jueves, 1 de octubre de 2015

Ciclo Tips de Escritura I.

A fines del mes de septiembre recibí un mail, uno de los tantos que llegan, proveniente de Yenny – El Ateneo, donde promocionaban un ciclo de charlas que me llamó la atención. El ciclo se completa en tres encuentros. En cada encuentra participa un escritor. Se llama Tips de Escritura. La improvisación de un decálogo. Modera Maximiliano Tomas. Tres destacados escritores hablaran como se construye un texto de ficción. La escritora que brindó la charla inaugurando el ciclo fue Inés Fernández Moreno. Lugar, El Ateneo Grand Splendid. Entrada libre y gratuita sujeta a capacidad de sala.
Decidí asistir. Así fue que me dirigí algo temprano, una hora antes de comenzar ya estaba en la librería. Realmente no tenía idea de como era “la sala”, su capacidad, y la cantidad de personas convocadas que podían llegar a asistir, a fin de no llegar tarde y quedarme sin lugar opté por llegar bien temprano, y siempre tenía disponible la librería para hojear libros.
Sobre esta librería en particular no tengo mucho que aportar más que varios link con bastante información. Desde hace mucho la conozco y esporádicamente la visito. La primera vez que la visité lo hice en la sucursal de la calle Florida, por sugerencia de mi padre, quizás la primera gran librería que me recomendó recorrer. Pero por cuestiones de gustos y preferencia, no la frecuento mucho, cuando se trata de adquirir libros en alguna librería grande de alguna cadena conocida, prefiero otra que posee una tarjeta que suma puntos y luego a cambio de los puntos entrega libros. El Ateneo también tiene una tarjeta de puntos pero los beneficios son distintos. También me gusta buscar libros en otras librerías que se agrupan en una corredor “librero” que resultan mucho más económico y no difieren en calidad. No obstante, cada tanto recorro El Ateneo, posee mucha cantidad, mucha variedad, y es un placer el solo hecho de visitarlo, son dos pisos, un subsuelo, hay películas, música, juegos, puzzles y muchas categorías de libros, además del bar cuando uno va acompañado y después de adquirir uno o más libros se van a tomar algo y a charlar un rato. Sin contar la arquitectura del lugar que ya bello por sí mismo, aún si no tuviera libros.

Links de interés
http://www.lanacion.com.ar/103709-la-cadena-yenny-compro-la-tradicional-libreria-el-ateneo
http://www.lanacion.com.ar/5395-el-grand-splendid-sera-una-libreria-el-ateneo
http://www.lanacion.com.ar/429434-cumple-90-anos-la-libreria-el-ateneo
http://www.lanacion.com.ar/979452-el-ateneo-grand-splendid-una-joya-entre-las-librerias-del-mundo
http://www.lanacion.com.ar/618516-cupula-del-grand-splendid-como-ver-la-obra
https://es.wikipedia.org/wiki/El_Ateneo_Grand_Splendid
http://www.buenostours.com/el-ateneo-grand-splendid-bookstore
http://www.turismo.buenosaires.gob.ar/es/atractivo/el-ateneo-grand-splendid
http://www.buenosaires123.com.ar/paseos/libreria-ateneo.php
http://viajes.101lugaresincreibles.com/2013/04/entre-las-librerias-mas-bonitas-del-mundo-el-ateneo-grand-splendid-buenos-aires/
http://www.libreriaateneo.com/
http://www.yenny-elateneo.com/

Comencé a recorrer, pasé al piso primero, y luego llegué al segundo piso. Allí estaba la sala. Un espacio pequeño donde habían acondicionado un escritorio, los parlantes y 47 sillas. Luego de las 3 sillas disponibles en el escritorio, dejaron dos y sumaron otra para el público presente. Ahí entendí el porqué de aquella frase “sujeta a capacidad de la sala”. Era temprano, todavía no había nadie, al menos sentado, tal vez, más personas hacían tiempo recorriendo la librería o no.
Como en muchas de las grandes librerías, dejan espacios para que los visitantes tomen un libro y lo lean allí dentro, entonces, algunas suman el bar, otras agregan sillas o sillones como en este caso. Pero los sillones no son muchos y se ocupan rápidamente. Los pisos superiores están alfombrados, es común ver en dichos pisos varios visitantes leyendo cómodamente sentados en el piso alfombrado. Más que nada jóvenes, y quizás influya los géneros que se encuentran allí arriba: deportes, informática, autoayuda, psicología, educación, manualidades, dietas y nutrición, matemáticas, etc…

En el segundo piso, justo en uno de los rincones, detrás de una estantería, era el lugar elegido por una madre para amamantar a su bebé, también sentada en piso alfombrado como aquellos lectores que comenté antes.
Por mi parte, iba y venía, miraba los títulos en los lomos de los libros, de vez en cuando sacaba alguno para hojearlo o mirarle el índice. Hasta que volví al segundo piso, y las sillas aún seguían vacías.

Alrededor de este sector del piso había una muestra fotográfica. Titulada “Geometría urbana. Buenos Aires”  inaugurada el 19 de agosto. Muestra a la que le tomé algunas fotografías y las adjunto a continuación.


La muestra tenía un cartel introductorio que decía:
“Geometría Urbana. Unas rectas que conducen a infinitos, perspectivas que se repliegan y vectores de fuga que nos invitan a recorrer la ciudad a través de su arquitectura. ¿Qué se esconde detrás de las simetrías? ¿Qué hay más allá de las invasiones al cielo? La ciudad tiene mucho para contarnos y Geometría Urbana parece explorar cada rincón en búsqueda de respuestas e historias encendidas. Detrás de esas imágenes cuasi minimalistas y aparentemente despojadas, reconocemos una ciudad que vive, late y se expresa en cada una de sus líneas y texturas. Así como detrás de cada lente, un ojo entrenado y curioso nos invita a recorrer y descubrir con una mirada recién adquirida aquello que creíamos cotidiano. La fotografía, como todo arte, es capaz de convertir lo habitual en extraño, ofreciéndonos una imagen completamente nueva de aquello que sin embargo vemos todos los días, invitándonos a convertirnos nosotros también un poco en otros. Eso es lo que esta muestra parece querer recordarnos: que solo hay que mirar con más atención para poder perdernos en la magia de la ciudad y convertir el detalle en infinito.”










Cuando ya faltaban 45 minutos para comenzar, llegó la primera participante del público y se sentó. ¿Para qué esperar más? Hice lo mismo, fui y me senté, en la otra punta. Y allí esperaba. Faltando 30 minutos, ya habían llegado más personas, alrededor de 14 estábamos sentados. Menos cuarto de hora, ya sólo quedaban libres alrededor de 17 sillas. 19 horas en punto llegó una mujer, supongo que de la organización de la charla, trajo el agua para los expositores y nos anunció que en 10  minutos comenzaba. Y así fui, pasado los 10 minutos, llegaron la escritora y el moderador.
El moderador era Maximiliano Tomas. Periodista, escritor y crítico argentino. Aquí podemos ver una breve biografía https://es.wikipedia.org/wiki/Maximiliano_Tomas y aquí un enlace a su labor como columnista en un medio http://www.lanacion.com.ar/autor/maximiliano-tomas-2282 se encontraba resfriado, al menos algo congestionado y tal vez eso le haya impedido explayarse un tanto más, no era el único, se notaba que la mitad de los asistentes habían ido acompañado de un resfrío o lo que quedaba de él. Comenzó presentando a la escritora invitada por si había “algún colgado” que no supiera de que se trataba la charla ni quien era la escritora. En mi caso particular, yo era un paracaidista que no tenía ningún conocimiento de su persona ni de sus obras, pero me había tomado el tiempo de buscar en internet información necesaria para tener una idea. Había llegado por el título del ciclo y no por los nombres de los expositores.
A continuación, lo que hizo Maximiliano Tomas fue señalar una breve conceptualización del título del ciclo, o más bien de los títulos del ciclo. Allí radicaba la cuestión, podía verse como una unidad de título o como dos títulos diferentes, y cada uno de los asistentes nos quedábamos con lo que nos pareciera mejor. Yo me quedé con la idea de unidad. El título era Tips de Escritura. La improvisación de un decálogo. Aquí hay que señalar que, desde mi parecer, efectivamente se señalaron varios trucos, pero que en definitiva son generalidades, más que nada, a aquellos que algunas vez leímos algo al respecto, solo se nos los recordaron. Por otro lado, se improvisó, justo dicho, improvisó el moderador un decálogo con los puntos que tomó nota de la exposición de la escritora invitada. Enumeró los puntos de los que anotó en su apunte, y luego se cuestionó si decálogo comprendía solo diez o se valía agregar más, dado que él anotó trece. Aquí voy a recurrir a los diccionarios.
La primera definición de decálogo la tomo del diccionario de Oxford, que en su segunda acepción nos dice “Conjunto de reglas que se consideran básicas para una actividad.”. La segunda definición de decálogo la tomo del diccionario de la Real Academia Española que en su segunda acepción nos dice “Conjunto de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad.”
Así fuesen diez o fuesen trece los ítems, ambos caben en la definición de decálogo.
El moderador luego de presentar a la escritora invitada, le dio la palabra y ella comenzó a hablar. Inés Fernández Moreno. Escritora y publicista argentina. No tiene entrada en Wikipedia (al 10-2015), alguien debería incluirla como escritora, no obstante tiene webpage propia http://www.inesfernandezmoreno.com.ar/ y para conocerla un tanto más, dos reportajes que brindó en los link que siguen http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-1346-2005-12-21.html y http://www.lavoz.com.ar/ciudad-equis/ines-fernandez-moreno-para-escribir-hay-que-chapotear-embarrarse-y-salir-como-se-pueda Si bien en particular no leí nada de ella, tengo presente, solo de vista en las mesas de librerías, tal vez el más conocido de sus libros, llamado La última vez que maté a mi madre. Al año 2015 es la última ganadora del premio literario Sor Juan Inés de la Cruz. http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/FIL-Guadalajara-Ines-Fernandez-Moreno_0_1259874379.html y http://www.lanacion.com.ar/1748329-ines-fernandez-moreno-premiar-literatura-hecha-por-mujeres-es-valioso
Fernández Moreno comenzó a hablar, y primeramente delimitó una línea divisoria, dos momentos, unos cuando una persona tiene una idea y comienza a trabajarla en la tarea de escribir, otro momento, el previo, cuando una persona tiene ganas de escribir y no sabe como comenzar, no le llega la idea, sabe que quiere escribir pero no sabe acerca de que. Así es que ella, propuso hablar de ese momento previo, de donde tomar ideas, como encontrar ese camino que nos lleve a la escritura, estamos motivados, pero nos falta la palabra inicial. No obstante, al mencionar el tema del decálogo, nos comentó que leyó varios, y releyó algunos para brindar la charla, de los cuales, hizo mención a algunos de ellos. El primero de ellos, y quizás el más importante de todos, el de Horacio Quiroga titulado Decálogo del perfecto cuentista que se lo puede leer aquí http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/decalogo_del_perfecto_cuentista.htm luego el decálogo de Augusto Monterroso titulado Decálogo del escritor que se lo puede leer aquí http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/decalogo_del_escritor.htm y finalmente también lo mencionó a Edgar Allan Poe, este último, si bien no dejó un decálogo, si escribió lagunas pautas a seguir, que para tener un acercamiento se pueden leer https://es.wikipedia.org/wiki/El_principio_po%C3%A9tico y https://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_de_la_composici%C3%B3n
Como se puede ver, la escritora señaló lineamientos relativos al cuento (incluyendo la narrativa breve) donde ella se maneja más cómodamente.
Luego, nos comentó algunas anécdotas vivida por ella que luego, trabajadas, la llevó al texto, e incluso las incluyó en algunas de sus obras, por ejemplo, una de esas historias, la de una pareja de desconocidos, que vivían una situación algo extraña, en un subterráneo, y los unía su corte de cabello, una aventura de dos “pelíferos”, que logró que todos los asistentes emitamos algunas risas cuando escuchamos el remate.
En varias ocasiones hizo mención a los talleres, ella dicta talleres de escritura. A algunos les sirven y a otros no. Algunas ideas para trabajar, el hecho de leer mucho como una necesidad para cualquiera que quiera escribir, el saber escuchar a aquellas personas que realizan un relato verbal convincente, el preguntarnos porque y como lo hacen tan bien, el saber observar desde las cosas más pequeñas hasta las más grandes, el intentar describir cosas comunes, la lectura en voz alta de lo que escribimos, el saber mentir, la mentira como medio de relato para la escritura, el pensar lo que escribimos y como lo escribimos,  

En el transcurso de la charla, amén, que al comienzo, tanto el moderador como la escritora nos dijeron que iban a tratar que se transforme en una “diálogo” esperando la interacción de los asistentes, que por supuesto no se dio, salvo cuatro o cinco preguntas y no mucho más. En mi caso particular, más que escuchar al resto de los asistentes iba con ganas de escuchar a quien iba de invitada a exponer. Al parecer no todos pensaban igual, dos mujeres que se sentaron detrás cuchichaban entre ellas. Pero nada más, no hubo interrupciones, ni siquiera de los tan comunes teléfonos celulares, no sonó ni uno solo en toda la charla, no es que no los mirasen, pero estaban sin sonido porque en la hora y media no se sintió ninguno.
La participación de los asistentes solo fue con algunas preguntas, ya que prácticamente fueron no más de tres o cuatro personas las que las realizaron. En un momento, una asistente, a modo de ejemplo, relató como le llegó una gran idea para llevarla al texto, fue durante un sueño, imágenes oníricas que por estar soñando no podía escribirlas, y que luego las recordó al despertar, el sueño radicaba en como “se le licuaba la cabeza”, enseguida tomó la palabra otro asistente, y continuando el tema, pero “sin hacer referencia a ningún caso en particular”, consultó por los efectos de los estupefacientes (drogas legales o no) en la “inspiración” de las personas.
Delante mío se sentó una señora bien perfumada. Dentro de la sala hacía calor. Esta señora del perfume se llevó un abanico, y cuando se ventilaba un vientillo con su fragancia llegaba fuertemente hacia los que estábamos atrás. Al lado mío se sentaron dos señoras, que antes de comenzar el ciclo charlaban entre sí. Una de ellas, me ofreció un caramelo, le dije que no y le agradecí, insistió con el argumento “son de miel y limón”, le dije que sí y me lo comí. Otra vez la señora de adelante que aventa su perfume hacia atrás en otra ronda del ventalle que utiliza. Y aquí se dio un diálogo que no se si fue sincero o si fue metáfora. Y nunca lo sabré. Este diálogo fue a viva voz, y lo participaron mis dos vecinas.
- Hoy comí cebolla.
- Sí, se nota.
- ¿Te gusta la cebolla?
- No, no me gusta.
- Tennnnngo un aroma….
- Perfume francés.

Cada tanto alguna intervención de Maximiliano Tomas y Inés Fernández Moreno continuaba con la exposición, llegó recomendar un libro llamado La gramática de la fantasía. Introducción al arte de contar historias de Gianni Rodari, un libro editado hace varios años, se consigue usado o sino también, para estudiar, se lo puede encontrar en internet.

En un momento, comentó que era conveniente que tengamos varios finales disponibles para nuestro escrito, y además que el escritor siempre conoce mucho más de la historia de lo que le llega al lector, y allí fue que mencionó el tema de si es necesario tener una idea de principio a fin, de tener un final para la historia que estamos escribiendo, y lo confrontó con la línea de aquellos autores que sostienen que no es necesario tener un final, que este se pude ir desarrollando a medida que va avanzando la historia, mencionó a Cortázar, y de repente levanta la mirada al frente, y menciona a “Any Shu”, al menos eso fue lo que entendí, había escuchado mal pero algo así dijo, luego continúa con un “ah pero si no me equivoco está allá atrás” y se saluda con una de las personas que se encontraba en la sala. En realidad hacía referencia a Ana María Shua, escritora, autora de novelas y cuentos entre otras obras, ganadora de varios premios y que estaba allí presente, cuya webpage es http://www.anamariashua.com.ar/ y también se puede visitar el link https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Mar%C3%ADa_Shua
Y siguiendo la línea de asistentes escritoras, una mujer que realiza una pregunta y antes se presenta como “hola Inés soy Macarena”, evidentemente se conocían, y luego otra pregunta precedida de “de nuevo yo, Macarena”. Se me ocurrió que era escritora dado que ella misma lo insinuó en sus preguntas, varias veces mencionó la escritura de cuentos, y luego comentó la práctica de tratar de representar físicamente lo que uno se figura en el texto, de modo tal que sea posible existiendo una correspondencia y no que se trate de un delirio imposible. Se me dio por buscar en google, y con solo colocar en la caja de texto “macarena escritora argentina” allí apareció. Efectivamente se trataba de otra escritora presente, Macarena Moraña, que publicó su primera novela este mismo año y cuya webpage es http://maquimora.wix.com/texto
Me pregunto si entre el resto de los asistentes habría más escritores.
No tengo más nada que comentar como crónica de esta primera cita de este ciclo. Estuvo bueno, valió la pena asistir, habiendo en esa pequeña sala al menos tres escritora premiadas (confirmadas, quien sabe si no había más) algo bueno tiene que salir. Ahora a esperar el próximo encuentro.

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