El evento llamado Flamenco en el Larreta, tenía comienzo a las 20 horas. Mirando la ficha técnica, se trataba de la última función. La última función que cierra un ciclo, al parecer el ciclo comenzó en el verano.
Dice la publicidad:
~* ℱlamenco en el ℒarreta *~ Ciclo íntimo y esencial. Función homenaje al escritor Federico García Lorca en su 80 aniversario.”La función tenía lugar en la Sala Central del Museo Larreta.
El corazón del flamenco es el cante en la voz de Carlos Soto Lopez quien estará acompañado por la Guitarra de Sergio Barroso y al baile Paula Suarez del Ballet Hispania.
Ficha técnica:
Cante: Carlos Soto López.
Toque: Sergio Barroso.
Baile: Paula Suarez.
Vestuario: Yolanda Moreira – Bibiana Muñoz.
Luces y sonido: Emilio Bonansea.
Foto portada: Gabriela Manzo.
Diseño de imagen: Sebastián / Museo Larreta.
Coreografías: Natalia Bonansea Ríos.
Idea y dirección: Graciela Ríos Saiz.
Llegué alrededor de 20 minutos antes, y ya había una fila de personas que pasaba la segunda ventana del museo. Primeramente uno tiene que sacar la entrada, hay una mesita que hace de boletería, allí tomé un folleto del museo, que ya había visitado anteriormente hace algunos años. La entrada tenía un costo de 150 pesos. Luego me dirigí hacia la fila de espera. No pasaron 5 minutos que la fila se había duplicado en tamaño. El ingreso comenzó puntual, una persona de seguridad habilitó la entrada e iba dejando pasar por tandas. El hecho radica en llegar primero para obtener los mejores lugares, es decir primera fila.
Una vez que se ingresa, cada quien se ubica donde puede, colocan las sillas formando una cuadrado alrededor de donde se va a desarrollar el espectáculo, como todas las sillas están al ras del suelo, primera y segunda fila ven bien, ya después, quienes ven mejor son los altos, y el resto debe disfrutar el espectáculo como pueda. A su vez, hay dos tipos de sillas, en ambos lados, colocan dos tantas de sillas acolchadas, pero la inmensa mayoría son sillas plásticas. Como estaba entre los primeros, de casualidad pude obtener una buena ubicación, ya que era la primera vez que asistía a un espectáculo en dicho museo. En la publicidad decía tratarse de una espectáculo para adultos, aunque varias algunas personas fueron con sus hijos pequeños, bastantes pequeños, entre los cinco y los siete años, la verdad que el espectáculo no tenía nada que no pueda ver un niño pero si generaba cierto aburrimiento para los más chicos, rescato el hecho de los padres de acercarlos a un hecho cultural positivo, pero se veía que se aburrían.
La gente ingresó rápidamente, y seríamos alrededor de cuarenta personas, contadas a ojo, pasados diez minutos, por micrófono pidieron que silencien los celulares y dio comienzo el show. Ingresó quien portaba la guitarra, Sergio Barroso, se acomodó, tocó dos cuerdas, colocó el capó o cejilla, y comenzó a tocar, no paró hasta el final. Excelente trabajo del guitarrista. En momentos, acompañaba con leves gestos de la cara.
Lamentablemente hay gente que llegó tarde, ya empezado, y le permitían pasar, y hasta más de 10 minutos de haber comenzado el espectáculo, la puerta de madera, se baría y cerraba permitiendo el ingreso de los rezagados. El público asistente fue mayormente respetuoso, no sonaron los celulares, algunos se pararon y filmaron partes, más que nada del baile, salvo un par de irrespetuosos que hablaban “despacio” mientras se desarrollaba la función, y una totalmente desubicada que filmaba con flash en un ambiente más bien oscuro donde las luces solo enfocaban el centro y realzaban a los artistas. Ese flash molestaba.
El programa estuvo variado, tarantas (solo de guitarra), martinete y seguiriyas, soléa por bulerías, volver, malagueña, sevillanas, fandango natural y de Huelva, cantiñas y villancicos glorias.
El segundo en ingresar fue el cantante, Carlos Soto López, diría que iba haciendo alusión al orden seguido del programa, tenía una voz fenomenal, y se notaba el esfuerzo que ponía y daba sus frutos, muy bueno, también excelente. Claro, quien gusta y entiende de Flamenco, podía llevar el hilo, y comprender las canciones, a quien no tiene esa práctica, le costaba, era mi caso, por momentos me perdía, en mi interior decía ¿qué dice? ya que no comprendía, pero es por falta de habitualidad en este género. El mismo, por momento hizo un par de chistes, y alguna brevísima señalización como cuando marco la diferencia entre una primera parte “triste” y una segunda parte “más divertida”, o cuando avisó que venía el villancico “a pasar que se cantan para las fechas navideñas”.
La directora del espectáculo, Graciela Ríos Saiz, tocó en un par de ocasiones las castañuelas, instrumento característico que no podía faltar.
Y finalmente la bailarina, Paula Suarez, con un peinado impecable, que venía entrando despacito, subió a la base de madera y se bailó todo, como corresponde con mucho movimiento de brazos y unos zapateos espectaculares. Luego se retiró y al rato regresó ya con otra vestimenta, y continuó bailando bastante más.
Todos fueron muy aplaudidos, de hecho, realizaron una canción más con baile y guitarra.
Todo el espectáculo duró una hora y cuarto. Al finalizar, el mismo señor que recibía los tickets de entrada, invitaba a cada uno de los asistentes que se retiraban, al próximo evento que dará comienzo el próximo sábado a la misma hora y también versa sobre Flamenco, entregando un folleto publicitario del mismo. Todo el show estuvo muy bueno.
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