años después, pareciera indicar no haber cambiado nada, algo muy cotidiano, habrá alguno matices, pero la esencia es la misma, al menos para mí como lector.
Los argumentos de L´Etoile han tenido gran repercusión en entre el público, y el periódico mismo está tan convencido de su importancia que comienza así uno de sus comentarios sobre el tema: “Varios diarios de la mañana, en su edición de hoy, aluden al concluyente artículo de L´Etoile del domingo”. Para mí tal artículo no es nada concluyente y sólo demuestra el celo de su redactor. Debemos tener en cuenta que, en general, nuestros periódicos se proponen fines sensacionalistas y triunfos personales mucho más que servir la causa de la verdad. Este último objetivo solamente es perseguido cuando coincide con los anteriores. El diario que se conforma con la opinión general (por bien fundada que esté) no logra los sufragios de la multitud. La masa popular sólo considera profundo aquello que está en abierta contradicción con las nociones generales. Tanto en el raciocinio como en la literatura, el epigrama obtiene la aprobación inmediata y universal. Y en ambos casos se halla en lo más bajo de la escala de méritos.
Cuentos, 1. Edgar Allan Poe. Alianza Editorial. Págs. 475-476.

Unas cuantas páginas más adelantes completa y remata la idea con algo de humor.
– ¿Y qué cabe pensar –pregunté– del artículo de Le Soleil?
– Pues cabe pensar que es una lástima que su redactor no hay nacido loro, en cuyo caso hubiera sido el más ilustre de su raza. Se ha limitado a repetir los distintos puntos de las publicaciones ajenas, escogiéndolos con laudable esfuerzo de uno y otro diario.
Cuentos, 1. Edgar Allan Poe. Alianza Editorial. Págs. 489.


Citas:
1- https://es.wikipedia.org/wiki/Edgar_Allan_Poe
2- https://es.wikipedia.org/wiki/El_misterio_de_Marie_Rog%C3%AAt
3- https://es.wikipedia.org/wiki/Mary_Cecilia_Rogers

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