lunes, 26 de junio de 2017

Viajeros.

Este libro llamado Viajeros lo veía innumerables veces en  mesa de alguna librería de saldos y usados por la Av. Corrientes. Me llamaba el título pero alejaba por la tapa. Aunque parezca una tontería, este libro, a mi gusto, presenta una tapa realmente fea. Oscura, unos estantes viejos, desvencijados, maltratados, vacíos y con unos muñeco multicolores con las figuras de personas, y entre ellos, sobreexpuesto, la denominación del libro, en letras mayúsculas blancas, separada en sílabas, no cabe dudas que, es llamativo, uno lo distingue enseguida entre el montón de libros, pero al mismo tiempo se aleja.
Un día, lo conseguí, a mucho menor precio del que lo ofrecían al público, compré varios, y en la volada agregué este y me lo dejaron a menor precio.
Estaba allí, en la biblioteca, esperando a ser leído, y le llegó el turno.
En un caso, en que las apariencias engañan. Realmente, su lectura, me resultó placentera.

El libro en cuestión se llama Viajeros. Testimonios de extranjeros que visitaron la Argentina desde 1520 hasta hoy. Del autor Gustavo Giovagnoli. Editorial Sudamericana www.sudamericanalibros.com.ar (actualmente http://www.megustaleer.com.ar/editoriales/sudamericana/056/ )
Año 208. 1ª Edición. 208 páginas. (Investigación periodística.)

Sobre el autor, Gustavo Giovagnoli, nació en Buenos Aires en 1959. Es licenciado en Letras. Egresado de la UBA. Navegó durante más de diez años en buques de la marina mercante. Ha recibido varias distinciones por su trabajo literario; entre ellas del Fondo Nacional de las Artes y de la Secretaría de Cultura de la Ciudad.

Sinopsis del libro. (Contratapa)
Giovanoli da muestras de ser un excelente narrador y un excelente cronista en esta revisión de viajes y viajeros que vinieron a la Argentina para contarla. Con una sobriedad y una economía de medios admirables, nos hace saber cómo se construyó esa patria extraordinaria y paralela, medida por el recuento y el asombro. Los temperamentos y los itinerarios reflejan la aventura que deparaba este sur inexorable a miradas muy distintas. Los primeros viajeros no parecen aventajar a los últimos en coraje y peripecia; y los últimos solicitan una atención corregida por la experiencia reciente para que nosotros, lectores, tengamos una perspectiva cabal de esa semblanza. Un paseo imprescindible por una geografía compuesta ya de aciertos, errores, conquistas, fruiciones y perplejidades que nadie debe dejar de leer.

El libro es de lectura fácil y sencilla. Presenta un conjunto de citas, historias y opiniones de aquellas personas que en algún tiempo han pasado por nuestro país, y luego, alguno han hablado bien y otros han hablado mal. Entre dichas citas, el autor hace algunos comentarios propios y otras veces, comenta algunas cuestiones de los referidos. Un aspecto positivo es la surtida mención de autores y textos. Personalmente me quedé con ganas de más, y que lo hay, quizás algún día, venga una segunda parte. Por ejemplo, la zona de la Patagonia tuvo muchas más viajeros que dejaron plasmadas sus opiniones en texto, pero no es excluyentes, somos un país conformado en su mayoría por inmigrantes, hasta el día de hoy, las opiniones no se agotan en el libro, pero naturalmente el autor tuvo que realizar una selección y no está nada mal la que hizo. Quizás el capítulo de los nazis que llegaron al país está de más, allí no hay opiniones, más que una frase, y si bien, puede resultar interesante lo que cuenta, se podría haber suplantado por algo más de contenido, se me ocurre, víctimas de los nazis que encontraron refugio y asilo en nuestro país, o víctimas de alguna otra guerra, o deportistas que han pasado por el país, o misioneros religiosos extranjeros, etc… Quitando ese capítulo XIII el resto está muy bueno. Pensaba que pasando la primera mitad, se iba a volver un poco pesado de leer, pero estaba equivocado, el libro no pierde interés hasta el último punto.
Si hay algo que me llamó la atención, en la opinión de viajeros en distintos momentos, hace veinte años como hace doscientos años, con personas distintas habitando el país, y personas frutos de una diversidad importante, son las características comunes, del antes y del ahora, lo que podría llamarse la idiosincrasia (Conjunto de los rasgos y el carácter distintivos de un individuo o comunidad, según la RAE). La idiosincrasia argentina, parece ser particular, y excede a las personas provengan de la cultura que sea, hay realidades, conductas de los argentinos, que se mantienen en el tiempo (tanto las buenas como las malas).

En una cita en las páginas 16 y 17 realiza una conjetura uniendo dos hechos documentados pero no probados, y quizás nunca se lo pueda probar, pero no deja de ser llamativo. La posible supervivencia y descendencia de dos castigados y abandonados en el nuevo mundo, cuando todo pareciera indicar que el final natural era la no supervivencia de los desdichados.

En la página 41 comenta una anécdota de como encontró un libro buscando en una librería de usados, lo prejuicios con los que cargaba, como lo atrajo el título, y como le resultó de utilidad. Una anécdota que a más de uno le ha pasado y se puede sentir identificado. Y como se genera el interés en la persona de indagar sobre los autores y sobre el texto. Darle vida a algo perdido y/o olvidado.  

Un libro con el cual se puede pasar un buen rato de lectura, que además de conocer diversas opiniones de viajeros, vamos a conocer los diversos contextos históricos donde se movían los viajeros.

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