Caminata con objetivo cumplido. Generé mapa de recorrido caminado en 6km de los 9km del total.
Cuando bajaba las dos cuadras que hice por calle Gallo, me llamó la atención un cantero que cuidaba a un fresno común (Fraxinus excelsior). Nunca mejor dicho “cuidaba”, prácticamente estaba enjaulado, apresado. Con hierro forjado y elementos decorativos y algunos de ellos, hasta pintados una primera reja, que no era la típica reja decorativa de hierros finos, esta era bastante gruesa, parecían barrotes que cercaban al árbol. Por detrás, en la parte interior del enrejado, una segunda capa que parecía ser una malla, recordaba la cota de malla medieval. Una tercera “defensa” que sobresalía casi la misma altura que le primer enrejado, y se elevaba casi a dos metros de altura de alambre tejido, pareciera que la finalidad de este último tenía un doble objetivo, la protección y guía de otra planta, tal vez una enredadera que acompañaba al fresno. Todo eso sin contar los precintos, plásticos y alambres que ataban, unos con otros, los tres enrejados. Si bien, guiándome por los criterios de la ciudad, las dimensiones de los canteros pueden ser variables, visualmente, solo visualmente me pareció un poco exagerado. No cabe dudas que, dentro de los criterios aplicables, este cumple con el de “resistencia al vandalismo” y parece que brinda la solidez que le otorga la resistencia estructural. Como me pareció llamativo, le tomé foto y continué caminando.
Cuando pase por el frente de la Iglesia Polaca de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada sobre la calle Mansilla, me detuve a ver unos paneles referidos a ciudades de Polonia. Cada cartel tenía información y fotografías del lugar.
Nada más por el día de hoy.
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