(2015-03-01) Con ganas de leer algo de Alejandro Dumas, de aquellos escritos de este autor que son menos conocidos que sus clásicos, adquirí un libro pequeño titulado Historias Fantásticas. Es un libro de 260 páginas. Editado en 2007.
La ilustración de la portada es un detalle de la obra Zeus y los dioses del Olimpo de Giulio Romano (1499-1546). Esta obra es la parte superior de otra obra llamada La Caída de los Gigantes que en su totalidad la obra, que es un fresco, se encuentra en la Sala de los Gigantes en el Palacio del Té en Mantua, Italia.
La traducción de esta edición es de Mauro Armiño, ya que la obra original está escrita en francés.
El libro es de la editorial Punto de Lectura, cuya web es http://www.puntodelectura.com/ y en el siguiente link se puede acceder a las primeras páginas del mismo http://www.puntodelectura.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/200610/primeras-paginas-historias-fantasticas.pdf
En la última página, hay un apartado titulado Notas. Y dice textual “Los cuentos seleccionados en este volumen fueron publicados por Dumas en diversas recopilaciones de relatos, o dentro de novelas de mayor o menor extensión”. Y a continuación explica la procedencia de cada uno de ellos. Efectivamente se trata de cuentos o relatos breves.
En la contratapa del libro también dice algo para tener en cuenta. El título es Clásicos, se sabe que Alejandro Dumas es un clásico de la literatura universal. Un párrafo se pregunta y contesta “¿Fantasía o Historia? No hay diferencia entre una y otra cuando el autor es un maestro de la novela de aventuras”. Habiendo leído los cuentos, es importante considerar este párrafo, al menos tenerlo en cuenta.
El primero de los relatos presentados se llama Historia Maravillosa de Don Bernardo de Zúñiga. La Nota, al respecto, dice que fue extraído de la novela corta “Les Gentilhommes de la sierra Morena”.
Este relato ambientado en el territorio de España de los Reyes Católicos y la lucha contra los moros, comienza, al igual que otros de los relatos, de una manera realista y luego pasa a la ficción, de ahí que había que considerar el párrafo de la contratapa ¿Fantasía o Historia?, están buenos, dado que el autor realiza una mezcla muy interesante de ambas.
No leí la obra que contiene la historia, pero lo que pude saber, es que Dumas realizó un viaje por España, y a su regreso escribió la historia, el relato en cuestión son los tres últimos capítulos que siguen a los cuatro primeros que en total completan la novela.
“Dumas utiliza en este relato ficcional tres elementos esenciales. Por un lado el recurso del libro de viaje como marco para desarrollar la historia. Al amparo de su viaje real, el escritor se sirve de los mismo elementos que ya se encontraban presentes en los capítulos mencionados de De Paris a Cádiz (Utiliza la fórmula clásica de la primera persona y el procedimiento epistolar). (…)
También utiliza en este relato como ya lo hiciera en otras ocasiones, marcas típicas de la novela histórica romántica, con esa voz de narrador que se presenta como un simple lector y copista de un manuscrito inédito. (…)
A pesar de tratarse de una historia breve la integra en un marco localizado y verídico, haciendo intervenir en la diégesis elementos históricos y otros inventados. (…)
El tercer elemento es el fantástico. (…)
¿Conocería Dumas alguna leyenda o romance referido a los Zuñiga? No he encontrado por mi parte ningún dato al respecto sobre la historia de amor más fuerte que la muerte. El autor utiliza para su provecho, datos y personajes, combinando con su poder fabulador lo histórico con aquellas historias que podrían pertenecer al legado común de cuentos y leyendas de la España que recorre.”
Concepción Palacios Bernal, “El relato de viaje al servicio del cuento fantástico” págs. 406, 407, 408 y 409. En “Escrituras y reescrituras del viaje: miradas plurales a través del tiempo y de las culturas”. José M. Oliver, José M. Oliver Frade. Peter Lang, 2007.
No obstante, encontré en otro blog, el de una historiadora española de nombre Carmen, que da a conocer la edición de la novela de Dumas pero con un estudio comentado de un autor de nombre José Antonio Sánchez Paso. Así lo escribe “Sugerente el hecho de que el protagonista de la novela porte el apellido de la familia nobiliaria que se enseñoraba sobre Béjar desde el siglo XIV y aún más enigmático el que el lugar donde se produce parte de su acción se sitúe en el Santuario de Fuente Santa, cuando en un lugar llamado Medinilla, dentro precisamente de los dominios de los Zuñigas bejaranos, existe un templo con tal denominación.
De desvelar el misterio se encarga José Antonio Sánchez Paso en la edición comentada de esta novela de Alejandro Dumas publicada por la Institución Gran Duque de Alba, dependiente de la Diputación de Ávila, que vio luz el año pasado.” (se refiere al año 2011)
http://ccasconm.blogspot.com.ar/2012/04/resena-de-la-edicion-comentada-de.html
Otro breve comentario referido al libro antes mencionado, se puede leer para completar el tema, comentario breve de 2 páginas publicado en archivo pdf por Fernando Romera, se puede leer en el siguiente link http://www.diputacionavila.es/igda/pdf/bernardodezuniga.pdf
Volviendo al libro Historias Fantásticas, el segundo relato es el denominado Las tumbas de Sanit-Denis. Me pareció muy bueno. Siguen la misma línea, comienza con un marco histórico para luego pasar a lo fantástico. Según la Nota del libro, este relato fue sacado del capítulo IX de “Les Mille et Un Fantomes” (Los mil y un fantasmas).
En este relato hay un fragmento que me quedó grabado por su viva actualidad, y que refleja cuantas realidades, diría de muchos gobiernos pasados y presentes, hace alusión a un gobierno o grupo gobernantes que reniegan del pasado, pero podría hacerse extensivo como el actual derecho en algunos países que refiere al “derecho al olvido”, pero yendo más allá de los particulares, vamos a los gobiernos, por ejemplo cuando muchas notas de comunicadores sociales en los medios hacen alusión al “relato” en referencia al actual gobierno argentino, pero lo que sería una “borrada cultural” del pasado de algunos sectores, se lo puede llevar al extremos en gobiernos de factos del pasado por mencionar un ejemplo cuando proscribieron al peronismo. El fragmento en cuestión dice:
“Además, se trataba de aniquilar hasta el nombre, hasta el recuerdo, hasta las osamentas de los reyes; se trataba de tachar de la historia catorce siglos de monarquía.
Pobres locos que no comprenden que los hombres pueden a veces cambiar el futuro…, ¡nunca el pasado!.” (p. 44)
En el relato, Dumas enmarca los hechos en acontecimientos que realmente sucedieron en 1793 durante la Revolución Francesa, donde se profanaron y se destruyeron la tumbas de los reyes que estaban sepultados en la basílica de Saint-Denis. Los cuerpos (o lo que quedaba de ellos) fueron extraídos de los ataúdes y enterrados en una fosa común. Se dio el caso de un cuerpo que se encontraba en buen estado, se trataba del cuerpo de Enrique IV, ya que había sido momificado «a la italiana» dado que había sido un rey querido por gran parte del pueblo, y por tal razón (haber sido momificado) fue expuesto durante varios días al público, donde sufrió todo tipo de mutilaciones, entre ellas la de la cabeza. La historia de la cabeza de este monarca es otra historia interesante de leer, que no se encuentra en el relato de Dumas, ya que la historia lo supera en el tiempo hasta llegar a hasta nuestros días. El relato de los hechos que escribe Dumas es fenomenal, entre lo real y lo sobrenatural donde incluye una profecía para cerrar el relato y que, por supuesto, en la realidad se cumplió (la restitución de los restos a los sepulcros de San Dionisio). Y ahora, leyendo un tanto sobre aquellos sucesos, se vuelve más interesante.
Para ampliar sobre este relato se puede visitar el siguiente link
http://viajeroincidental.blogspot.com.ar/2009/08/las-tumbas-de-saint-denis.html
y leer la página 66 del libro “Alejandro Dumas: Vida y obra” de los autores Mercedes Balda y Manuel Galguera. (Servicios Editoriales/Balam).
El libro Historias Fantásticas, continúa la seguidilla de relatos de Dumas con otro denominado Los dos estudiantes. En la sección Notas, se indica que este relato fue sacado de la novela corta Un diner chez Rossini (Una cena en la casa de Rossini). Otro de los relatos buenos. La historia comienza en lo que se conoce como los relatos o novelas de capa y espada. Parece bastante realista, pero luego da un giro y comienza lo fantástico. Uno puede ver la parte fantástica de dos maneras, la primera que es la propiamente fantástica con la apariencia de algo sobrenatural que podríamos llamar un espíritu o un fantasma, o sino, la otra forma de verlo como que aquél fantasma, en realidad está representado la voz interior, la conciencia del personaje. De todas maneras, se vera de una u otra forma, cualquier de las dos viene bien y permiten disfrutar de la lectura. La historia sigue una tendencia progresiva a lo sobrenatural. Algunos lectores, muy pocos, al menos lo que lo comentaron en la web, han visto la historia de dos homosexuales, y se basan en parte del diálogo que mantienen ambos estudiantes. Por mi parte, creo que esa es una lectura muy superficial, que no profundiza en la lectura del relato, y una lectura superficial puede dar muchísimas interpretaciones diferentes. El relato está inmerso en una sucesión de relatos, que tiene un hilo conducente, son historias fantásticas, y ninguno de todos los demás, son de este tenor como han visto quienes lo leen superficialmente, no obstante, si coinciden todos los demás relatos en puntos comunes, como lo sobrenatural, los hechos de violencia, lo real, la manera en como se toma conocimiento de las historias, etc… Es cierto que el diálogo entre los dos estudiantes, por momentos se vuelve bastante meloso y hasta aburrido. Pero la cuestión esencial viene por otro lado. Al parecer, no se sabe como Dumas tuvo noticias de la historia, o si es pura creación suya, es probable que hay tenido algunos disparadores que lo inspiraron, reales o ficticios, pero la cuestión que relata acerca que “la historia le fue narrada a Dumas, en Italia cuando asistía a una cena en la casa del compositor Rossini (compositor de óperas cómicas) y durante la sobremesa Dumas dice que en Italia no había historias de terror, a lo que un poeta le contesta que eso no es cierto y que promete contarle lo que sucedió en su familia” (Libro: Alejandro Dumas: Vida y obra; Autores: Mercedes Balda y Manuel Galguera; Editorial: Servicios Editoriales/Balam; Pág. 68). La realidad es diferente, dondequiera Dumas obtuvo su historia, el capítulo introductorio es enteramente suyo. Los personajes son románticos, idealistas, si bien los describe como personas informales, poseen una informalidad caballeresca, tal vez propia de la época. Recrea la acción y el despliegue de la obra en tierras italianas, en un ambiente donde no faltan los bandidos y salteadores del camino, de caminos solitarios por parte y/o difíciles de recorrer. Para entenderlo, hay que imaginarse la Italia de aquél entonces y su situación social y política, más que nada para no descontextualizar. Pensemos en este ambiente e imaginemos que los ladrones y asesinos se movían con bastante impunidad, salvo aquellos que caían en desgracia para ellos y eran perseguidos y atrapados o ajusticiados. También pensemos que en Italia no puede dejarse fuera la idea de religiosidad, en la forma que sea, Italia es cuna del catolicismo, y este, se encuentra de variadas maneras entre los valores de ciertos actores sociales en la población. Según pude leer en una web francesa dedicada a Dumas, “El autor quería mostrar que las historias de casa, góticas, con venganza, fantasmas, romanticismo y sangre no son solo de los países nórdicos. Y buscó hacerlas posibles en el sur de Europa, más específicamente en Italia”, web cuyo link es http://www.dumaspere.com/pages/dictionnaire/diner_chez_rossini.html
Le sigue el relato Historia del demonio familiar del señor Corasse, este relato fue sacado de la novela corta Monseigneur Gaston Phoebus. Este relato, fantástico y ambientado en un castillo, cuenta la realización que se establece entre un demonio y el señor del Castillo. La relación es buena, no encontramos sangre ni hechos violentos o terroríficos, no se trata de una narración gótica. Si bien interviene lo sobrenatural, hasta cierto punto parece ingenuo y cómico. Pareciera que existe un juego de palabras en el título cuando dice “demonio familiar”, porque en definitiva se trata de un espíritu que aparece que puede causar daño pero al mismo tiempo se queda visitando una y otra vez al señor del castillo lo que vuelve familiar la relación de ambos. Habría que leer la novela completa, quizás el demonio esté significando algo, quizás pueda, como una lectura posible, interpretarse como la voz de la conciencia o visiones propias de un enfermo que sufre delirios y visiones, pero solo leyendo el relato no lo podemos saber con certeza. Tal vez podemos conjeturar algo cuando leemos el desenlace.
El quinto relato se llama El rey de los bolos. Este relato es de los que más me han gustado del libro, más que nada por la forma en que lo escribe Dumas. Y realiza ciertos aportes “de época” que me resultan interesante al momento de contextualizar. Amén que es un relato fantástico, posee condimentos morales, y también toca cuestiones psicológicas. El orgullo y la envidia. La maldad. Cuenta la historia de una persona que era mejor que las demás jugando a los bolos. Hasta el día que llega una tercera persona que resulta jugaba mejor que él. Gottieb al verse superado, se enfurece, y busca prepararse para vencer al nuevo campeón. Pero resulta que el nuevo campeón era el Diablo, y Gottieb pacta con el Diablo a cambio de ser para siempre el campeón, nunca iba a verse superado por nadie más. Es increíble como Dumas escribe el relato y la personalidad del envidioso.
A partir de allí, mezcla la fantasía con la religión, aparece un nuevo personaje, se desarrolla la trama hasta que se llega al desenlace, y en el medio un poco de suspenso psicológico. Dumas introduce en el relato una historia que es muy conocida, el pacto con el Diablo para obtener algo a cambio, las consecuencias de pactar con el Diablo y la forma de evitar y vencer al Diablo. De hecho esta historia la conocía bajo otro formato, desarrollada con animales, en un libro de la escuela primaria, no recuerdo si de segundo o tercer grado.
Pero también resulta interesante la ambientación de la historia, y las menciones que realiza que hoy día pueden sonar lejanas.
En la página 126, Duma hace mención a algunos juegos infantiles “Los niños por su lado, jugaban al trompo, a la peonza, al chito, a las canicas, a la pelota, a la cometa y al aro”.
Los dos juegos que no conozco son la peonza y el chito. La peonza es juego muy parecido al trompo, hasta lo equiparan, aunque Dumas los diferencia. El chito es un juego parecido al tejo, con la diferencia que se pone parado un cilindro (el chito) y encima una moneda, luego se van arrojando los tejos.
En la página 134 hace mención a un refrán que dice “Verba volant; scripta manent”, si bien en el libro no está traducido, se entiende perfectamente a que hace alusión. La traducción sería “Las palabras vuelan, lo escrito queda”.
En la página 142 caracteriza a los alemanes como soñadores, estimo que esto debe estar basado en algo para que así se refiera, pero desconozco la razón de ello. Quizá haga alusión a un libro titulado “Cuadros de viajes” del poeta Henrich Heine, donde dicho autor se refiere a los alemanes como soñadores.
También hace mención a algún oficio que ya no existe, y otros que ya no se escuchan comúnmente como tales (salvo en determinados lugares), y eran propios de aquél entonces, como el obrero torneador, el tejedor, el carbonero y el burgomaestre. O la mención del “traje de obrero endomingado”.
El relato si bien tiene un comienzo realista y luego pasa por algo de lo psicológico, después introduce la religión, y finaliza con una metáfora final.
Resulta un relato interesante de leer.
Continúa con el relato El rey de los topos y su hija. A partir de este relato, y los que siguen, ya entre de lleno en la literatura fantástica. Todo es pura fantasía. No obstante se pueden pensar algunas aristas en cada uno de dichos cuentos. Este relato cuenta la historia de una mujer humilde que buscar encontrar a su hijo, que vivía con ella y también era de condición humilde, campesino pobre y trabajador, que había sido raptado por un grupo de topos, específicamente por el rey y su hija. Uno podría encontrar, con su lectura, algún tinte pro-monárquico.
Luego sigue el relato El silbato encantado. Este relato pareciera ser todo lo contrario al anterior, se puede encontrar en su lectura, algún tinte anti-monárquico. Trata sobre como un pastor campesino, con la ayuda de un silbato, supera algunas pruebas para poder casarse con la hija del rey. La cuestión radica en que al superar las pruebas, el pastor ridiculiza a la realeza.
Después viene el relato Un viaje a la Luna, que originalmente llevaba por título La pesadilla de Mocquet. El título Viaje a la Luna está bien porque mantiene la intriga, no obstante el título La pesadilla de Mocquet también es apropiado toda vez que da a entender de que se trata el cuento.
Sea como fuere, se trata de un viaje bastante delirante y por partes bien divertido. Hay varios pasajes humorísticos como por ejemplo en las páginas 207 y 209.
Hace mención a la Oficina de posta, hoy día ya inexistentes, pero comunes en el pasado.
En la página 196 se refiere como “poéticos y febriles de Hoffman”, se refiere a Ernst Theodor Wilhelm Hoffmann (E. T. A. Hoffmann), que escribió y compusos obras relacionadas con viajes a la Luna entre otras.
En otra ocasión, en la página 215, utilizando un proverbio, dice “Mi querido Mocquet, entre los gansos tenemos un proverbio que dice: “No hay peores disparos que los disparos de un torpe””.
Y finalmente, encuentro en este relato la mención a una “partida de piquet” (pág. 194) y la verdad que no tenía idea a que se refería. Ahora indagando, encontré que hace alusión a un juego de naipes de origen francés de alrededor del siglo XV. Considerado como el mejor juego de naipes para dos personas, aunque sus reglas son complejas y esto le resta popularidad.
http://www.acanomas.com/Reglamentos-Juegos-de-Naipes/1207/Piquet.htm
El que sigue, es el relato llamado Las estrellas viajantes de comercio que apareció primeramente publicado en el folletín Le Mousquetaire (El Mosquetero) y luego al final de la novela El salteador. Es un cuento de fantasía, mezcla dioses griegos con estrellas, y determinadas cualidades con los hombres. En este relato en particular cuenta la historia a la que le da un sustento algo creíble de como nació cuento conocido hasta hoy en día, el del fantasma en el cementerio, con sus miles de variantes, la mujer muerta, la mujer con manto, la mujer con sábana, el fantasma que representa a tal o cual persona, etc… aquí se las ingenia para presentar una posible idea de como pudo tener origen esta historia, o al menos una historia de estas características.
En la página 223 dice “solo tiene cierto aire de marisabidilla”, esta última palabra la desconocía, pero se encuentra en la RAE y cuya definición es: Marisabidilla: (De Mari, apóc. de María, y sabidilla). 1. f. coloq. Mujer que presume de sabia.
El libro Historias Fantásticas, finaliza con dos relatos, uno de ellos llamado Un alma por nacer que se publicó originalmente con el título Historia de un alma. Se trata de un alma que se desespera por nacer, y el cuento cuenta con un final sorpresivo. Podría decirse que trata de un cuento lindando con lo religioso, de raíz cristiana.
Y el último relato que completa el libro se llama Deseo y posesión que apareció publicado en el diario Le Mousquetaire (El Mosquetero). Este relato me aburrió un poco, ya no es tanto del nivel de los demás, en cuanto a espíritus y fantasmas, más bien incursiona en lo poético, trata del viaje de un niño tras una mariposa, y según pude leer en el web, se trata de una metáfora que representa al poeta en busca de la belleza.
Vocabulario:
Pardiez.
1. interj. coloq. par Dios.
Petate. (Del náhuatl petlatl 'estera'.)
1. m. Estera de palma, que se usa en los países cálidos para dormir sobre ella.
2. m. Lío de la cama y ropa de cada marinero, de cada soldado en el cuartel y de cada penado en su prisión.
3. m. coloq. Equipaje de cualquiera de las personas que van a bordo.
4. m. coloq. Hombre embustero y estafador.
5. m. coloq. Hombre despreciable.
6. m. Méx. Tejido de palma o de carrizo.
Arriate. (Del ár. hisp. arriyáḍ, y este del ár. clás. riyāḍ, pl. de rawḍ 'huerto'.)
1. m. Era estrecha y dispuesta para tener plantas de adorno junto a las paredes de los jardines y patios.
2. m. Calzada, camino o paso.
3. m. encañado (‖ enrejado de cañas).
Agiotaje. (Del fr. agiotage.)
1. m. Econ. agio (‖ beneficio en el cambio de moneda).
2. m. Econ. Especulación con fondos públicos.
3. m. Econ. Especulación abusiva hecha sobre seguro, con perjuicio de tercero.
Logogrifo. (Del gr. λόγος lógos 'palabra', 'lenguaje' y γρῖφος grîphos 'nasa', 'adivinanza'.)
1. m. Pasatiempo que consiste en adivinar cierta palabra y otras más cortas, que se obtienen combinando las letras que forman la primera, a partir de pistas sobre su significado.
Faccini.
La palabra Faccini no está en el Diccionario.
¿A qué hará referencia con "Faccini"? ¿se refiere a alguna persona o a qué?
martes, 20 de octubre de 2015
jueves, 15 de octubre de 2015
Ciclo Tips de Escritura III.
Hoy día se dio lugar la tercera y última presentación del ciclo llamado Tips de Escritura. La improvisación de un decálogo. Modera Maximiliano Tomas. Tres destacados escritores hablaran como se construye un texto de ficción.
La crónica de la charla anterior se la puede leer en el link que sigue http://reuniendoletras.blogspot.com.ar/2015/10/ciclo-tips-de-escritura-ii.html , y de allí se puede continuar viaje hasta llegar a la primera, motivo por el cual, nuevamente, pasaré directo a comentar el suceso sin presentar las cuestiones básicas ya comentadas en el entrada mencionada.
El escritor invitado a cerrar el ciclo fue Eduardo Sacheri. Este escritor es el autor, entre otros varios, del libro La pregunta de sus ojos. Libro sobre el cual se filmó una película que ganó unos cuantos premios. Para conocer una brevísima biografía de él se puede visitar https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Sacheri
Pero la realidad es que la charla final no se dio, fue suspendida, y no sé cuando se realizará.
Como las veces anteriores, y sin recibir previamente ningún tipo de comunicación ni aviso por mail por parte de Yenny-El Ateneo, acudí tempranamente al lugar. Estuve recorriendo la librería, esta vez por el sector de novelas históricas y luego subí al segundo piso donde se desarrollan las charlas. Lo primero que note es que no había nadie, no obstante, estaba ya armado el escritorio y todas las sillas, había bien colocadas no menos de veintidós sillas, pero me llamó la atención, que se encontraban cercadas por postes separadores que sirven para delimitar espacios o marcar el sentidos de las filas de espera, también conocidos como tensabarrier, bolardos o palos con cinta. Y efectivamente estaban delimitando la sala para la charla y en el centro de la faja había un cartel que decía algo así “prohibido utilizar las sillas, son para uso en eventos”. Como yo iba a escuchar un evento, me senté en una esquina, y al poco tiempo llegaron tres personas más, una mujer y dos hombres que también pasaron y se sentaron. Allí estábamos esperando, y no llegaba nadie más. Al rato pasó un mujer de aquellas que hacen la seguridad privada del lugar. Nos miró y continuó circulando, subió por una escalera y bajo por la otra, la ronda habitual. Unos minutos más tarde, regresa la señora de seguridad, mira a la mujer del grupo que estábamos sentados y le pregunta
- ¿Ustedes porque están acá sentados?.
- Estamos esperando el comienzo del evento. (Le responde la mujer sentada).
- ¿Cuál evento? Vuelve a preguntar la mujer de seguridad.
- El evento de las 19hs del Ciclo Tips de Escritura. (Contesta la mujer sentada).
- Ah, ese evento se suspendió, recién los ví sentados, así que bajé y pregunté si había algún evento y me confirmaron que se suspendió. Responde la mujer de seguridad.
Y yo me pregunto, si ya sabía que estaba programado un evento y luego le fue confirmado que el evento fue suspendido ¿para qué pregunta “cuál evento”? ¿cuál otro va a ser? En definitiva, fue respetuosa, nos avisó de la suspensión del evento, y se rebuscó la forma de entablar la conversación de manera cordial para poder avisarnos.
El motivo de la suspensión, fue el corte de luz registrado en la zona desde hace dos días atrás. La noticia de la continuidad de los cortes se puede ver aquí
El 20% de los afectados por el apagón todavía sigue sin luz.
http://www.infobae.com/2015/10/15/1762571-el-20-los-afectados-el-apagon-todavia-sigue-luz
Así que nos levantamos y nos retiramos, como siempre baje por las escaleras, las otras tres personas, que eran tres adultos mayores, también lo hicieron por las escaleras ¡Y menos mal! Que optaron por ese camino, que ni bien estoy llegando a planta baja, un corte total afecta toda la librería, la cual queda casi en su totalidad a oscuras, salvo una lámpara posiblemente alimentada por uno de esos generadores portátiles que suelen alquilar los días de cortes que los negocios los colocan en las veredas. Tomé un par de fotografías a oscuras y me retiré, mucha gente que también se retiraba y los guardias de seguridad observando a cuatro ojos, ya que al no haber luz, estaba oscuro y no funcionaban las máquinas de control de alarma anti-robo.
Así fue como finalizó para mí este ciclo, con la última charla suspendida... Ahora a esperar el próximo ciclo de charlas.
La crónica de la charla anterior se la puede leer en el link que sigue http://reuniendoletras.blogspot.com.ar/2015/10/ciclo-tips-de-escritura-ii.html , y de allí se puede continuar viaje hasta llegar a la primera, motivo por el cual, nuevamente, pasaré directo a comentar el suceso sin presentar las cuestiones básicas ya comentadas en el entrada mencionada.
El escritor invitado a cerrar el ciclo fue Eduardo Sacheri. Este escritor es el autor, entre otros varios, del libro La pregunta de sus ojos. Libro sobre el cual se filmó una película que ganó unos cuantos premios. Para conocer una brevísima biografía de él se puede visitar https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Sacheri
Pero la realidad es que la charla final no se dio, fue suspendida, y no sé cuando se realizará.
Como las veces anteriores, y sin recibir previamente ningún tipo de comunicación ni aviso por mail por parte de Yenny-El Ateneo, acudí tempranamente al lugar. Estuve recorriendo la librería, esta vez por el sector de novelas históricas y luego subí al segundo piso donde se desarrollan las charlas. Lo primero que note es que no había nadie, no obstante, estaba ya armado el escritorio y todas las sillas, había bien colocadas no menos de veintidós sillas, pero me llamó la atención, que se encontraban cercadas por postes separadores que sirven para delimitar espacios o marcar el sentidos de las filas de espera, también conocidos como tensabarrier, bolardos o palos con cinta. Y efectivamente estaban delimitando la sala para la charla y en el centro de la faja había un cartel que decía algo así “prohibido utilizar las sillas, son para uso en eventos”. Como yo iba a escuchar un evento, me senté en una esquina, y al poco tiempo llegaron tres personas más, una mujer y dos hombres que también pasaron y se sentaron. Allí estábamos esperando, y no llegaba nadie más. Al rato pasó un mujer de aquellas que hacen la seguridad privada del lugar. Nos miró y continuó circulando, subió por una escalera y bajo por la otra, la ronda habitual. Unos minutos más tarde, regresa la señora de seguridad, mira a la mujer del grupo que estábamos sentados y le pregunta
- ¿Ustedes porque están acá sentados?.
- Estamos esperando el comienzo del evento. (Le responde la mujer sentada).
- ¿Cuál evento? Vuelve a preguntar la mujer de seguridad.
- El evento de las 19hs del Ciclo Tips de Escritura. (Contesta la mujer sentada).
- Ah, ese evento se suspendió, recién los ví sentados, así que bajé y pregunté si había algún evento y me confirmaron que se suspendió. Responde la mujer de seguridad.
Y yo me pregunto, si ya sabía que estaba programado un evento y luego le fue confirmado que el evento fue suspendido ¿para qué pregunta “cuál evento”? ¿cuál otro va a ser? En definitiva, fue respetuosa, nos avisó de la suspensión del evento, y se rebuscó la forma de entablar la conversación de manera cordial para poder avisarnos.
El motivo de la suspensión, fue el corte de luz registrado en la zona desde hace dos días atrás. La noticia de la continuidad de los cortes se puede ver aquí
El 20% de los afectados por el apagón todavía sigue sin luz.
http://www.infobae.com/2015/10/15/1762571-el-20-los-afectados-el-apagon-todavia-sigue-luz
Así que nos levantamos y nos retiramos, como siempre baje por las escaleras, las otras tres personas, que eran tres adultos mayores, también lo hicieron por las escaleras ¡Y menos mal! Que optaron por ese camino, que ni bien estoy llegando a planta baja, un corte total afecta toda la librería, la cual queda casi en su totalidad a oscuras, salvo una lámpara posiblemente alimentada por uno de esos generadores portátiles que suelen alquilar los días de cortes que los negocios los colocan en las veredas. Tomé un par de fotografías a oscuras y me retiré, mucha gente que también se retiraba y los guardias de seguridad observando a cuatro ojos, ya que al no haber luz, estaba oscuro y no funcionaban las máquinas de control de alarma anti-robo.
El Ateneo a oscuras por los cortes de luz. |
Así fue como finalizó para mí este ciclo, con la última charla suspendida... Ahora a esperar el próximo ciclo de charlas.
martes, 13 de octubre de 2015
My Polio Past.
(2015-01-12) Alguna vez leyendo el libro Estigma de Erving Goffman, me detuve en una cita en particular. En sí, la cita en cuestión no tenía nada de especial si tenemos en cuenta las demás citas y ejemplos que mencionaba el autor. Lo que me llamó a atención fue el origen de la cita, dicha cita pertenecía a un libro titulado My polio past que sería algo así como “Mi pasado con la poliometlitis”.
La cita dice “Pero, de pronto, me desperté una mañana y descubrí que no podía mantenerme de pie. Tenía polio; la poliomielitis era simplemente eso. Me sentía como un niño muy pequeño se arroja a un enorme pozo negro; de lo único que estaba seguro era de que no iba a poder salir de él sin ayuda. Aparentemente, la educación, las clases y las enseñanzas de mis padres, que recibí durante veinticuatro años, hicieron de mí una persona capaz de ayudarse a sí misma. Yo era un ser como cualquier otro —normal, peleador, lleno de proyectos—, y, de golpe, pasó algo. Pasó algo y me convertí en un extraño. Un extraño, más ante mí mismo que ante los demás. Ni siquiera mis sueños me conocían. No sabían lo que podían dejarme hacer —y cuando soñaba que iba a bailes o a fiestas había, sin cesar, una extraña condición o limitación, siempre la misma, de la cual no se hablaba ni se la mencionaba—. Tuve de pronto el enorme conflicto mental y emocional de una mujer que lleva una doble vida. Era algo irreal que me llenaba de confusión, pero no podía dejar de prestarle atención”.
La cita le servía a Goffman para su libro, que no tenía nada ver que la enfermedad en sí misma. Y eso fue lo que me llamó la atención, que una víctima de la enfermedad, que en su momento fue una epidemia, haya escrito una narración de su situación.
La autora es Noreen Linduska, y la edición del libro data de 1947.
Lamentablemente no hay edición en español.
El libro, una narrativa personal, cuenta el período de lucha y recuperación de una joven contra la parálisis infantil en Chicago, en el hospital Michael Reese. Noreen estaba a punto de casarse, y cae bajo el ataque de la poliomelitis tipo bulbar (que afecta a la cabeza, el cuello y los pulmones), más tarde el virus también afecta las extremidades. Desde los primeros días de intenso dolor, a los largos meses posteriores, de recuperación y tratamiento, ella retoma el día a día de la vida dentro de las paredes del hospital que tan a menudo absorben al paciente - los tratamientos (envases calientes Kenny, ejercicios, etc.), la vida social, que se ensanchó mientras ella avanzaba, su propia falta de interés en la terapia ocupacional, pero la recuperación de la fe religiosa, las visitas del mundo exterior, y finalmente en casa. Un auténtico récord no literario, informal, de una experiencia. La vida social, que se agrandó mientras ella avanzaba, su propia falta de interés en la terapia ocupacional, la recuperación de la fe religiosa, las visitas del mundo exterior, y finalmente el regreso a su casa. El registro de una experiencia auténtica, informal, no literaria.
Linduska, N.: “Usé mi pasado de Polio para aprender acerca de lo que era contraer la poliomielitis desde el punto de vista de una chica joven”.
En el libro también afirma que la teoría de la terapia elaborada por Elizabeth Kenny se queda corta. Elizabeth Kenny fue enfermera australiana que elaboró una terapia alternativa no científica para el tratamiento de la poliomelitis.
Durante la epidemia de polio de 1943 en Chicago, Noreen Linduska, que experimentó dos clases de poliomelitis fue una participante que en su autobiografía "My Polio past”, más adelante, con entusiasmo, elogió método Kenny's.
Este libro “My polio past” lo encontré citado en innumerables textos que versan sobre la poliomelitis, lo que me hace pensar, que como testimonio de una víctima de la enfermedad en momento en los que aún no existía vacuna alguna que la enfrente, reviste cierta importancia. Al menos para quienes les interesan estos temas.
https://www.kirkusreviews.com/book-reviews/noreen-linduska/my-polio-past/
http://poliovaccinenhd.weebly.com/bibliography.html
Polio and Its Aftermath: The Paralysis of Culture Escrito por Marc Shell (ver pág. 11)
Polio Wars: Sister Kenny y la Edad de Oro de la Medicina Americana Escrito por Naomi Rogers (ver pág. 228)
http://www.archive.org/stream/physicaldisabili00beat/physicaldisabili00beat_djvu.txt
http://www.researchgate.net/profile/Amy_Fairchild/publication/11778728_The_polio_narratives_dialogues_with_FDR/links/542468c10cf26120b7a74861.pdf
La cita dice “Pero, de pronto, me desperté una mañana y descubrí que no podía mantenerme de pie. Tenía polio; la poliomielitis era simplemente eso. Me sentía como un niño muy pequeño se arroja a un enorme pozo negro; de lo único que estaba seguro era de que no iba a poder salir de él sin ayuda. Aparentemente, la educación, las clases y las enseñanzas de mis padres, que recibí durante veinticuatro años, hicieron de mí una persona capaz de ayudarse a sí misma. Yo era un ser como cualquier otro —normal, peleador, lleno de proyectos—, y, de golpe, pasó algo. Pasó algo y me convertí en un extraño. Un extraño, más ante mí mismo que ante los demás. Ni siquiera mis sueños me conocían. No sabían lo que podían dejarme hacer —y cuando soñaba que iba a bailes o a fiestas había, sin cesar, una extraña condición o limitación, siempre la misma, de la cual no se hablaba ni se la mencionaba—. Tuve de pronto el enorme conflicto mental y emocional de una mujer que lleva una doble vida. Era algo irreal que me llenaba de confusión, pero no podía dejar de prestarle atención”.
La cita le servía a Goffman para su libro, que no tenía nada ver que la enfermedad en sí misma. Y eso fue lo que me llamó la atención, que una víctima de la enfermedad, que en su momento fue una epidemia, haya escrito una narración de su situación.
La autora es Noreen Linduska, y la edición del libro data de 1947.
Lamentablemente no hay edición en español.
El libro, una narrativa personal, cuenta el período de lucha y recuperación de una joven contra la parálisis infantil en Chicago, en el hospital Michael Reese. Noreen estaba a punto de casarse, y cae bajo el ataque de la poliomelitis tipo bulbar (que afecta a la cabeza, el cuello y los pulmones), más tarde el virus también afecta las extremidades. Desde los primeros días de intenso dolor, a los largos meses posteriores, de recuperación y tratamiento, ella retoma el día a día de la vida dentro de las paredes del hospital que tan a menudo absorben al paciente - los tratamientos (envases calientes Kenny, ejercicios, etc.), la vida social, que se ensanchó mientras ella avanzaba, su propia falta de interés en la terapia ocupacional, pero la recuperación de la fe religiosa, las visitas del mundo exterior, y finalmente en casa. Un auténtico récord no literario, informal, de una experiencia. La vida social, que se agrandó mientras ella avanzaba, su propia falta de interés en la terapia ocupacional, la recuperación de la fe religiosa, las visitas del mundo exterior, y finalmente el regreso a su casa. El registro de una experiencia auténtica, informal, no literaria.
Linduska, N.: “Usé mi pasado de Polio para aprender acerca de lo que era contraer la poliomielitis desde el punto de vista de una chica joven”.
En el libro también afirma que la teoría de la terapia elaborada por Elizabeth Kenny se queda corta. Elizabeth Kenny fue enfermera australiana que elaboró una terapia alternativa no científica para el tratamiento de la poliomelitis.
Durante la epidemia de polio de 1943 en Chicago, Noreen Linduska, que experimentó dos clases de poliomelitis fue una participante que en su autobiografía "My Polio past”, más adelante, con entusiasmo, elogió método Kenny's.
Este libro “My polio past” lo encontré citado en innumerables textos que versan sobre la poliomelitis, lo que me hace pensar, que como testimonio de una víctima de la enfermedad en momento en los que aún no existía vacuna alguna que la enfrente, reviste cierta importancia. Al menos para quienes les interesan estos temas.
https://www.kirkusreviews.com/book-reviews/noreen-linduska/my-polio-past/
http://poliovaccinenhd.weebly.com/bibliography.html
Polio and Its Aftermath: The Paralysis of Culture Escrito por Marc Shell (ver pág. 11)
Polio Wars: Sister Kenny y la Edad de Oro de la Medicina Americana Escrito por Naomi Rogers (ver pág. 228)
http://www.archive.org/stream/physicaldisabili00beat/physicaldisabili00beat_djvu.txt
http://www.researchgate.net/profile/Amy_Fairchild/publication/11778728_The_polio_narratives_dialogues_with_FDR/links/542468c10cf26120b7a74861.pdf
Etiquetas:
lectura,
libro,
libros,
literatura
jueves, 8 de octubre de 2015
Ciclo Tips de Escritura II.
Hoy día se dio lugar la segunda presentación del ciclo llamado Tips de Escritura. La improvisación de un decálogo. Modera Maximiliano Tomas. Tres destacados escritores hablaran como se construye un texto de ficción.
La crónica de la primera charla se la puede leer en el link que sigue http://reuniendoletras.blogspot.com.ar/2015/10/ciclo-tips-de-escritura-i.html motivo por el cual, esta vez, pasaré directo a comentar la charla sin presentar las cuestiones básicas ya comentadas en el entrada mencionada.
El escritor invitado para la charla de hoy, en el mismo lugar El Ateneo Grand Splendid, fue Noe Jitrik. No tenía idea quien era, ni que había escrito. Nunca lo había sentido nombrar, ni jamás había leído algo de este escritor. Busqué en internet, para no asistir ignorando de quien se trataba. El link a su biografía en Wikipedia es https://es.wikipedia.org/wiki/No%C3%A9_Jitrik
Esta vez llegué muy temprano, una hora y un tanto más antes que comience, pero no me importaba, tenía toda la librería para recorrer, así que busqué el anaquel que me interesaba en gusto, busqué y encontré un libro que me compré, que ya lo comentaré más adelantes, y es de una temática que me interesa pero no me deslumbra, quizás para tener un acercamiento ente literatura y números o matemáticas.
Ahora, me dirigí al tercer piso, y me encuentro que no había nada armado, nada preparado. Empecé a cuestionarme si había o no había charla. Volví a bajar, continué mirando libros, al rato miro para arriba y veo que comienzan a preparar la mesa. Volví a subir, y un empleado ya estaba colocando las sillas. La exposición de fotografías de la semana pasada ya había sido levantada, esta vez no había nada, las paredes solas. El encargado ya había ubicado las tres primeras filas, así que me senté en una para ir ojeando el libro. Se acerca y me dice “tenés para elegir”, y así es, era el primero en llegar, todas las sillas a mi disposición, una vez que colocó un par de filas más, me cambié al lugar que más me gustaba y allí me quedé. Al rato, el empelado sentenció “suficiente” y se acabaron las sillas. Las conté. Total 34, 13 sillas menos que la charla anterior. No se equivocó, este escritor efectivamente tuvo menos convocatoria. Si bien se ocuparon en su totalidad, tampoco hubo necesidad de más, había dos o tres personas paradas, pero era porque así lo querían, porque entre todos los sentados, quedaban disponibles dos o tres lugares.
Mientras estaba sentado, leyendo a vuelo de pájaro el libro comprado, observaba alrededor. A medida que pasaba el tiempo comenzaban a llegar asistentes a la charla, aunque muchos, diría la mitad, llegan sobre la hora misma a riesgo de no encontrar asiento, pero al menos en esta charla todos encontraron lugar. Muchos turistas, de paseo, recorriendo el lugar. Muchos visitantes suben hasta el tercer piso para tomar las fotografías. Hay una empleada, que atiende en el tercer piso, y no es de los que dan ayuda con respecto a los libros, aquí estaban entregando y/o vendiendo entradas, entradas para algún evento de algún artista, y este día tenía mucho trabajo, era incesante la cantidad de gente que subía por su entrada, si bien la atención era rápida, a los que iba a buscar entrada (supongo que la habrían ganado o reservado) solo presentaban el documento y se la entregaban, y los que iban a comprarla, elegían el lugar y la abonaban, se formaban filas de tres o cuatro personas, algunos indecisos como un par de mujeres que cuando se enteraron que la ubicación campo costaba 900 pesos, pensaron a viva voz “con ese dinero llenamos la heladera, mejor lo pensamos y volvemos”.
Había pasado media hora de la hora estipulada, y ni el moderador ni mucho menos el invitado, habían llegado. 19:30hs, media hora más tarde, ingresaron saliendo del ascensor, y en los cuatro metros desde el ascensor hasta la mesa de conferencia, el escritor invitado se cruza con un asistente con el cual evidentemente se conocía, se saludan y comienzan una charla personal entre ellos. Y el resto, bien… gracias, ahí esperando, y parece que se sentían cómodos dado que seguían charlando sin sentirse molestados por las miradas de los asistentes que esperaban, que esperábamos, hasta que el moderador haciendo uso del micrófono tuvo que llamarlo, ahí fue que completó los dos metros que faltaban y dio comienzo a la charla del día.
Tomó la palabra el moderador Maximiliano Tomas y presentó al invitado Noe Jitrik, tal y como está publicado en el Facebook de El Ateneo, leyendo lo siguiente: “Nació en Buenos Aires en 1928. Crítico, ensayista, poeta y escritor de ficciones, fue uno de los integrantes centrales de la revista Contorno desde 1953. Trabajó como profesor universitario en la Argentina y en el extranjero. Entre 1974 y 1987 vivió exiliado en México, donde no dejó de publicar. Desde 1999 dirige la Historia Crítica de la Literatura Argentina, publicada en doce tomos. Obtuvo premios como el Casa de las Américas, el Konex de Platino y doctorados honoris causa en casas de estudio de la Argentina, Uruguay y México. Entre decenas de libros teóricos y narrativos, de sus últimas obras podemos mencionar Cálculo equivocado, Los lentos tranvías, Amaneceres, Mediodía y Casa Rosada.”
Aquí, el escritor invitado realizó una primera corrección, no es Amaneceres sino que el libro se titula Atardeceres. Ahora, leyendo en internet, dicho libro versa sobre “recuerdos de la infancia en un pueblito de la provincia de Buenos Aires”, y esto, que a primera vista podría parecer casual, inocente, ingenuo, ahora que lo pienso, podría no haberlo sido tanto, un pensamiento conspirativo, pero ¿a cuenta de qué? Allí mismo al comienzo de la charla, el moderador planteó el tema, donde había nacido el escritor, diciendo que en internet, se daba un caso raro, debido a que diferentes biografías situaban el nacimiento en distintos lugares, al menos en tres ubicaciones diferente, y las mencionó, aunque el escritor salvó cualquier duda aseverando haber nacido “en un pueblito de la provincia de Buenos Aires”. Algo escueto y conciso pero no mucho más. ¿Casualidad la del error en “Amaneceres-Atardeceres” y luego la “duda del lugar de nacimiento”? para ahora conocer que el libro Atardeceres trata de “recuerdos de la infancia en un pueblito de la provincia de Buenos Aires”. Quedará en cada uno sacar conclusiones. No se pierde nada embarcándose en algo tan ingenuo como eso, pero se gana un mínimo en publicidad, y en última instancia, los escritores viven de escribir, y deben vender sus obras (como la charla pasada donde se insinuaba de forma indirecta la realización de talleres de escritura de la escritora). Si así fue, la hicieron bien. Si fue un error, una transpié del presentador y de quien redactó la breve reseña (o quizás la copiaron de Wikipedia donde también figura mal el título del libro, al menos a octubre de 2015).
Este escritor nos comentó algunos conceptos teóricos: escribir a manos, requiere tiempo extendido, pero es muy bueno para realizar poesías, por ejemplo. Escribir en computadora requiere respuestas inmediatas, y es muy bueno para escribir reflexiones o cartas, por ejemplo. Hizo mención a la época de las máquinas de escribir, antepasado de las pc, algo más rico, en el aspecto que permitía realizar una “genética textual”. Resaltó la importancia de tomar notas.
Hizo mención a una película, si bien no dijo el título, se trata de El verano de sus vidas. The Magic of Belle Isle (Summer at Dog Dave's) (2012) http://www.filmaffinity.com/es/film643353.html donde el actor Morgan Freeman, representando el papel de lisiado en una silla de ruedas, como escritor agobiado, en diálogo con una niña, realiza una reflexión sobre escribir ficción, diciendo “escribir aquello que todavía no está” (imaginación).
A partir de aquí, el invitado, previamente aclarando que no es su caso el antes comentado, nos habla de su particular manera de comenzar un texto, un escrito. Él necesita de una frase. Para todo lo que escribe, necesita una frase inicial. Una frase inicial que exige alimentación. Luego se pasa al segundo momento que es el de la articulación. Cuando hablaba de la frase inicial, enumeró algunos caracteres de la misma: no viene de afuera, no es pura, siempre viene trabajada, “contaminada” de reminiscencias, esta frase inicial proviene del inconsciente, aquél lugar que contiene una acumulación de conceptos, pero solo de aquellos conceptos registrados, y es registrado todo aquellos que para el cerebro tiene un sentido. De esa profundidad del inconsciente surge la frase inicial. Aquí formuló un interrogante ¿existe la espontaneidad? Pero decidió no ahondar dado que se estaba rozando áreas de la psicología y la filosofía y se volvería extenso tratarlo excediendo el tema planteado.
De alguna manera, esto es mi opinión personal, todas aquellas personas necesitan de una frase con la cual comenzar, e imagino que esa frase primeramente surge en la cabeza de uno o bien en algún momento llegó del exterior, pero uno la analiza y luego la traslada al texto. Por eso, no entendí muy bien, esa idea de la frase inicial. Ya que me parece que es una generalidad. Pero supongo que hacía referencia a la “frase justa y necesaria”, esa y no otra la que dará comienzo a su escrito. O aquella frese que luego no será modificada, suprimida o cambiada de lugar una vez que ha comenzado. De todas maneras me resulta algo confuso.
Hizo referencia a la importancia de tener un buen comienzo. Mencionó el “resplandor de la frase”. Habló sobre los ensayos que deben estar siempre motivados, de las “frases cerradas” propias de los poemas o que dan origen a poemas, y de las “frase abiertas” que dan lugar a la narrativa. También comentó la búsqueda de respuestas a un problema literario. Continuó con la alusión a la “lógica” necesaria para la articulación del texto.
Contó algunas anécdotas, de sus viajes por ejemplo, y otra que se llevó algunas sonrisas, cuando dijo que actualmente se despierta con un endecasílabo en su cabeza (endecasílabo, verso de once sílabas). Esto, él lo llama “brote”.
Otra de las preguntas que formuló, supongo, que desde la mirada de crítico literario, fue referida a las “metáforas”, si son o no arte, para él, el taller es donde se trabajan las artesanías pero no se hace arte. Al menos es lo que entendí, puede que no sea correcto, o que no esté bien redactado de mi parte. Cuando escribe, o bien lee otros autores, espera algo más que una metáfora, el texto tiene que conmover al lector.
Hasta que punto esto es así, no lo sé, personalmente no creo que todos los textos tengan como objetivo el conmover, o visto desde otro aspecto, no todos se conmueven con lo mismo que leen.
Es un autor que escribió una variedad de obras que van en narrativa, novela, ensayo, poemas, artículos, columnas de opinión y crítica literaria. Pero según dijo, desde su mirada, habiendo cruzado por tantos caminos, si hay un hilo en común que conecte todo, “siempre está contando algo, narrando para comunicar”, así ha dicho.
La charla era breve y solo se trataba de un encuentro, esto es alrededor de una hora y media, básicamente lo que hizo fueron acercamiento a títulos de temas que cada uno por su cuenta, al menos aquellos que les interese, pueden profundizar, abrió un camino, trazó algunas líneas que a cada quien sabrá si les sirven o no.
En cuanto al público asistente, tomando como referencia, la charla anterior, diría que la mitad de los asistentes se renovó. Y diría que en un 80% (calculado a ojo) eran personas mayores a los 55/60 años, no obstante, cuando se dirigía al público con algún consejo decía “a ustedes, los jóvenes”, y me preguntaba ¿nos hablará a nosotros? ¿estará viendo bien a la audiencia? ¿estará halagando al público?, pero pensándolo desde otra perspectiva, este señor tiene 87 años, para él todos éramos jóvenes, los más viejos que había en la sala tenían entre 10 y 15 años menos que él. Comento este parecer que contempla el tema de la edad, dado que el mismo hizo algunas bromas con la edad (por ejemplo, mencionó la cantidad de vivencias acumuladas, y aquello poco que recordaba que le podía servir cuando de escribir algo nuevo se trataba, y otros ejemplos más), además que no parece que tenga tantos años y se mueva tan bien, de hecho se lo hicieron saber otros asistentes del público, felicitándolo. Cuando contestaba preguntas, se notaba que tenía un caudal de conocimiento, a veces la respuesta comenzaba de forma pedante, pero enseguida la reencauzaba para completarla con algún chiste, alguna broma, alguna anécdota.
En referencia al público asistente, algunos dejaban bastante que desear, maleducados e irrespetuosos, esta vez se hizo notar la presencia de celulares, algunos ni siquiera tuvieron la delicadeza de apagarlo, suponiendo que tu cerebro esté tan apegado al aparato, que tengas una adicción al teléfono de la que no podes no atender ¿no tenían otra alternativa? Sí, muchas opciones, colocarle volumen bajo, ponerlo en silencio pero con luz titilante, configurar modo vibrante, pero nada alcanza a estos personajes irrespetuosos que para llamar la atención, y faltándoles el respeto al resto de los asistentes y a quienes están brindando la charla, permiten hacer sonar el teléfono a máximo volumen, no lo apagan, hacen que todos asistentes los miren con cara “que irrespetuosa que sos” y se van a hablar a la escalera, ahí mismo molestando ¿quién te quiere escuchar?, fuimos a escuchar al invitado, no a vos ¿te crees estrella?, y otros que no llegaron a ese punto pero que se permitían una o dos sonadas hasta que lo apagaban. Otro caso era el de un muchacho grandulón que fue con una mujer, daba la sensación de haber ido a acompañar a su pareja, mientras ella estaba respetuosamente atenta a lo que hablaba el conferenciante, este sujeto paveaba, se ve que sufría el calor de la sala dado que las orejas las tenía sumamente coloradas, y para matar el aburrimiento se puso a revolver el cabello de su compañera, y jugaba con ese bendito cabello como su fuera un niño, todo el tiempo lo enroscaba, lo revoleaba y de nuevo repetía, la miraba a ella y no al invitado, luego con aire de superación, se había recostado en dos sillas cual si fueran un sillón, y brindaba un espectáculo ridículo a todos los que estábamos detrás, me pregunto, si queres cuchichar, ¿no te podés ir a un bar o una plaza? ¡estás en una conferencia! El invitado y el público asistente merece algo de respeto. Evidentemente a este individuo con comportamiento de niño, eso no le interesaba. Hasta que llegaron las preguntas, si bien algunas fueron moderadas y un par de asistente lo felicitaron, hubo dos individuos que se hicieron notar, primero porque preguntaban y preguntaban, habían acaparado el micrófono y parece que no se saciaban con las respuestas, pero dieron la nota en otro aspecto. Una primera asistente confrontó al escritor invitado con una tanda de inquisidoras preguntas, daba la sensación que la asistente se sentía ofuscada con el escritor por lo que decía y lo confrontaba con lo que el mismo escritor había publicado en el diario Página12 donde es columnista. La preguntante se encontraba desencantada con las respuestas que recibía por parte del escritor y retomaba con nuevas preguntas, parecía que buscaba escuchar las respuestas que ella quería escuchar y no otras, y lo indagó mencionado a una poetisa argentina, la respuesta parece que le gustó menos que las anteriores, luego bajó un tono (previo leve abucheo de la sala) y las preguntas que siguió realizando fueron más tranquilas. Tomó el micrófono otro asistente, realizó varias preguntas, hasta que llegado un momento, saca de su bolsillo un recorte de dos páginas del diario oficialista Tiempo Argentino, con un texto de otro escritor y confronta al invitado leyéndole algún párrafo. Es crítico literario, no necesita que le lean un párrafo de otro autor. ¿Con qué necesidad de hacer eso? Si tenía ganas de llevar un par de hojas de diario ¿por qué no llevó algo escrito por el invitado? El tema del ciclo es Tips de escritura, y hay tres escritores invitados claramente identificados ¿qué necesidad de llevar textos de otro autores? Todos podemos llevar y confrontar a los invitados con los miles y miles de escritores que hay en el mundo (o que existieron alguna vez) pero me parece bastante desubicado. Hasta casi una falta de respeto, si llevan de invitado a A, bueno… hablamos de A. ¿Cómo vas a ir a con escritos de B o C? ¿Cuál es la finalidad? ¿Cuál es el balance? ¿Qué objetivo se persigue? ¿Se logró algo productivo para el conferencista y/o los asistentes? Nada. Finalmente, el preguntante obtuvo su respuesta, volvió a doblar el cuatro las hojas de diario y se las guardó en el bolsillo.
Cumplido el horario, aplaudimos al escritor y finalizó el encuentro. A esperar el próximo jueves en el último de los encuentros.
La crónica de la primera charla se la puede leer en el link que sigue http://reuniendoletras.blogspot.com.ar/2015/10/ciclo-tips-de-escritura-i.html motivo por el cual, esta vez, pasaré directo a comentar la charla sin presentar las cuestiones básicas ya comentadas en el entrada mencionada.
El escritor invitado para la charla de hoy, en el mismo lugar El Ateneo Grand Splendid, fue Noe Jitrik. No tenía idea quien era, ni que había escrito. Nunca lo había sentido nombrar, ni jamás había leído algo de este escritor. Busqué en internet, para no asistir ignorando de quien se trataba. El link a su biografía en Wikipedia es https://es.wikipedia.org/wiki/No%C3%A9_Jitrik
Esta vez llegué muy temprano, una hora y un tanto más antes que comience, pero no me importaba, tenía toda la librería para recorrer, así que busqué el anaquel que me interesaba en gusto, busqué y encontré un libro que me compré, que ya lo comentaré más adelantes, y es de una temática que me interesa pero no me deslumbra, quizás para tener un acercamiento ente literatura y números o matemáticas.
Ahora, me dirigí al tercer piso, y me encuentro que no había nada armado, nada preparado. Empecé a cuestionarme si había o no había charla. Volví a bajar, continué mirando libros, al rato miro para arriba y veo que comienzan a preparar la mesa. Volví a subir, y un empleado ya estaba colocando las sillas. La exposición de fotografías de la semana pasada ya había sido levantada, esta vez no había nada, las paredes solas. El encargado ya había ubicado las tres primeras filas, así que me senté en una para ir ojeando el libro. Se acerca y me dice “tenés para elegir”, y así es, era el primero en llegar, todas las sillas a mi disposición, una vez que colocó un par de filas más, me cambié al lugar que más me gustaba y allí me quedé. Al rato, el empelado sentenció “suficiente” y se acabaron las sillas. Las conté. Total 34, 13 sillas menos que la charla anterior. No se equivocó, este escritor efectivamente tuvo menos convocatoria. Si bien se ocuparon en su totalidad, tampoco hubo necesidad de más, había dos o tres personas paradas, pero era porque así lo querían, porque entre todos los sentados, quedaban disponibles dos o tres lugares.
Mientras estaba sentado, leyendo a vuelo de pájaro el libro comprado, observaba alrededor. A medida que pasaba el tiempo comenzaban a llegar asistentes a la charla, aunque muchos, diría la mitad, llegan sobre la hora misma a riesgo de no encontrar asiento, pero al menos en esta charla todos encontraron lugar. Muchos turistas, de paseo, recorriendo el lugar. Muchos visitantes suben hasta el tercer piso para tomar las fotografías. Hay una empleada, que atiende en el tercer piso, y no es de los que dan ayuda con respecto a los libros, aquí estaban entregando y/o vendiendo entradas, entradas para algún evento de algún artista, y este día tenía mucho trabajo, era incesante la cantidad de gente que subía por su entrada, si bien la atención era rápida, a los que iba a buscar entrada (supongo que la habrían ganado o reservado) solo presentaban el documento y se la entregaban, y los que iban a comprarla, elegían el lugar y la abonaban, se formaban filas de tres o cuatro personas, algunos indecisos como un par de mujeres que cuando se enteraron que la ubicación campo costaba 900 pesos, pensaron a viva voz “con ese dinero llenamos la heladera, mejor lo pensamos y volvemos”.
Había pasado media hora de la hora estipulada, y ni el moderador ni mucho menos el invitado, habían llegado. 19:30hs, media hora más tarde, ingresaron saliendo del ascensor, y en los cuatro metros desde el ascensor hasta la mesa de conferencia, el escritor invitado se cruza con un asistente con el cual evidentemente se conocía, se saludan y comienzan una charla personal entre ellos. Y el resto, bien… gracias, ahí esperando, y parece que se sentían cómodos dado que seguían charlando sin sentirse molestados por las miradas de los asistentes que esperaban, que esperábamos, hasta que el moderador haciendo uso del micrófono tuvo que llamarlo, ahí fue que completó los dos metros que faltaban y dio comienzo a la charla del día.
Tomó la palabra el moderador Maximiliano Tomas y presentó al invitado Noe Jitrik, tal y como está publicado en el Facebook de El Ateneo, leyendo lo siguiente: “Nació en Buenos Aires en 1928. Crítico, ensayista, poeta y escritor de ficciones, fue uno de los integrantes centrales de la revista Contorno desde 1953. Trabajó como profesor universitario en la Argentina y en el extranjero. Entre 1974 y 1987 vivió exiliado en México, donde no dejó de publicar. Desde 1999 dirige la Historia Crítica de la Literatura Argentina, publicada en doce tomos. Obtuvo premios como el Casa de las Américas, el Konex de Platino y doctorados honoris causa en casas de estudio de la Argentina, Uruguay y México. Entre decenas de libros teóricos y narrativos, de sus últimas obras podemos mencionar Cálculo equivocado, Los lentos tranvías, Amaneceres, Mediodía y Casa Rosada.”
Aquí, el escritor invitado realizó una primera corrección, no es Amaneceres sino que el libro se titula Atardeceres. Ahora, leyendo en internet, dicho libro versa sobre “recuerdos de la infancia en un pueblito de la provincia de Buenos Aires”, y esto, que a primera vista podría parecer casual, inocente, ingenuo, ahora que lo pienso, podría no haberlo sido tanto, un pensamiento conspirativo, pero ¿a cuenta de qué? Allí mismo al comienzo de la charla, el moderador planteó el tema, donde había nacido el escritor, diciendo que en internet, se daba un caso raro, debido a que diferentes biografías situaban el nacimiento en distintos lugares, al menos en tres ubicaciones diferente, y las mencionó, aunque el escritor salvó cualquier duda aseverando haber nacido “en un pueblito de la provincia de Buenos Aires”. Algo escueto y conciso pero no mucho más. ¿Casualidad la del error en “Amaneceres-Atardeceres” y luego la “duda del lugar de nacimiento”? para ahora conocer que el libro Atardeceres trata de “recuerdos de la infancia en un pueblito de la provincia de Buenos Aires”. Quedará en cada uno sacar conclusiones. No se pierde nada embarcándose en algo tan ingenuo como eso, pero se gana un mínimo en publicidad, y en última instancia, los escritores viven de escribir, y deben vender sus obras (como la charla pasada donde se insinuaba de forma indirecta la realización de talleres de escritura de la escritora). Si así fue, la hicieron bien. Si fue un error, una transpié del presentador y de quien redactó la breve reseña (o quizás la copiaron de Wikipedia donde también figura mal el título del libro, al menos a octubre de 2015).
Este escritor nos comentó algunos conceptos teóricos: escribir a manos, requiere tiempo extendido, pero es muy bueno para realizar poesías, por ejemplo. Escribir en computadora requiere respuestas inmediatas, y es muy bueno para escribir reflexiones o cartas, por ejemplo. Hizo mención a la época de las máquinas de escribir, antepasado de las pc, algo más rico, en el aspecto que permitía realizar una “genética textual”. Resaltó la importancia de tomar notas.
Hizo mención a una película, si bien no dijo el título, se trata de El verano de sus vidas. The Magic of Belle Isle (Summer at Dog Dave's) (2012) http://www.filmaffinity.com/es/film643353.html donde el actor Morgan Freeman, representando el papel de lisiado en una silla de ruedas, como escritor agobiado, en diálogo con una niña, realiza una reflexión sobre escribir ficción, diciendo “escribir aquello que todavía no está” (imaginación).
A partir de aquí, el invitado, previamente aclarando que no es su caso el antes comentado, nos habla de su particular manera de comenzar un texto, un escrito. Él necesita de una frase. Para todo lo que escribe, necesita una frase inicial. Una frase inicial que exige alimentación. Luego se pasa al segundo momento que es el de la articulación. Cuando hablaba de la frase inicial, enumeró algunos caracteres de la misma: no viene de afuera, no es pura, siempre viene trabajada, “contaminada” de reminiscencias, esta frase inicial proviene del inconsciente, aquél lugar que contiene una acumulación de conceptos, pero solo de aquellos conceptos registrados, y es registrado todo aquellos que para el cerebro tiene un sentido. De esa profundidad del inconsciente surge la frase inicial. Aquí formuló un interrogante ¿existe la espontaneidad? Pero decidió no ahondar dado que se estaba rozando áreas de la psicología y la filosofía y se volvería extenso tratarlo excediendo el tema planteado.
De alguna manera, esto es mi opinión personal, todas aquellas personas necesitan de una frase con la cual comenzar, e imagino que esa frase primeramente surge en la cabeza de uno o bien en algún momento llegó del exterior, pero uno la analiza y luego la traslada al texto. Por eso, no entendí muy bien, esa idea de la frase inicial. Ya que me parece que es una generalidad. Pero supongo que hacía referencia a la “frase justa y necesaria”, esa y no otra la que dará comienzo a su escrito. O aquella frese que luego no será modificada, suprimida o cambiada de lugar una vez que ha comenzado. De todas maneras me resulta algo confuso.
Hizo referencia a la importancia de tener un buen comienzo. Mencionó el “resplandor de la frase”. Habló sobre los ensayos que deben estar siempre motivados, de las “frases cerradas” propias de los poemas o que dan origen a poemas, y de las “frase abiertas” que dan lugar a la narrativa. También comentó la búsqueda de respuestas a un problema literario. Continuó con la alusión a la “lógica” necesaria para la articulación del texto.
Contó algunas anécdotas, de sus viajes por ejemplo, y otra que se llevó algunas sonrisas, cuando dijo que actualmente se despierta con un endecasílabo en su cabeza (endecasílabo, verso de once sílabas). Esto, él lo llama “brote”.
Otra de las preguntas que formuló, supongo, que desde la mirada de crítico literario, fue referida a las “metáforas”, si son o no arte, para él, el taller es donde se trabajan las artesanías pero no se hace arte. Al menos es lo que entendí, puede que no sea correcto, o que no esté bien redactado de mi parte. Cuando escribe, o bien lee otros autores, espera algo más que una metáfora, el texto tiene que conmover al lector.
Hasta que punto esto es así, no lo sé, personalmente no creo que todos los textos tengan como objetivo el conmover, o visto desde otro aspecto, no todos se conmueven con lo mismo que leen.
Es un autor que escribió una variedad de obras que van en narrativa, novela, ensayo, poemas, artículos, columnas de opinión y crítica literaria. Pero según dijo, desde su mirada, habiendo cruzado por tantos caminos, si hay un hilo en común que conecte todo, “siempre está contando algo, narrando para comunicar”, así ha dicho.
La charla era breve y solo se trataba de un encuentro, esto es alrededor de una hora y media, básicamente lo que hizo fueron acercamiento a títulos de temas que cada uno por su cuenta, al menos aquellos que les interese, pueden profundizar, abrió un camino, trazó algunas líneas que a cada quien sabrá si les sirven o no.
En cuanto al público asistente, tomando como referencia, la charla anterior, diría que la mitad de los asistentes se renovó. Y diría que en un 80% (calculado a ojo) eran personas mayores a los 55/60 años, no obstante, cuando se dirigía al público con algún consejo decía “a ustedes, los jóvenes”, y me preguntaba ¿nos hablará a nosotros? ¿estará viendo bien a la audiencia? ¿estará halagando al público?, pero pensándolo desde otra perspectiva, este señor tiene 87 años, para él todos éramos jóvenes, los más viejos que había en la sala tenían entre 10 y 15 años menos que él. Comento este parecer que contempla el tema de la edad, dado que el mismo hizo algunas bromas con la edad (por ejemplo, mencionó la cantidad de vivencias acumuladas, y aquello poco que recordaba que le podía servir cuando de escribir algo nuevo se trataba, y otros ejemplos más), además que no parece que tenga tantos años y se mueva tan bien, de hecho se lo hicieron saber otros asistentes del público, felicitándolo. Cuando contestaba preguntas, se notaba que tenía un caudal de conocimiento, a veces la respuesta comenzaba de forma pedante, pero enseguida la reencauzaba para completarla con algún chiste, alguna broma, alguna anécdota.
En referencia al público asistente, algunos dejaban bastante que desear, maleducados e irrespetuosos, esta vez se hizo notar la presencia de celulares, algunos ni siquiera tuvieron la delicadeza de apagarlo, suponiendo que tu cerebro esté tan apegado al aparato, que tengas una adicción al teléfono de la que no podes no atender ¿no tenían otra alternativa? Sí, muchas opciones, colocarle volumen bajo, ponerlo en silencio pero con luz titilante, configurar modo vibrante, pero nada alcanza a estos personajes irrespetuosos que para llamar la atención, y faltándoles el respeto al resto de los asistentes y a quienes están brindando la charla, permiten hacer sonar el teléfono a máximo volumen, no lo apagan, hacen que todos asistentes los miren con cara “que irrespetuosa que sos” y se van a hablar a la escalera, ahí mismo molestando ¿quién te quiere escuchar?, fuimos a escuchar al invitado, no a vos ¿te crees estrella?, y otros que no llegaron a ese punto pero que se permitían una o dos sonadas hasta que lo apagaban. Otro caso era el de un muchacho grandulón que fue con una mujer, daba la sensación de haber ido a acompañar a su pareja, mientras ella estaba respetuosamente atenta a lo que hablaba el conferenciante, este sujeto paveaba, se ve que sufría el calor de la sala dado que las orejas las tenía sumamente coloradas, y para matar el aburrimiento se puso a revolver el cabello de su compañera, y jugaba con ese bendito cabello como su fuera un niño, todo el tiempo lo enroscaba, lo revoleaba y de nuevo repetía, la miraba a ella y no al invitado, luego con aire de superación, se había recostado en dos sillas cual si fueran un sillón, y brindaba un espectáculo ridículo a todos los que estábamos detrás, me pregunto, si queres cuchichar, ¿no te podés ir a un bar o una plaza? ¡estás en una conferencia! El invitado y el público asistente merece algo de respeto. Evidentemente a este individuo con comportamiento de niño, eso no le interesaba. Hasta que llegaron las preguntas, si bien algunas fueron moderadas y un par de asistente lo felicitaron, hubo dos individuos que se hicieron notar, primero porque preguntaban y preguntaban, habían acaparado el micrófono y parece que no se saciaban con las respuestas, pero dieron la nota en otro aspecto. Una primera asistente confrontó al escritor invitado con una tanda de inquisidoras preguntas, daba la sensación que la asistente se sentía ofuscada con el escritor por lo que decía y lo confrontaba con lo que el mismo escritor había publicado en el diario Página12 donde es columnista. La preguntante se encontraba desencantada con las respuestas que recibía por parte del escritor y retomaba con nuevas preguntas, parecía que buscaba escuchar las respuestas que ella quería escuchar y no otras, y lo indagó mencionado a una poetisa argentina, la respuesta parece que le gustó menos que las anteriores, luego bajó un tono (previo leve abucheo de la sala) y las preguntas que siguió realizando fueron más tranquilas. Tomó el micrófono otro asistente, realizó varias preguntas, hasta que llegado un momento, saca de su bolsillo un recorte de dos páginas del diario oficialista Tiempo Argentino, con un texto de otro escritor y confronta al invitado leyéndole algún párrafo. Es crítico literario, no necesita que le lean un párrafo de otro autor. ¿Con qué necesidad de hacer eso? Si tenía ganas de llevar un par de hojas de diario ¿por qué no llevó algo escrito por el invitado? El tema del ciclo es Tips de escritura, y hay tres escritores invitados claramente identificados ¿qué necesidad de llevar textos de otro autores? Todos podemos llevar y confrontar a los invitados con los miles y miles de escritores que hay en el mundo (o que existieron alguna vez) pero me parece bastante desubicado. Hasta casi una falta de respeto, si llevan de invitado a A, bueno… hablamos de A. ¿Cómo vas a ir a con escritos de B o C? ¿Cuál es la finalidad? ¿Cuál es el balance? ¿Qué objetivo se persigue? ¿Se logró algo productivo para el conferencista y/o los asistentes? Nada. Finalmente, el preguntante obtuvo su respuesta, volvió a doblar el cuatro las hojas de diario y se las guardó en el bolsillo.
Cumplido el horario, aplaudimos al escritor y finalizó el encuentro. A esperar el próximo jueves en el último de los encuentros.
martes, 6 de octubre de 2015
El Umbral Del Bosque.
(2015-01-03) Este libro, El Umbral Del Bosque, lo vi en la mesa de una librería, una vez, dos veces, y así lo dejé pasar. La primera vez que lo ví me llamó la atención el dibujo de la portada. Un tapa atrapante. No pasó mucho tiempo que regresé y lo compre. Por supuesto que antes leí la contratapa donde hay una sinopsis de que va la historia. Y es que me llama la atención la vida común y la vida de viajeros en la Edad Media, si bien la trama del libro gira en torno a otro tema, los viajes, peligros y aventuras se encuentran y uno puede tomar lo que le interesa, que en este caso no fue mucho.
El libro es lectura agradable y sencilla. Se lee rápido. Otra cuestión, para considerar, es el tema del vampirismo, las criaturas inmortales, lo sobrenatural, mucho de esa temática sobre la cual gira la novela y que nunca había leído nada al respecto más que algunos clásicos relatos cortos. Así que le di una oportunidad para conocer la materia de este mundo literario.
El autor es el argentino Patricio Sturlese, que tiene en su haber, hasta hoy día, tres obras (El inquisidor, 2007; La sexta via, 2009 y El umbral del bosque, 2012). La página web del autor y que también posee comentario de sus textos es http://www.sturlese.net/index2.html . La editorial es Suma de Letras, http://www.sumadeletras.com/ar/
Antes de entrar en mis comentarios personales sobre la lectura de este libro, voy a copiar un fragmento que alguien (o varios) escribieron en la entrada de Wikipedia y dice “Es una novela de terror gótico ambientada en Escandinavia, durante el año 1604. Da comienzo en Hungría, cuando la condesa Elizabeth Báthory contrata los servicios del navegante veneciano Pier Ugo Mameli con el fin de transportar un antiguo arcón propiedad de su familia, oculto en Asia, para repatriarlo a su castillo. Sin embargo, en uno de los puertos en los que atraca su barco, el capitán Mameli permite embarcar a un grupo de mujeres aparentemente indefensas que pertenecen a la aristocracia nórdica. Estas jóvenes pronto comienzan a desvelar sus auténticas intenciones aterrorizando a la tripulación; macabras y extrañas muertes se suceden y empujan al capitán a examinar el contenido del arcón, cuando dentro, descubre el misterio que hará cambiar por completo el rumbo de su travesía. El umbral del bosque narra una historia de ambiente oscuro y gótico, que adentra en los orígenes de la repentina extinción de los reyes noruegos en 1387 y la maldición que cayó sobre ellos, conocida como «La Noche de 400 años», como así también en el mito escandinavo del drävulia.”
http://es.wikipedia.org/wiki/Patricio_Sturlese
A partir de ello, podemos ver que autor, mezcla realidad con ficción, y no está mal, le da un aire verídico bien logrado a la fantástica historia. El libro contiene bastante de lo "sobrenatural" en el desarrollo de la historia. La irrupción de lo fantástico que se mezcla con lo real, o lo que podría ser real en lo cotidiano y termina siendo demasiado fabulado, por eso no hay que tener en cuenta la referencia del medio Página12 en la contratapa, cuando con respecto al autor, en un arranque descontrolado de exageración dice “Un digno descendiente de la factoría de Alejandro Dumas”. Esa frase tira para abajo, es demasiado obsecuente, presume demasiado del autor que a mí no me pareció que fuera así, elogia al autor para magnificarlo, pero cuando uno lee el libro y habiendo leído algunos relatos fantásticos de Dumas, encuentra una brecha importante.
Retomo, en ocasiones, en cuestiones cotidianas hay fabulaciones o exageraciones, que si no hubiesen estado o fuesen más realistas hubiesen quedado mejor, pero solo es mi opinión como lector. Por ejemplo la tarde de caza (pág. 124) o las grandes distancias que se recorren de párrafo a párrafo (págs. 86/87) o el tema de la botella de vino dulce (pág. 109).
Exactamente el párrafo en cuestión dice “Antes de medianoche mi galera fue bautizada como Ictus, para lo cual procedí a romper en el casco una botella de vino dulce que derramó espuma abundante sobre el maderaje”. (pág. 109)
En este párrafo, lo que me hizo ruido fue la “botella de vino dulce”, podría ser el tema de ¿quién bautiza la botadura? ¿el capitán, el fabricante, el dueño del buque, o quién puso el capital para realizarlo (qué muchas veces es el dueño), o el gobernante de turno? pero amén que sea uno u otro, la especificidad de “botella de vino dulce en el siglo XVII” es lo que no cierra. Busque algo en internet para guiarme un poco y solo encontré lo siguiente:
“Marcelo también les explicó, que la botadura de un barco equivale también a su bautizo y constituye un momento de bastante carga simbólica. La costumbre de romper una botella de champagne contra el casco tiene su origen en la antigüedad, cuando se vertía vino tinto en la cubierta como libación a los dioses del mar. Los vikingos hacían esta ofrenda con la sangre de algún prisionero sobre cuya espalda arrastraban el barco al bajarlo al mar. En todo el mundo, si la botella no se rompe, se cree que trae mala suerte”. (p. 68)
La Odisea Del Albatros de Felix Menor.
“En nuestra Armada, la ceremonia actual une la bendición católica del casco antes de deslizarse en el agua con la costumbre pagana de romper una botella de vino o champagne en la roda, uso que proviene de los antiguos sacrificios humanos que se realizaban en la botadura (esclavos o prisioneros sacrificados al pasarle la quilla sobre sus cuerpos).
La evangelización cambió la sangre por el vino. Posteriormente en épocas modernas se comenzó a envolver la botella en una pequeña red y atarla al cordel, procurando evitar se repitiera lo ocurrido en Inglaterra cuando una princesa de la casa Hannover, siendo madrina de la botadura de un buque de guerra, rompió la botella con tal energía y mala puntería que dio con ella a un espectador causándole severas lesiones, por lo que este inició acciones legales”. (p. 130)
Academia Argentina de Ceremonial. Ceremonial II. Editorial Dunken. Buenos Aires. 2006.
“En un documento del año 1610, el constructor de una de los barcos de la Marina Real del Reino Unido describe el lanzamiento y bautismo de esta nave en el que se contó con la presencia del Príncipe de Gales, y explica cómo el príncipe sostenía en su mano una gran copa diseñada con metales preciosos y llena de vino, bebía un trago ceremonial y luego vertía el contenido de la copa sobre el barco. Finalmente la copa era lanzaba por sobre la borda y cedida como obsequio al constructor del barco.
Con el crecimiento de la economía surgió la necesidad de construir cada vez más barcos y, por lo tanto, los lanzamientos se fueron haciendo cada vez más frecuentes, y resultaba muy costoso contar con una de estas copas en cada uno de ellos; primero se empezaron a reutilizar las copas en varios bautismos de barcos, hasta que finalmente se sustituyó por una botella que se rompe sobre la proa del barco.
Esta práctica quedó finalmente instaurada durante el siglo XVIII, aunque varía de acuerdo a los distintos países.
La primera descripción de un bautismo en los Estados Unidos es la del lanzamiento de una famosa fragata en el año 1797, llamada Constitution por el propio presidente George Washington en honor a la constitución de su país, durante el cual se rompió una botella de vino Madeira.”
http://elgrancatador.imujer.com/3224/como-surgio-la-costumbre-de-bautizar-barcos-rompiendo-una-botella
y también http://www.clubduriel.es/detalle-noticia.php?noticia=EL%20BAUTISMO%20DE%20LOS%20BARCOS&id=236
Esto de la botella de vino dulce en el siglo XVII para bautizar un buque, pareciera rozar u anacronismo como también cuando se refiere al “canto de los bolcheviques” (p. 125) que si bien el término pareciera indicar “miembro de la mayoría” en el novela claramente eran la mayoría, el término bolchevique se hace popular y conocido a raíz de los hechos acaecido a principios del siglo XX.
Otra crítica, en la lectura de este texto, es el tema de los agravios, insultos e injurias, todos muy actuales, a destiempo, y muy argentinos. O están de más, o están a destiempo o están fuera de contexto, fuera de época. Ejemplos hay muchos, pueden verse algunos en las págs. 150/151.
En su momento hace alusión al glögg, que desconocía, se trata de una vino caliente aromatizado con canela, propio de los países nórdicos.
Por lo demás, la novela es pasable, logra crear paisajes, escenas, ambiente acorde a lo que pretende, si bien aparece el misterio y está presente, muchas veces cae en la redundancia de “no te lo puedo decir” al tiempo otra vez “no te lo puedo decir” y así que llega un momento que irrita hasta que se produce el desenlace. Los personajes están bien logrados y definidos. En definitiva vamos a encontrar un poco de todos, de violencia, de suspenso, de erotismo, de aventura, de misterio, de sobrenatural, de historia. Entretiene. En los agradecimientos menciona visita a cementerio, fotografías de interiores de castillos, diversos aportes en materia lingüística, y bastante más, utilizó muchas fuentes que dieron su fruto.
Posee un rico vocabulario. Muchas palabras que no tenía presente o desconocía.
Vocabulario:
Voivodatos. (Wikipedia)
Voivodato (en polaco województwo, a veces también voivodia o afrancesadamente voivodía y antiguamente Palatinado) - división de primer rango en el sistema político administrativo de Polonia. En la Edad Media el Reino estaba dividido en regiones militares dirigidas por un wojewoda o comandante de guerreros. A principios del siglo XIV este sistema se transformó en un sistema de regiones o provincias civiles. Desde 1999 la Polonia moderna está dividida en 16 voivodatos.
Pontón.
(Del lat. ponto, -ōnis).
1. m. Barco chato, para pasar los ríos o construir puentes, y en los puertos para limpiar su fondo con el auxilio de algunas máquinas.
2. m. Buque viejo que, amarrado de firme en los puertos, sirve de almacén, de hospital o de depósito de prisioneros.
3. m. Puente formado de maderos o de una sola tabla.
4. m. Ast. Madero que hace de puente, especialmente en el tejado.
5. m. Gal. Pieza de madera de hilo, que tiene tres pulgadas de canto por tres o cuatro de tabla.
Lábaro.
(Del lat. labărum).
1. m. Estandarte que usaban los emperadores romanos, en el cual, desde el tiempo de Constantino y por su mandato, se puso la cruz y el monograma de Cristo, compuesto de las dos primeras letras de este nombre en griego.
2. m. Este mismo monograma.
3. m. La cruz sin el monograma.
Acastillaje. (Diccionario náutico) http://www.canalmar.com/es/acastillaje
Montaje de toda la jarcia fija y de labor de un barco.
El libro es lectura agradable y sencilla. Se lee rápido. Otra cuestión, para considerar, es el tema del vampirismo, las criaturas inmortales, lo sobrenatural, mucho de esa temática sobre la cual gira la novela y que nunca había leído nada al respecto más que algunos clásicos relatos cortos. Así que le di una oportunidad para conocer la materia de este mundo literario.
El autor es el argentino Patricio Sturlese, que tiene en su haber, hasta hoy día, tres obras (El inquisidor, 2007; La sexta via, 2009 y El umbral del bosque, 2012). La página web del autor y que también posee comentario de sus textos es http://www.sturlese.net/index2.html . La editorial es Suma de Letras, http://www.sumadeletras.com/ar/
Antes de entrar en mis comentarios personales sobre la lectura de este libro, voy a copiar un fragmento que alguien (o varios) escribieron en la entrada de Wikipedia y dice “Es una novela de terror gótico ambientada en Escandinavia, durante el año 1604. Da comienzo en Hungría, cuando la condesa Elizabeth Báthory contrata los servicios del navegante veneciano Pier Ugo Mameli con el fin de transportar un antiguo arcón propiedad de su familia, oculto en Asia, para repatriarlo a su castillo. Sin embargo, en uno de los puertos en los que atraca su barco, el capitán Mameli permite embarcar a un grupo de mujeres aparentemente indefensas que pertenecen a la aristocracia nórdica. Estas jóvenes pronto comienzan a desvelar sus auténticas intenciones aterrorizando a la tripulación; macabras y extrañas muertes se suceden y empujan al capitán a examinar el contenido del arcón, cuando dentro, descubre el misterio que hará cambiar por completo el rumbo de su travesía. El umbral del bosque narra una historia de ambiente oscuro y gótico, que adentra en los orígenes de la repentina extinción de los reyes noruegos en 1387 y la maldición que cayó sobre ellos, conocida como «La Noche de 400 años», como así también en el mito escandinavo del drävulia.”
http://es.wikipedia.org/wiki/Patricio_Sturlese
A partir de ello, podemos ver que autor, mezcla realidad con ficción, y no está mal, le da un aire verídico bien logrado a la fantástica historia. El libro contiene bastante de lo "sobrenatural" en el desarrollo de la historia. La irrupción de lo fantástico que se mezcla con lo real, o lo que podría ser real en lo cotidiano y termina siendo demasiado fabulado, por eso no hay que tener en cuenta la referencia del medio Página12 en la contratapa, cuando con respecto al autor, en un arranque descontrolado de exageración dice “Un digno descendiente de la factoría de Alejandro Dumas”. Esa frase tira para abajo, es demasiado obsecuente, presume demasiado del autor que a mí no me pareció que fuera así, elogia al autor para magnificarlo, pero cuando uno lee el libro y habiendo leído algunos relatos fantásticos de Dumas, encuentra una brecha importante.
Retomo, en ocasiones, en cuestiones cotidianas hay fabulaciones o exageraciones, que si no hubiesen estado o fuesen más realistas hubiesen quedado mejor, pero solo es mi opinión como lector. Por ejemplo la tarde de caza (pág. 124) o las grandes distancias que se recorren de párrafo a párrafo (págs. 86/87) o el tema de la botella de vino dulce (pág. 109).
Exactamente el párrafo en cuestión dice “Antes de medianoche mi galera fue bautizada como Ictus, para lo cual procedí a romper en el casco una botella de vino dulce que derramó espuma abundante sobre el maderaje”. (pág. 109)
En este párrafo, lo que me hizo ruido fue la “botella de vino dulce”, podría ser el tema de ¿quién bautiza la botadura? ¿el capitán, el fabricante, el dueño del buque, o quién puso el capital para realizarlo (qué muchas veces es el dueño), o el gobernante de turno? pero amén que sea uno u otro, la especificidad de “botella de vino dulce en el siglo XVII” es lo que no cierra. Busque algo en internet para guiarme un poco y solo encontré lo siguiente:
“Marcelo también les explicó, que la botadura de un barco equivale también a su bautizo y constituye un momento de bastante carga simbólica. La costumbre de romper una botella de champagne contra el casco tiene su origen en la antigüedad, cuando se vertía vino tinto en la cubierta como libación a los dioses del mar. Los vikingos hacían esta ofrenda con la sangre de algún prisionero sobre cuya espalda arrastraban el barco al bajarlo al mar. En todo el mundo, si la botella no se rompe, se cree que trae mala suerte”. (p. 68)
La Odisea Del Albatros de Felix Menor.
“En nuestra Armada, la ceremonia actual une la bendición católica del casco antes de deslizarse en el agua con la costumbre pagana de romper una botella de vino o champagne en la roda, uso que proviene de los antiguos sacrificios humanos que se realizaban en la botadura (esclavos o prisioneros sacrificados al pasarle la quilla sobre sus cuerpos).
La evangelización cambió la sangre por el vino. Posteriormente en épocas modernas se comenzó a envolver la botella en una pequeña red y atarla al cordel, procurando evitar se repitiera lo ocurrido en Inglaterra cuando una princesa de la casa Hannover, siendo madrina de la botadura de un buque de guerra, rompió la botella con tal energía y mala puntería que dio con ella a un espectador causándole severas lesiones, por lo que este inició acciones legales”. (p. 130)
Academia Argentina de Ceremonial. Ceremonial II. Editorial Dunken. Buenos Aires. 2006.
“En un documento del año 1610, el constructor de una de los barcos de la Marina Real del Reino Unido describe el lanzamiento y bautismo de esta nave en el que se contó con la presencia del Príncipe de Gales, y explica cómo el príncipe sostenía en su mano una gran copa diseñada con metales preciosos y llena de vino, bebía un trago ceremonial y luego vertía el contenido de la copa sobre el barco. Finalmente la copa era lanzaba por sobre la borda y cedida como obsequio al constructor del barco.
Con el crecimiento de la economía surgió la necesidad de construir cada vez más barcos y, por lo tanto, los lanzamientos se fueron haciendo cada vez más frecuentes, y resultaba muy costoso contar con una de estas copas en cada uno de ellos; primero se empezaron a reutilizar las copas en varios bautismos de barcos, hasta que finalmente se sustituyó por una botella que se rompe sobre la proa del barco.
Esta práctica quedó finalmente instaurada durante el siglo XVIII, aunque varía de acuerdo a los distintos países.
La primera descripción de un bautismo en los Estados Unidos es la del lanzamiento de una famosa fragata en el año 1797, llamada Constitution por el propio presidente George Washington en honor a la constitución de su país, durante el cual se rompió una botella de vino Madeira.”
http://elgrancatador.imujer.com/3224/como-surgio-la-costumbre-de-bautizar-barcos-rompiendo-una-botella
y también http://www.clubduriel.es/detalle-noticia.php?noticia=EL%20BAUTISMO%20DE%20LOS%20BARCOS&id=236
Esto de la botella de vino dulce en el siglo XVII para bautizar un buque, pareciera rozar u anacronismo como también cuando se refiere al “canto de los bolcheviques” (p. 125) que si bien el término pareciera indicar “miembro de la mayoría” en el novela claramente eran la mayoría, el término bolchevique se hace popular y conocido a raíz de los hechos acaecido a principios del siglo XX.
Otra crítica, en la lectura de este texto, es el tema de los agravios, insultos e injurias, todos muy actuales, a destiempo, y muy argentinos. O están de más, o están a destiempo o están fuera de contexto, fuera de época. Ejemplos hay muchos, pueden verse algunos en las págs. 150/151.
En su momento hace alusión al glögg, que desconocía, se trata de una vino caliente aromatizado con canela, propio de los países nórdicos.
Por lo demás, la novela es pasable, logra crear paisajes, escenas, ambiente acorde a lo que pretende, si bien aparece el misterio y está presente, muchas veces cae en la redundancia de “no te lo puedo decir” al tiempo otra vez “no te lo puedo decir” y así que llega un momento que irrita hasta que se produce el desenlace. Los personajes están bien logrados y definidos. En definitiva vamos a encontrar un poco de todos, de violencia, de suspenso, de erotismo, de aventura, de misterio, de sobrenatural, de historia. Entretiene. En los agradecimientos menciona visita a cementerio, fotografías de interiores de castillos, diversos aportes en materia lingüística, y bastante más, utilizó muchas fuentes que dieron su fruto.
Posee un rico vocabulario. Muchas palabras que no tenía presente o desconocía.
Vocabulario:
Voivodatos. (Wikipedia)
Voivodato (en polaco województwo, a veces también voivodia o afrancesadamente voivodía y antiguamente Palatinado) - división de primer rango en el sistema político administrativo de Polonia. En la Edad Media el Reino estaba dividido en regiones militares dirigidas por un wojewoda o comandante de guerreros. A principios del siglo XIV este sistema se transformó en un sistema de regiones o provincias civiles. Desde 1999 la Polonia moderna está dividida en 16 voivodatos.
Pontón.
(Del lat. ponto, -ōnis).
1. m. Barco chato, para pasar los ríos o construir puentes, y en los puertos para limpiar su fondo con el auxilio de algunas máquinas.
2. m. Buque viejo que, amarrado de firme en los puertos, sirve de almacén, de hospital o de depósito de prisioneros.
3. m. Puente formado de maderos o de una sola tabla.
4. m. Ast. Madero que hace de puente, especialmente en el tejado.
5. m. Gal. Pieza de madera de hilo, que tiene tres pulgadas de canto por tres o cuatro de tabla.
Lábaro.
(Del lat. labărum).
1. m. Estandarte que usaban los emperadores romanos, en el cual, desde el tiempo de Constantino y por su mandato, se puso la cruz y el monograma de Cristo, compuesto de las dos primeras letras de este nombre en griego.
2. m. Este mismo monograma.
3. m. La cruz sin el monograma.
Acastillaje. (Diccionario náutico) http://www.canalmar.com/es/acastillaje
Montaje de toda la jarcia fija y de labor de un barco.
jueves, 1 de octubre de 2015
Ciclo Tips de Escritura I.
A fines del mes de septiembre recibí un mail, uno de los tantos que llegan, proveniente de Yenny – El Ateneo, donde promocionaban un ciclo de charlas que me llamó la atención. El ciclo se completa en tres encuentros. En cada encuentra participa un escritor. Se llama Tips de Escritura. La improvisación de un decálogo. Modera Maximiliano Tomas. Tres destacados escritores hablaran como se construye un texto de ficción. La escritora que brindó la charla inaugurando el ciclo fue Inés Fernández Moreno. Lugar, El Ateneo Grand Splendid. Entrada libre y gratuita sujeta a capacidad de sala.
Decidí asistir. Así fue que me dirigí algo temprano, una hora antes de comenzar ya estaba en la librería. Realmente no tenía idea de como era “la sala”, su capacidad, y la cantidad de personas convocadas que podían llegar a asistir, a fin de no llegar tarde y quedarme sin lugar opté por llegar bien temprano, y siempre tenía disponible la librería para hojear libros.
Sobre esta librería en particular no tengo mucho que aportar más que varios link con bastante información. Desde hace mucho la conozco y esporádicamente la visito. La primera vez que la visité lo hice en la sucursal de la calle Florida, por sugerencia de mi padre, quizás la primera gran librería que me recomendó recorrer. Pero por cuestiones de gustos y preferencia, no la frecuento mucho, cuando se trata de adquirir libros en alguna librería grande de alguna cadena conocida, prefiero otra que posee una tarjeta que suma puntos y luego a cambio de los puntos entrega libros. El Ateneo también tiene una tarjeta de puntos pero los beneficios son distintos. También me gusta buscar libros en otras librerías que se agrupan en una corredor “librero” que resultan mucho más económico y no difieren en calidad. No obstante, cada tanto recorro El Ateneo, posee mucha cantidad, mucha variedad, y es un placer el solo hecho de visitarlo, son dos pisos, un subsuelo, hay películas, música, juegos, puzzles y muchas categorías de libros, además del bar cuando uno va acompañado y después de adquirir uno o más libros se van a tomar algo y a charlar un rato. Sin contar la arquitectura del lugar que ya bello por sí mismo, aún si no tuviera libros.
Links de interés:
http://www.lanacion.com.ar/103709-la-cadena-yenny-compro-la-tradicional-libreria-el-ateneo
http://www.lanacion.com.ar/5395-el-grand-splendid-sera-una-libreria-el-ateneo
http://www.lanacion.com.ar/429434-cumple-90-anos-la-libreria-el-ateneo
http://www.lanacion.com.ar/979452-el-ateneo-grand-splendid-una-joya-entre-las-librerias-del-mundo
http://www.lanacion.com.ar/618516-cupula-del-grand-splendid-como-ver-la-obra
https://es.wikipedia.org/wiki/El_Ateneo_Grand_Splendid
http://www.buenostours.com/el-ateneo-grand-splendid-bookstore
http://www.turismo.buenosaires.gob.ar/es/atractivo/el-ateneo-grand-splendid
http://www.buenosaires123.com.ar/paseos/libreria-ateneo.php
http://viajes.101lugaresincreibles.com/2013/04/entre-las-librerias-mas-bonitas-del-mundo-el-ateneo-grand-splendid-buenos-aires/
http://www.libreriaateneo.com/
http://www.yenny-elateneo.com/
Comencé a recorrer, pasé al piso primero, y luego llegué al segundo piso. Allí estaba la sala. Un espacio pequeño donde habían acondicionado un escritorio, los parlantes y 47 sillas. Luego de las 3 sillas disponibles en el escritorio, dejaron dos y sumaron otra para el público presente. Ahí entendí el porqué de aquella frase “sujeta a capacidad de la sala”. Era temprano, todavía no había nadie, al menos sentado, tal vez, más personas hacían tiempo recorriendo la librería o no.
Como en muchas de las grandes librerías, dejan espacios para que los visitantes tomen un libro y lo lean allí dentro, entonces, algunas suman el bar, otras agregan sillas o sillones como en este caso. Pero los sillones no son muchos y se ocupan rápidamente. Los pisos superiores están alfombrados, es común ver en dichos pisos varios visitantes leyendo cómodamente sentados en el piso alfombrado. Más que nada jóvenes, y quizás influya los géneros que se encuentran allí arriba: deportes, informática, autoayuda, psicología, educación, manualidades, dietas y nutrición, matemáticas, etc…
En el segundo piso, justo en uno de los rincones, detrás de una estantería, era el lugar elegido por una madre para amamantar a su bebé, también sentada en piso alfombrado como aquellos lectores que comenté antes.
Por mi parte, iba y venía, miraba los títulos en los lomos de los libros, de vez en cuando sacaba alguno para hojearlo o mirarle el índice. Hasta que volví al segundo piso, y las sillas aún seguían vacías.
Alrededor de este sector del piso había una muestra fotográfica. Titulada “Geometría urbana. Buenos Aires” inaugurada el 19 de agosto. Muestra a la que le tomé algunas fotografías y las adjunto a continuación.
La muestra tenía un cartel introductorio que decía:
Cuando ya faltaban 45 minutos para comenzar, llegó la primera participante del público y se sentó. ¿Para qué esperar más? Hice lo mismo, fui y me senté, en la otra punta. Y allí esperaba. Faltando 30 minutos, ya habían llegado más personas, alrededor de 14 estábamos sentados. Menos cuarto de hora, ya sólo quedaban libres alrededor de 17 sillas. 19 horas en punto llegó una mujer, supongo que de la organización de la charla, trajo el agua para los expositores y nos anunció que en 10 minutos comenzaba. Y así fui, pasado los 10 minutos, llegaron la escritora y el moderador.
El moderador era Maximiliano Tomas. Periodista, escritor y crítico argentino. Aquí podemos ver una breve biografía https://es.wikipedia.org/wiki/Maximiliano_Tomas y aquí un enlace a su labor como columnista en un medio http://www.lanacion.com.ar/autor/maximiliano-tomas-2282 se encontraba resfriado, al menos algo congestionado y tal vez eso le haya impedido explayarse un tanto más, no era el único, se notaba que la mitad de los asistentes habían ido acompañado de un resfrío o lo que quedaba de él. Comenzó presentando a la escritora invitada por si había “algún colgado” que no supiera de que se trataba la charla ni quien era la escritora. En mi caso particular, yo era un paracaidista que no tenía ningún conocimiento de su persona ni de sus obras, pero me había tomado el tiempo de buscar en internet información necesaria para tener una idea. Había llegado por el título del ciclo y no por los nombres de los expositores.
A continuación, lo que hizo Maximiliano Tomas fue señalar una breve conceptualización del título del ciclo, o más bien de los títulos del ciclo. Allí radicaba la cuestión, podía verse como una unidad de título o como dos títulos diferentes, y cada uno de los asistentes nos quedábamos con lo que nos pareciera mejor. Yo me quedé con la idea de unidad. El título era Tips de Escritura. La improvisación de un decálogo. Aquí hay que señalar que, desde mi parecer, efectivamente se señalaron varios trucos, pero que en definitiva son generalidades, más que nada, a aquellos que algunas vez leímos algo al respecto, solo se nos los recordaron. Por otro lado, se improvisó, justo dicho, improvisó el moderador un decálogo con los puntos que tomó nota de la exposición de la escritora invitada. Enumeró los puntos de los que anotó en su apunte, y luego se cuestionó si decálogo comprendía solo diez o se valía agregar más, dado que él anotó trece. Aquí voy a recurrir a los diccionarios.
La primera definición de decálogo la tomo del diccionario de Oxford, que en su segunda acepción nos dice “Conjunto de reglas que se consideran básicas para una actividad.”. La segunda definición de decálogo la tomo del diccionario de la Real Academia Española que en su segunda acepción nos dice “Conjunto de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad.”
Así fuesen diez o fuesen trece los ítems, ambos caben en la definición de decálogo.
El moderador luego de presentar a la escritora invitada, le dio la palabra y ella comenzó a hablar. Inés Fernández Moreno. Escritora y publicista argentina. No tiene entrada en Wikipedia (al 10-2015), alguien debería incluirla como escritora, no obstante tiene webpage propia http://www.inesfernandezmoreno.com.ar/ y para conocerla un tanto más, dos reportajes que brindó en los link que siguen http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-1346-2005-12-21.html y http://www.lavoz.com.ar/ciudad-equis/ines-fernandez-moreno-para-escribir-hay-que-chapotear-embarrarse-y-salir-como-se-pueda Si bien en particular no leí nada de ella, tengo presente, solo de vista en las mesas de librerías, tal vez el más conocido de sus libros, llamado La última vez que maté a mi madre. Al año 2015 es la última ganadora del premio literario Sor Juan Inés de la Cruz. http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/FIL-Guadalajara-Ines-Fernandez-Moreno_0_1259874379.html y http://www.lanacion.com.ar/1748329-ines-fernandez-moreno-premiar-literatura-hecha-por-mujeres-es-valioso
Fernández Moreno comenzó a hablar, y primeramente delimitó una línea divisoria, dos momentos, unos cuando una persona tiene una idea y comienza a trabajarla en la tarea de escribir, otro momento, el previo, cuando una persona tiene ganas de escribir y no sabe como comenzar, no le llega la idea, sabe que quiere escribir pero no sabe acerca de que. Así es que ella, propuso hablar de ese momento previo, de donde tomar ideas, como encontrar ese camino que nos lleve a la escritura, estamos motivados, pero nos falta la palabra inicial. No obstante, al mencionar el tema del decálogo, nos comentó que leyó varios, y releyó algunos para brindar la charla, de los cuales, hizo mención a algunos de ellos. El primero de ellos, y quizás el más importante de todos, el de Horacio Quiroga titulado Decálogo del perfecto cuentista que se lo puede leer aquí http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/decalogo_del_perfecto_cuentista.htm luego el decálogo de Augusto Monterroso titulado Decálogo del escritor que se lo puede leer aquí http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/decalogo_del_escritor.htm y finalmente también lo mencionó a Edgar Allan Poe, este último, si bien no dejó un decálogo, si escribió lagunas pautas a seguir, que para tener un acercamiento se pueden leer https://es.wikipedia.org/wiki/El_principio_po%C3%A9tico y https://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_de_la_composici%C3%B3n
Como se puede ver, la escritora señaló lineamientos relativos al cuento (incluyendo la narrativa breve) donde ella se maneja más cómodamente.
Luego, nos comentó algunas anécdotas vivida por ella que luego, trabajadas, la llevó al texto, e incluso las incluyó en algunas de sus obras, por ejemplo, una de esas historias, la de una pareja de desconocidos, que vivían una situación algo extraña, en un subterráneo, y los unía su corte de cabello, una aventura de dos “pelíferos”, que logró que todos los asistentes emitamos algunas risas cuando escuchamos el remate.
En varias ocasiones hizo mención a los talleres, ella dicta talleres de escritura. A algunos les sirven y a otros no. Algunas ideas para trabajar, el hecho de leer mucho como una necesidad para cualquiera que quiera escribir, el saber escuchar a aquellas personas que realizan un relato verbal convincente, el preguntarnos porque y como lo hacen tan bien, el saber observar desde las cosas más pequeñas hasta las más grandes, el intentar describir cosas comunes, la lectura en voz alta de lo que escribimos, el saber mentir, la mentira como medio de relato para la escritura, el pensar lo que escribimos y como lo escribimos,
En el transcurso de la charla, amén, que al comienzo, tanto el moderador como la escritora nos dijeron que iban a tratar que se transforme en una “diálogo” esperando la interacción de los asistentes, que por supuesto no se dio, salvo cuatro o cinco preguntas y no mucho más. En mi caso particular, más que escuchar al resto de los asistentes iba con ganas de escuchar a quien iba de invitada a exponer. Al parecer no todos pensaban igual, dos mujeres que se sentaron detrás cuchichaban entre ellas. Pero nada más, no hubo interrupciones, ni siquiera de los tan comunes teléfonos celulares, no sonó ni uno solo en toda la charla, no es que no los mirasen, pero estaban sin sonido porque en la hora y media no se sintió ninguno.
La participación de los asistentes solo fue con algunas preguntas, ya que prácticamente fueron no más de tres o cuatro personas las que las realizaron. En un momento, una asistente, a modo de ejemplo, relató como le llegó una gran idea para llevarla al texto, fue durante un sueño, imágenes oníricas que por estar soñando no podía escribirlas, y que luego las recordó al despertar, el sueño radicaba en como “se le licuaba la cabeza”, enseguida tomó la palabra otro asistente, y continuando el tema, pero “sin hacer referencia a ningún caso en particular”, consultó por los efectos de los estupefacientes (drogas legales o no) en la “inspiración” de las personas.
Delante mío se sentó una señora bien perfumada. Dentro de la sala hacía calor. Esta señora del perfume se llevó un abanico, y cuando se ventilaba un vientillo con su fragancia llegaba fuertemente hacia los que estábamos atrás. Al lado mío se sentaron dos señoras, que antes de comenzar el ciclo charlaban entre sí. Una de ellas, me ofreció un caramelo, le dije que no y le agradecí, insistió con el argumento “son de miel y limón”, le dije que sí y me lo comí. Otra vez la señora de adelante que aventa su perfume hacia atrás en otra ronda del ventalle que utiliza. Y aquí se dio un diálogo que no se si fue sincero o si fue metáfora. Y nunca lo sabré. Este diálogo fue a viva voz, y lo participaron mis dos vecinas.
- Hoy comí cebolla.
- Sí, se nota.
- ¿Te gusta la cebolla?
- No, no me gusta.
- Tennnnngo un aroma….
- Perfume francés.
Cada tanto alguna intervención de Maximiliano Tomas y Inés Fernández Moreno continuaba con la exposición, llegó recomendar un libro llamado La gramática de la fantasía. Introducción al arte de contar historias de Gianni Rodari, un libro editado hace varios años, se consigue usado o sino también, para estudiar, se lo puede encontrar en internet.
En un momento, comentó que era conveniente que tengamos varios finales disponibles para nuestro escrito, y además que el escritor siempre conoce mucho más de la historia de lo que le llega al lector, y allí fue que mencionó el tema de si es necesario tener una idea de principio a fin, de tener un final para la historia que estamos escribiendo, y lo confrontó con la línea de aquellos autores que sostienen que no es necesario tener un final, que este se pude ir desarrollando a medida que va avanzando la historia, mencionó a Cortázar, y de repente levanta la mirada al frente, y menciona a “Any Shu”, al menos eso fue lo que entendí, había escuchado mal pero algo así dijo, luego continúa con un “ah pero si no me equivoco está allá atrás” y se saluda con una de las personas que se encontraba en la sala. En realidad hacía referencia a Ana María Shua, escritora, autora de novelas y cuentos entre otras obras, ganadora de varios premios y que estaba allí presente, cuya webpage es http://www.anamariashua.com.ar/ y también se puede visitar el link https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Mar%C3%ADa_Shua
Y siguiendo la línea de asistentes escritoras, una mujer que realiza una pregunta y antes se presenta como “hola Inés soy Macarena”, evidentemente se conocían, y luego otra pregunta precedida de “de nuevo yo, Macarena”. Se me ocurrió que era escritora dado que ella misma lo insinuó en sus preguntas, varias veces mencionó la escritura de cuentos, y luego comentó la práctica de tratar de representar físicamente lo que uno se figura en el texto, de modo tal que sea posible existiendo una correspondencia y no que se trate de un delirio imposible. Se me dio por buscar en google, y con solo colocar en la caja de texto “macarena escritora argentina” allí apareció. Efectivamente se trataba de otra escritora presente, Macarena Moraña, que publicó su primera novela este mismo año y cuya webpage es http://maquimora.wix.com/texto
Me pregunto si entre el resto de los asistentes habría más escritores.
No tengo más nada que comentar como crónica de esta primera cita de este ciclo. Estuvo bueno, valió la pena asistir, habiendo en esa pequeña sala al menos tres escritora premiadas (confirmadas, quien sabe si no había más) algo bueno tiene que salir. Ahora a esperar el próximo encuentro.
Decidí asistir. Así fue que me dirigí algo temprano, una hora antes de comenzar ya estaba en la librería. Realmente no tenía idea de como era “la sala”, su capacidad, y la cantidad de personas convocadas que podían llegar a asistir, a fin de no llegar tarde y quedarme sin lugar opté por llegar bien temprano, y siempre tenía disponible la librería para hojear libros.
Sobre esta librería en particular no tengo mucho que aportar más que varios link con bastante información. Desde hace mucho la conozco y esporádicamente la visito. La primera vez que la visité lo hice en la sucursal de la calle Florida, por sugerencia de mi padre, quizás la primera gran librería que me recomendó recorrer. Pero por cuestiones de gustos y preferencia, no la frecuento mucho, cuando se trata de adquirir libros en alguna librería grande de alguna cadena conocida, prefiero otra que posee una tarjeta que suma puntos y luego a cambio de los puntos entrega libros. El Ateneo también tiene una tarjeta de puntos pero los beneficios son distintos. También me gusta buscar libros en otras librerías que se agrupan en una corredor “librero” que resultan mucho más económico y no difieren en calidad. No obstante, cada tanto recorro El Ateneo, posee mucha cantidad, mucha variedad, y es un placer el solo hecho de visitarlo, son dos pisos, un subsuelo, hay películas, música, juegos, puzzles y muchas categorías de libros, además del bar cuando uno va acompañado y después de adquirir uno o más libros se van a tomar algo y a charlar un rato. Sin contar la arquitectura del lugar que ya bello por sí mismo, aún si no tuviera libros.
Links de interés:
http://www.lanacion.com.ar/103709-la-cadena-yenny-compro-la-tradicional-libreria-el-ateneo
http://www.lanacion.com.ar/5395-el-grand-splendid-sera-una-libreria-el-ateneo
http://www.lanacion.com.ar/429434-cumple-90-anos-la-libreria-el-ateneo
http://www.lanacion.com.ar/979452-el-ateneo-grand-splendid-una-joya-entre-las-librerias-del-mundo
http://www.lanacion.com.ar/618516-cupula-del-grand-splendid-como-ver-la-obra
https://es.wikipedia.org/wiki/El_Ateneo_Grand_Splendid
http://www.buenostours.com/el-ateneo-grand-splendid-bookstore
http://www.turismo.buenosaires.gob.ar/es/atractivo/el-ateneo-grand-splendid
http://www.buenosaires123.com.ar/paseos/libreria-ateneo.php
http://viajes.101lugaresincreibles.com/2013/04/entre-las-librerias-mas-bonitas-del-mundo-el-ateneo-grand-splendid-buenos-aires/
http://www.libreriaateneo.com/
http://www.yenny-elateneo.com/
Comencé a recorrer, pasé al piso primero, y luego llegué al segundo piso. Allí estaba la sala. Un espacio pequeño donde habían acondicionado un escritorio, los parlantes y 47 sillas. Luego de las 3 sillas disponibles en el escritorio, dejaron dos y sumaron otra para el público presente. Ahí entendí el porqué de aquella frase “sujeta a capacidad de la sala”. Era temprano, todavía no había nadie, al menos sentado, tal vez, más personas hacían tiempo recorriendo la librería o no.
Como en muchas de las grandes librerías, dejan espacios para que los visitantes tomen un libro y lo lean allí dentro, entonces, algunas suman el bar, otras agregan sillas o sillones como en este caso. Pero los sillones no son muchos y se ocupan rápidamente. Los pisos superiores están alfombrados, es común ver en dichos pisos varios visitantes leyendo cómodamente sentados en el piso alfombrado. Más que nada jóvenes, y quizás influya los géneros que se encuentran allí arriba: deportes, informática, autoayuda, psicología, educación, manualidades, dietas y nutrición, matemáticas, etc…
En el segundo piso, justo en uno de los rincones, detrás de una estantería, era el lugar elegido por una madre para amamantar a su bebé, también sentada en piso alfombrado como aquellos lectores que comenté antes.
Por mi parte, iba y venía, miraba los títulos en los lomos de los libros, de vez en cuando sacaba alguno para hojearlo o mirarle el índice. Hasta que volví al segundo piso, y las sillas aún seguían vacías.
Alrededor de este sector del piso había una muestra fotográfica. Titulada “Geometría urbana. Buenos Aires” inaugurada el 19 de agosto. Muestra a la que le tomé algunas fotografías y las adjunto a continuación.
La muestra tenía un cartel introductorio que decía:
“Geometría Urbana. Unas rectas que conducen a infinitos, perspectivas que se repliegan y vectores de fuga que nos invitan a recorrer la ciudad a través de su arquitectura. ¿Qué se esconde detrás de las simetrías? ¿Qué hay más allá de las invasiones al cielo? La ciudad tiene mucho para contarnos y Geometría Urbana parece explorar cada rincón en búsqueda de respuestas e historias encendidas. Detrás de esas imágenes cuasi minimalistas y aparentemente despojadas, reconocemos una ciudad que vive, late y se expresa en cada una de sus líneas y texturas. Así como detrás de cada lente, un ojo entrenado y curioso nos invita a recorrer y descubrir con una mirada recién adquirida aquello que creíamos cotidiano. La fotografía, como todo arte, es capaz de convertir lo habitual en extraño, ofreciéndonos una imagen completamente nueva de aquello que sin embargo vemos todos los días, invitándonos a convertirnos nosotros también un poco en otros. Eso es lo que esta muestra parece querer recordarnos: que solo hay que mirar con más atención para poder perdernos en la magia de la ciudad y convertir el detalle en infinito.”
El moderador era Maximiliano Tomas. Periodista, escritor y crítico argentino. Aquí podemos ver una breve biografía https://es.wikipedia.org/wiki/Maximiliano_Tomas y aquí un enlace a su labor como columnista en un medio http://www.lanacion.com.ar/autor/maximiliano-tomas-2282 se encontraba resfriado, al menos algo congestionado y tal vez eso le haya impedido explayarse un tanto más, no era el único, se notaba que la mitad de los asistentes habían ido acompañado de un resfrío o lo que quedaba de él. Comenzó presentando a la escritora invitada por si había “algún colgado” que no supiera de que se trataba la charla ni quien era la escritora. En mi caso particular, yo era un paracaidista que no tenía ningún conocimiento de su persona ni de sus obras, pero me había tomado el tiempo de buscar en internet información necesaria para tener una idea. Había llegado por el título del ciclo y no por los nombres de los expositores.
A continuación, lo que hizo Maximiliano Tomas fue señalar una breve conceptualización del título del ciclo, o más bien de los títulos del ciclo. Allí radicaba la cuestión, podía verse como una unidad de título o como dos títulos diferentes, y cada uno de los asistentes nos quedábamos con lo que nos pareciera mejor. Yo me quedé con la idea de unidad. El título era Tips de Escritura. La improvisación de un decálogo. Aquí hay que señalar que, desde mi parecer, efectivamente se señalaron varios trucos, pero que en definitiva son generalidades, más que nada, a aquellos que algunas vez leímos algo al respecto, solo se nos los recordaron. Por otro lado, se improvisó, justo dicho, improvisó el moderador un decálogo con los puntos que tomó nota de la exposición de la escritora invitada. Enumeró los puntos de los que anotó en su apunte, y luego se cuestionó si decálogo comprendía solo diez o se valía agregar más, dado que él anotó trece. Aquí voy a recurrir a los diccionarios.
La primera definición de decálogo la tomo del diccionario de Oxford, que en su segunda acepción nos dice “Conjunto de reglas que se consideran básicas para una actividad.”. La segunda definición de decálogo la tomo del diccionario de la Real Academia Española que en su segunda acepción nos dice “Conjunto de normas o consejos que, aunque no sean diez, son básicos para el desarrollo de cualquier actividad.”
Así fuesen diez o fuesen trece los ítems, ambos caben en la definición de decálogo.
El moderador luego de presentar a la escritora invitada, le dio la palabra y ella comenzó a hablar. Inés Fernández Moreno. Escritora y publicista argentina. No tiene entrada en Wikipedia (al 10-2015), alguien debería incluirla como escritora, no obstante tiene webpage propia http://www.inesfernandezmoreno.com.ar/ y para conocerla un tanto más, dos reportajes que brindó en los link que siguen http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-1346-2005-12-21.html y http://www.lavoz.com.ar/ciudad-equis/ines-fernandez-moreno-para-escribir-hay-que-chapotear-embarrarse-y-salir-como-se-pueda Si bien en particular no leí nada de ella, tengo presente, solo de vista en las mesas de librerías, tal vez el más conocido de sus libros, llamado La última vez que maté a mi madre. Al año 2015 es la última ganadora del premio literario Sor Juan Inés de la Cruz. http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/FIL-Guadalajara-Ines-Fernandez-Moreno_0_1259874379.html y http://www.lanacion.com.ar/1748329-ines-fernandez-moreno-premiar-literatura-hecha-por-mujeres-es-valioso
Fernández Moreno comenzó a hablar, y primeramente delimitó una línea divisoria, dos momentos, unos cuando una persona tiene una idea y comienza a trabajarla en la tarea de escribir, otro momento, el previo, cuando una persona tiene ganas de escribir y no sabe como comenzar, no le llega la idea, sabe que quiere escribir pero no sabe acerca de que. Así es que ella, propuso hablar de ese momento previo, de donde tomar ideas, como encontrar ese camino que nos lleve a la escritura, estamos motivados, pero nos falta la palabra inicial. No obstante, al mencionar el tema del decálogo, nos comentó que leyó varios, y releyó algunos para brindar la charla, de los cuales, hizo mención a algunos de ellos. El primero de ellos, y quizás el más importante de todos, el de Horacio Quiroga titulado Decálogo del perfecto cuentista que se lo puede leer aquí http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/decalogo_del_perfecto_cuentista.htm luego el decálogo de Augusto Monterroso titulado Decálogo del escritor que se lo puede leer aquí http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/decalogo_del_escritor.htm y finalmente también lo mencionó a Edgar Allan Poe, este último, si bien no dejó un decálogo, si escribió lagunas pautas a seguir, que para tener un acercamiento se pueden leer https://es.wikipedia.org/wiki/El_principio_po%C3%A9tico y https://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa_de_la_composici%C3%B3n
Como se puede ver, la escritora señaló lineamientos relativos al cuento (incluyendo la narrativa breve) donde ella se maneja más cómodamente.
Luego, nos comentó algunas anécdotas vivida por ella que luego, trabajadas, la llevó al texto, e incluso las incluyó en algunas de sus obras, por ejemplo, una de esas historias, la de una pareja de desconocidos, que vivían una situación algo extraña, en un subterráneo, y los unía su corte de cabello, una aventura de dos “pelíferos”, que logró que todos los asistentes emitamos algunas risas cuando escuchamos el remate.
En varias ocasiones hizo mención a los talleres, ella dicta talleres de escritura. A algunos les sirven y a otros no. Algunas ideas para trabajar, el hecho de leer mucho como una necesidad para cualquiera que quiera escribir, el saber escuchar a aquellas personas que realizan un relato verbal convincente, el preguntarnos porque y como lo hacen tan bien, el saber observar desde las cosas más pequeñas hasta las más grandes, el intentar describir cosas comunes, la lectura en voz alta de lo que escribimos, el saber mentir, la mentira como medio de relato para la escritura, el pensar lo que escribimos y como lo escribimos,
En el transcurso de la charla, amén, que al comienzo, tanto el moderador como la escritora nos dijeron que iban a tratar que se transforme en una “diálogo” esperando la interacción de los asistentes, que por supuesto no se dio, salvo cuatro o cinco preguntas y no mucho más. En mi caso particular, más que escuchar al resto de los asistentes iba con ganas de escuchar a quien iba de invitada a exponer. Al parecer no todos pensaban igual, dos mujeres que se sentaron detrás cuchichaban entre ellas. Pero nada más, no hubo interrupciones, ni siquiera de los tan comunes teléfonos celulares, no sonó ni uno solo en toda la charla, no es que no los mirasen, pero estaban sin sonido porque en la hora y media no se sintió ninguno.
La participación de los asistentes solo fue con algunas preguntas, ya que prácticamente fueron no más de tres o cuatro personas las que las realizaron. En un momento, una asistente, a modo de ejemplo, relató como le llegó una gran idea para llevarla al texto, fue durante un sueño, imágenes oníricas que por estar soñando no podía escribirlas, y que luego las recordó al despertar, el sueño radicaba en como “se le licuaba la cabeza”, enseguida tomó la palabra otro asistente, y continuando el tema, pero “sin hacer referencia a ningún caso en particular”, consultó por los efectos de los estupefacientes (drogas legales o no) en la “inspiración” de las personas.
Delante mío se sentó una señora bien perfumada. Dentro de la sala hacía calor. Esta señora del perfume se llevó un abanico, y cuando se ventilaba un vientillo con su fragancia llegaba fuertemente hacia los que estábamos atrás. Al lado mío se sentaron dos señoras, que antes de comenzar el ciclo charlaban entre sí. Una de ellas, me ofreció un caramelo, le dije que no y le agradecí, insistió con el argumento “son de miel y limón”, le dije que sí y me lo comí. Otra vez la señora de adelante que aventa su perfume hacia atrás en otra ronda del ventalle que utiliza. Y aquí se dio un diálogo que no se si fue sincero o si fue metáfora. Y nunca lo sabré. Este diálogo fue a viva voz, y lo participaron mis dos vecinas.
- Hoy comí cebolla.
- Sí, se nota.
- ¿Te gusta la cebolla?
- No, no me gusta.
- Tennnnngo un aroma….
- Perfume francés.
Cada tanto alguna intervención de Maximiliano Tomas y Inés Fernández Moreno continuaba con la exposición, llegó recomendar un libro llamado La gramática de la fantasía. Introducción al arte de contar historias de Gianni Rodari, un libro editado hace varios años, se consigue usado o sino también, para estudiar, se lo puede encontrar en internet.
En un momento, comentó que era conveniente que tengamos varios finales disponibles para nuestro escrito, y además que el escritor siempre conoce mucho más de la historia de lo que le llega al lector, y allí fue que mencionó el tema de si es necesario tener una idea de principio a fin, de tener un final para la historia que estamos escribiendo, y lo confrontó con la línea de aquellos autores que sostienen que no es necesario tener un final, que este se pude ir desarrollando a medida que va avanzando la historia, mencionó a Cortázar, y de repente levanta la mirada al frente, y menciona a “Any Shu”, al menos eso fue lo que entendí, había escuchado mal pero algo así dijo, luego continúa con un “ah pero si no me equivoco está allá atrás” y se saluda con una de las personas que se encontraba en la sala. En realidad hacía referencia a Ana María Shua, escritora, autora de novelas y cuentos entre otras obras, ganadora de varios premios y que estaba allí presente, cuya webpage es http://www.anamariashua.com.ar/ y también se puede visitar el link https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Mar%C3%ADa_Shua
Y siguiendo la línea de asistentes escritoras, una mujer que realiza una pregunta y antes se presenta como “hola Inés soy Macarena”, evidentemente se conocían, y luego otra pregunta precedida de “de nuevo yo, Macarena”. Se me ocurrió que era escritora dado que ella misma lo insinuó en sus preguntas, varias veces mencionó la escritura de cuentos, y luego comentó la práctica de tratar de representar físicamente lo que uno se figura en el texto, de modo tal que sea posible existiendo una correspondencia y no que se trate de un delirio imposible. Se me dio por buscar en google, y con solo colocar en la caja de texto “macarena escritora argentina” allí apareció. Efectivamente se trataba de otra escritora presente, Macarena Moraña, que publicó su primera novela este mismo año y cuya webpage es http://maquimora.wix.com/texto
Me pregunto si entre el resto de los asistentes habría más escritores.
No tengo más nada que comentar como crónica de esta primera cita de este ciclo. Estuvo bueno, valió la pena asistir, habiendo en esa pequeña sala al menos tres escritora premiadas (confirmadas, quien sabe si no había más) algo bueno tiene que salir. Ahora a esperar el próximo encuentro.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)