martes, 16 de marzo de 2021

Caminata y Bicicleteada Palermo – Belgrano – Palermo. Total día: 12,84km. 100min.




Hoy realicé un 2 en 1, caminata y bicicleteada en el mismo recorrido. Un ida y vuelta, yendo caminando y regresando en bicicleta. Completando un total para el día de 12,84km en una hora y cuarenta minutos de actividad.
Hace unos días atrás, una chica publicó una bicicleta a la venta directa por la web. Me pareció una buena oportunidad. El precio era bajo, y aun así estaba dispuesta a “charlarlo”. Además aclaraba que la vendía por “irse de viaje”. La bicicleta tenía linda pinta, era una mtb de mujer, con ruedas como nuevas, frenos V-brakes, muy liviana, cambios de velocidades y nada más. A mi puntualmente lo que me interesaba eran las cubiertas, como para tenerlas de repuesto, en caso hipotético que se me rompan las que tengo, poder cambiarlas sin problemas rápidamente y sin gastar un peso, habida cuenta que el costo de un par de cubiertas nuevas prácticamente era el costo del 90% de esta bicicleta. Es cierto que esta bicicleta era “usada”, pero no se notaba en nada. Era mtb, y del mismo rodado que la mía. Y en todo caso, más adelante, en caso de no necesitarla, podía hacerle algunos agregados (por ejemplo canasto y guardabarros) y revenderla. El precio me pareció aceptable y correcto, pero aun así estaba abierta la posibilidad para “rebajarlo” un poco, algo que de entrada no me pareció correcto, si la compraba, le iba a pagar lo que pedía.
No había sido el único en ver la oferta, un mensaje en la web, es casi imposible conocer su alcance y destinatarios, este no fue la excepción. Enseguida aparecieron 4 o 5 “interesados”, pero como muchos de este país, resultaron ser “regateadores”, le pedían rebajas, y es verdad que estaba abierta la posibilidad, habilitada por la propia vendedora. Desde mi óptica, estos personajes que aparecieron pidiendo “rebajas” son los que “nunca pierden” (las comillas marcan la ironía en este caso), si pueden “rasguñar” algo, ahí van por eso, como logrando un verdadero triunfo comercial. Me preguntaba ¿qué sentido tiene regatear unos pesos en un contexto inflacionario? En una economía como la argentina, inestable, donde el dinero se desprecia todo el tiempo, donde en 4 o 5 meses, ese “regateo” no es nada, donde en un año, el valor de venta puede reducirse hasta la mitad, y cuando comparativamente con otros productos similares (en este caso, bicicletas usadas), el precio estaba a tiro, no estaba inflado (como hacen muchos “vivos”, los contrarios a los regateadores).
Para mi sorpresa o para mi suerte, la vendedora no les contestaba a los “regateadores”, entonces directamente le escribí manifestándole mi deseo de comprarle la bicicleta. Y para mi gracia, tuve respuesta.
Aquí entraron a jugar en mi mente otras cuestiones, ¿y si era una bicicleta robada y se la quería descartar rápido? ¿y si era una banda organizada y me robaban cuando iba a buscarla? Trate de ponderar “peros”, y me pareció por diversos indicios que no estaba antes algunas de estas posibilidades. Los datos publicados parecían ser genuinos, la bicicleta, usada y como nueva no era “de las buenas”, no era una bicicleta de las que “valen” dinero, era de una gama baja, bastante baja (esto no quita que no roben de este tipo de bicicleta, pero generalmente no son las que se ven en las noticias), también descarté la posibilidad de una banda organizada para el robo, era un monto mínimo de dinero, ¿y qué otra cosa me podrían roban? ¿el teléfono celular?, era difícil pensar que podría tratarse de algo así, generalmente cuando esto pasa, suelen acordar ventas de algos montos (autos, motos, celulares de última generación, productos de alta gama) y no era este el caso. También lo vi por el otro lado, el aspecto de la necesidad, la persona por x motivos necesitaba vender la bicicleta, podría ser por “viaje” o porque necesitaba el dinero para otra cuestión. Efectivamente era esto último como después se verá.
Llegó el día acordado, después del mediodía, y me dirigí al domicilio de esta joven a realizar la compra-venta de la bicicleta tal como acordamos. La idea era ir caminando y volver en montado en la bicicleta.

Caminata Palermo-Belgrano 5,16km. 46min.
 



Comencé la caminata inicial desde Plaza Italia en el barrio de Palermo. Tenía que llegar al cruce de calle Moldes con calle Franklin D. Roosevelt. La joven no me había pasado la dirección exacta, sino una dirección parcialmente completa. Tiene sentido, yo hubiese hecho lo mismo, y poniéndome en el lugar de ella, tampoco sabía quien era yo, si corría algún peligro, de todas maneras ambos éramos extraños uno con el otro. Tampoco eso evita algún tipo de delito, los ataques delictivos se producen (o pueden producirse) igual, incluso en medio de la calle y a plena luz del día. Por suerte aquí no sucedió nada de eso. Al mismo tiempo, el pasar una dirección parcialmente completa, podía significar un “mira que estoy alerta”, o un “tengo cuidado y tomo precauciones” y me parce de los más acertado. También puede significar muchas cosas, desde estar distraído a tengo desconfianza y más. El pronóstico del clima anunciaba lluvias para la tarde. Era pasado el mediodía y ya estaba bastante nublado. En cualquier momento “se iba a largar a caer agua”. Y de hecho fue así, mientras iba caminando comenzó a caer una copiosa llovizna bastante molesta. Y quizás por eso aceleré el paso, tal es que el cuarto tramo de la caminata fue el que hice más rápido, justo cuando era alcanzado por las gotas. No llevaba paraguas ni impermeable. Cuando salí le avisé a la vendedora que estaba yendo para allá y comencé a caminar siguiendo la Av. Santa Fe. Un camino recto. Luego la a venida cambia de nombre a Av. Cabildo. En el trayecto de ida, solo tomé cuatro o cinco fotos y no más.

Av. Santa Fe.

Instituto Geográfico Nacional.

Parroquia Nuestra Señora de Luján (Castrense).

A mitad de camino, llegó un audio de la vendedora, me ofrecía una importante rebaja en el costo de la bicicleta, algo así como el 17% del precio, y el motivo era que había sido el único de los “potenciales” compradores que no le había pedido rebaja, le agradecí y le dije que no, le que iba a pagar lo que había pedido, era el dinero que llevaba, y me parecía correcto, sino nunca me hubiese fijado. En calle Echeverría giré y subí tres cuadras hasta calle Moldes. Unas cinco cuadras más adelante y llegué después de caminar tres cuartos de hora.

Av. Cabildo.



Habiendo llegado al domicilio indicado, le avisé a la compradora. Esperaba que ella legue con la bici, le pagaba, y me iba, pero sucedió algo extraño. Apareció la vendedora sin la bici. Primer signo de alarma… me preguntaba ¿qué estaba pasando acá?. Segundo signo de alarma… la compradora me dice que tengo que entrar, que tiene la bici arriba y que no la puede bajar. ¿Qué hacer? ¿entrar o no entrar? Tampoco sabía donde iba a entrar, si me estaban esperando, si me iban a robar… pero nuevamente eso se contrarrestaba con ¿robar tan pequeño monto? ¿haberse expuesto con datos concretos? también podía sentirse insegura en la vereda, o pensar que yo mismo podía ser un ladrón. Accedí a pasar, y surgió la razón de porque no bajó la bici. El único ascensor no funcionaba, así que fuimos subiendo por escaleras. Efectivamente la chica se estaba yendo de viaje, se iba otro país. Había vendido varias cosas, y otras tantas las había regalado. Conversamos un rato, y le pregunté por el casco que lo tenía allí colgado, pero no, el casco no lo vendía porque le era útil, practicaba rollers. De la conversación salió el tema libros, y había regalado muchos de sus libros universitarios a otra persona, pero le quedaba un libro que me lo regaló. Le pagué y llegó el momento del regreso. Bajé la bici por las escaleras y me despedí.


Bicicleteada Belgrano – Palermo. 5,6km. 28min.



Comenzaba la segunda etapa relatada en esta crónica. La vuelta en bicicleta. Una bicicleta solo vista en fotos. Que no sabía muy bien en que estado se encontraba, en apariencia parecía que sí, que no tenía problemas. No me había puesto a inspeccionar minuciosamente la bicicleta, después de todo lo que me interesaban eran las ruedas. Me fui caminando con la bicicleta hasta una esquina cercana. Una cuadra “para abajo” hasta la calle Amenábar. Allí hay una ciclovía. La idea era venir todo por dicha ciclovía. Lo primero que hice fue sacar de la mochila y colocarme el casco que había llevado. La lluvia no había parado, no era fuerte, pero sí molesta. Me hice la idea de llegar con una raya extra, marcada en la remera, ya que la bicicleta no tenía guardabarros. La altura del asiento estaba bastante bien para un trayecto corto como el que iba a realizar.


Inicié la app para registrar el recorrido, y comencé a pedalear. No hice ni dos o tres metros que se me dio por probar los frenos. Y se produce el primer incidente, cuando presioné le freno trasero literalmente se cortó. Listo, me quedé sin un freno, el de adelante funcionaba bien, pero el trasero quedó inutilizado. Un problema menor, pero no dejaba de ser problema. Debía volver con sumo cuidado, solo funcionaba el freno delantero y además estaba lloviendo con el pavimento resbaloso. Por eso la velocidad promedio fue de 11km/h, bastante baja. Tomé un par de fotos en el camino.




Seguí derecho por la ciclovía. Salí del barrio Belgrano y entré al barrio Colegiales. Derecho, solo una cuadra más, luego hay que doblar a la derecha una cuadra por ciclovía de calle Virrey Oalguer y Feliú. En la esquina siguiente hay que volver a girar a la izquierda para retomar la ciclovía. Y en ese cruce hay que esperar el semáforo para poder cruzar. Poco metros antes de llegar a esa esquina le tomé foto a una casona que están demoliendo, había pasado hace dos meses atrás por el mismo lugar y la habían vallado, ahora la estaban tirando abajo… si vuelvo a pasar en un par de años, tal vez hayan levantado una nueva construcción ahí mismo.


La ciclovía por calle moldes son unas siete cuadras. De un lado hay una plaza, una escuela, un corralón y un playón ferroviario. Del otro lado, en ese tramo de calle paralelo a la ciclovía hay un montón de autos estacionados porque en esa calle estacionan de las dos manos.

Ciclovía.

No había nadie por esa ciclovía, se escuchaba el canto de los pájaros. En este punto había parado un poco la lluvia.



Por la misma ciclovía, mientras esperaba en un semáforo, alcancé a ver un auto antiguo, y como siempre hago le tomé foto. Un Peugeot 404. Con algunas “particularidades” como se ve en las fotos. Este automóvil se fabricó entre 1960 y 1990, hasta 1975 en Europa, hasya 1990 en África, y hasta 1980 en Argentina. (1) (2) Hace más de cuarenta años que salió el último de producción argentina. Este tipo de vehículo apareció en más de 2400 películas de cine y series de televisión. (3)

Peugeot 404.

Peugeot 404.

Peugeot 404.

Peugeot 404.

Ciclovía.

Playón Ferroviario.

Playón Ferroviario.

La ciclovía hace una especie de S hasta conectar con ciclovía de calle Zapata. Aquí se avanza dos cuadras, se sale de barrio Colegiales y se entra a barrio Palermo. Unas cinco cuadras más y finaliza la ciclovía. En realidad, se corta debido al paso de las vías del Ferrocarril Mitre. Pero, cruzando el puente peatonal, se continúa por la ciclovía de calle Guatemala. Y eso fue lo que hice.

Fin de ciclovía.

Fin de ciclovía.

Puente peatonal.

Ferrocarril.

Ferrocarril.

Ferrocarril.

Ferrocarril.

Tren.

Tren.

Ferrocarril.

Ferrocarril.

Estación.

Estación.

La primera cuadra de calle Guatemala, tiene un sentido, que luego, al cruzar la calle Arévalo, cambia y se vuelve en sentido contrario. Es solo un comentario, a mí no me importaba el sentido de las calles, ya que iba por ciclovía. Hice un parate y le tomé foto a un mural. No se lo ve bien, completo, por los autos estacionados. Ni siquiera se que es ese lugar. Parece el frente de un galpón que podría funcionar como gimnacio, pero solo son solo conjeturas. El mural data de 2018 o 2019 según Google Maps. Y no le vi firma. Me llamó la atención porque junta religión, ciencia, naturaleza y deporte. Hay flores y un ave, luego una chica jugando handball, también hay una pelota de futbol, que representan a la naturaleza y al deporte (de aquí que presupongo, el lugar puede ser un gimnacio de algún colegio). La religión está representada por una mujer rezando el rosario, y una cruz blanca sobre un libro (tal vez el logo de una institución), el libro puede ser la biblia o cualquier otro libro, no está claro. Luego hay una cara de un joven, seria, tal vez de duda, y a su lado el símbolo del átomo y una llave (la llave del conocimiento), estos gráficos del mural representan la ciencia. Y en el medio del mural está escrito ciencia y caridad (en la foto no se ve, porque lo tapa el árbol). La cuestión es ¿hasta qué punto se pueden unir la ciencia con la religión?. Incluso llevando el concepto religión más allá de las creencias propiamente religiosas, por ejemplo a costumbres. No explicación sencilla, es muy complejo, hay sectores de dentro de la religión (la que fuere) que dejan de lado el dogma para hacer ciencia, se me ocurre pensar en las leyes de transmisión por herencia genética o en la teoría del huevo primigenio (o teoría del big bang). Y también a la inversa, cuando desde la religión se trata de adaptar o congeniar temas de la ciencia a las creencias religiosa (como algunos sectores de los llamados creacionistas), aunque aquí es más problemático y menos “serio” en tanto no se está practicando ciencia en modo estricto. Ahora bajando al mural, estas ideas extremas de la relación religión-ciencia, trato de imaginar como es posible aplicarla en aquellas personas que dan sus primeros pasos en la educación básica.

Mural.

Mural.

La ciclovía de calle Guatemala finaliza en calle Humbolt, una cuadra girando hacia la derecha y dos cuadras a la izquierda por calle Soler, en medio se cruza por debajo del puente que lleva las vía del Ferrocarril San Martin. La ciclovía se corta por otra ciclovía en forma perpendicular. Se trata de la ciclovía que corre por calle Godoy Cruz. Mi objetivo era llegar a Plaza Italia, que fue donde inicié, pero desde este punto no hay una ciclovía que lleve directo a  Plaza Italia. Así que comencé a bajar en forma escalonada, y a medio camino, en una de estas calles, finalicé el recorrido. El trayecto de regreso con la bicicleta, a muy baja velocidad, no llegó a 30 minutos. Fueron 56 cuadras en un recorrido por ciclovía, que podrían haberse acortado si venía directo por calle (o avenida). Si tomo el total hasta Plaza Italia, debería sumarle unas 4 cuadras más, que completarían 60 cuadras, me da un estimado por ciclovía del 93% del total recorrido.

Ciclovía.








Referencias.
1. https://es.wikipedia.org/wiki/Peugeot_404
2. https://es.motor1.com/news/400516/peugeot-404-clasico-60-aniversario/
3. http://www.imcdb.org/vehicles.php?make=Peugeot&model=404&modelMatch=1&modelInclModel=on

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