lunes, 31 de octubre de 2016

Borges y la física cuántica.

De visitas por la librería Cúspide, buscando un libro en particular, que finalmente no encontré, mirando y mirando, en una mesa di con este libro Borges y la física cuántica. El primer contacto me llamó la atención, lo abrí, lo ojee, ví algunos títulos, leí algún párrafo y lo dejé donde estaba. Una semana más tarde, estaba de vuelta y de los tres libros que me traje, este era uno de ellos.
El libro es Borges y la física cuántica. Un científico en la biblioteca infinita. Su autor Alberto Rojo. Editorial Siglo XXI Editores. www.sigloxxieditores.com.ar Año 2013. Diseño de tapa: Juan Pablo Cambarieri.

Sinopsis del libro (tomada de la web de la editorial)
En uno de sus relatos más conocidos, Borges dice que la metafísica es una rama de la literatura fantástica: el discurso de la verdad y el de la ficción no serían sino dos caras de una misma moneda. Acaso haciéndose eco de esta singular hipótesis, Alberto Rojo aventura en este libro la provocadora idea de que la ciencia (discurso metafísico por excelencia) tal vez no esté del todo divorciada del arte. Tanto una, con su inteligencia razonada, como el otro, con sus juegos de la imaginación, se complementan y confunden para llevar el conocimiento humano –siempre parcial y limitado– un paso más allá.
Muestra de ello es el propio Borges, quien –sin saber de física, según él mismo bromeaba, más que el funcionamiento del barómetro– anticipó en sus ficciones las modernas teorías de la mecánica cuántica. Así, los ensayos aquí reunidos nos proponen un recorrido audaz y personalísimo por este territorio de convergencia: de la teoría de la relatividad a la antimateria, de la serie de Fibonacci a las partículas elementales, de Galileo a Einstein, y por supuesto, de Borges a Borges (tema recurrente a lo largo de estas páginas), Rojo nos explica con simpleza las complejidades del universo y nos revela cuánto hay de poesía en la ciencia y cuánto de ciencia en la poesía.
Una vez más, Alberto Rojo da muestras de su talento para conjugar rigurosidad, claridad y sensibilidad estética, con el propósito de acercar al lector a las sutilezas del arte y de la física moderna, y brindarle una original mirada sobre ambas.

Sobre el autor: (biografía tomada de la web de la editorial, que también se encuentra en la solapa del libro)
Alberto Rojo. Nació en Tucumán. Tras doctorarse en Física en el Instituto Balseiro, continuó su vida profesional en los Estados Unidos. Fue investigador en la Universidad de Chicago y es profesor en la Universidad de Oakland.
Ha publicado numerosos trabajos de investigación en revistas de primera línea, así como contribuciones sobre enseñanza de las ciencias. Es autor de La física en la vida cotidiana y El azar en la vida cotidiana (Siglo XXI Editores), y creador y conductor de la serie Artistas de la ciencia, emitida por el canal Encuentro. Fue Jack Williamson Professor of Science and Humanities en la Universidad del Este de Nuevo México, “Specialist” en la Fundación Fulbright, y es miembro colaborador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Es además músico notable. Grabó con Mercedes Sosa y tiene tres discos como solista (De visita, en la colección Guitarras del Mundo, Para mi sombra y Tangentes).

La primera búsqueda que hice sobre este autor, un autor desconocido para mí, pero que en realidad no lo es (es un autor conocido), ... decía, en la primera búsqueda que realicé en la web, aparecí en una página con fondo rojo (ahora tiene sentido ¿no?) y una persona con una guitarra, y al lado, una primera lectura me permitió leer, a vuelo de pájaro, música, folklore, cd, etc… automáticamente la cerré y volví a realizar una segunda búsqueda. Estaba equivocado. Este autor, además de ser físico y científico divulgador, también es músico, compositor y cantante, y de allí su extenso currículum donde le dio prioridad a su carácter musical. Su página web es http://www.albertorojo.com/ y su biografía http://www.albertorojo.com/biografia_c.html
En Wikipedia también posee una entrada, cuyo link es https://es.wikipedia.org/wiki/Alberto_Rojo y de allí podemos destacar en el apartado de premios y distinciones, la siguiente: 2012: Ciudadano Ilustre de la Provincia de Tucumán (resolución de la Legislatura Provincial de Tucumán)

Lo primero que se ve del libro es la portada y como me gusta ver las portadas, por ejemplo, no me gustan aquellas donde se destaca en gigante el nombre del autor sobre un fondo neutro y un título minúsculo, este no es el caso, aquí tenemos una portada llamativa, una silueta negra, partida por la mitad, intuyo que representa a Borges, se logra ver el bastón, pero la fisonomía de la cabeza no lo pareciera, y sabemos que de Borges se tiene muchísimas fotografía en blanco y  negro y mayormente ya de grande. El título, subtítulo y autor están escritos con una fuente que da la sensación de estar algo gastada. Aparece el color verde. Todo el fondo en blanco y un círculo entre amarillento y dorado detrás de la silueta. Parecieran insinuar, a partir de arte visual, lo que pretende exponer el libro. Si solo es una inspiración del diseñador teniendo como base algunos conceptos claves o si en realidad representa algo más, no lo sé, solo se puede conjeturar. Busque en la página web del diseñador y justamente esta portada no figura entre las demás que hizo.

El libro Borges y la física cuántica. Un científico en la biblioteca infinita. Es de lectura sencilla y se lee rápido, al menos en mi caso. No por eso menos interesante. Es una recopilación de artículos publicados por el autor en otros medios. Por ejemplo, el primero de los artículos que compone el libro fue parte de un libro llamado Borges en diez miradas editado en 1999 fruto del Premio Edenor a escritores sin libro publicado en el género ensayo,  organizado por la Fundación El Libro en el marco de la 25a Exposición Feria Internacional de Buenos Aires. Así con todos, como lo indica el mismo autor. Pero no hay que creer que el libro solo se concentra y analiza la obra de Borges, sino que va mucho más allá. Mezcla e interrelaciona física cuántica con diversos aspectos de la cultura como la literatura (otros autores aparte de Borges) y/o diversas obras de arte. Presenta explicaciones asequibles con ejemplos, y además viene con ilustraciones, no trae fórmulas ni nada por el estilo. A partir de todo esto, me preguntaba ¿a qué tipo de lectores puede interesarle un libro de estas características? Claro está, hablando vulgarmente y si es que existen “tipos” de lectores. En mi caso particular me fascina el mundo de la física cuántica y todo lo que de ese mundo se presenta en documentales y textos simples, ya que estoy completamente alejado de las ciencias duras, quizás sea esa aventura de conocer lo que desconocemos y que poco a poco se va vislumbrando con sus avances y retrocesos.

No leí el libro de corrido, de hecho, me interesó un título, leí el primer fragmento para saber de que iba, me generó interés, y lo completé, de ahí un salto a otro capítulo, y lo mismo, la voracidad por completar la lectura debido al interés generado hizo que lea así, saltando de capítulo a capítulo sin un orden seguido.

Como siempre, me resulta gratificante cuando un texto hace mención a otros, que permite al lector acudir a esos textos mencionados y conocer algo nuevo, y en este libro vamos a encontrar alusiones a otros textos.

Algunos comentarios puntuales.
y, hablando bajito para no molestar a los vecinos acomodamos sobre el pasto un trípode y una cámara Kodak familiar, más apropiada para registrar cumpleaños que para eventos astronómicos(p. 51) Este párrafo no tiene nada de particular relevancia, ni de física ni de Borges, pero me llamó la atención la mención a la cámara Kodak, una marca de cámaras que siempre me acompañó y nunca me desilusionó tanto en las digitales como una vieja cámara de antaño, cumpliendo muy bien con su función.

mientras afila la punta de su bigote alfredopalaciesco(p. 118) Para quienes no lo comprendan, imagino lectores internacionales (o quien sea), el autor hace alusión a Alfredo Palacio (1878-1965, abogado, legislador, político y profesor socialista argentino) que se caracterizaba por llevar un bigote enhiesto. https://es.wikipedia.org/wiki/Alfredo_Palacios

Para Richard Dawkins, uno de los campeones del nuevo ateísmo…(p. 125) Esta frase merece un breve comentario. Richard Dawkins (1941  etólogo, zoólogo, analista del evolucionismo 1 y divulgador científico británico). Es autor de El gen egoísta, obra publicada en 1976, que popularizó la visión evolutiva enfocada en los genes, y que introdujo los términos meme y memética. En 1982, hizo una contribución original a la ciencia evolutiva con la teoría presentada en su libro El fenotipo extendido. En su libro El espejismo de Dios, Dawkins sostenía que era casi una certidumbre que un creador sobrenatural no existía. (Wikipedia) 
https://es.wikipedia.org/wiki/Richard_Dawkins
Nuevo Ateísmo. El término aparece en noviembre de 2006 en la revista Wired (Wired trata de reflejar la manera en que la tecnología afecta a la cultura, a la educación, a la economía y a la política) y se aplica, algunas veces de forma peyorativa, a la serie de seis superventas de cinco autores que aparecieron en el periodo 2004-2008. Estos autores son: Sam Harris, Daniel C. Dennett, Richard Dawkins], Victor J. Stenger y Christopher Hitchens. (Wikipedia) 


Hay un punto que a mí personalmente no me cierra del todo, quizás por falta de comprensión. El autor comienza escribiendo en el prólogo “Hay una región donde conviven (…), el arte con la ciencia. No la entiendo como una región de antagonismos sino como un abrevadero común, una zona franca, un territorio de intercambios conceptuales, de mutua fertilización. (…) Los textos que siguen, (…) visitan, algunos más que otros, ese territorio de convivencia.” (Prólogo)
Luego escribe “El caso más llamativo de una anticipo literario de una idea científica es…” (Prólogo)
Y finalmente, también en el prólogo, continúa “Así como hay ciencia en la ficción, hay ficción en la ciencia.
Los fragmentos que seleccioné, son los que sugieren el planteo que no me cierra, y están relacionados también, con uno más, del último artículo, que dice “En una coincidencia fortuita, la coexistencia de dos fenómenos sugiere un vínculo casual entre ellos que de hecho no existe.(p. 141)

La relación ficción-ciencia y ciencia-ficción la veo acertada, no cabe dudas que así es, tanto como lo plantea el autor en su texto referido a Einstein como los innumerables ejemplos que provienen de la literatura de ciencia ficción.
No obstante el lugar común entre arte y ciencia y que en el texto, en algunos casos, el autor lo llama anticipo literario (se me ocurren como ejemplo los casos del tango o de la biblia) me llevan a pesar en dos conceptos:
El primero es la serendipia
Adapt. del ingl. serendipity, y este de Serendip, hoy Sri Lanka, por alus. a la fábula oriental The Three Princes of Serendip 'Los tres príncipes de Serendip'.
1. f. Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual. El descubrimiento de la penicilina fue una serendipia.
(Real Academia Española.)
El segundo concepto es la pareidolia
(derivada etimológicamente del griego eidolon (εἴδωλον): ‘figura’ o ‘imagen’ y el prefijo para (παρά): ‘junto a’ o ‘adjunta’) es un fenómeno psicológico donde un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es percibido erróneamente como una forma reconocible. Una explicación de este fenómeno, conforme al funcionamiento del cerebro, es descrito por Jeff Hawkins en su teoría de memoria-predicción. (Wikipedia)
Ninguno de los dos conceptos aparecen en el libro, pero a mi modo de ver, también están interrelacionados (para bien o para mal) en la relación arte-ciencia. Por ejemplo, si miramos en Wikipedia, vemos ejemplos de serendipias lierarias, que tranquilamente podrían aplicarse a casos de los mencionados en el libro. También existe un libro cuyo título es justamente Serendipias, editado por la misma editorial que este (Siglo XXI) y que se puede ver parcialmente en Google Book. El mismo Google Book devuelve más de 3500 libros que tienen el concepto pareidolia.
El tercer concepto que trata el autor es el de coincidencia fortuita, pero lo utiliza, a mi modo de ver, de forma negativa, definiendo las coincidencias fortuitas como pistas falsas que constituyen una suelo fértil para lo esotérico y lo pseudocientíco. (p. 141) 
La primera pregunta que me surge, es si estas coincidencias fortuitas ¿no puede ser sino eso, solo coincidencias?, y vérselas desde una perspectiva positiva. ¿Por qué no los ejemplos del tango o la biblia no podrían ser casos de coincidencias fortuitas? O bien ¿Por qué no los ejemplos del tango o la biblia no podrían ser casos de serendipias literarias? Es posible que algo se me esté pasando por alto y por ello no lo comprendo.

En conclusión, un libro pequeño que se lee rápido y recomendable para quienes les gusta la temática, lo van a disfrutar.

Vocabulario:
egregio, gia. Del lat. egregius.1. adj. Insigne, ilustre.
Real Academia Española 
egregio, egregia. Adjetivo. Etimología:Préstamo (s. xv) del latín egregius ‘que se destaca del rebaño’, de donde ‘ilustre’; derivado de grex, gregis ‘rebaño’. De la familia etimológica de grey (V.).    1. [persona] Que es ilustre, conocido por haber hecho algo importante o sobresalir en alguna actividad.
    "gran éxito obtuvo la conferencia pronunciada ayer por el ilustre doctor Cascales, figura egregia y digna de los más altos galardones"
    2. Que es propio de estas personas.
http://www.oxforddictionaries.com/es/definicion/espanol/egregio 

Para cerrar, hay disponibles algunos videos en youtube que vale la pena verlos.



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