miércoles, 22 de enero de 2020

Sobre el detenido número 11.

La última semana, prácticamente todos los medios de comunicación (televisión, radio y web) tratan el caso criminal donde un patota vil y cobarde mató a un joven turista en la ciudad balnearia de Villa Gesell.
¿Por qué tanta repercusión este tema? ¿Es impulsado por los mismos medios? Algunos medios lo tratan más que otro, algunos lo tratan todo el día en todos los programas durante un buen tiempo, otros no tanto. Conspirativamente, se me hace que puede haber otras razones de fondo ¿podría ser el signo político del intendente del lugar? Y se busca atacarlo por todo lo malo que ofrece la ciudad. Podría ser o podría no ser.
Villa Gesell, es una ciudad que concentra mucha juventud, esto viene sucediendo desde la década de los ´80 y ´90, así como Bariloche y Villa Carlos Paz concentra turismo estudiantil con los egresados, o Gualeguaychú concentra turismo joven en fechas de carnavales, Villa Gesell que ya viene de los ´60 y ´70 como centro que aglutinaba hippies, ahora concentra el turismo joven en la Costa Atlántica y como tal, reúne todo lo que les atrae a los jóvenes, que podemos resumir en una palabra, descontrol. Esto no significa que todos los jóvenes sean descontrolados, pero por cuestiones biológicas del cerebro plástico y en desarrollo de los jóvenes que los impulsa hacia la aventura y la rebeldía, y en un ambiente favorable, donde se fomenta cierto grado de libertinaje, naturalmente aparecen los excesos, y no todos los excesos terminan mal, pero si en aquellos casos, donde llegan jóvenes con problemas que arrastran en la conformación de su persona a lo largo del tiempo, ya sea por violentos, padres abandónicos, adicciones, etc… un combo que en algunos casos puede resultar explosivo, y que en otros pocos casos, el individuo explota. Y en esa sumatoria de factores, aparece al acción en masa, que ahora llaman en “manada”, algo propio de los cobardes (pensemos en los barrabravas, en los patovicas, en manifestaciones violentas, en grupos terroristas, etc…) que, al reunirse en grupo, se sienten más importantes e impunes que si fueran solos por la vida, y hacen cosas que solos no harían debido a que les funciona el freno cerebral a los impulsos (el tener “dos dedos de frente”) exceptuando el caso de los psicópatas y otra clase de trastornados antisociales. La acción en masa también fue estudiada sociológicamente hace más de cien años, Le Bon llamó a su libro Psicología de las multitudes, donde al describir la acción colectiva, el Yo se convierte en Nosotros, donde se habla del sentimiento de poder invencible, de la imitación, incluso se rastrea en los orígenes como medio de superviviencia del hombre primitivo, y mucho más que se complementa con el libro de Ortega y Gasset donde se introduce el concepto del hombre-masa, más de contenido político, y tanto que se ha escrito y estudiado hasta la actualidad que es inabarcable y excede el contenido de esta entrada de blog y que además desconozco como para hablar de ello.
La carencia de controles, para “mantener a raya” a una juventud descontrolada y al mismo tiempo que se les permita pasarla bien y disfrutar del ocio, muestra la ineficiencia de la política del lugar con total despreocupación por ofrecer algo mejor (la política continuada de los últimos veinte o treinta años), la ausencia de una administración eficiente, toda vez que tienen patovicas en los boliches y no personal capacitado en prevención, ausencia de policías, policías no capacitados, y policías maltratados desde la política, la justicia y la misma jerarquía, el desprestigio casi total de la justicia en sentido amplio, el descontrol en las playas con la música, la suciedad, la aglomeración de personas que hasta cierto punto se vuelve insalubre, y la baja calidad cultural de las personas (jóvenes y adultos) que se reúnen estos pocos días de descanso y no se les ocurre mejor cosas que divertirse con ataques en patotas de 4 vs 1, “guerra de botellas” en la arena, surtido de piñas para uno que se le ocurre pedir un “bajen la música, por favor”, conducción ilegal por las dunas de menores en cuatriciclos, alcoholismo y drogas “por placer”, y todos esto potenciado con las redes sociales, ya que estos elementales encuentran divertido y hasta meritorio filmar y subir a la web cada uno de estos hechos barbáricos para el 2020. Ni hablar de un tema que puede resultar interesante, el mayor atractivo de estos lugares costeros es la playa que al mismo tiempo es uno de los lugares mayormente contaminados por plásticos y otros desechos, playas contaminadas fehacientemente acreditado mediantes por estudios de universidades nacionales de prestigio, estudios relevados en no más de cinco años atrás. Y así se pueden seguir enumerando las carencias de estas localidades, algunas de las cuales concentran el mayor hacinamiento turístico a nivel local. Que si bien, el turismo es una importantísima fuente de ingresos, que genera trabajo, este bienestar trae consigo otras cuestiones, la principal es el aumento demográfico, en 25 años el municipio duplicó la población asentada en el lugar, y cuando no hay una gestión eficaz, a mayor cantidad de población, mayor cantidad de problemas, mayor dificultad para su resolución.

Ahora si vemos que los medios de comunicación buscan sangre para transmitir en sus programas, nada mejor que encontrarla en esta sopa donde están dados todos los requisitos para que no falte. Y esto no falla, hoy tenemos un asesinado por una patota salvaje de cobardes, pero un día antes teníamos un acuchillado, claro que los accesorios al crimen pueden sumar o restar para ofrecer el crimen a la televisión, cuanto mayores condimentos haya, mayor alimento para los periodistas, noteros y verseros. Y el crimen del joven turista, es el que ofrecía mayor cantidad de elementos: pelea, violencia, boliche, patovicas, patoterismo, ataque canalla y cobarde, niños bien acomodados, familiares de la víctima humildes y pidiendo justicia, mundo del rugby, el rugby como deporte de contacto violento que falla con la transmisión de valores para cuando los jugadores (no todos) salen del campo de juego (algunos jugadores menos capacitados como personas se llevan para andar por la vida sus “técnicas de patadas” y su comportamiento de “matoncitos grupales” sumado a su ego y sus complejos de esteroides consumidos), antecedentes violentos de algunos de los implicados, filmaciones particulares de transeuntes, filmaciones de particulares de comerciantes, ¿filmaciones del municipio? (brillan por su ausencia pero deberían existir, algunas al menos), testigos presenciales, comentaristas de ocasión, familiares de victimarios desvergonzados hablando por la televisión, un sospechosos supuestamente fugado, fiscales que no hablan con la prensa, jueces que no hablan con la presa, políticos que no hablan con la presa, antes la ausencia de voces “oficiales” el cuento mismo que elabora la prensa, la ausencia de resultados concretos en la resolución del crimen por falta de comunicación (quizás se los está resolviendo bien pero sobresale la falta de comunicación frente a un hecho de relevancia social), capturas de mensajes de las redes sociales, “niños bien” implicados en el crimen, “niños bien” que luego de perpetuado el crimen se fueron a dormir como si fuera un día más, “niños bien” que vienen de una ciudad históricamente violenta, “niños bien” que vienen de una ciudad del mismo signo político que la ciudad balnearia donde se da el crimen, “niños bien” algunos conocidos localmente vox populi por perpetuar anteriormente acciones violenta en la ciudad de la que salen, y quien sabe cuanto más material de relleno para la prensa. Pero si faltaba algo, era la acusación a un inocente, y no, no faltó, estuvo presente también. Y este es el punto que yo me quiero detener, porque refleja la clase de país que somos, el nivel mediocre del que somos parte como sociedad y por consiguiente, de las instituciones que tenemos, siempre desde mi visión personal.

Las noticias periodísticas hablan de la inmediata detención, en un chalet, de diez implicados en el hecho criminal. ¡Perecto! ¡Maravilloso! Los atrapan con celeridad, los sospechosos estaban durmiendo tranquilamente, llega la policía y se los lleva detenidos. Si solo hubiese sido eso…. Peeeeero…. No, faltaba algo. Al otro día los mismos medios de comunicación alertan de la siguiente noticia “Están buscando al número 11”, horas más tardes, los medios anuncian “detienen en Zárate al número 11” y acotan “lo trasladan a Villa Gesell”. Ya solo con eso, hay mucho para analizar.
- Son noticias, sobre hechos que realmente sucedieron (un detenido en Zárate y trasladado a Villa Gesell) pero solo comunicado por los medios.
- Ninguna comunicación oficial. Ni de la policía, ni de la fiscalía, ni del juzgado.
- ¿Son confiables los medios? Como todo, algunos sí y otros no. Pensemos positivamente y demos credibilidad a los medios (por el momento), periodistas serios que trabajan con información en off, de fuentes chequeadas.
- Lo único que tenemos los ciudadanos comunes y corrientes, es la información que llega a través de los medios.
A partir de lo que dicen los medios, surgen las siguientes dudas:
- ¿Cómo se obtiene el dato que hay un fugado en Zárate?
- ¿Está acreditado que es un fugado del grupo?.
- ¿La policía actúo con orden de la fiscalía y/o juzgado o actuó por cuenta propia?.
- ¿La fiscalía y/o juzgado emitió una orden de detención y/o traslado del supuesto fugado a Villa Gesell?.
Lamentablemente frente al silencio total de las instituciones intervinientes, solo queda lo que dicen los medios.
- Aclaración, cuando me refiero a los “medios”, es general, pero la realidad es que uno (medio/periodista) brinda un dato y todos los demás lo toman y lo reparten, viene otro medio/periodista brinda otro dato y todos los demás lo toman y lo reparten. A esto, hay que sumar los pareceres e inquietudes que generan cada uno de los periodistas al dar la noticia, más los comentarios y más todos los aditamentos con los que elaboran las noticias, más todo aquello con los que los periodistas aggiornan la noticia para presentarla, y sin dejar de lado toda la sarta de estupideces que también agregan algunos periodistas. Y a todo eso, hay que sumar toda la información ajena a los periodistas pero que también se genera a partir de invitados, profesionales, entrevistados, etc… Entonces, de toda esa ensalada, hay que delimitar y recortar y ver con que quedarse y que descartar.
Los medios dan la respuesta a la pregunta, y es la única respuesta que queda asentada, ya que no tenemos información oficial.
Uno de los crápulas detenido (crápula: persona de poca moral), al ser consultado “¿de quién son estas zapatillas?” el sujeto contestó “son de fulanito” y al ser repreguntado “¿dónde está fulanito?” El sujeto contestó “se fue en auto a Zárate”.
- ¿Es esto veraz? ¿realmente sucedió así?. No lo sabemos, solo tenemos la información de los medios de comunicación.
- En principio uno creería que todo se hizo conforme manda la ley, con respeto del debido proceso y que a futuro una falla no produzca una nulidad de lo realizado. Pero claro, estamos en Argentina, es lícito dudar.
- Pero supongamos por un momento, que el silencio de las instituciones está ocultando algo, ¿es para preocuparse?. Lo normal es confiar en las instituciones, y pensar el silencio de las mismas como que están concentradas en realizar bien su trabajo, con lo cual, como ciudadanos deberíamos están satisfechos y confiados en que todo se realizó conforme a derecho. Pero claro, nuevamente estamos en Argentina… es lícito dudar.

Producida la detención de fulanito, en un primer momento, se creería que se actuó bien. El sospechoso, supuestamente fugado, fue detenido en menos que canta el gallo. Perfecto. La pregunta es ¿fue detenido solo con la mención de uno de los detenidos y nada más? ¿es confiable lo dicho del implicado? ¿o hay más indicios y algún tipo de evidencia que acompañe el pedido de detención? Yo creo que esto es fundamental, debería haber más indicios para detener a una persona, y no solo el dedo acusador de un detenido, dado que prima el principio de inocencia y con más fuerza de aquellos sobre los que sí hay claros indicios que estuvieron implicados (videos, testigos, vestimentas, sangre, etc…). ¿Qué otros indicios (ya solamente estoy hablando de indicios y no otra cosa) hubo para detener al número 11? De nuevo, según los medios, solo existió la acusación de uno de los diez detenidos. Si esto fue así, me parece poco serio, y hasta peligroso en un Estado de Derecho, dado que cualquiera podría ser detenido por cualquier cosa con la sola mención de un detenido cualquiera.

Yo aquí, creo ver una segunda etapa.
Inmediatamente detienen al número 11, el supuesto fugado, que no ofreció ninguna resistencia al momento de ser detenido, el padre del fulano comienza una ardua defensa de su hijo en dos carriles, el judicial y el mediático. Continúa el silencio oficial de las instituciones que participan. El número 11 sigue detenido y su padre gritando la inocencia de su hijo. Por un lado, el abogado del padre haciendo las presentaciones pertinentes para con su defendido, y por otro lado el padre defendiendo a su hijo en los medios.
El padre y el abogado dicen lo siguiente:
-  “Mi hijo (el detenido número 11) no estaba ni estuvo en Villa Gesell”
- El día, que la patota cobarde atacó a la víctima, ellos (padre, madre, hijo) estaban cenando en un restaurante.
- Ofrecen un video.
- Luego de la cena, el detenido número 11 estuvo con sus amigos en Zárate y regresó a su casa.
- Ofrecen una testigo.
- Ofrecen el teléfono celular para que acrediten la ubicación (además de otros datos, comunicaciones por ejemplo)
- Indica que las zapatillas secuestradas son de un número y el calzado del número 11 es de otra talla. Hablan de dos calzados diferentes.
- Aclaran que en los videos que salen en los medios de comunicación, no se lo ve en ninguna parte al detenido número 11, y es fácil de verlo porque mide casi 2 mts de altura. Si estuviera allí, sobresale entre la gente. Se lo vería fácilmente y no se lo ve en ninguna parte.
- El padre pide que lo dejen libre, que están a derecho y que se pueden quedar en Villa Gesell para responder a todos los requerimientos.
- El padre señala la diferencia de clubes, los diez detenidos (o algunos de ellos) juegan al rugby en el Club Náutico Arsenal Zárate, y el detenido número 11 practica remo en el Club Náutico Zárate. Son dos clubes diferentes, son dos deportes diferentes, y solo para algunos ineptos existe cierta tirantez y prejuicios entre unos y otros. Ambos clubes están uno frente al otro, y los medios se prestan a la confusión, en el afán de tener la primicia o mostrar mejor o más completa nota, algunos (como LN) hablan de un club con la fotografía del otro club.
A esto hay que sumarle, que mientras el padre del detenido número 11 grita la inocencia de su hijo todo lo más posible, los padres de los otros detenidos no aparecen por ningún lado.
Se desliza la idea (siempre a partir de los medios) que el detenido número 11, es y fue víctima del bulling por parte de los rugbiers pandilleros, y que todo fue una “broma” más. “Broma” (o infamia) que pagamos todos los argentinos de bien que no patoteamos cobardemente (traslados, seguridad, comida, combustible, etc…).
El detenido número 11 se come un día arrestado. Al día siguiente, indagatoria.
Los diez primeros se niegan a declarar. El detenido número 11 se presenta, declara, contesta las preguntas y ratifica lo que por otro lado está diciendo su padre y su abogado.
Parece que a los responsables de la detención del número 11, nada les alcanza, fue señalado y punto, un auto salió de Gesell a Zárate y punto. Esgrimen sus argumentos para fundar la detención, siempre según los medios, y eso que hay canales para comunicarse, si no les gusta hablar con los medios tienen disponible la web de los fiscales, pero no, solo contamos con la información que llega a través de los medios y según estos tenemos:
- La testigo la ofreció el detenido. (Se induce que puede haber sido manipulada)
- El estudio de las celdas y análisis de celulares lleva tiempo.
- La filmación es una filmación sobre una pantalla y no es el disco rígido original, hay que obtener el original. (Se induce que pudo ser modificado)
- Y sobre el resto nadie dice nada, ni las instituciones ni los medios.
Así, el detenido número 11 se queda un día más encerrado.

Llegado a este punto, ¿a nadie le parece que hay algo extraño? ¿algo que no cierra? ¿Por qué uno ofrece “pruebas” y grita su inocencia por todos lados, ayuda con las indagaciones, y el resto no lo hace?, el resto toma el camino fácil (Jurídicamente correcto), si me acusan de algo que lo prueben… negamos todo. . No solo eso, ¿acaso no corresponde a las instituciones implicadas dar un mínimo comentario de su proceder? Al menos, por ética social. Pero nada, no obtenemos nada proveniente de algún canal oficial. Por suerte, los periodistas, algunos de ellos, comienzan con las indagaciones, y empiezan a meter el dedo en la llaga, quizás asesorados por abogados, y aquí es cuando los periodistas sirven de algo, visibilizan una situación que empieza a hacer ruido, a incomodar. La pregunta que empieza a volar por el aire es ¿hay un inocente detenido? (detenido como sinónimo de aprehendido, preso, privado de su libertad, enjaulado, prisionero, apresado, como fuere) Una persona que tranquilamente debería estar transitando su vida como se le dé gana, está privada porque la están investigando.
Surgen más preguntas, si existía la creencia que uno se fue de Villa Gesell:
- ¿No habría que ver las cámaras de seguridad del Municipio?
- ¿No habría que ver las cámaras de seguridad privadas?
- ¿No habría que ver las salidas de Villa Gesell y las entradas de Zárate?
- ¿No habría que ver el automóvil y la matrícula del mismo?
- ¿No habría que indagar más en el delator? ¿pedirle al delator datos precisos? ¿tratar de considerar en base a la experiencia profesional (policías/fiscales) si el delator es un bromista o si está bien parado mentalmente según determinados parámetros y acusando falsamente o si está implicando a un tercero ajeno a todo a modo de “embarrar la cancha”?
- ¿No habría que considerar la posibilidad de un homónimo?
Y aún habiendo detenido al número 11, inmediatamente, ¿no había que confirmar o descartar su coartada?
- Si dice que estuvo con amigos ¿no habría que buscar cámaras en lugares cercanos a donde estuvo con amigos?
- Si dice que volvió a su casa ¿no habría que buscar cámaras en lugares cercanos a la casa?
Supongo, desde mi ingenuidad, que una sola cámara bastaba para ubicarlo a más de 500km del lugar de todas las cámaras que hay en la ciudad de Zárate.
Y se me ocurren miles de preguntas más, pareciera que miro mucha ficción, pero… prima el sentido común para el ciudadano sin traje…
Si señala haber utilizado determinado auto ¿era un auto nuevo con medidor/marcador gps? ¿al auto se le hizo una revisión pronta en el tiempo donde registraron el kilometraje y se pueda contrastar con un viaje ida y vuelta a Gesell? ¿pagó peajes? ¿cámaras de peajes? Si dice haber estado con amigos ¿se tomaron fotografías donde se puedan visualizar los datos exif? ¿se subieron mensajes a las redes sociales en ese tiempo? ¿compraron algo en algún kiosko o local? etc….
Es decir, no aparecen la celeridad, la prontitud, la buena diligencia, la presteza en llevar a cabo las actividades por parte de los investigadores para determinar sobre la libertad de una persona.
Y por último, ¿No habría que considerar la situación de buena voluntad, de colaborar con la justicia, de prestarse sin resistencia a la autoridad que lo requiere? ¿No había alternativas a la detención? ¿No se lo podía dejar en un hotel con una guardia policial?
¿No se pensó en el siguiente razonamiento? El supuesto fugado se escapó de Villa Gesell y no se escapó de Zárate, es decir, fue astuto para escaparse de Villa Gesell pero no lo fue para escaparse de su propia casa, el primer lugar donde lo iban a ir a buscar.
Al parecer nada de eso era necesario para los responsables, ¡que siga detenido!.
Y lamentablemente el silencio oficial, solo la voz de los medios. Y el padre que seguía pidiendo por la libertad de su hijo.

Y a todo esto, en el supuesto que efectivamente un auto salió con un fugado del lugar del crimen, y con todos los indicios mencionados por la defensa del detenido número 11 no fuera el detenido número 11, preguntas:
- ¿Alguien está buscando a ese otro?
- Lleva dos y más días de escapado.
- ¿Realmente hubo un fugado o se cree que hubo un fugado? ¿o es una coartada por mal desempeño al detener a un ajeno al hecho?

Los medios hablan de 4 días detenido. No sé hasta qué punto midió la influencia de los medios, o si algún jerárquico (uno o más de uno) con dos dedos de frente más el peso de la mochila profesional, con algo de sentido común y un poco de alta moral, bajó o bajaron la orden para que liberen al detenido número 11. Ya era insostenible, y como siempre solo se escuchó la voz de los medios de comunicación. Hasta que no llegue el sobreseimiento de esta pesadilla no estará completamente tranquilo. Más allá de la fortaleza personal, o la ayuda profesional o familiar o amiguera o deportiva, que pueda tener quien fue detenido injustamente, o bien la limpieza de su buen nombre y honor, después de haber sido ensuciado por una patota y la inoperancia de un Estado y algunos de sus órganos ¿quién le devuelve los 4 días detenidos? ¿quién le devuelve el mal trago? ¿minímamente le han pedido disculpas las instituciones intervinientes en su detención? ¿le han explicado y detallado los motivos por los cuales fue detenido? Esto último lo deberíamos conocer todos los ciudadanos argentinos, bien clarito, para no dejar lugar a dudas que el accionar de las instituciones fue correcto, pero claro, estamos en Argentina.
Y ojalá, todo los sucedido con el injustamente detenido número 11, luego de 4 días liberado, no resulte favorable de alguna manera a la situación procesal de los otros acusado sobre los que pesan fundados indicios (y más aún, evidencias). Me gustaría pensarlo así, dos hechos ajenos que no interfieren el uno con el otro, casualmente relacionados,  pero claro, estamos en Argentina, y eso asusta.
Es mi opinión como un ciudadano más, a mi parecer preocupante.

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