miércoles, 1 de abril de 2015

Jardín Japonés.

Hoy día por la tardecita, más bien pasado el mediodía, fuimos a visitar el Jardín Japonés, mi esposa y yo. Ya lo conocía de haber estado en dos o tres oportunidades antes, y ahora sumo una vez más, un paseo por este lugar que además de ser un parque jardín es también un complejo cultural.

El costo de la entrada para adultos es de 50 pesos. La entrada simple, con una fotografía en el frente y en la parte reversa un plano del lugar con las indicaciones básicas del recorrido y consejos útiles para la estadía. Entre estos consejos están el que dice que no se responsabilizan por accidentes en puentes y senderos, y que no está permitido hacer picnic ni permanecer con el torso desnudo. Llama la atención la utilización de la palabra “picnic”, palabra inglesa que proviene del francés y cuya definición no se encuentra incluida en el diccionario de la Real Academia Española. ¿Estará en el idioma japonés? Creería que no, pero tampoco lo sé.  
Las entradas antiguas de hace cinco o seis años atrás, estaban escrita en forma bilingüe, español-inglés y en su parte posterior solo tenían las indicaciones de como llegar con algunos puntos de referencia y su ubicación. En aquellas entradas había una leyenda que decía “El Jardín es administrado por la Fundación Cultural Argentino Japonesa, se autofinancia con los ingresos por abono de la entrada. No recibiendo subsidios externos. Gracias a su colaboración podemos mantener este hermoso jardín.” Hoy esta leyenda se encuentra en su página web.
Es así que la entrada actual, indica su webpage que es http://www.jardinjapones.org.ar/index.php
También la entrada actual posee una leyenda que dice “El Jardín Japonés declarado de interés turístico por la Subsecretaría de Turismo del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.”

El ingreso se encuentra en la equina del cruce de la Av. Berro y la Av. Casares. Se trata de la Entrada Fukuoka. Para tener conocimiento de la historia del Jardín u otras cuestiones particulares, se puede visitar la propia web y completas con lo cargado en Wikipedia en el artículo referido al Jardín de manera de tener un panorama general. Hay dos artículos para leer, el referido al Jardín Japonés en general, y el referido al Jardín Japonés ubicado en Argentina, debido que hay muchos por todo el mundo, incluso en el mismo Japón. Solo diré que el origen de los Jardines Japoneses se encuentra en una tradición de las casa privadas japonesas de antaño, hoy en Japón, también los llaman Jardines Zen.
Muchas de las denominaciones de los diversos lugares y objetos ubicados en el jardín, hacen referencia a ciudades o poblaciones del Japón.
A pocos metros de entrar, uno se encuentra con el Puente Plano Ibaraki. También llamado Puente Celestial, que simboliza el cruce al cielo. Un puente lineal, de cemento que cruza una pequeña porción de agua, y posee barandas de madera pintadas en color rojo. Y cada tanto, postes con terminaciones esféricas en metal pintado en dorado.

Después de cruzar el puentes antes mencionado, salimos a un lugar llamado Patio Tochigui también llamado Patio de las Magnolias y continuamos con el camino bordeando el lago con una vista general al frente de todo el parque.
Al respecto del Patio de las Magnolias voy a comentar algo que encontré en el libro “Árboles Históricos Nacionales”  (Edición 2012) del autor Oscar Andrés de Masi en las páginas 33 y 34 el autor no habla, y nos presenta con fotos antiguas de 1916, un árbol, se trata de una Magnolia que fue plantada por el presidente Avellaneda en el parque 3 de Febrero. Esta Magnolia de Avellaneda hoy se encuentra cercada  con una reja protectora, ubicada sobre la vereda actual del Jardín Japonés.
Seguimos caminando y pasamos por un aparato de esos que son visores binoculares, donde uno coloca una moneda o una ficha y puede ver en la lejanía los paisajes, aquí, creo que no es necesario, me parece que son más apropiados en otras casos, por ejemplo torres, rascacielos, elevaciones en el terreno, etc… que permiten ver a la distancia. Pero allí han ubicado uno. A simple vista se puede disfrutar del paisajismo recreado en el Jardín. Se pueden ver las diferentes tonalidades del verde delos árboles y otros colores de diversas plantas. Las luces están colocadas en faroles, estos faroles están realizados en madera, pintados de un marrón oscuro y el modelo es en forma de casita. Más adelante hay un pequeño muelle donde la gente se toma fotografías.

Antes de llegar a la curva que gira el camino hacia la izquierda, hay un árbol de entre los muchos que hay, pero este árbol, de gran porte, se encuentra la lado del camino, y pudimos ver como una mujer de la tercera edad, que iba delante nuestro, llega al árbol, y ¡lo abraza!. ¿Qué es esto? ¿Qué sucede? Nos quedamos observando, y no paso mucho tiempo que lega otra mujer, y también abraza al árbol. Al parecer, esta idea de abrazar los árboles viene de los hippies y si bien primeramente fue cuestionada, actualmente muchas personas abrazan árboles para encontrar una armonía con la naturaleza, y a estas personas que abrazan árboles les mejoran algunos problemas de salud mental, o al menos eso creen o por eso lo hacen, otros simplemente creen que reciben alguna especie de energía que no pueden explicar. Debido al tamaño de este árbol en particular y su ubicación en el recorrido es el lugar donde muchas personas se toman fotografías. Hay, disponible para los más pequeños, dos figuras pintadas, con el hueco para colocar la cabeza y tomarse una fotografía, una mujer con abanico y un hombre con una espada, ambos pintados con la vestimenta tradicional japonesa. En el comienzo de este camino también se encuentra un árbol todo rodeado con soga. De este árbol atado ya hablé anteriormente en otra entrada del blog http://reuniendoletras.blogspot.com.ar/2014/06/arbol-atado.html

Este camino que acabamos de recorrer se llama Pasaje del Sakura Shiga. Al final del mismo, se encuentra un sector con sanitarios. En frente, en el año 2006 inauguraron el monumento llamado Samurai, realizado por el escultor japonés Baku Inoue. La escultura fue movilizada y actualmente se encuentra sobre el mismo camino pero del lado del frente donde fue colocada en un primer momento. Los samurái resultaban ser una élite guerrera regida por un código. La palabra significa “el que sirve”. Durante un tiempo fueron la clase gobernante del Japón. La armonía y convivencia con la naturaleza era fuente de inspiración para los valores de vida de los samurái según opina el escultor, y en eso se basó para realizar la obra.



Aves y peces

Entre las aves que andan por allí, algunas están establecidas como los patos, otras van y vienen. Pudimos fotografiar un ave blanca que parece una pequeña garza, lo mismo que otra ave toda color negra y pico largo que estaba en el centro del lago pero que desconozco de que ave se trata, palomas comunes, un pájaro carpintero y muchos peces carpas o koi, de variados colores. Y las aves pequeñas que no tomé fotografía paro hay bastantes todo el tiempo como gorriones, chingolos, horneros, tordos renegridos, ratonas comunes, y palomas torcazas.















A partir de este momento, el camino se bifurca en dos senderos, uno bordea el lago, y el otro unos metros más arriba. También hay una salida que se introduce hacia la isla central, la isla más grande de las que hay en el lago.


La de la imagen es una linterna de piedra. Hay dos o tres, o quizás más. Son conocidas como linterna de piedra ishidoro. Estas en particular son de origen budista y se ubicaban en templos, pero en la actualidad han derivado en elementos decorativos de los jardines. Hay varios tipos diferentes de linternas de piedra. Fueron introducidas en Japón alrededor del siglo V d.C. proveniente de China y Corea. Existen varias categorías de linternas de piedras. Pero todas poseen un sector ahuecado en la parte superior donde mantienen la luz. Primeramente se las utilizó para iluminar recintos religiosos, templos y santuarios. El uso secular comenzó en el siglo XVI para adornar los alrededores de las chozas de té de los maestros del té. Las linterna de piedra poseen un aspecto particular del techito con la finalidad de atrapar la nieve del invierno y de esta manera darle un aspecto pintoresco. Son pesadas. La realidad es que no proporcionaban luz funcional, lo que se las dedicó a ser meros adornos. La de la fotografía es del estilo de aquellas que se colocaban a los lados de los caminos, y aquí mismo en el Jardín Japonés se encuentran al lado del camino. Al mismo tiempo, aquí, también se encuentran al lado del agua, dando un espectáculo único cuando están encendidas y ya cayó el sol o es completamente de noche. Este tipo en particular, también se las coloca al lado de las puertas. Hay que tener en cuenta que hay varios tipos distintos más, y para otras ocasiones con diversas funciones. En el jardín también se pueden ver de otros tipos, como las pequeñas. Por ejemplo, hay una de las pequeñas ubicada en el césped en una de las esquinas de Restaurant. También, en un sector de agua baja, hay una linterna de piedra de las que se ubican en el agua, en este caso, también es pequeña y estas, poseen la característica de una curvatura lo que permite mejor reflejo en el agua.

Quizás sea lo más representativo del Jardín Japonés. Infaltable en alguna fotografía, es el lugar donde casi todos quieren posar y cruzar. Es un elemento presente en los Jardines Japoneses, un puente. Representa la unión entre puntos, lugares. Se trata del Puente Curvo Yamagata. Generalmente se los llama taiko bashi. También denominado Puente de Dios, representa el camino al paraíso. Es corto, íntegramente en madera. Primeramente posee una serie de escalones cortos y luego continua la madera llana, pero con otras maderas a modo de lomitos, imagino que para no patinar. Lo que lo hace difícil de caminar, la simbología pasa por el tema que para todo humano es difícil llegar al paraíso. Todo en color rojo (color shu, considerado divino), y con una elevación propia de su curvatura que los hace más vistoso e interesante. Los puentes poseen su simbología. Todo, puente, agua, rocas, islas, etc… posee su simbología. Elegí esta fotografía dado que permite ver el reflejo del puente en el agua del lago. Es el puente que nos permite el cruce de una isla pequeña  a la isla más grande.

Luego de cruzar el puente se accede a la isla más grande donde se encuentra la cascada y el mirador. Esta isla posee un camino que la bordea y otro que se introduce en ella. En el centro se encuentra la zona más elevada. Desde allí (y también desde otros lugares) se pueden ver dos islotes, llamados Las Grullas y Las Tortugas que simbolizan la longevidad.
En todo el jardín Japonés hay variedad de árboles y plantas, algunos autóctonos como la Tipa y el Palo Borracho y otros originarios o propios de Japón como Acer palmatuny (arce japonés), Sakura (flor de cerezo japonés) que simbolizan la belleza, azaleas japonesas y distintas hierbas ente otras. También hay algunas plantas coníferas.
Existe un Decreto  652/2008 del Poder Ejecutivo Nacional (P.E.N.) que declara bien de interés histórico-artístico nacional al Complejo Cultural y Ambiental Jardín Japonés, ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y este decreto involucra especies arbóreas ubicadas dentro del Jardín Japonés. Este Decreto en su parte pertinente dice “Que el JARDIN JAPONES resulta un exponente singular de la diversidad cultural en la capital de la REPUBLICA ARGENTINA. Que en el sitio se han contabilizado TREINTA Y SIETE (37) géneros de árboles, arbustos y plantas de manifiesta belleza y exotismo.”
Esta isla es llamada Isla de los Dioses y los Tesoros (Shinzen-Shima), y en ella residen las divinidades.

Por el camino que ingresamos, después de cruzar el puente, lo primero que encontramos, en una de las puntas de la isla, es la cascada. La Cascada Nagano. Una pequeña caída de agua que fluye hacia el lago. La cascada simboliza el fluir de la vida. Encarna las distintas etapas de la vida. La naciente representa la juventud mientras que las ondulaciones, las experiencias acumuladas. Y por último, encontramos el reposo de la vejez y la sabiduría.

Del otro lado de la isla, en la parte más elevada, se encuentra el Mirador. Todo el lugar poblado de árboles y plantas, y las sendas para circular. Allí también, entre los árboles, hay una Pagoda de piedra. Posee 13 aleros. Se llama Jusamju-no-torou (torre de los trece aleros). En Japón hay pagodas de 9,13 y 15 estratos. En dicho país, a diferencia de las creencias occidentales, el número 13 propicia la buena suerte. En su base, tallada en la piedra, se puede ver la figura de Buda, símbolo de Paz. Las pagodas se construyen con fines religiosos, y son propias del budismo. Éstas, las de piedra, actualmente son más bien un elemento ornamental que completa el paisajismo de este lugar. La Pagoda es el templo donde vive el Dios.

Luego de recorrer esta isla, dimos la vuelta y regresamos por donde vinimos. Algo nos llamó la atención. Grandes piedras en el agua. Les tomé foto. En la imagen solo se ven cuatro, pero hay más. Son siete grandes piedras que sobresalen del agua y representan a los navíos que pasan la noche, esperando ingresar al puerto.
Al salir, de un lado se encuentra la bifurcación de los caminos del borde. Del otro lado la Casa del Té. Hacia allá fuimos.

Se llama Casa del Té “Toyota”. No se puede ingresar. Se trata de una estructura que se confecciona para realizar la ceremonia del té. Proyectada por el arquitecto Hiroshi Ooe, un especialista en construcción y reparación de templos tradicionales en el Japón. En la tradición japonesa la Ceremonia del Té adquiere una forma solemne regida por ciertas reglas desde hace varios siglos. Al lado de esta Casa del Té, hay una placa metálica con el grabado que dice “Fundación Cultural Argentino Japonesa. Monumento Bicentenario. Casa del Té “Toyota”. Los amigos del Jardín Japonés en agradecimiento de la Comunidad Argentina”. Y al lado hay un cartel, también en tamaño grande que dice “Fundación Cultural Argentino Japonesa. Monumento Bicentenario. Nómina de donantes para la construcción de la Casa del Té”. 
Es una casa construida a modo tradicional. Se puede ver que antes de ingresar hay un pequeño espacio, se llama genkan, allí la gente debe extraerse los zapatos. En la fotografía puede ver a la mujer que prepara el te, que se encuentra descalza, solo con medias pero sin zapatos. Allí adentro dicha mujer prepara el té. Luego te sirven gratis una muestra para probar. Se trata de una degustación de té verde en hebras miryokucha del jardín japonés. Te podes servir uno o dos, ya que los sirven en vasitos descartables.

Ahí mismo, una joven vestida de forma tradicional japonesa, servía los té, y a su lado, un joven atendía la venta de unos dulces japoneses llamados dorayati. A 20 pesos cada uno. Así que compramos para conocerlos, ya que nunca habíamos probado uno. Bien es que se trataba, como se ve en las fotografías, de un bizcocho circular con una masa de pan bien esponjosa y en el centro un dulce, parecía un pasta de maní, pero no lo era, exactamente que era el relleno no lo sé. Aquí http://es.wikipedia.org/wiki/Dorayaki  se puede conocer sobre este dulce.
En la bifurcación de los caminos, uno lleva primeramente al Patio de Comidas. Y unos metros más adelante, se encuentra la Casa de Cultura o también llamada Oficina de Cultura y la Biblioteca, y pegada a ella, la Carpa Verde o Carpa Mie. En esta carpa suelen realizar diversos eventos. Hacia uno de los lados también está la Regalería Fukushima Omiyageta.

Nosotros tomamos por el otro camino, el que bordea al lago, y llegamos al Campanario. El Campanario Hiroshima. Al lado del campanario hay una placa de bronce con la siguiente inscripción “Campana de la Paz Mundial donada a la ciudad de Buenos Aires por la Asociación de la Campana Por la Paz Mundial de Japón instalada en el Jardín Japonés por designio del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. CAMPANARIO construido por la Fundación Cultural Argentino Japonesa y la Asociación Argentina de la Campana de la Paz Mundial con el aporte de la colectividad japonesa y el de sus amigos argentinos. 3 de Febrero de 1998.” Esta campana resulta de ser una réplica de otra campana donada por el pueblo japonés en el año 1952 a las Naciones Unidas con sede en Nueva York, como símbolo de la paz. Para conocer más sobre esto, se puede visitar el siguiente link http://es.wikipedia.org/wiki/Campana_japonesa_de_la_paz
Al lado de la campana, sobre un fondo rojo, y un marco dorado, hay una piedra gris protegida por un vidrio. En la parte inferior, en una placa, se puede leer “Piedra de Hiroshima en plegaria por la Paz. 6 de agosto de 1991”.
Allí mismo también hay un árbol en particular, un ejemplar de la especie Ginko biloba, también llamado árbol de los cuarenta escudos, árbol de la esperanza, árbol de oro. Esta especie existe desde el Pérmico, hace 270 millones de años, es un árbol único y particular. Es considerado un relecto o fósil viviente (término que utilizó por primera vez Darwin). Es interesante porque un año después de haber explotado la bomba atómica en Hiroshima, a pesar de la radiación y la destrucción, un árbol ginko que se mantuvo en pie, empezó a brotar. Esto despertó la curiosidad. Fue documentado y fotografiado. Para algunas personas se transformó en símbolo de renacimiento y se convirtió en objeto de veneración como “portador de esperanza”. Este árbol evolucionó desde una época en que la atmósfera era diferente a la actual, siendo más oxigenada, lo que le permitió resistir las altas cantidades de oxidación celular provocadas por la radiación de la explosión atómica.

Más adelante llegamos al Monumento al Sudor del Inmigrante japonés (Iman no Seki) que representa las figuras masculina y femenina en igualdad de esfuerzo frente a una tierra extranjera. El monumento, es obra de Hitoshi Miyawaki, y consistía en un bloque de piedra extraído del fondo del río simbolizando haber sido lavada por el sudor. Es decir, fue hallado y no esculpido.

Con motivo del centenario de la colectividad japonesa en la Ciudad de Buenos Aires, la colectividad donó el Jardín Japonés a la Municipalidad (1986) en agradecimiento a la sociedad por haberle abierto las puertas a los inmigrantes japoneses.

Desde aquí se pueden tomar dos caminos, unos a través de un puente por sobre el agua del lago, y otros continuando bordeando el lago. Como el trecho no es muy largo se puede hacer uno y otro, ir y venir, tomar fotos.
Voy a comentar el puente. Se trata de un puente con sus particularidades. Esta construido completamente en madera. No es muy ancho. Y estaba bastante bajo, a pocos centímetros de estar al ras del agua. Tampoco es un puente directo. Es un puente que va zigzagueando. Por esa razón se lo llama Puente Zig-zag Okayama. Puente Yatsu Bashi o Yatsu Hashi. También llamado Puente Truncado. Y finalmente también se lo conoce como Puente de las Decisiones. La interpretación de este espacio, según consigna alguna tradición es la siguiente: mientras se cruza el puente, se permite la meditación de algún pensamiento para arribar a una decisión. Alguna decisión importante. Antes de adoptar la decisión, le permite tres oportunidades a la persona en sus tramos rectos de su plataforma trucada. Esta es la historia que encierra dicho puente. En muchos sitios de internet, han comentado que este puente “conduce a la isla de remedios milagrosos”, creería que se trata de una equivocación de muchos ingenuos que copian uno de otros, la realidad que este puente no conduce a ninguna isla, salvo que se haga alusión a algo que desconozco, más bien creería que se trata de una equivocación con otro de los puentes en el lugar.
También se pueden encontrar en la web, otras cuestiones. Una de ellas dice que la forma del puente es una derivación del ideograma que simboliza el 8. Otra dice que la forma irregular del puente es una representación de la unión de las islas del Japón.

Aquí en lugar de haber cruzado por el puente, debido a que había mucha gente y se volvía algo incómodo dado lo estrecho del mismo, decidimos continuar circulando por el camino que bordea el lago. Hay una nueva bifurcación, un sendero que se eleva un poquito y llega hasta el Reservorio o Estanque Kyoto. Hay un puente que cruza por encima del estanque. El agua del estanque luego baja hasta llegar al lago, a través de una cascada bajita y estrecha, a cuyos lados hay piedras que la delimitan.
Se llega a otro patio, el patio formado por un damero. Llamado Patio Kanagawa o  Damero Kanagawa. Se puede acceder por la parte de atrás por el camino que continúa del Estanque, o también por donde vamos caminado en nuestro recorrido bordeando el lago, cuando termina este, girando hacia el lado derecho.
El patio está formado por baldosones blancos intercalados con cuadrados de césped. Así queda entonces, en color blanco y verde. Esta representación abstracta parece mostrar un damero en tamaño grande.
El libro El Jardín Japonés de Buenos Aires del autor Oscar Andrés De Masi dice al respecto del damero (höyöden) "Uno de los más característicos formalismos abstractos en la ornamentación japonesa. Simboliza, en su intermitencia de césped verde y baldosas blancas, el follaje del pino penetrado por el aire y la visión del cielo. Fue adoptado como regla paisajística en la era Momoyama, acentuando el componente visual por sobre los elementos utilitarios de la composición”
Y para completar, agrego lo que leí en un blog de arquitectura, que dice “En el periodo Edo empezaron a incluirse algunos diseños diferentes, uno de ellos, el damero ofrecía un contraste interesante entre la regularidad geométrica y la organicidad de otros elementos diseñados en el jardín.” (Carlos Zeballo)
Las clásicas linternas de piedra (kasuga törö, kodemari) de variados tamaños, provienen de la misma era de los dameros.
Mirando la fotografía, en la esquina superior derecha, una de las esquinas del damero, hay algo metálico, parecieran ser dos figuras bailando ¿tango? Una color negro y la otra color rojo. Realmente no sé que es ni que representa.
En algún sector por esta zona del jardín algunos han mencionado la existencia del paisaje seco de montaña y agua o jardín seco o karesansui, donde se recrea un paisaje sin agua, con rocas y arena blanca o algo similar. Si lo hay, no lo vi y lo pasé por alto.

Lo que sigue es el Vivero Kadan o Vivero Toyama. Se trata de un vivero con plantas conocidas y otras no tanto. Si uno va a adquirir una planta tradicional, o común y corriente, hay que tener en cuenta la variable precio. Personalmente la buscaría en algún vivero más grande. Pero aquí se pueden adquirir árboles bonsái, quizás sea lo mejor o más interesante que ofrece el vivero, aunque para conservarlos apropiadamente hay que saber hacerlo. En algunas oportunidades el vivero ofrece cursos relacionados con los bonsái. Hay un cartel a modo de gigantografía sobre el Arte del cultivo en bandeja (bonsái), dicho cartel posee un texto con la Historia, las Especies que se pueden trabajar, las Herramientas y los Estilos. No vi que haya plantas exóticas, aunque puede que las haya, y si es conveniente o no adquirirlas queda en el visitante comprador. Lo que si también tienen en el vivero, son tres o cuatro peceras grandes, con peces pequeños multicolores, que también están a la venta.

Al lado del vivero se encuentra el Portal. El Portal o Pórtico o Torii, es una puerta tradicional japonesa, que generalmente se encuentra pintada de rojo. Esta estructura también se la identifica como un arco o un marco. El significado es la delimitación entre los espacios profano y sagrado. También puede verse como especie de talismán u objeto que aleja los malos espíritus y atrae la buena suerte.
Habitualmente estos pórticos se ubican a la entrada de algún edificio o lugar. En este caso también se encuentra en uno de los accesos. Adelante del Portal, hay un estacionamiento, para aquellas personas que llegan al lugar en auto. Y la entrada a este estacionamiento, también es una de las entradas al Jardín Japonés, se trata de la Entrada Okinawa, que se encuentra sobre la Av. Casares, casi llegando a la Av. Libertador.

En este lugar, una de las puntas del Jardín Japonés se encuentra un edificio de dos plantas, al lado del estacionamiento. La parte de abajo en uno de sus lados, está ubicado el Restaturant Wakayama. El restaurante también funciona como confitería por si se desea tomar un té. En el Restaurante se pueden consumir platos típicos japoneses como muestra de la cocina japonesa.

Encima del restaurante, se encuentra ubicado un salón, el Salón Yamanashi, al que se accede por una ancha escalera. Este salón es utilizado para muestras, exposiciones y otros usos.
En esta ocasión, el día de nuestra visita, había una Exposición de los trabajos de los talleres de sumie, a cargo de la FCAJ. El sumie es una técnica de dibujo con tinta propia de la pintura japonesa.
En este salón, al lado de la entrada, hay una cartelera con las propagandas de los distintos cursos que se realizan, allí mismo o en otros lugares.
La muestra de los trabajos estaba conformada por paneles que poseían cuatro dibujos cada uno de ellos. Separados había otros paneles que poseían aquellos dibujos que obtuvieron la mejor calificación y aquellos que obtuvieron menciones, claramente identificados con una distintivo realizado en papel color rojo con centro amarillos. A continuación algunas fotografías de dicha muestra.







Este salón ubicado en la parte superior del edificio, posee un balcón con reja. Desde este balcón se puede ver todo el paisaje del Jardín Japonés como se ve en la fotografía. En ocasión de la visita nuestra sucedió que había muchos chicos pequeños acompañados de sus padres. En un sector de la recepción, había un mostrador, y no se si daban gratis, o había que abonar un pequeño monto en dinero, pero lo cierto es que la gente con chicos pequeños se acercaban y en ese mostrador les entregaban un papel y unos lápices o crayones de colores, para que los niños dibujen algo relacionado con el Jardín Japonés, algún paisaje, objeto o lo que ellos quisieran y luego se iba a realizar un concurso con los dibujos. Resultó que una mamá estaba con sus dos hijos en el balcón, y allí los dos niños estaban sentado en el piso dibujando. De repente pasa una ventisca, y uno de los papeles con el dibujo a medio hacer comienza a volar y se va. Para aterrizar en césped en un lugar cercano al damero. La mamá deja a los niños y sale rápidamente a buscar el dibujo que se fue.

Desde allí arriba, se veía algo que llamaba la atención, algún dispositivo que hacía que la gente se detenga, los observe, le tome fotografías, charle frente él.
¿Qué era eso? No se alcanzaba a ver bien con detenimiento desde el balcón, solo quedaba bajar y acercarse a ver de que se trataba. Un ejemplo es la fotografía que muestra a una mujer señalándole el dispositivo a un hombre que la acompaña. Este elemento se encuentra ubicado en el cruce de caminos que se produce entre el camino de ingreso y el camino que lleva al restaurante. Allí, medio cubierto entre algunas rocas al frente y varios arbustos alrededor.

Pues bien, cuando bajamos, y llegamos al lugar a observar de cerca, pudimos ver de que se trataba. Un dispositivo realizado con cañas, cañas de bambú, por el cual circula agua. El nombre de este elemento es Shishi-odoshi. Los japoneses realizaban estos dispositivos en el campo y servían para ahuyentar pájaros y animales dañinos a la agricultura. Técnicamente está compuesto por un tubo segmentado, generalmente de bambú, pivotado a un lado de su punto de equilibrio. En reposo, su extremo más pesado está abajo y descansando contra una roca. Un hilo de agua se acumula en el extremo superior del tubo y eventualmente se mueve el tubo de centro de gravedad más allá del pivote, haciendo que el tubo gire para volcar el agua. El extremo más pesado entonces cae de nuevo contra la roca, produciendo un sonido agudo, y el ciclo se repite una y otra vez. Con este ruido se pretende asustar a los animales herbívoros como ciervos o jabalíes que se acercan a pastar en las plantas del jardín. En este caso, como en otros muchos, actualmente funciona como un medio decorativo más, además de interesante. Este es el modelo estándar y más común, pero existen otros con ciertas variaciones pero que cumplen con la misma función. Algunos tipos de shishi-odoshi rompen la tranquilidad de un jardín japonés con el sonido del balancín de bambú, haciendo que este, golpee la roca.

Antes de retirarnos del salón, me falta comentar una sector. El sector de la Recepción. La Recepción Osaka. Aquí tenemos dos mostradores, la escalera que lleva al salón superior. Un lugar de Informes. Al lado de la Recepción hay un lugar donde se encuentran los sanitarios. Y también hay una puerta que lleva a la Sala de Lectura Tokushima. Una de las paredes de la sala de lectura se encuentra cubierta de figuras de grullas de papel. Están elaboradas en una técnica llamada origami, que consiste en realizar figuras plegando el papel sin utilizar otros elementos. En ese sector también se encuentra la Fundación Cultural Argentino Japonesa. Allí también hay un daruma. Los darumas son figuras sin brazos ni piernas y representan a Bodhidharma (Daruma en japonés), el fundador y primer patriarca del Zen. En la base de esta figura, hay un cartel, que en parte dice “El muñeco Daruma simboliza la perseverancia y el esfuerzo continuado”. También menciona un dicho japonés que dice “Si te tropiezas siete veces, levántate ocho”. Al lado del muñeco daruma, hay un ábaco. También llamado soroban, es un ábaco japonés. Está fabricado en tamaño bien grande, a modo de representar bien este conocido instrumento para realizar conteos y operaciones aritméticas. La característica del ábaco japonés (soroban) es que se diseñó empleando una cuenta en la parte superior (cielo) y cuatro en la parte inferior (tierra). En el techo de la sala de recepción, hay colgando lámparas globo o esféricas realizadas en papel de arroz, creo que son de origen chino, pero habitualmente en China y Japón se utilizan algo parecido que se llaman linternas de papel.








Lo último que debo decir de este sector de la recepción, es un mostrador, atendido por una señorita vestida con una vestimenta tradicional japonesa, que se encarga de escribir el nombre de la persona en japonés. Esto tiene un costo, nombre solo 20 pesos, dos nombres en la misma tarjeta 30 pesos, y luego había una opción más que era de tres o más nombres. Primeramente la señorita hace un borrador y explica la escritura japonesa, si el visitante está de acuerdo pasa a escribir el nombre con tinta y pincel, finalmente le da la explicación final al visitante y le entrega la tarjeta. Luego el visitante, si quiere, la puede enmarcar para poder colgarla en alguna pared, pero eso ya es algo que debe hacer el visitante por su cuenta en otro lado. También se la puede guardar en una álbum o como se prefiera conservarla.

Saliendo de la sala de recepción, vamos a recorrer el último tramo, al menos de nuestro recorrido, para otros, esta parte es la del comienzo y finalizan al revés, es decir, se lo puede recorrer como uno desee.
Al salir, primeramente encontramos un marco con hilos o sogas y donde la gente deja colgados papelitos. Estos papelitos se llaman omikuji. Una costumbre en Japón que cuando las pesonas visitan un santuario o templo, realice una ofrenda monetaria y a cambio reciba un omikuji. Al abrir el papelito la persona lee la suerte que le tocó, buena o mala (en diferentes niveles). Cuando es mala, la gente lo ata a un árbol. Esto ha sufrido algunas variantes y/o modificaciones. Tengo entendido que en Japón poseen máquinas expendedoras de omikuji.
Aquí también le han llamado oráculo de los deseos. No se si se trata de otra cosa o de la misma pero modificada, parece que las personas escriben en el papelito su deseo, y luego lo atan.

Unos metros más adelante, encontramos un cartel indicador con las señalizaciones más importantes del Jardín Japonés. Unos metros más al costado por un camino que viene de allí, se encuentra otro ingreso que da a la Av. Casares.

A como venimos caminando, del lado derecho, tenemos un Jardín de Rosas, asume la forma de una triángulo, y allí se encuentran las rosas. A lo largo del trayecto, también del lado derecho vamos a ver muchas flores.

Seguimos caminando y llegamos al Muelle. El Muelle Chiba. Como se ve en la fotografía, el muelle íntegramente en madera, solo los troncos de árboles, sin baranda y con un corte abrupto ya unos metros adentrándose en el agua. Un muelle al que no se puede subir ¡y menos mal!. Tiene bloqueado el acceso. Tanto el muelle como la pérgola son lugares utilizados para la meditación. Una vez al año (durante una semana de luna llena del mes agosto, cuando en Japón la luna se encuentra más cerca de la Tierra) hombres y mujeres realizan un examen de conciencia, para renovar el ser. El hombre medita en el muelle, con las piernas hacia el agua, que refleja el plenilunio. El muelle o puente truncado representa además la vida terrenal. El corte abrupto del muelle simboliza a la muerte, que no es más que el comienzo de la nueva vida en el más allá, representado por una pequeña isla, la de la inmortalidad. Mientras tanto, la mujer medita bajo la glorieta.
Estoy haciendo mención de la Pérgola o Glorieta, que se encuentra unos pasos más adelante del muelle. Llamada Pérgola Iwate. Otro lugar para sentarse, disfrutar del paisaje, relajarse y reflexionar. La Glorieta y el Muelle Para los japoneses, una forma de practicar culto en el shintoismo y en el budismo zen.
El muelle y la glorieta, son lugares que, para los japoneses, lugares que los llevan a realizar un examen de conciencia con la finalidad de evaluar el año en sus aspectos positivos y negativos.

Seguimos caminando, y ya estamos llegando al final del recorrido. Hay un Kiosko, y una Tienda de Artesanías o Regalería o Casa de Artesano llamada Ishikawa Omiyageya. Lugar para adquirir objetos de la cultura oriental.

Para concluir el recorrido voy a mencionar dos placas que hay en el Jardín Japonés de las cuales adjunto fotografías. La primera de ellas dice “Como recuerdo de la visita de sus Majestades el Emperador Akihito y la Emperatriz Michiko del Japón. Buenos Aires, 10 de Junio de 1997”.
Y la segunda placa dice “En conmemoración de la Argentina del Príncipe Heredero Akhito y la Princesa Michiko. 15 de Mayo de 1967. Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.”
En esta última placa se puede ver de un lado el Escudo Nacional Argentino y del otro lado el Emblema Japonés que consiste en una flor de crisantemo. Este emblema, kamon o mon, empleado como símbolo nacional es equiparable al escudo en los países occidentales, está formado por una representación de la flor del crisantemo de oro (color amarillo o dorado). Constituye el Emblema del Emperador. Por ello que a Japón se le conoce como el Imperio del Crisantemo. Se lo emplea como símbolo nacional.




Así concluye la visita al Jardín Japonés de Buenos Aires un lugar donde las palabras calma, serenidad, visual, verde, tranquilidad, espiritualidad, meditación, armonía dicen presente (los días que no hay mucha gente visitándolo). No faltaron las caídas de agua, los puentes arqueados, los techos de estilo oriental, los lagos y las islas, que conforman el pisajismo japonés.

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