domingo, 22 de septiembre de 2019

Fiebre del Libro. Edición 2019.



Me hice una escapada hasta la Feria de Libros, denominada Fiebre del Libro Edición 2019, que organiza la Biblioteca Nacional Mariano Moreno en la Plaza del Lector.
Llegué a eso de las 16hs y di una recorrida fugaz en pocos minutos. Por suerte el día estuvo hermoso, la feria se realizó lo más bien. Esta vez, me dio la sensación, a ojo, más completa que otras, en el sentido que me pareció, había más stand. En el momento que pasé, no había mucha gente, pero al menos, uno o dos personas visitantes por stand, además de otras personas que estaba en los bancos, en el césped, y con los chicos circulando.
A diferencia de otra oportunidad, esta vez no compré ningún libro. Lo que no me gustó, ni aquí ni en ningún lado, el no ver los precios, que no estén los precios a la vista o tener un acceso directo y personal (por ej. una pantalla con lector de barra). En la feria, había que acercarse a los vendedores (uno o dos por stand) y consultar, en el mejor de los casos, ellos miraban una planilla y te decían. En muchos casos, ya sabían los precios de memoria, ni siquiera miraban la planilla. Y uno tiene que esperar que terminen de atender al que están atendiendo para poder preguntar. Como este procedimiento, me parece innecesario y que se puede facilitar con solo colocar un cartelito por encima de la pila y/o fila de libros, y además sumado a la confianza/desconfianza en una país que se los conoce por la “avivada criolla”, preferí pasar de largo.
Entiendo que hay crisis económica, que los precios son altos, que un precio de $600 o $700 pesos puede ahuyentar a compradores, pero al mismo tiempo, me parece más honesto, que quita dudas para el comprador/consultante un precio visible para todos. Y más aún, si, al ser una feria que lo característico es el precio de venta más bajo que la venta en un local comercial, en el mismo cartelito colocar el precio de lista y el precio rebajado de feria.
Pero quienes saben mejor de esto, no se me escapa, son propiamente los vendedores, mi caso, no es representativo de nadie, es de seguro que si los precios no estaban visibles, y solo se obtenían preguntando, es que así funciona mejor en estos tiempos de crisis, tal vez interviene en el proceso de compra-venta la agilidad y empatía del vendedor para convencer al comprador que efectúe la compra.

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