El edificio, construido (arq. Benoit) en 1870 es de estilo historicista italianizante.
Según indica en su web, el museo reúne 10.000 piezas pertenecientes a diversas sociedades del mundo, mayoritariamente producidas entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, con respecto a la antropología biológica posee 10.000 piezas óseas y algunos cuerpos momificados, con respecto a la arqueología, alrededor de 40.000 objetos, 1000 textiles arqueológicos de culturas andinas, un archivo documental y fotográfico, y objetos de Asia y África. Demás está en aclarar que no toda esta cantidad está en exposición, sino más bien una pequeña muestra, supongo que la totalidad está disponible al alcance de los investigadores, ya que cuenta con un plantel dedicado a la investigación, docencia y divulgación.
La página web de dicho museo es http://museoetnografico.filo.uba.ar/index.html
Comparada con webpage de otros museos, esta es bastante rústica. Pero contiene la información necesaria para conocerlo.
Este museo en particular permite descargar gratis algunos archivos de texto en pdf, uno de ellos muy interesante que se llama “Ir al Museo, notas para docentes” Dujovne, Marta, Calvo, Silvia, Stáffora, Verónica. Ministerio de Educación, Buenos Aires, 2001
Este cuadernillo incluye una breve introducción a la historia y actividades de los museos, y algunas consideraciones para inlcuirlos al preparar propuestas de enseñanza desde las instituciones.
Este cuadernillo consta de 50 páginas, y es muy ilustrativo, no solo para docentes que imagino transmitirán a sus alumnos, sino para cualquiera con ganas de conocer museos.
En el confín del Mundo. |
Un viaje en el 152 rodeado por un grupo de jóvenes turistas, por su tonada, posiblemente de algún país de Latinoamérica, contentas porque se habían comprado ropa en una feria, vaya uno a saber cual de todas las existentes.
Los fines de semana no hay gente, no hay movimiento, es tranquilo, especial para caminar con tranquilidad y tomar fotos, y disfrutar mirando el paisaje, obras arquitectónicas muy interesantes, y ver que hay muchas personas que hacen lo mismo que uno. En el camino se puede encontrar, en realidad se encuentra con algunos indigentes y otros tanto de cartoneros (ahora llamados recolectores urbanos), realidad actual del país, un país sub-desarrollado por supuesto, también nos encontramos con algunos policías, y un cerco de rejas a la casa de Gobierno, algo que por cien años no hubo necesidad de hacer, incluso en situaciones de violencia grave, pero ahora parece que está de moda enrejar plazas, monumentos y casa de gobierno nacional. Y de ahí, cruzar la Plaza de Mayo, con otro cordón anti-manifestación, una segunda vaya compuesta por un enrejado móvil que solo dan mal aspecto visual, a mi parecer, innecesarias (salvo casos de crisis evidente), pero allí ya las han instalado de forma permanente a modo de divisoria, disuasión, prevención o lo que fuere.
En la fotografía se puede ver la representación de un aborigen con una traje de lo que parece ser la piel de un jaguar, un hacha y en la otra mano la representación de una cabeza, y algunas tinajas y restos de otras. La verdad no recuerdo la sala, no tomé nota para ser más preciso.En la fotografía se puede ver la representación de un aborigen con una traje de lo que parece ser la piel de un jaguar, un hacha y en la otra mano la representación de una cabeza, y algunas tinajas y restos de otras. La verdad no recuerdo la sala, no tomé nota para ser más preciso.
El museo se encuentra en un edificio antiguo pintado color amarillo y con una gran reja en la entrada, llama la atención su arquitectura y cálido color, y en la entrada hay una palmera. Este museo se dedica a la investigación, difusión y conservación del patrimonio histórico y antropológico. Así que se pueden encontrar entre variados objetos, elementos pertenecientes a las culturas antiguas pre-colombinas, culturas aborígenes y todo lo relativo a ello.
El museo habría a las 13hs, justo llegué en ese horario, y ya había alrededor de tres o cuatro visitantes. Es pequeño pero el tamaño no lo hace menos interesante. Fue inaugurado en 1904. Posee pocas salas, si mal no recuerdo, son solamente cuatro o cinco salas, al menos las habilitadas para las visitas.
Cuando entré, había una especie de convención entre el personal del museo, todos ellos muy respetuosos, se deliberaban por quien atendía mejor, demasiado educados, diría. La entrada es gratis, aunque ofrecen un bono opcional del valor de $2 pesos, así que por supuesto que lo compré. Se pueden tomar fotos, pero sin flash. Y los bolsos se dejan en unos lockers que hay al efecto.
En la siguiente fotografía, otra de las muestras en una de las salas, con objetos posiblemente de culturas aborígenes antiguas.
Cuando uno llega, al comienzo, cuando está por comenzar el recorrido, al ingresar, las personas que están allí le hacen una explicación muy precisa y breve de cada una de las salas y su contenido, una explicación que escuchándola con atención primeramente uno se la olvida pero que enseguida la recuerda una vez que comienza a recorrer el museo.
Los visitantes, más que nada, se trataba de estudiantes, por lo menos los que vi ese día, fue lo que me pareció, eso intuí, luego de verlos tomar notas de todo los que había escrito en exposiciones, en textos y fotografías. Algo que me lamento, yo no hice, y ahora resulta de utilidad para relacionar fotos con temas, tampoco tomar nota minuciosamente pero si algunas palabras claves. Cada uno como le parezca, estos jóvenes tomaban mucha nota, seguramente para alguna tarea.
Las salas están algo oscuras, pero es la idea, imagino yo, para crear una clima, más adecuado a lo que trata el museo que en líneas generales son culturas pasadas. Un clima distante, al menos es la sensación que tuve al estar allí. Tampoco se me escapa que la necesidad de poca luz, o luces especiales, e incluso cierto nivel de refrigeración, es necesario para la correcta conservación de los objetos, al menos de algunos de los objetos en exposición.
Ni bien dejé la mochila, en el locker, como ahí mismo se encontraba la escalera, me direccioné hacia arriba, la escalera posee una baranda decorada toda de hierro negro, edificación antigua, con vidrios de colores y ventanas grandes “de las de antes”, lo mismo que las puertas, puertas dobles y altas, se sube la escalera hasta el primer piso, y se entra a la única sala, la sala expositiva más grande, que constaba a su vez de dos pisos, y de los dos lados, en el centro también había un lugar para exponer pero en esta ocasión estaba en reparación, y las ventanas que dan a la calle, estaban cerradas.
Entre los objetos hay fotos, ropas, pipas, vasijas, una canoa primitiva de los nativos fabricada con un tronco, y hasta algunos objetos de conquistadores, hay también una sala dedicada a antropología del mundo, es pequeña pero tiene cosas curiosas y otras atrayentes como un conjunto de vestimenta samurais, entre las rarezas podemos ver réplicas de facciones de cabezas de aborígenes americanos, entre otros objetos.
El día que lo visité, está disponible la exposición En el confín del mundo que muestra el choque de cultura y el exterminio de las culturas indígenas de Tierra del Fuego.
No es un museo grande, lo cual tiene de bueno que no aburre ni requiere mucho tiempo recorrerlo, y tiene de malo que no tiene mucho espacio para exponer y recorrer. Por supuesto que lo recomiendo ampliamente para visitarlo.
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