Reseña.
Esta novela se desarrolla en Tucumán, en el verano de 1938. Luis, un chico porteño de quince años, va de vacaciones con su familia a un ingenio azucarero.
Allí se vinculará con dos hermanos cuyo padre ha desaparecido. El rumor de los paisanos indica que se lo mandaron al Familiar.
"El Familiar" es un mito del norte argentino; según una de sus versiones, el dueño de un ingenio azucarero, con el objeto de asegurarse buenas cosechas, debía entregar, cada año, uno o dos peones... aparentemente, para que "el Familiar" los devorara.
Ficha Técnica.
Título: El Familiar. Una historia de terror.
Autor: Emilio Saad.
Editorial: Editorial Estrada.
Colección: Azulejo Rojo.
Género: Narrativa Novela.
Año: 2009
Idioma: Castellano
Páginas: 128
Formato: 19 x 14
Ancho: 190 mm
Largo: 140 mm
Edad recomendada: A partir de 11 años.
Material Auxiliar de Enseñanza.
Apreciación Literaria I.
Realización Gráfica: Verónica Carman.
Acerca del autor:
Emilio Saad nació en Tucumán, pero vive en Buenos Aires. Es periodista, autor de historietas, dibujante, escritor, dramaturgo y operador social. En 1990 su cuento La regadera que jugaba al carnaval ganó el segundo premio en un concurso realizado por la Fundación El Libro, ALIJA y editorial Colihue, y fue publicado en la antología ¡Ufa!, seis cuenteros más. Ha publicado los cuentos El recreo del sombrero en la antología ¡Todos al recreo! y El ovillo del destino en La última rebelión, libro que reúne cuentos de nuestra historia, ambos publicados por la editorial Amauta. Publicó una novela histórica para chicos: La casa de las ánimas (Crecer creando, 2006).
Hurgando en un cajón de usados, encontré este libro, y al leer el título me vino un aire familiar, valga la palabra, ya conocía el mito, de haberlo leído y de haberlo escuchado en varias películas/documentales del noroeste argentino. Lo segundo, la imagen de cubierta, me gustó, está bien lograda para representar lo que se va a narrar. Lo tercero, el subtítulo Una historia de terror.
Si bien el libro lo compré en una librería de usados, cuando lo abrí, en la hoja de portada figura un sello que dice Ejemplar de Promoción.
Se me ocurren muchas elucubraciones para formular, como por ejemplo ¿cómo llega un ejemplar de promoción a una librería de usados? Y a partir de allí imaginar muchos caminos. Pero voy a evitar estos divagues para concentrarme en realizar un comentario personal sobre el libro. Además me alegra haber podido obtener un ejemplar y haber podido leído.
El libro es de fácil lectura en el sentido de utilizar un vocabulario no rebuscado, y de capítulos cortos de un par de hojas cada uno de ellos.
Coloca la historia en un contexto de un determinado período histórico. Y el autor realizar una versión del mito. No se si es una versión personal del autor o una versión seleccionada de varias existentes en la tradición oral. Está orientado a un público juvenil en el sentido que agrega al final, un apartado de actividades, tareas para que los docentes le impartan a los alumnos. Y efectivamente así fue. Resulta que busqué en la web que comentarios y/o apreciaciones hay sobre el libro, y me encuentro con muchos mensajes de jóvenes buscando respuestas a sus actividades escolares con el libro trabajado. Me pregunto, estos libros de carácter estudiantil ¿tienen un período de vigencia? Claramente que sí, la pregunta que sigue es ¿de cuánto es la duración? ¿cuánto tiempo reviste interés el tema planteado en el libro y el libro mismo como actividad de reflexión/estudio? Sea como fuere, si el libro lo lee un adulto también le es útil. Depende el caso, a algunos les parecerá superficial pero a otros les puede resultar útil en el sentido de conocer más sobre determinado tema (en este caso, el mito del Familiar en un contexto histórico de las décadas ´30 y ´40). Lamentablemente, pude ver en la web, que algunos distorsionan el sentido y lo mezclan con sucesos tristes acaecidos en la última dictadura militar, un pena, ya que me parece que le sentido del libro va por otro camino, si bien, parte pasa por denunciar injusticias y delitos, lo hace de manera más liviana. Con final feliz, se diluye el terror, que se trata más bien de un susto, aunque no se el impacto que puede generar un juvenil, ni de ahora ni de antes, antes porque creo que tenían una maduración más rápida en términos de edad, y ahora si bien las edades se han extendido en el tiempo, se tiene el acceso a un conocimiento amplísimo con la web, por tanto no se que impacto puede generar el supuesto terror planteado. Y esto lo digo dado que una versión, la que más se conoce entre adultos, incluso de gente en los ´50, los ´60 y parte de los ´70 cuenta otra historia más trágida, y está reflejada en algunos documentales y otros textos, directamente el capataz con un par de secuaces, mataban a algún peón zafrero, y luego le decían al resto que se lo llevó el Familiar, con el claro objetivo de explotación y disciplinamiento de los trabajadores. Y esto se debía, en principio a dos factores importantes, uno que los zafreros eran mayormente los más desposeídos o pobres, que en gran medida analfabetos, y segundo lugar, muy creyentes de supersticiones, debido a sus ignorancia o a sus creencia de antaño de algún pasado aborigen (ahora pueblos originarios) o descendientes de estos. Aún hoy, sobreviven algunas de estas creencias (y otras tantas) en pueblos del interior. La versión que plantea el autor está bastante morigerada.
Menciona las láminas (p. 16), algo tan común que llegaba en las revistas de su tiempo y hasta veinte o treinta años posteriores a la historia. Hoy día eso cambió, salvo algunas láminas plastificadas que venden algunos kioskos. No obstante con el acceso a la web la cantidad de imágenes disponibles es casi inacabable.
Menciona diversos autores clásicos como Salgari o Canon Doyle, que pueden funcionar como disparador de lectura de estos escritores.
Se aflojó la corbata, se arremangó la camisa y dijo “Estudiemos”. Estudiamos y yo pasé le examen. (p. 18)
Aquí podría verse un consejo moral. La presencia del estudio. Del padre al hijo. Del autor al lector. Y los lectores podrían ser los estudiantes. Pero además en un marco ético, de un padre involucrado con el estudio de su hijo, que no viene mal, en un país donde la educación no es la mejor. Incluso, le vendría bien a muchos padres que no se involucran. Claro que un adulto que no se involucra, difícilmente lea un libro.
Conclusión política (p. 31), ya desde el primer cuarto del libro introduce el aspecto político, al que luego le dará un cierre. Una página más adelante, como meta-mensaje, se puede leer la idea de curiosidad, la sorpresa de descubrir algo nuevo, de conocer todo lo que va descubriendo, lo que le van mostrando, a medida que el personaje va viendo y descubriendo todo aquello que conforma un ingenio como establecimiento industrial.
Un libro que puede aprovecharse, si se es estudiante, con la guía de actividades les llevara un tarde hacerlas (incluso hasta leerlo obligados), en tanto si se lo lee por gusto, y al leer la guía, quizás muchos aspectos planteados surjan en la mente, además que algunos llegan a medida que se va leyendo el libro.