sábado, 5 de octubre de 2019

Museo del Agua y la Historia Sanitaria.





Realicé una recorrida fugaz por el Museo del Agua y la Historia Sanitaria, ubicado en el Palacio de las Aguas Corrientes, la visita la hice el mismo día que visité la Muestra Todo Sirve, muestra temporal que se exhibe en el mismo lugar.

Este museo aparece indicado en la Guía Nacional de Museos, editada por la Secretaría de Cultura de la Nación, 3 Edición 2014, donde la descripción dice:
Artefactos sanitarios utilizados desde 1880 hasta 1966: medidores de agua, grifería, etc. Documentación relacionada con el saneamiento argentino y con la construcción del Palacio que oficia de sede al Museo.

Link a la página web que da cuenta del Museo del Agua.
https://www.aysa.com.ar/Que-Hacemos/Concientizacion/Programa-Cultural/Museo/museo_del_agua_y_la_historia_sanitaria

https://www.aysa.com.ar/Que-Hacemos/Concientizacion/Programa-Cultural/Palacio/palacio_de_las_aguas_corrientes

Este edificio, Palacio de las Aguas Corrientes, fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1987.
En 2008 la Biblioteca Agustín González, fue distinguida con el Premio ABGRA a las Bibliotecas Argentinas.
En 2010 el Archivo de Planos Históricos y Domiciliarios, fue declarado Bien de Interés Histórico Nacional.




Mi intención era visitar la muestra de arte, no tenía idea que dicha muestra se encontraba en una parte de lo que es el museo, más bien al fondo del mismo.
Sabía que el horario para los visitantes era de lunes a viernes de 9 a 13 y de 14 a 17 hs y ese día faltaban 35 minutos para las 17hs. Igual entré y pregunté a uno de los de seguridad de puerta, que me dice te quedaran 15 minutos, ¿ves aquél de seguridad de allá? (y me señala), ahí está el ascensor al primer piso. Nada más, y así entré, me habré cruzado con tres o cuatro más de los de seguridad, iba saludado y entrando, y nunca pregunté lo básico ¿hay que pagar entrada? ¿se puede entrar con mochila? ¿se pueden tomar fotografías?, pero como ninguno de los de seguridad me decía nada, solo me devolvían el saludo, entendí que tácitamente me daban las respuesta, si mochila, si fotos, no se abona ingreso. Y así fue, luego un pequeño pasillo, una puerta, ya estaba adentro del museo.

En este edificio, tienen las oficinas administrativas de Aysa, a la entrada en planta baja, a uno de los lados una pared da cuenta del museo, y hay un par de objetos en unos cubículos vidriados con sus respectivas leyendas.



Ya dentro del museo, se va pasando de sala en sala, salas que contienen las colecciones de griferías, caños, artefactos, etc… Como la mía era una visita rápida, apremiado por el poco tiempo, y con el objetivo de visitar la muestra temporal, con la idea de volver al museo permanente más adelante, realicé el recorrido sin detenerme mucho en los objetos expuestos y sus leyendas.














Al completar las salas, se accede a un espacio interior abierto donde se pueden ver algunos de los caños grandes donde alguna vez circulaba el agua que, previamente acopiada en unos grandes tanques, era luego distribuida por la ciudad mediante la utilización de un sistema de bombeo que con el tiempo quedó en deshuso como consecuencia del avance tecnológico. Eso es una micro síntesis de lo que se puede leer en la web. Me hubiese gustado formar parte de una visita guiada para poder comprender mejor, algo que dejaré pendiente, para en otro momento repetir esta visita. De hecho, cuando estaba recorriendo el museo, me encontré con un grupo, que ya estaba al final del recorrido, de unas seis personas más la guía que los llevaba.













Luego de dar una mirada a ese sector, de haber visto la muestra (que comenté en otra entrada al blog), se acabó para mí, así que emprendí el camino de regreso a la salida. Como aún me quedaban unos minutos para el horario de cierre del museo, aproveché para darle otra mirada a las salas. Allí también había otra pareja de visitantes. Y nadie más.




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