viernes, 4 de enero de 2019

Visitando el Parque Nacional Calilegua. (Parte III).

(Continuación de Visitando Parque Nacional Calilegua. Parte II.)


Senda El Alejo.
Recorre 400 metros de transición entre Selva Montana y Pedemontana. Se puede observar una variedad de especies arbóreas de estos dos estratos, pacará, jacarandá, espina corona, lanza amarilla, laurel, mato, cebil.
Recorrido.  15 minutos.
Dificultad. Media.

Cruzamos la Ruta 83 e ingresamos en la senda El Alejo. Comúnmente senda y sendero son sinónimos, pero aquí los diferenciaron, podría pensarse que la senda es más estrecha, pero no fue el caso, parecía de igual o similar medida, aunque el trayecto si es más corto, quizás por eso lo diferenciaron.
El cartel que da inicio a la senda también tiene pequeñas diferencias con el folleto instructivo que contiene el mapa del parque. El cartel habla de 10 minutos, 350 metros y dificultad baja.
Aquí también, al ingreso de la senda, había un cartel con la i, de información, pero no había ninguna información a la vista. Y otro molinete, que exactamente no se qué función cumplía, más que nada parecía de adorno, aquí sí que era difícil que acceda algún vehículo, el ingreso estaba en una subida corta pero pronunciada y además había una baranda.
Este tramo efectivamente lo realizamos muy rápido, en 9 minutos lo completamos.
Intenté tomar una fotografía en vuelo a una mariposa amarilla pero se me escapó. Aquí también encontramos un tronco aserrado. Y parecía ser reciente. Un cartel indicaba el camino hacia la Ruta 83, que era justo por donde veníamos nosotros la senda El Alejo, y que aquí llegaba a su fin.





Tronco cortado con sierra.

Tronco con musgo en el camino.

Cartel Ruta Provincial 83.



Sendero Tataupá.
Parte a 2,5 kilómetros de la Seccional Aguas Negras. Atraviesa la transición entre Selva Pedemontana y Montana. El sendero termina al llegar al cauce del Arroyo Negrito, se debe dar vuelta y regresar por el mismo camino.
Recorrido.  2 horas.
Dificultad. Alta.


El sendero Tataupá es un sendero indicado como difícil, pero nosotros solo realizamos un trayecto muy corto, que fue el que nos llevó desde donde estábamos hasta la Ruta 83. Ese trayecto no presentó dificultades. Demoramos en completarlo unos 25 minutos.
A poco de comenzar encontramos dos carteles que brindaban información, uno sobre yaguareté, tallado en madera,  y el otro sobre como reaccionar frente a un encuentro con un yaguareté o un puma, este último cartel un poco sucio.


Como el cartel indicaba 15 minutos hasta el arroyo, se me ocurrió que los podíamos hacer, un ida y vuelta iban a resultar en 30 minutos, no parecía demasiado, pero el primer inconveniente que vimos fue que el sendero estaba cruzado por tres trozos de ramas con muchas ramas más pequeñas que bloqueaban el paso. ¿Las habrán puesto adrede? ¿habrán quedado ahí de casualidad o por error? No había ningún cartel que indique sendero clausurado. Lo que hicimos fue correr dos de ellas, y se habilitó un pequeño espacio por donde pasamos y comenzamos a caminar. Ya a los pocos pasos nos dimos cuenta que esas ramas estaban a propósito colocadas allí para que nadie pase. El camino se complicaba cada vez, tuvimos que saltar por encima de troncos grandes, como de 50cm o más de diámetro. Árboles caídos que no se podían vadear, había que saltarlos ya que cruzaban completamente todo el camino. Por partes había mucho barro, imposible no caminar por el barro y el agua. En partes se volvía un poco estrecho, y todo esto sucedía a pocos metros de haber comenzado, y en cierto momento, comienza un descenso pronunciado, con barros y troncos también, empezamos a bajarlo, hasta que llegamos a un punto de no continuar, si bien eran 15 minutos, el hecho de bajar de forma abrupta, implicaba que luego había que subir por ahí mismo y de la misma manera, pero la subida iba a implicar mayor gasto de energía, y cansancio que se sumaría al que ya traíamos. Regresamos. No fue miedo a perdernos o encontrarnos con un gran felino, fue el desgaste del camino. No está demás llevar un pequeño silbato en este tipo de salidas y caminatas, si uno se pierde o lo se sucede algo que le impide movilizarse total o parcialmente, puede sonar el silbato con algunas chances que alguien lo escuche desde la lejanía. Nosotros no lo llevábamos debido a la improvista salida, pero si hubiese sido planeada, si lo hubiésemos llevado, más que nada para estos caminos de dificultad alta. Aquí si se experimentaba la dificultad del camino.



Hay un árbol del cual cuelgan una bayas oscuras cilíndricas en grupos, pero no pude encontrar de especie es.
El camino sigue, y uno debe realizar un par de curvas, da la sensación de ir para le lado equivocado, hasta que finalmente encauza hacia la Ruta 83, incluso por momentos va en bajada, lo que puede generar cierta inquietud cuando uno mira el mapa, que daría la impresión de ese tramo ser ascendente y recto, pues no, hay algunas curvas y bajadas.
Luego un trébol solitario perdido entre la hojarasca del camino, y otra concha de caracol, abandona.


Árbol. Planta. Bayas. ¿Especie?





Trébol. (Trifolium ¿especie?).
Aparece otro cartel con el nombre información del ave que da nombre al sendero, la Tataupá común (Crypturellus tataupa). No nos encontramos con ninguna, y si escuchamos sus trinos, no los supimos distinguir, se escuchaban muchos cantos de aves en todo el recorrido.
Luego vimos como un pequeño hueco en el suelo, de lejos parecía una huella pero se cerca se vio que no era una huella de animal, más bien, algo escarbó en el suelo. No era la huella de las patas de una animal, pero era si era la huella en el sentido de rastro impresión que un suceso dejó registro en la tierra.
Más adelante encontramos más pequeños huecos en la tierra, pero con esa planta que sale, que parece algún tipo de fruto silvestre, y que algún animal consume. Desconozco la especie de ambos (vegetal y animal).
Llegué a fotografía otra ave, pero lamentablemente la calidad de la imagen sumado al reflejo de la luz solar, impiden verla bien, aunque podría ser otra, me da la sensación que era un Hornero común (Furnarius rufus), nuestra ave nacional.




¿Especie?

 Hornero común (Furnarius rufus)

 Hornero común (Furnarius rufus)
Más adelante vimos una luz brillosa en el medio del camino, era el reflejo de la luz solar en la Ruta 83, era el final del sendero Tataupá. Un cartel anuncia el comienzo del sendero del que nosotros acabábamos de salir.



Aquí cruzamos rápidamente la Ruta 83 para reingresar al sendero El Pedemontano, con el objeto de completar el tramo que nos faltaba. Un cartel en la ruta alerta a los vehículos el cuidado por cruce de peatones. En este lugar, la vegetación es muy abundante y asumes colores de verde claro (y quizás ayudaba el reflejo de los rayos solares). Hasta el pasto tenía buena pinta. El ingreso al sendero El Pedemontano es muy bonito, parece que uno se interna en una cueva de vegetación, por parte de forma una especie de túnel. Este paisaje rápidamente cambiará a medida que uno se introduce en su interior.

(Continúa en Visitando Parque Nacional Calilegua. Parte IV.)

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