Una cosa lleva a la otra y los caminos se van abriendo, haber escuchado algo sobre la colección Laura Palmer no ha muerto me llevó a visitar la web de la editorial http://www.gargolaediciones.com.ar/ y allí, libro por libro, página por página, iba viendo uno por uno los publicados, y hacía click en “+ info”. La idea era buscar algún libro de literatura actual contemporánea, básicamente de esos que no son muy conocidos y/o no tienen mucha repercusión en los medios, al menos, para mí modo de ver. Así que cuando llegué a la reseña de este libro, que no es otra que la que se encuentra en la contratapa, decidí que lo iba a leer. Puntualmente la frase que me robó la atención fue “quienes padecimos los finales de los 80/ principios de los 90 en un colegio católico, no podemos quitárnoslos de la cabeza”, puntualmente taché la palabra “padecimos” y me quedé con el resto. Desde el momento que conocí virtualmente este libro hasta que lo tuve físicamente en mis manos, pasaron algunos meses. Y hoy terminé su lectura.
El título también es llamador. Grisú. Quién realizó el viaje de egresados a Bariloche y vivió la década de los 80 y/o la de los 90, la asociación es instantánea. Y el dibujo no de la tapa no podía ser mejor, simple, sencillo, pero que asocia inmediatamente con esa época, incluso los 90 minutos del cassette se pueden aunar con la década de los ´90. La edición presenta las letras “gastadas” como si hubiese sido impresa en opción “borrador” lo que resulta en una incomodidad al leer.
Reseña.
"Así como se dice que quienes realmente vivieron los 60 no los recuerdan, quienes padecimos los finales de los 80/ principios de los 90 en un colegio católico, no podemos quitárnoslos de la cabeza: tal vez la época más importante de la formación de un individuo, sin ninguna chica a la vista.
Grisú fue escrita a cuatro manos por un mismo narrador: el adolescente que fui y el adulto en el que intento convertirme. En el medio de los dos, preguntas. El mayor las formula, mientras el joven intenta machetearse las respuestas:
¿Por qué durante años me costó tanto relacionarme con las mujeres? ¿Cómo llegué a ser lo que soy? ¿Qué es peor: ser gordo, pelado o no tener smartphone? ¿Qué aprendí? ¿Dios es un jefe enojado o un auxilio espiritual con el servicio interrumpido? ¿Por qué nunca tuve amigas de verdad (sin beneficios)? ¿Jugar single es la respuesta del mercado? ¿Lo que se conoció como Generación X en realidad consistió en una horda de simios obsesionados con las polleritas de Xuxa, intentando levantarse algo (lo que fuese), apalancados por el whiscola y los lentos de Roxette? ¿En qué quedó la relación entre el lápiz, el casete y la idea de rebobinar una etapa de la vida para pasarla al revés? ¿Aparece en esa cinta algún mensaje subliminal?". Marcelo Vertua.
Sobre el autor.
Marcelo Vertua nació en Buenos Aires en 1974.
En poesía publicó Tatuajes (2004), Wallpaper (2006) Música de frontones para el ocaso de un tenista (2008) y Luna de miel (2009).
En 2006 salió su primera novela, Mientras las canciones bajan. En 2012 fue editada Grisú, su segunda novela.
Participó en varias antologías y casi gana un montón de premios literarios. Colaboró en varias publicaciones, semanalmente escribe como colaborador en la revista digital Los Martes Miento, y a veces se acuerda de que tiene un blog (http://www.marcelovertua.blogspot.com).
Ha recibido varias distinciones, las últimas fueron: Primer premio en el Certamen Orillera 2009 de cuento; y mención en Todo Poético 2008-2009. Participó en algunas antologías, como Confluencias y Mundo Poético, y fue editado por varios sitios de Internet, entre los que se destacan: losnoveles.net, elinterpretador.net. En 2012, el primer y tercer premio en poesía del I Certamen literario Literatura Nova (España).
Me pregunto donde irá la acentuación en el apellido del autor, tengo mis dudas si en la e, en la u o en la a. Por mi parte el acento lo ubico en la u. Ahora entramos en la ficción, para dejar mi opinión luego de su lectura. La novela la relata uno de los personajes desde un momento actual, contando algunos hechos del pasado. Es el narrador. Recordemos lo que dice la reseña “…fue escrita a cuatro manos por un mismo narrador: el adolescente que fui y el adulto en el que intento convertirme.” Cabe preguntarse, ¿hasta que punto las vivencias personales y reales del autor influyeron en la voz del personaje narrador? No importa, sean muchas o sean pocas, construye bastante bien un ambiente de los años que pretenden retratar, fines de los 80 y principios de los 90, pero bastante recortado, acotado. El narrador, lo que cuenta son anécdotas, él mismo lo dice (p. 167). Es esta selección de anécdotas las que utiliza para desarrollar la novela. El punto fuerte es como recrea aspectos de la vida de este grupo de adolescentes, está bien logrado, frases hechas y vida común y corriente de aquél entonces, canciones, bromas, etc.., lugares comunes y rutinarios, algo que trasporta al lector a aquel entonces, más si se vivió esa época. Es interesante el hecho que no introduce tragedias, aventuras, crímenes, marginalidad, ni siquiera el aspecto político, social y económico de aquél entonces. Básicamente la felicidad de este grupo gira en torno al alcohol. Desarrolla las historias de una banda de perdedores. El punto flojo del narrador es el lenguaje que utiliza quince años después que acontecieron los hechos para contar aquél pasado, que gira en torno a 1991, años más, años menos, y aquellos personajes, los amigos del narrador, incluyendo a este, se manejan con un lenguaje muy sencillo, superficial, demasiado infantil. Hablamos de adolescente de clase media o clase baja que se sacrifica para poder pagar un colegio privado, pero asumen una vida tan miserable que no hay hobbies, no hay deportes, no ha gimnasios, no hay encuentros, las charlas son muy elementales, no hay vacaciones ni con amigos ni con familias, no hay acompañamientos, no hay camping, no hay clubes, no hay salidas de pesca, no hay bicicleteadas, no hay motos, no hay automovilismo, no hay peñas, no hay lecturas, no hay cursos extracurriculares, no hay reuniones para trabajos en grupo, no hay trabajo, etc… en la vida de estos desafortunados solo hay alcohol y boliches, que lo relata muy bien, estos aspectos de la novela te llevan a ese momento, y si el lector vivió los ´90 te rememoran recuerdos que aparecen mientras se lee el libro. Ese es el punto fuerte (la activación de recuerdos).
El hecho de haber ido a un colegio católico privado de varones parece que funciona como chivo expiatorio para graficar al grupo de fracasados. No obstante, está bueno que no haya incluido las drogas, el delito, la violencia, la contraposición clases pudientes con pobres, la cumbia/movida tropical, el 1 a 1, etc… y muchos otros aspectos que allí estaban presentes en aquellos años. Otros puntos flojos, a mi parecer, las repeticiones (p. 12) o algunos dichos (p. 24), pero lo malo, que le resta la novela es el lenguaje machista, altamente misógino. El retrato de la vida cotidiana de estos adolescentes con algunos tintes discriminatorios o de etiquetas entre ellos y para con otros, está bien, pero el narrador al recordar aquellos años, recurre a una violencia exacerbada, muchísimos insultos entre los personajes, mucha violencia verbal hacia las mujeres, si buscaba retratar al grupo de amigos/estudiantes como una banda de tarados… lo logra, si buscaba exagerar el lenguaje machista en relación a que iban a un colegio solo de varones… creo que la pifia, la sobredosis de injurias le resta a la tolerancia a la historia. No solo eso, sino que si el narrador está relatando aproximadamente quince años más tarde, uno esperaría que haya modificado/cambiado en algo su manera de hablar, al menos, un poco más mesurado cuando refiere a la anécdota que cuenta. Es difícil creer que en el lapso de cinco años, en un grupo de entre cinco a diez personas, no haya habido uno con dos dedos de frente. Pese a esto, es una novela que se lee rápido, es llevadera, y sobretodo que evoca algunos momentos de una época pasada.
Cuenta con un Book Trailer en youtube
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