sábado, 7 de diciembre de 2019

FILDI Feria Internacional del Libro de la Diversidad.


Nuevamente caminando por la calle Jorge Luis Borges me doy con que veo desde lejos la calle cortada, y a medida que me voy acercando, visualicé otro evento, entre las calles Nicaragua y Soler, evento del que no tenía ni noticias. Por curiosidad me fui aproximando cada vez más. Había un vallado en la esquina, un par de policías. A lo lejos se veían unos pocos puestos de feria. Los empecé a caminar, no había mucha gente, unos pocos recorriendo los stands. Los recorrí uno por uno, pero no hubo libro que me llame la atención. En uno de los últimos puesto me había interesado por un juego de naipes, como para sumarlo a mi colección, cada baraja tenía un fragmento de poesía o frases, consulté por el precio, 500 pesos, me pareció mucho para un juego de cartas, así que desistí. Para este momento, ya había leído en un cartel que daba cuenta de que evento se trataba, FILDI Feria Internacional del Libro de la Diversidad. Con entrada libre y gratuita. Uno de los slogans manda una mirada literaria desde el colectivo LGTTBIQ+.
Continué avanzando, y había un escenario, rodeado de luces, y arriba, un conductor entrevistando. Un vallado cercaba el escenario y al lado estaban los encargados del sonido. Abajo, un nutrido grupo de espectadores, parados, escuchando la entrevista. Franco Torchia (periodista) entrevistaba a Camila Sosa Villada (actriz). Tomé un par de fotos y seguí mí camino. Llego al fondo y doy la vuelta por el otro lado me dije, me caminé una cuadra más, y cuando estoy llegando a la esquina, dobla una pareja y uno dice Acá hay otra carpa, vamos, lo cual me hizo pensar que más allá había algo más. Y así fue, cuando giro en la esquina por Costa Rica, estaba la fiesta, una valla con alrededor de siete u ocho policías que hablaban entre ellos. Un arco de globos multicolores que cruzaban la calle. Una tanda de boxes del Gobierno de la Ciudad ya desocupados y cerrados. Y una carpita multicolor en el cruce de las calles Costa Rica y Gurruchaga, que funcionaba como el lugar de reunión, muchas luces y triangulitos de colores a modo de guirnaldas. Música a todo volumen. Demasiada gente, ya no se podía avanzar con tranquilidad. Y los locales de comida repletos. Tome algunas fotos más, y di la vuelta.
Al regreso, la entrevista continuaba, y unos poquitos que miraban los libros de las editoriales independientes participantes.


























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