miércoles, 4 de julio de 2018

Las esferas invisibles.

Cuando compré este libro, hace apenas un par de meses, después de pagarlo, la señora de la librería me preguntó “¿Querés entradas para la feria?”, le dije que sí, y me dio dos entradas gratis para la Feria del Libro del corriente año. Genial.
Pero además, introdujo un señalador dentro del libro, algo muy común que muchas librerías hacen. Este marcador, tenía la particularidad de no ser de la librería, sino que también era de la Feria del Libro. Y como señalador también servía de entrada gratis a la Feria del Libro, pero… la Feria del Libro del año pasado, del 2017. Creería que está vencido y no se puede utilizar, la verdad no lo probé, no lo intenté, utilicé las entradas gratis clásicas. Ahí quedará el señalador, sumado al resto de la colección.






Yendo al libro que me ocupa en esta ocasión, mi opinión luego de su lectura.
Las esferas invisibles de Diego Muzzio. Editorial Entropía. 2018. http://www.editorialentropia.com.ar/ http://editorial-entropia.blogspot.com/ https://es-la.facebook.com/editorialentropia/  Diseño: Entropía. Foto de tapa: Alice Boughton.
Primera reimpresión 2018. También figura que la primera edición fue en el 2015. No indica cuantos ejemplares. ¿Muchos, pocos? Algunos lo indican y otros no, así que no lo sabemos.

Se trata de tres nouvelles. Novelas cortas. Y son bastante cortas. Se leen de un tirón El libro es pequeño (12x16,5cm). Parece casi de bolsillo.

La foto de portada es de Alice Boughton (1866-1943) fotógrafa estadounidense de principios del siglo XX, a menudo incluida dentro del movimiento pictoralista.
Alice Boughton se jactó de la formación artística en París. (1) Era a la vez feminista y socialista. (2)
La fotografía parece que no tiene título pero se la conoce como “Dos mujeres debajo de un árbol” (Two woman under tree), está datada cerca del 1910, aunque otros la datan hacia 1906-1908. La fotografía original se encuentra en el museo internacional de fotografía George Eastman Museum, link https://collections.eastman.org/objects/107490/two-women-under-a-tree?ctx=8c8e9407-56a1-4c0f-8be5-dc94126a16e9&idx=9
En algunos sitios web se ha mencionado que la chica de la izquierda de la fotografía está muerta, idea basada quizás en una costumbre de fines de siglo pasado, de fotografiar a las personas cuando fallecían, pero esta información fue denunciada como falsa. En la mayoría de los sitios web, se niega esa versión, aseverando que las dos chicas estaban vivas al tomarse la fotografía.
La imagen sirve para graficar lo que luego se desarrollará en las novelas cortas. Miradas perdidas, caras serias, una atmósfera de tristeza, el contraste de los vestidos blancos con el fondo oscuro, ¿será que era una tarde-noche? ¿será que  era un día nublado? Los peinados y los vestidos llevan a una época pasada. Incluso los vestidos son propios de alguna ocasión. Y no me parece errado ver algo de espiritual en lo blanco, siguiendo la tradición cristiana, más que nada, relacionado con una interpretación que luego hago de las novelas.
En la portada del libro, en segundo plano, más oscurecido aún, han superpuesto una segunda fotografía, a modo de collage. Ocupa poco menos de un cuarta de la imagen mayor, y se trata de una especie de carro, luego leyendo las novela, se comprende que quisieron transmitir, aunque me pareció innecesario en la portada.
Reseña.
Si el terror irrumpió en la literatura del siglo XVIII para contraponer la potencia latente de lo inexplicable por sobre la fe racionalista de la Ilustración, estas tres nouvelles de Diego Muzzio encuentran el momento preciso en que esas fuerzas colisionan en la historia local: el brote de fiebre amarilla que diezmó a la población porteña en 1871. Esta epidemia, que puso en crisis a una ciudad que pretendía dejar de ser una aldea barrosa para convertirse en una urbe cosmopolita, es el punto de partida de las tres ficciones de Las esferas invisibles.
En El intercesor, el relato gótico hace un inesperado desembarco en los fortines criollos que delimitan los contornos de la pampa rosista y los territorios aún indómitos del indio. El ataúd de ébano lleva a dos desertores devenidos marginales de los bajos fondos porteños al encuentro de lo místico y lo trascendental. La ruta de la mangosta, finalmente, construye una cuña para volver inestable la relación entre la imaginería sobre la muerte y el padecimiento de la eternidad.
Los tres relatos permanecen enhebrados por las coordenadas témporo-espaciales y por una apuesta radical en su persistencia: la puesta al día de un modo de contar que hunde sus raíces en tradiciones fundantes de la narrativa moderna y decanta con naturalidad, cada vez, en el tono necesario.
Autor.
Diego Ignacio Muzzio nació en Buenos Aires en 1969. Cursó estudios de Letras en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Ha publicado Mockba y Doscientos canguros (cuentos); El hueso del ojo, Sheol Sheol (Primer Premio de Poesía del Fondo Nacional de las Artes, 1996), Gabatha (Premio Hispanoamericano de Poesía Sor Juana Inés de la Cruza, 2000), Hieronnymus Bosch, Tratado sobre la ejecución de animales y El sistema defensivo de los muertos (poesía); La asombrosa sombra del pez limón (cuentos infantiles), Un tren hacia Ya casi es Navidad, Galería universal de malechores, El faro del capitán Blum y La guerra de los chefs (últimos tres títulos: literatura infantil).

En la misma webpage de la editorial, donde se publicita el libro, tienen un compilado de notas que, se publicaron en algunos medios, referidas al libro.
http://www.editorialentropia.com.ar/esferas.htm vale la pena leerlas, antes o después de leer el libro, en mi caso fue después de leerlo, para tener una idea de que trata el libro, y la opinión de algunos críticos, con los que se puede estar de acuerdo o no.

Comienza con un epígrafe de Herman Melville en Moby Dick, del cuál toma dos palabras para el título, que si bien no me parece original si es acertado, ya que incluye la idea del terror, un terror invisible pero presente en el ambiente.
El terror presente me pareció bastante liviano, y me agradó el carácter histórico que le imprimió al desarrollar los hechos en medio de la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires, que no se quedan solo allí, sino que comprenden otros sucesos como un de las campaña al desierto o algunos sucesos en Europa.
El tema general es la muerte, y la trata teniendo como marco el terror que genera en la población la epidemia que se desarrolla de improvisto, y además suma el toque fantástico, en definitiva, el género fantástico está presente en las tres, algo inesperado rompe con el realismo de los acontecimientos que se van desarrollando. Sobre todo en las dos primeras, en la tercera me pareció que utiliza más una metáfora que un elemento puntual.

Las dos primeras nouvelles que componen el libro, las vi girar en torno a un concepto poco utilizado en los medios de comunicación e incluso en el boca a boca de las personas, ni siquiera en los discursos religiosos públicos, aunque proviene de ellos, que es el tema de la redención. El culto cristiano, puntualmente el catolicismo, aparece graficado. Y va acompañado con otros conceptos como la soledad, la angustia, la desesperación. Otro eje interesante, que es común en los dos primeros, este sí, muy propio también de nuestra sociedad, y que le da ese aire realista, legitimando la obra, el comercio ilegal.

Con el título de la primera de las nouvelle, El intercesor ¿se refiere a quien relata la historia o al cura que escucha la confesión? El cristianismo, aparece en toda la obra, el catolicismo se manifiesta de muchas maneras y aquí mismo, lo veo ya desde el título. Según la RAE: intercesor, ra. Del latín intercessor, -ōris. adjetivo. Que intercede.(3) Interceder. Verbo neutro. Servir de medianero para con otro. Interponerse.(4)
Inter: indica lugar entre (entre) (5)
Interceder (ínter + cédere = ceder): mediar entre...
Pero este verbo, en su matiz religiosa, tiene un significado más profundo.
Interceder. (6) 
1. Entuncano (El verbo griego transitivo tucano significa "alcanzar" y "obtener" y el verbo intransitivo significa "ocurrir" y "encontrarse para consulta o súplica" y por eso "interceder" (7)), primariamente encontrarse con, a fin de conversar; luego hacer petición y, especialmente, interceder, rogar a alguien, bien a favor o en contra de otros.
2. Juperentuncano, hacer una petición o interceder por otros.

El título de la segunda nouvelle es El ataúd de ébano, no es de madera de pino, ni de cedro, ni de roble, ni de bosséy, ni de chopo, ni de álamo, ni de paulownia, ni de ayous… es de ébano. El ébano (8) se caracteriza por su color negro y sirve para expresarlo. Plutón, rey de los infiernos, estaba sentado sobre un trono de ébano. La simbología del ébano estaría, como la de lo --> negro, ligada a la de los infiernos y del paso por las tinieblas.
Lo fantástico aparece con la niña, que su vez representa lo cristiano, es la “santita” en el decir de los dos delincuentes.
En estas dos novelas cortas veo la redención de algunos personajes en el sentido común como se conoce el verbo, en la liberación de un vejamen, dolor, penuria u otra adversidad y/o molestia mediante una acción. En la primera de las nouvelle parecería que el haber contradicho las indicaciones del “soldado sumamente peligroso” que “practicaba la magia negra” y tal vez, también, el hecho de intentar el comercio ilegal de sal corrompiéndose por el proveedor del fuerte, y con esta decisión arrastrar a los demás del grupo. El resto de la vida de este personaje principal de la primera novela solo son penurias. En la segunda de las novelas parecería estar más claro, primero uno, y finalmente el otro, los dos ladrones cambian de actitud en la vida “ya no nos dedicamos a esas cosas”. En la segunda de las novelas acentúa algunos aspectos del lenguaje de época (en algunas puntuales palabras), sin volver el texto denso.

En la tercera nouvelle, parecería que cambia el enfoque, el tema de la muerte aparece con otro tinte, el terror lo creí ver en la figura del personaje principal como fumador de opio, lo fantástico ingresa en la figura de una misteriosa mujer. El autor introduce el tema del fotógrafo de cadáveres, algo común de aquél entonces, como manera de perpetuar el recuerdo del fallecido (el aspecto real de la historia), pero además desarrolla un largo periplo y un raconto histórico de batallas, que hace cierto punto se vuelve cansador, generando una situación de incomodidad que acompaña al lector. A la vez que comenta esta manera de perpetuar la vida en una imagen, extienden un extenso camino de lectura en la historia del personaje.

Como generalidades, me llamó la atención el nombre de las calles de Buenos Aires, imagino que respetó el nombre histórico, por ejemplo, desconocía que una calle se llamaba “Del Buen Orden(p. 118 y otras), que hoy día existe un pasaje que se denomina “Del Buen Orden”. También en alguna localidad de España tiene  una calle que así se llama. Hace alusión a dos tipos de facones, el facón caronero (p. 48), un facón de hoja larga (40cm) y el facón con virola (p. 122) (la virola es una tapita de metal que va en el fondo de la empuñadura). Cuando refiere a la carne salada secada al aire y sol, habla del charque. Lo conozco como charqui, lo he consumido y de hecho siempre lo conocí como charqui, por eso aquí me llamó la atención que utilice la palabra charque, que también es correcta según la RAE. Encontré algo más en otro libro que dice: “En el sur de nuestro país se lo denomina charque o chalona (hecho de oveja o llama).(…) El origen de la palabra es incierto. Algunos afirman que podría provenir del quechua ch´arqui, y que luego los españoles la rebautizaron charqui. También podría provenir de los vocablos enxerca o enxarca, que existen con el mismo sentido en Portugal desde la Edad Media.” (9) 

Un libro pequeño que se lee rápido, es atrapante y resulta interesante por el contexto en que desarrolla las historias.



Referencias.
1. The Positive Image: Women Photographers in Turn-of-the-Century America
Portada. C. Jane Gover. SUNY Press. 1988. Pág. 46
2. The Positive Image: Women Photographers in Turn-of-the-Century America
Portada. C. Jane Gover. SUNY Press. 1988. Pág. 35
3. http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=intercesor
4. Diccionario General de la Lengua Castellana. Volumen 1. José Caballero. 1849. pág. 821
5. Etimologías Grecolatinas: Textos y ejercicios de investigación lexicológica. Jorge Barragán Camarena. Grupo Editorial Patria. 2015. Pág. 249.
6. Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento exhaustivo de Vine. W. E. Vine. Grupo Nelson. 1998. Págs. 461 y 462.
7. Teologia Sistematica II: Es el Complemento de Teologia = Systematic Theology II. James Leo Garrett, JR. Editorial Mundo Hispano. 2001. Pág. 401.
8. Diccionario de los Símbolos. Jean Chevallier. Editorial Herder. 1986. pág. 432
9. El cocinero científico. Cuando la ciencia se mete en la cocina. Diego Golombek y Pablo Schawarzbaum. Siglo Veintiuno Editores. 2007. Págs. 96-97.


También leí las opiniones en algunos blog que me gustaron:
http://golosinacanibal.blogspot.com/2015/08/reabrir-una-herida-sobre-las-esferas.html
http://ceresplaneta.blogspot.com/2016/05/resena-las-esferas-invisibles-diego.html
http://claroscuros-imagenysonido.blogspot.com/2015/07/las-esferasinvisibles-diegomuzzio.html 
http://demenciasemantica.blogspot.com/2015/06/las-esferas-invisibles.html

No hay comentarios.:

Publicar un comentario