Ficha Técnica.
Título: Las cataratas del Coppermine. Crimen y locura en el Ártico, 1913.
Autor: Mckay Jenkins.
Título original: Bloody Falls of the Coppermine.
Editorial: Océano.
www.oceano.com
Año: 2008.
Traducción: Lucas Guerrero Fernández.
Edición al cuidado de Noemí Sobregués.
Diseño de cubiertas: Tono Cristófol.
Págs.:296
Reseña.
Ártico canadiense, invierno de 1913.
Dos sacerdotes católicos inician una peligrosa mision con un propósito que ningún otro hombre blanco había logrado hasta entonces: buscar y convertir a su fe a los últimos cazadores-recolectores de Norteamérica. Caminaron por la árida y desoladora region conocida como Barren Lands hasta llegar a la desembocadura del Coppermine en el Ártico. Pero su destino, como el de los esquimales que allí encontraron, daría un giro inesperado y trágico.
A los tres días de su llegada asesinaron a los sacerdotes, les arrancaron el hígado y se lo comieron. Tras haber sobrevivido cinco mil años aislados en sus remotas e inhóspitas tierras, los últimos inuit de Norteamérica estaban a punto de enfrentarse a la justicia occidental.
Dos años después del asesinato, Denny LaNauze, un agente de la Real Policia Montada del Noroeste encabezó otra expedición de casi cinco mil kilómetros en busca de los desaparecidos. Cuando regresó a Edmonton con dos esquimales, Sinnisiak y Uluksuk, su labor se había convertido en leyenda. La prensa pregonaba la llegada de los asesinos presentándolos como reliquias de la edad de piedra.
Una de las historias reales más trágicas del Ártico y un juicio memorable en la historia de Norteamérica.
Autor.
Mckay Jenkins se licenció en Amherst, en la Graduate School of Journalism de Columbia, y se doctoró en filología inglesa en Princeton. Es autor de The Last Ridge: The Epic Story of America´s First Mountain Soldiers and the Assault on Hitler´s Europe (Random House, 2000), The South in Black and White: Race, Sex and Literature in 1940s (University of California Press, 1999) y editor del The Peter Matthiessen Reader. En la actualidad es profesor de inglés y da clases de periodismo en la University of Delaware.
Este libro lo compré en una librería de saldo hace un par de años, lo tenía e la biblioteca, y ahora lo saqué y lo leí.
En su momento me había llamado la atención la portada, no es un libro que se venda (al menos en mi caso) por el nombre del autor que se encontraba en tamaño “normal” y además me resultaba desconocido. Pero la imagen de la portada, los esquimales pescando en el frío, un mapa de Canadá y las regiones Árticas, la palabra Coppermine en rojo, rojo sangre que sumado al panorama gris presentado en la portada, muy sombrío, y a todo eso se le suman las palabras crimen y locura, tenía ante mí un libro que por su presentación no podía dejarlo pasar. Aquella vez cuando lo vi por primera vez, leí la reseña de la contratapa y me imaginé una historia de aventura con secuelas trágicas. Así fue, es lo que ofrece el libro. Muchas páginas, muchas información, bien armado y redactado. Lo leí y me gustó mucho. Trae enumerada la bibliografía, una cuantas notas, un apéndice central con fotografías de época, y un mapa para ubicarnos en el lugar donde se desarrollaron los hechos.
El autor no esconde nada, no es un libro para “sorprenderse” por los acontecimientos que van a suceder, sino más bien, la sorpresa viene a medida que vamos leyendo los hechos que sucedieron y como sucedieron. De entrada ya sabemos que dos sacerdotes fueron a evangelizar a los esquimales, dos esquimales los mataron, y dos años después una partida de agentes policiales fue a buscar a los asesinos, los atraparon y los trajeron a la ciudad para ser juzgados por su crimen.
Tal es así, que el libro se divide en 3 partes. La primera parte es la que refiere a los esquimales, la vida y costumbres de ellos, los primeros contactos con el hombre blanco, los primeros avanzados (pioneros), comerciantes y tramperos, cazadores y misioneros, agentes policiales, indios, y por el otro lado, los esquimales, aislados del mundo, como empiezan a sufrir las consecuencias del entrecruzamiento de sociedades, la vida (en su conjunto) de estos pueblos, creencias, prácticas, etc… la primera parte llega hasta el momento que se comete el crimen y dos sacerdotes son muertos. La segunda parte aborda el tema de cuando llegan las noticias, el rumor, lo que se comenta, algún infortunio con otra persona, como se gesta la proceso de búsqueda, como se van recolectando pruebas, la expedición, los grupos que salen a la búsqueda, como se trata con personas culturalmente diferentes, como se llega a identificar a los asesinos, como se los trata de atrapar, ya que estaban en diferentes sitios, las características de pueblos que estaban en constante movimientos y en lugares donde había meses de oscuridad total, como se los atrapa y se los trae, sin tenerlos ni atados ni golpeados, como fue el trabajo y el rol que ocuparon los “traductores”. La tercera parte trata sobre el juicio al que se los somete, y como funciona todo el aparato “civilizado” (entiéndase todo lo que interviene, la prensa, la política, la justicia, la religión, los ciudadanos, etc…)
Aclaración, refiero a como está escrito en el libro, que a su vez el autor se encarga de aclarar correctamente, conceptos que se utilizaban antes y ahora pueden ser cuestionados como “esquimales”, “hombre blanco”, “edad de piedra”, “civilización”, etc…
Lo genial de esta estructura es que permite abordar el texto de diferentes maneras, incluso puede ayudar a romper prejuicios, a abrir la mente con cuestiones que mucha veces se dan por sentada, a pensar temas que hasta el día de hoy son materia de debates.
Al final del libro, también el autor hace una pequeña alusión de como se encuentra en lugar en la actualidad, a partir de una visita por esa zona que realizó, como una búsqueda personal, propia, para comprender esos espacios fríos.
La zona donde suceden los hechos, es llamada “Barren Lands”, que su traducción podría ser “Tierras baldías” o “Tierras estériles”. Un relato de no ficción que el autor construye hábilmente centrándose en el caso a tratar, porque es sabidos (y se menciona al pasar) de otras masacres y crímenes que sucedieron en esos lugares, crímenes entre miembros de diferentes culturas indios-esquimales o esquimales-blancos. Porque en el fondo de lo que se trata es eso, el “choque de distintas culturas”.
El autor trabaja bien el texto. Pareciera no tomar postura por ningún lado, sino que presenta los hechos y los participantes, y cada uno de ellos con sus pro y sus contras. Como que intenta tomar cierta distancia, asumiendo una posición neutral, claramente al final todos tenemos una subjetividad propia para todos los temas, pero aquí parece no notarse, se cuida mucho de respetar a todas las posiciones intervinientes.
La lectura del libro es llevadera, no es difícil, dado que solo relata hechos, pero puede resultar algo pesada por lo extensa, incluye mucha información de esos lugares, al que no conoce ni le interesa conocer puede resultarle aburrido (pero si fuera el caso, ¿para qué leer ese libro?), al que le gusta aprender algo nuevo, agradecerá la inclusión de lugares y datos.
Además de la historia del crimen, vamos visualizando/conociendo otras historias, casi todas ellas, historias de supervivencias en esas regiones difíciles e inhóspitas.
Viendo la historia a la distancia, podemos sacar conclusiones fácilmente, pero hay que ponerse en el momento en que transcurren los hechos para poder juzgar. Creo que lo mejor es aprender de lo que relata el libro, mucha información sobre la cultura esquimal, la necesidad de reafirmación política sobre los territorios, la temeridad de los misioneros de lanzarse a una misión casi suicidad que si no los mataban era muy posible que murieran por otra razones. Quizás el juicio y la condena de los esquimales no era tan relevante sino más bien “toda la puesta en escena”, ya que como dice el libro, un tiempo después otros esquimales mataron a otras personas y esos otros esquimales fueron ahorcados, en tanto en el este caso, los esquimales no terminan muertos. El tema del juicio, es interesante desde el aspectos jurídico, uno completamente diferente al nuestro (argentino), y además sobre hechos acaecidos hace 100 años con otras leyes, pero en el fondo, hay principios que son comunes a muchísimos estados occidentales, roles y posturas, que son iguales allá como acá, la postura positivista del fiscal de buscar una pena a como dé, la postura iusnaturalista del defensor, la postura del realista del juez de juzgar y condenar pero ser misericordioso y aplicar el mínimo castigo como para quedar bien con todos, las “influencias” en el sistema judicial, el rol de los medios de comunicación, y hasta cierto atisbo de “corrupción” (o algún vericueto) para la realización del segundo juicio.
Para quien busque leer una obra de no ficción, de carácter histórico, basada en hechos reales, que toque diversos aspectos, este es un buen libro recomendable para leer.
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