domingo, 22 de marzo de 2020

Cuarentena Día 3.

Día 3 de cuarentena obligatoria. Hoy tampoco salimos a la calle, para lo único que está habilitado salir es para comprar alimentos o para ir a una farmacia, pero por suerte no hemos necesitado.

Nuestro almuerzo fue arroz con salsa y salchichas. Tomamos agua. Desayuno y merienda mate con galletitas, colaciones leche con cereal chocolatado.
Al tiempo lo paso con la computadora, escribiendo, jugando ajedrez, leyendo, organizando monedas, un poco de televisión (películas e informativo).

Por la ventana se menos gente por la calle, no obstante pude ver tres en bicicletas que no eran los delivery, ¿serían trabajadores exceptuados o piolas argentinos?
Observamos por la cámara de ingreso al edificio que siguen saliendo y entrando ancianos más que adultos y jóvenes, y resalto lo de los ancianos dado que son la población de mayor riesgo frente al coronavirus.

A las 21hs como todos los días, el aplauso a las personas que están en la primera línea atendiendo a los infectados. Hoy el aplauso fue más fuerte y con gritos de aliento.

En la televisión, dan a conocer que aumentó la cifra oficial de infectados, también algunos periodistas dieron a conocer una cifra extraoficial que manejan, que va de al menos 1000 infectados no detectados.

Hoy habló el presidente en dos o tres programas, dice que mañana anunciará medidas para sectores afectados como autónomos y monotributistas, los olvidados de siempre. En uno de los programas, que entrevistaba al presidente, le dicen a un médico invitado “hacele un pregunta”, el médico dice “señor presidente, la pregunta que quiero hacerle….” Y luego el médico se despacha hablando unos cuantos minutos sin preguntar nada, luego toma la posta el conductor y le vuelve a decir al médico “andá preparando una pregunta”. El show de los médicos sigue en todos los canales de televisión, muchos se la creen, se creen más de lo que son y se despachan repitiendo siempre lo mismo (en un supuesto rol de divulgación y autoridad), ya está, el que entendió bien, y el que no, es porque no quiere entender. Para la educación de la población existen otros canales en tiempos “normales” algo que viene fallando en Argentina desde hace decenas de años. La mayoría de la población no lee nada (ni en la web), y además, gran parte de los que leen algo no comprenden lo que leen. Y algo peor, muchos periodistas ni siquiera comprenden lo que los médicos les explican. Los medios no solo invitan a médicos relacionados con el tema, por ejemplo: inmunólogos, virólogos, infectólogos, neumonólogos, especialistas en epidemias o especialistas en organización, emergencias, tragedias, sino que llevan de todo un poco, al que encuentran y le gusta la cámara lo llevan a los canales: pediatras, nutricionistas, clínicos, y lo que sea, incluso suman psicólogos para hablar de la pandemia. Una variedad que a mi modo de ver no aporta demasiado. Se me ocurre hacer una analogía con un caso penal de relevancia, los medios en ese caso llevan a penalistas, no es que para hablar de materia penal llevan a laboralistas, tributaristas, civilistas, etc…  Además, hay que ver como muchos de estos médicos invitados, cuando algunos periodistas los indagan acerca de los dichos del ministro de salud, optan todos por defenderlo a toda costa, es increíble que no hay ninguna autocrítica o crítica de parte de los médicos para con otro/s médico que además es/son funcionario/s público/s, parece que todo lo que se hizo fue perfecto, no existe posibilidad de error, nada de hizo mal, no hubo equivocación, la palabra prevención es para con los ciudadanos pero para los funcionarios públicos parece que no corre. Tenemos la “mano de dios”, somos unos genios, lo más de los más, por eso así nos va y así nos ve el mundo, agrandados, creídos, sabelotodos.

Eso sin contar, que muchos medios de comunicación continúan con tonteras, repeticiones de temas, cuestiones intrascendentes como mostrarte una calle vacía. Un rol penoso en muchos casos, la mayoría. Algunos canales hacen programas con invitados que deberían estar en cuarentena, y sin descaro están allí en los canales de televisión, en programas en vivo. ¡Qué lindo ejemplo!, que piolas los que están allí. Y qué piolas los que ven a esos individuos y además no los cuestionan. Tienen que estar haciendo la cuarentena no haciendo un show de televisión. Continuamos con nuestro control remoto buscando otro canal, no alimentamos a esos programas.

También circulan infinidad de cadenas y mensajes por las redes sociales, la inmensa mayoría con pavadas, o consejos repetitivos, de repente tenemos miles de personas que te enseñan a lavarte las manos, y algo positivo son aquelos mensajes de humor, entre ellos han escrachado a un ridículo, motivo de risa, que con un megáfono, desde un piso alto, le grita a la gente que la “están observando, que se vaya a la casa”, por supuesto que se esconde cuando grita con el aparato, pero alguien lo filmó y se viralizó. Un poco de humor estúpido en medio de la pandemia.

Otro caso de demagogia, fue sacar al ejército, un par de camiones a que repartan una bandeja de comida (una porción de guiso) en un barrio carenciado ¿era necesario? Hay dos puntos a considerar, aquellos que lo vimos como un acto de demagogia, podrían haber repartido paquetes de arroz y polenta se me ocurre, más nutritivo, duradero, menos trabajo, y menos circo mediático, y además es relevante remarcar la figura del ejército, que fue una institución tan denostada por 12 años, y hoy por hoy, los mismos que la han maltratado son los mismos que corren a utilizarla para sus fines, claramente políticos, hay muchos que están calladitos, muchos de los que han hablado peste durante 12 años y que hoy mismo están el gobierno o muy cercanos a él. Parece que cuando conviene prima el oportunismo. Demás está decir que las organizaciones culturales, sociales, de ddhh, los artistas mediáticos de siempre, y mucho tipos de alcahuetes oficialistas no aparecen ni en figuritas, no se lo ve por ninguna parte, no están ni en las redes, ni en los medios, ni en la tv, lugares habituales por donde circulaban. Me pregunto ¿por qué? ¿por qué están tan callado? ¿dónde están?.

Hoy vi un gesto de solidaridad, en el ascensor del edificio, una tal Maru, dejó un aviso para los adultos mayores que si necesitan algo (hacer las compras por ejemplo) que la llamen. Por las redes sociales, también se están dando casos similares, por ejemplo, por Instagram de la Facultad de Derecho de la UBA, mañana por la tarde, un abogado docente, dará un seminario gratis y abierto, sobre normativa de emergencia Covid-19 y Amparo. Ayer, un grupo de cocineros dieron charlas sobre como cocinar con lo que uno tiene en su casa. Por la redes me llegó el aviso de un veterinario de Pilar que atiende gratis en determinado horario, vía web-chat, algún problema con las mascotas. Una manicura dio un curso en vivo, vía Instagram, de construcción de uñas con productos Cherimoya. Y así muchos más, programados para los días que siguen. Y ni hablar muchos oportunistas de los medios de comunicación, acceso irrestricto a noticias para las que antes había que registrarse, videos “para aprender” (hay miles en Youtube desde hace años), etc…

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